El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
domingo, 31 de agosto de 2014

«Avistar»

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
El faro. Foto Jesús Aguado
Hay lugares para ser vistos y lugares para ver. Y, a veces, lugares para ver sin ser vistos, que nos dan una perspectiva de las cosas amplia y bastante objetiva (suponiendo que exista la objetividad).
sábado, 30 de agosto de 2014

Adiós



Le dije adiós al caer la tarde a todo mi pasado.
Le dije adiós al cerrar el día a todo mi futuro.

Le dije adiós al abrir todo lo que no fuera MI PRESENTE Y MI MOMENTO.


viernes, 29 de agosto de 2014
jueves, 28 de agosto de 2014

Para las personas que viven con el agua al cuello


Cuando vi como hacías girar tus ojos saltarines supe que te gustaba bailar y ensayar pasos nuevos al ritmo de las antiguas músicas. Supe tantas cosas que llevabas escondidas que aún hoy no salgo de mi asombro. Guardaste la parte más bonito de ti.

No sé por qué decidiste esconder la carcajada y la ternura abierta, los deseos locos de empezar de nuevo y la ilusión libre por las cosas inesperadas.

Ayer, al despertarme, al buen Dios le hice una plegaria para tu corazón: “¡Qué vuelva el arco iris a salir para ella!. ¡Qué vuelvan las ganas de vivir, de sentir, de amar, de abrazar, de cantar!”

Me pareció que El mismo me contestaba: ¡Concedido!.

miércoles, 27 de agosto de 2014

Gracias por venir



Gracias por venir, le dije a la alegría un día de agosto.
Gracias por venir, le dije a la fragilidad un día de octubre.
Gracias por venir, le dije a la duda cuando todas mis certezas estaban vacías.

Gracias por venir, el dije al amor cuando ya no lo esperaba.


lunes, 25 de agosto de 2014

Sueño con un día como hoy



Sueño con un día como hoy.

Sueño con vivir cada instante, cada momento, como si solo existiera ese instante y ese momento, pase lo que pase, ocurra lo que ocurra.

Se lo escuché decir a una mujer llena de sabiduría.


domingo, 24 de agosto de 2014

«Sin golondrinas»

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Una gaviota en soledad. Foto Jesús Aguado

En mi jardín hay dos nidos de golondrinas. Había intención de un tercero, pero no se lo permití. En estos años han estado ocupados y yo he disfrutado de su constante parloteo, de sus idas y venidas con comida para las crías, del despegar de los polluelos y de sentir, en definitiva, la vida. También, claro está, he sufrido las consecuencias de su estancia y he tenido que restregar la pared varias veces.

Pero este año han decidido no instalarse aquí. Y las echo de menos.

Me acostumbré a escribir bajo su algarabía, a levantar la vista del ordenador o del libro a los reclamos de sus gorgojos, a estar atenta a sus movimientos, a saludarlas cada mañana… Este año no hay nada de eso.

Parece que la vida nos hace acostumbrarnos y desacostumbrarnos a la fuerza de las cosas, las personas y las situaciones: nos acostumbramos a unas personas y se van. Nos acostumbramos a un lugar y tenemos que irnos de él. Nos acostumbramos a una situación y ésta desaparece sin hacer nosotros nada. Nos acostumbramos a vivir de una determinada manera y, de la noche a la mañana, todo se descoloca y nada es igual.

Puede que la enseñanza de esto sea que hay que vivir desde el desapego. No aferrarnos a nada, porque nada es estable ni para siempre. Vivir el presente desde el presente, con sus alegrías y sus penas, sus acompañamientos y sus soledades, sus luces y sus sombras.

sábado, 23 de agosto de 2014

Sencillez y felicidad



Cuántas veces nos creemos los reyes del mambo.
Cuántas veces miramos por encima del hombre.
Cuántas veces vamos por ahí engreidos y perdonavidas.
Cuántas veces...
Y, quizás la clave esté en la sencillez.
En darnos cuenta que no estamos solos...
viernes, 22 de agosto de 2014

Calla



Cuando no comprendas,
cuando te sorprenda el dolor
y te agarre la tristeza por el cuello,
cuando sientas que te puedes ahogar
y que te cuesta respirar,
cuando la vida te golpee en los riñones y en la espalda...

mejor CALLA, respira, escucha.


jueves, 21 de agosto de 2014

La creatividad
en la vida cotidiana

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla

No solamente  Picasso, Freud, Quevedo o Miguel Angel fueron creativos; también el padre de familia, el conductor del autobús o el tendero de la esquina pueden desarrollar y manifestar su creatividad. Existe, pues, la creatividad artística y científica, que es patrimonio de unos pocos, pero también existe la creatividad en la vida cotidiana: la mía o la tuya querido lector. Esta reflexión se refiere a esta última.

¿Qué es la creatividad?

Crear es salir de sí mismo y dar forma a una idea, a una inspiración o a una fantasía. El creador se transforma y es como si fuera otra persona. Por este motivo, alguien ha definido a la creatividad como una “experiencia vital”. Al crear es como si rompiésemos la tendencia que nos lleva al aburrimiento, a la repetición por la repetición. Crear es tomar conciencia de uno mismo, de sus posibilidades y ponerlas en acto. La madre que cuida con ternura y esmero, no rutinariamente, a su bebé; el labrador que disfruta preparando la tierra para la siembra o el estudiante que intenta asimilar, no solo memorizar, un texto, etc.  todos ellos, de alguna manera están creando.

Creatividad en la vida cotidiana

En este sentido somos creativos cuando ante cualquier problema o conflicto, o ante cualquier acción a solucionar, no respondemos de forma automática, sino que optamos por una nueva alternativa. Así podemos realizar nuestro trabajo profesional de forma creativa o no. Por ejemplo, un profesor puede dar sus clases a regañadientes y sufriendo por el comportamiento de sus alumnos, o hacerlo porque es una forma de ganarse la vida, o de forma creativa disfrutando por ayudar a sus alumnos a ser más cultos y sobre todo mejores personas.

También, somos creativos cuando tenemos que componer un enchufe y no tenemos las herramientas adecuadas, pero nos las arreglamos para solucionar el problema; o cuando tenemos que cocinar y preparar una comida y nos falta algún ingrediente pero al final la comida es muy apetitosa; o cuando nos gustaría ir a algún sitio y no tenemos medio de  locomoción, pero conseguimos llegar. En esta y en otras miles de situaciones de la vida cotidiana podemos y debemos ser creativos. He aquí otros “hechos creativos”:

  • Si cuido a un familiar enfermo, no solamente atendiendo a sus necesidades fisiológicas (higiene personal, alimentación, etc.) sino preocupándome por su sentir y creando un espacio acogedor donde pueda expresar sus emociones y de esta forma aminorar sus sufrimientos… estoy creando.
  • Si espero a mi esposo/a o a mi hijo/a que vuelve de su trabajo o de una velada festiva, pero no solamente contando los minutos que pasan, sino preocupándome porque encuentren un hogar acogedor…estoy  creando.
  • Si ante la escucha de un problema de un familiar o amigo, no oigo las palabras como el que “oye llover”, sino que intento comprender sus sentimientos... estoy creando.
  • Si escucho el relato de un amigo, de sus trágicas vacaciones, donde ha fallecido su hijo de cinco años y no me quedo en los detalles morbosos del accidente… estoy creando.

La creatividad en la vida doméstica, pues, no implica descubrir un nuevo aparato, ni pintar un cuadro, ni ser un ser extraño. Se crea en la cocina  preparando una comida diferente y se puede incluso crear en el mismo puesto de trabajo, aunque sea tan rutinario como estar en una cadena de montaje, si todos los días se presenta como diferentes al resto. En definitiva, la creatividad cotidiana nos facilita ser más felices.


miércoles, 20 de agosto de 2014
martes, 19 de agosto de 2014

Abrirse a lo desconocido

Consuelo Martín

Para dar paso al silencio tenemos que dejarlo todo. Nos parece que nos quedamos en silencio y no encontramos ahí nada, porque estamos esperando encontrar sensaciones, emociones e ideas. Soltando las sensaciones agradables y desagradables, las emociones positivas y negativas y toda clase de ideas o juicios, me abriré al silencio desconocido. Dejaré de dar realidad a ese mundo hecho de ideas y descubriré la realidad que me realiza en el silencio creador. Simplemente dejaré lo conocido para abrirme a lo desconocido.

No buscaré nada, porque todo lo que busque lo buscaré a través de ideas. No me esforzaré en nada, porque todo esfuerzo supone la idea de un yo que quiere afirmarse. Dejaré que las cosas sean lo que son, que las sensaciones aparezcan y desaparezcan en la superficie de mi conciencia, que los pensamientos atraviesen mi mente pensante. Y me mantendré sin nada, a la expectativa de lo real desconocido, despierto, alerta a este instante de conciencia lúcida. La plenitud está en lo real y lo real sólo aparece en este instante presente.

Escucho el silencio, y al escuchar se borran los pensamientos, los recuerdos, las experiencias pasadas y las deseadas para el futuro. Este silencio lo borra todo. Y el cristal de mi mente queda limpio, transparente para reflejar la luz. El silencio suaviza todas las estrías puntiagudas del psiquismo egocentrado, deshace todos los nudos emocionales haciendo desaparecer la angustia y la preocupación de la ambición y el miedo. Escucho el silencio y me descubro libre, libre desde dentro, libre para vivir la plenitud que soy.

Cuando ya no busco ninguna alegría en particular me encuentro con la alegría total, cuando ya no busco ninguna satisfacción, descubro la felicidad plena. La presencia de lo real se empieza a sentir en la paz de este silencio. Permanezco así, lúcido, escuchando, contemplando y el silencio se va creando y me va creando. Descubro esa plenitud desconocida en la quietud callada de mi conciencia despierta.

lunes, 18 de agosto de 2014

Busco gente feliz



Salí como Diógenes, a plena luz del día, a las calles y a las plazas de mi ciudad:
- Busco una persona feliz y solidaria.
Todos se reían de mi y me decían: ¡Pobre, idiota!
Os aseguro que mi búsqueda no fue infructuosa.

domingo, 17 de agosto de 2014

«Una flor
en medio del camino»

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
En primer plano, Foto Jesús Aguado

Con frecuencia recojo flores en el monte. Las agrupo en pequeños ramilletes y elaboro con ellas cestas decorativas de agradable olor. Por ello, en cada paseo campestre, acostumbro a mirar a mi alrededor en busca de flores.

A veces me encuentro una flor solitaria, rodeada de piedras y tierra, en medio de una senda. Y me hace gracia. Puede tratarse de una margarita, un brote de roble, una flor de manzanilla, un espliego… En cualquier caso, una sola.

Me recuerda a ese tipo de personas que siempre están en medio de todo, llamando la atención como pueden, porque es su forma de reconocerse y valorarse. Aislados del grupo porque se creen diferentes y huidizos de todo lo que suene a colectivo o público por temor a contaminarse. Van de únicos y especiales y, a veces, tan sólo consiguen que se les pise y se pase por encima de ellos. O se les evite. Triste, ¿no?

De hecho, yo no suelo arrancar esa flor solitaria para mis propósitos. Simplemente la miro y paso de largo. Allí se queda, en medio del camino. A pesar de llamar mi atención, no la elijo para la elaboración de mis cestas.

Así también esas personas “especiales” atraen, llaman la atención, pero acaban sin formar parte de ningún proyecto, porque en los proyectos –a pesar de la diversidad– todos son uno.

sábado, 16 de agosto de 2014

Todos llevamos
un ángel...



Todos llevamos dentro un demonio en forma de egoísmo, frustración, neurosis, malestar, indiferencia, perfeccionismo...
PERO SOMOS UN ÁNGEL EN LO MÁS PROFUNDO DE NUESTRO SER

viernes, 15 de agosto de 2014

Brillantes
con estrella

El rincón del optimista
Juan
Seguir la luz es una buena forma de salir de las tinieblas

Esto que leí recientemente lo comparto casi en su totalidad: “No soportamos a las personas excepcionales porque subrayan nuestras miserias, por eso preferimos rodearnos de personas peores que nosotros. El buen ejemplo, lejos de inspirarnos, subraya nuestros defectos y nos hace sentir peor. El mal ejemplo, en cambio, nos reconforta al tener la sensación de que lo hacemos todo bien aunque no nos esforcemos en ello”.

Esta máxima no la creo tan generalizado porque, al menos a mí, sí que me inspira la excelencia ajena, pues no deseo ver caer al quien triunfa, ni ver gruñir al amable, ni que se vuelva feo el guapo. Creo que hay muchas personas mejores que yo, brillantes, con estrella propia, seres excepcionales que destacan por méritos propios no sólo como profesionales, sino como seres humanos, que marcan el camino y que podemos seguir como ejemplos… o no. Personas que tienen buenos sentimientos y los saben expresar, que se comportan mejor que la mayoría de la gente. No comparto el sentimiento de quienes se ríen y disfrutan cuando a alguien con éxito se le tuercen las cosas. Detesto a los oportunistas que esperan el tropiezo de esas personas BRILLANTES CON ESTRELLA que les pueda convertir en otro desgraciad@. Ojo, no hablo de personas PERFECTAS, porque parto del hecho de que la perfección no existe como meta, como mucho puede ser válido el camino de la búsqueda.

Conozco a personas con ESTRELLA que trabajan en lo que les gusta, saben anticiparse al devenir de la vida y se preparan para ello. He llegado a pensar que logran todo lo que se proponen en lo laboral y lo personal no por una cuestión de suerte, sino de una simple mentalidad positiva. Personas abiertas, pacientes, extraordinarias. Ya he escrito alguna vez que suele ocurrir que te concentras en que algo va a pasar (bueno o malo) y realmente acaba ocurriendo. Pues eso. Nunca estuve de acuerdo con el dicho popular: “Unos nacen con estrella y otros estrellados”. Más bien estoy de acuerdo con Rousseau: “El hombre es naturalmente bueno, es la sociedad la que lo corrompe”.

En ese proceso estamos aún a tiempo de darnos cuenta de que por muchas personas negativas, tóxicas y perjudiciales que se nos crucen por el camino de la vida, hay otro porcentaje, quizá menor, que tienen una estrella especial y de quien podemos aprender algo cada día. El secreto está en saber ver brillar esa lucecita… y seguirla… o no. Allá cada uno.

Asín sea.

miércoles, 13 de agosto de 2014
martes, 12 de agosto de 2014

Mis “recordatorios”

Enrique Martínez Lozano
Quiero compartir con vosotros y vosotras tres textos, que leo cada día, y que me sirven de “recordatorio” de aquello de donde no quiero escapar…, aunque en realidad el “escape” es imposible porque —lo veamos o no, lo sepamos o no— ya somos aquello de lo que pensamos habernos alejado. Pero, como os decía, me viene bien recordármelo.
lunes, 11 de agosto de 2014

Soy un océano
de paz y amor

Un buen mantra para este día, para repetirlo una y otra vez, hasta que cada célula de tu cuerpo, de tu mente y de corazón se lo crea...
SOY UN OCÉANO DE PAZ Y AMOR
domingo, 10 de agosto de 2014

«Fotografías»

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Posando. Foto Jesús Aguado
Escuché una vez a Antonio Gala decir que él no sacaba fotografías de los lugares visitados, porque la mejor fotografía es la que se graba en la retina y en la memoria. Y para ello hay que observar, más que usar la cámara fotográfica.
sábado, 9 de agosto de 2014

Disfruta de lo que está pasando

Si pasamos la vida pensando en lo que fue o imaginando lo que puede ser, olvidamos lo es: el aquí y el ahora. Y solo existe lo que es en este instante.
viernes, 8 de agosto de 2014

Amar
como nos amamos



Como te amas a ti mismo así amas a los demás.
Si no eres capaz de amarte, respetarte, aceptarte y perdonarte...

¿Qué esperas hacer de los demás?


jueves, 7 de agosto de 2014

El tacto

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra
En cualquier manual de medicina podemos leer algunas características universales del sentido del tacto. Por  ejemplo: que la piel tiene más peso que cualquier otro órgano de los sentidos: supone el 20% del peso total del cuerpo del recién nacido y el 18%  en el adulto.
miércoles, 6 de agosto de 2014

Nada es porque sí



Aunque lo pareciera, NADA ES PORQUE SI...
Hay algo detrás que da luz y lo desvela.

La gente sabia es la que sabe descubrir la verdad detrás de las cosas.

martes, 5 de agosto de 2014

Lo que buscas
está en ti



Puedes buscar muchas cosas fuera, pero lo más grande y maravilloso está dentro de ti, en tu interior y nada ni nadie te lo podrá robar.

Lo que buscas está dentro de ti


domingo, 3 de agosto de 2014

De un azul intenso

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Azul, foto Jesús Aguado
A veces, como hoy, me quedo observando el cielo embelesada en su color. Un azul intenso que llena de paz y serenidad el momento. Sin nubes. Liso y suave. Envolvente.
Pareciera que nada malo pudiera ocurrir bajo ese cielo, que todo es orden, que todo es paz.
Y sin embargo, la gente muere bajo ese mismo cielo en Siria, en Palestina, en Ucrania… por balas lanzadas también bajo el mismo cielo por gente cercana. Y mueren en África por hambre, cobijados por el mismo cielo. Y en Colombia por ajustes de cuentas, bajo el mismo cielo. Y en pueblos cercanos, por adicciones, imprudencias o malos entendidos, bajo el mismo cielo. Y en otros tantos lugares. Todos bajo el mismo cielo.
Cuesta creer que, mientras contemplo esta belleza, en el mundo pasen estas cosas. Cuesta entender que no basten la palabra y la buena intención para comunicarse y relacionarse. Cuesta comprender que todos los seres humanos, siendo en esencia iguales, sean tratados por la vida de forma tan distinta. Pero ésta es la realidad.
Y me viene a la memoria un antiguo proverbio japonés que dice algo así como que nadie puede ser feliz mientras los de su alrededor no lo sean también. Y creo que ahora lo entiendo.
Porque en estos momentos el cielo no me parece tan azul (su intensidad se ha apagado) ni me transmite tanta paz.
sábado, 2 de agosto de 2014
viernes, 1 de agosto de 2014

Neutro... NO

El rincón del optimista
Juan
No dejes de caminar aunque las nubes grises lo cubran todo.
Buscamos constantemente esa posición neutra, ese gris que nos deje en la indiferencia, la imparcialidad, la indefinición, a medio camino entre el bien y el mal, entre el norte y el sur, entre dentro y fuera de la realidad que vivimos. El neutrón es una partícula sin carga, ni positiva ni negativa.