El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
lunes, 31 de agosto de 2015

Sabiduría Tolteca


En diversas ocasiones este BLOG ha dicadado sus entradas
a la SABIDURIA TOLTECA.
Hoy lo hacemos de forma resumida para todos

domingo, 30 de agosto de 2015

Estar en el paraíso

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Un trocito de paraíso. Foto Jesús Aguado.
La publicidad nos vende visiones paradisíacas de lugares o entornos en los que seremos, sin ningún género de duda, inmensamente felices: playas tropicales sin mosquitos, parques acuáticos sin aglomeraciones ni gritos ensordecedores, fiestas sin fin, vacaciones familiares sin discusiones... En fin, nada que ver con la realidad.
Lo que la publicidad no dice es que para ir al paraíso no hace falta hacer grandes cosas. Al paraíso se va si uno quiere realmente ir.
¿Se trata de un lugar? ¿De un viaje caro y alternativo? ¿De turismo de masas? ¿De no hacer nada? ¿De hacer mucho? ¿De ir a los sitios de moda para contarlo después? ¿De hacer lo esperable o justo lo contrario? ¿De huir para no tener que tomar decisiones? ¿De desaparecer por un tiempo?
Yo me he sentido en el paraíso en circunstancias objetivas que nadie dudaría en calificar de nefastas. Y he contado los días que quedaban para irme de un hotel de lujo con acceso a playa. Luego el lugar es lo de menos.
Lo que realmente me hace sentir en el paraíso es estar a gusto conmigo misma. El sentirme centrada en el momento en el que estoy y aceptando la situación que me rodea. Eso es mi paraíso y, supongo, el de todos. Pero, claro, esto no vende.
Nunca pregunto a mis compañeros dónde han estado por vacaciones, sino cómo han estado. Pero rara vez responden a la pregunta. Me cuentan dónde estuvieron con un sinfín de detalles, eso sí. Sólo una vez, un compañero me dijo que había estado en su pueblo, viviendo.
sábado, 29 de agosto de 2015

Yo no soy yo

Juan Ramón Jiménez


Soy este
que va a mi lado sin yo verlo;
que, a veces, voy a ver,
y que, a veces, olvido.
El que calla, sereno, cuando hablo,
el que perdona, dulce, cuando odio,
el que pasea por donde no estoy,
el que quedará en pié cuando yo muera.  
viernes, 28 de agosto de 2015

Historia de un ataque de pánico

Manuel Olalla
Neurofeedback Valencia
“La primera vez que me ocurrió estaba cenando con mi pareja en su casa. No había pasado nada especial, la cena había sido tranquila y la conversación sobre temas normales del día a día. No puedo recordar bien cuando empezó, en un momento estaba en un estado normal y en el siguiente empecé a sentir que algo iba mal. No recuerdo el primer síntoma, seguramente las palpitaciones, pero también pudo ser la dificultad para respirar. Me asusté mucho. No sé por qué, pero me levanté y me fui a un rincón del comedor. Sentía verdadero terror. Me faltaba el aire y al mismo tiempo pensaba que el corazón se me saldría del pecho. Sudaba. Mi cara ardía. Era como si estuviera fuera de mi cuerpo. Como si mi pareja a mi lado sin saber qué hacer no estuviera a mi lado. Como si no fuera yo. Y como vino se fue. Aunque el terror siguió atenazando mi pecho mucho tiempo después de que terminara. Fue terrible”.
“La segunda vez estaba con mis padres. El episodio fue similar, pero las consecuencias no. Se asustaron más que yo. Me llevaron a urgencias y allí me ingresaron en el área psiquiátrica. Yo quería irme de allí y no me dejaban. Me atiborraron de medicación. Estaba zombi. Estuve 4 días y luego me dejaron ir.” 
“Vivo con miedo continuo. ¿Cuándo ocurrirá de nuevo?”. 
Los ataques de pánico, antiguamente denominados crisis de angustia, son reacciones físicas que no podemos controlar de sudoración, palpitaciones y ahogo. Pueden ir acompañadas de otros síntomas, como náuseas, mareos, escalofríos o sensación de calor. Además de los síntomas físicos, es habitual sentirse invadido por el miedo de no poder controlarse e, incluso, por el miedo a morir y, en ocasiones, con sensaciones de irrealidad. 
Es un trastorno mucho más habitual de lo que se piensa, que muchas personas padecen sin ser plenamente conscientes de ello, asociándolo a causas físicas. Muchas personas que han padecido una sensación de ahogo incontrolable, que se siente a veces en los cines o en lugares en los que confluye mucha gente, como centros comerciales o el transporte público, unida a una sensación de miedo o angustia, pueden estar padeciendo un ataque de pánico. 
Cuando se ha padecido algún ataque de pánico es difícil olvidarlo y en la mayoría de los casos se desarrolla un miedo, casi irracional, a que vuelva a ocurrir, haciendo lo posible por evitar las situaciones que se asocian con el mismo. 
El miedo a sufrir un nuevo ataque de pánico es tan fuerte que se llega al extremo de no querer salir de casa o hacerlo sólo si es acompañado de alguien en quien se tiene plena confianza. 
Se evitan los lugares públicos y, en muchas ocasiones, se tiene que “huir” cuando se siente una situación como no controlada. 
En el cine se buscan siempre asientos cerca del pasillo o de la puerta de salida. 
Se evita el transporte público, en ocasiones en horas punta, en la mayoría de los casos en cualquier momento. 
Se tiene miedo de andar por la calle. 
Estos síntomas, asociados habitualmente a haber padecido previamente un ataque de pánico, se les denomina agorafobia. 
Las bases neurofisiológicas del ataque de pánico existen en todas las personas y se derivan de las respuesta de un sistema cerebral llamado sistema parasimpático. 
jueves, 27 de agosto de 2015

Oración

Mahatma Gandhi

Señor

Ayúdame a decir la verdad delante de los fuertes
y a no decir mentiras para ganarme el aplauso de los débiles.

Si me das fortuna, no me quites la razón,
Si me das el éxito, no me quites la humildad,
Si me das humildad, no me quites la dignidad.
Ayúdame siempre a ver la otra cara de la medalla,
No me dejes inculpar de traición a los demás por no pensar igual que yo.

Enséñame a querer a la gente como a mi mismo
Y a no juzgarme como a los demás. No me dejes caer
En el orgullo si triunfo, ni en la desesperación si fracaso.
Más bien recuérdame que el fracaso es la experiencia
que precede al triunfo.

Enséñame que perdonar es un signo de grandeza
Y que la venganza es una señal de bajeza.
Si me quitas el éxito, déjame fuerzas para aprender del fracaso.
Si yo ofendiera a la gente, dame valor para disculparme y si
La gente me ofende, dame valor para perdonar.

¡Señor… si yo me olvido de ti, nunca te olvides de mí!
miércoles, 26 de agosto de 2015

Simplicidad




Nos complicamos la vida
Vamos corriendo de un lado para otro
Nos metemos en miles de asuntos
Buscamos por aquí y por allá
Nos agotamos
Hoy proponemos buscar la simplicidad
Ahí podemos llegar a lo esencial
martes, 25 de agosto de 2015

La hormiga
y su carga

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

Hace unos días que nuestro amigo Teo de Badajoz (así es como se le conoce) me iluminó el día con un bello cuento, que hoy quiero compartir con vosotros. Dice así:
Una soleada mañana observando un hormiguero me llamó la atención una hormiga negra, de mediano tamaño que portaba una pajita que era seis veces más larga que ella misma. Caminaba despacio, como si le costara mantener el equilibrio. Después de avanzar casi un metro con semejante carga, llegó a una especie de grieta, estrecha pero profunda, formada entre dos grandes piedras. Probó cruzar de una manera y de otra, pero todo su esfuerzo fue en vano, hasta que por fin la hormiga hizo algo insólito: con gran habilidad apoyó los extremos de la pajita en un borde y otro de la grieta, y así se construyó su propio puente, sobre el cual pudo atravesar el abismo. Al llegar al otro lado, tomó nuevamente su pesada carga y continuó su esforzado viaje sin ningún inconveniente.
La hormiga, pues, supo convertir su carga en el instrumento de su salvación. De no haber tenido esa pesada carga no habría podido continuar su camino.
En la vida cotidiana, muchas veces, nos quejamos  de las dificultades o contrariedades que encontramos en nuestra existencia: incomprensión de algún ser querido, una enfermedad, una pérdida de trabajo, etc. y eso que en un principio puede ser nuestro abismo, si lo sabemos manejar, se puede convertir en puente para crecer psicológicamente y aprender en la dificultad.
Así, pues, podemos afirmar que toda adversidad situacional, biográfica o espontánea es un punto de inflexión de nuestra existencia humana, que puede ser peligro de ruptura, pero también de oportunidad, para desarrollar nuestras capacidades. Es lo que le ocurre al niño, que tras un proceso febril (por la estimulación de la hormona de crecimiento) siente que sus pantalones le quedan cortos, o que ya no necesita la silla para alcanzar el bote de colacao. Ha crecido con la enfermedad.
Todos conocemos a personas que han sabido transformar su “deficiencia” o “carga” en facilitador de su crecimiento personal: el amigo introvertido que se dedicó a la investigación, la persona que padece una discapacidad y se convierte en la alegría de la casa o el familiar que padece una cardiopatía y ahora es un brillante cardiólogo y un largo etcétera. Son personas que, como la hormiga,  su “carga” ha supuesto el trampolín para su presente bienestar. 
lunes, 24 de agosto de 2015

El soñador

Caligrafía de emociones
Jose

He aquí un soñador,
alguien fuera de la realidad,
alguien que saltó pensando que volaría.

He aquí un soñador,
alguien cuya ingenuidad consiguió lo mejor de él,
alguien que corrió pensando que nadie podía atraparlo.

He aquí un soñador,
alguien que sueña y no quiere despertar,
porque la vida en sus sueños
es mas justa que en verdad.
domingo, 23 de agosto de 2015

Extraña filosofía

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Subterráneos

Un día de estos en los que, inusualmente, me tumbé al sol sin otro quehacer que dejarme acariciar por él, escuché algo que me estropeó el momento. Normalmente siempre voy a todas partes acompañada de un libro y, si lo hubiera tenido a mano, no hubiera dudado en leer para no escuchar, pero no era el caso y me tragué la conversación ajena.

Un señor ya entrado en años decía a otro – y éste lo reafirmaba- mientras tomaban el sol: “esta es una puta vida y si no eres un cabrón no vales para nada. Te comen” (palabras textuales).

La afirmación me dolió, no ya porque dos hombres mayores compartieran tal filosofía, sino porque ambos tienen hijos y, probablemente, nietos, y esta forma de pensar se extiende más allá de sus palabras.

Me dolió que vieran la vida de forma tan negativa, cuando, a tenor de lo que hablaban, no parecían vivir tan mal. Me dolió que la única salida apuntada fuera ser peor que los demás para sacar un beneficio mayor, cuando el mayor beneficio que yo creo que existe es estar a gusto con uno mismo. Me dolió el tono con que fueron pronunciadas, agresivo y cínico. Me dolió la normalidad con la que se expresaban.

¿Realmente se trata de vivir así, pisando antes de que te pisen, engañando, en guarda contra todos y envueltos en una desconfianza atroz? ¿Es eso lo que han enseñado y enseñan a los suyos? ¿No se puede vivir de otra forma?

Ignoro si esta manera de pensar está muy extendida o no. Normalmente me rodeo de gente afín a mis ideas y éstas no se corresponden con tal afirmación. Tal vez la equivocada sea yo, pero me niego a tener tal filosofía de vida.

sábado, 22 de agosto de 2015

La vida es
el arte del encuentro

Facundo Cabral


Como los budistas, sé que la palabra no es el hecho. Si digo manzana no es la maravilla innombrable que enamora el verano, si digo árbol apenas me acerco a lo que saben las aves, el caballo siempre fue y será lo que es sin saber que así lo nombro.
Sé que la palabra no es el hecho, pero sí sé que un día mi padre bajó de la montaña y dijo unas palabras al oído de mi madre, y la incendió de tal manera que hasta aquí he llegado yo, continuando el poema que mi padre comenzó con algunas palabras.
Nacemos para encontrarnos (la vida es el arte del encuentro), encontrarnos para confirmar que la humanidad es una sola familia y que habitamos un país llamado Tierra. Somos hijos del amor, por lo tanto nacemos para la felicidad (fuera de la felicidad son todos pretextos), y debemos ser felices también por nuestros hijos, porque no hay nada mejor que recordar padres felices.
Hay tantas cosas para gozar y nuestro paso por la Tierra es tan corto, que sufrir es una pérdida de tiempo. Además, el universo siempre está dispuesto a complacernos, por eso estamos rodeados de buenas noticias. Cada mañana es una buena noticia. Cada niño que nace es una buena noticia, cada cantor es una buena noticia, porque cada cantor es un soldado menos, por eso hay que cuidarse del que no canta, porque algo esconde. Eso lo aprendí de mi madre que fue la primera buena noticia que conocí. Se llamaba Sara y nunca pudo ser inteligente porque cada vez que estaba por aprender algo, llegaba la felicidad y la distraía, nunca usó agenda porque sólo hacía lo que amaba, y eso se lo recordaba el corazón. Se dedicó a vivir y no le quedaba tiempo para hacer otra cosa.
De mi madre también aprendí que nunca es tarde, que siempre se puede empezar de nuevo, ahora mismo, le puedes decir basta a la mujer (ó al hombre) que ya no amas, al trabajo que odias, a las cosas que te encadenan, a la tarjeta de crédito, a los noticieros que te envenenan desde la mañana, a los que quieren dirigir tu vida, ahora mismo le puedes decir basta al miedo que heredaste, porque la vida es aquí y ahora mismo.
Me he transformado en un hombre libre (como debe ser), es decir que mi vida se ha transformado en una fiesta que vivo, en todo el mundo, desde la austeridad del frío patagónico a la lujuria del Caribe, desde la lúcida locura de Manhattan al misterio que enriquece a la India, donde la Madre Teresa sabe que debemos dar hasta que duela.
Caminando comprobé que nos vamos encontrando con el otro, lenta, misteriosa, sensualmente, porque lo que teje esta red revolucionaria es la poesía. Ella nos lleva de la mano y debajo de la luna, hasta los últimos rincones del mundo, donde nos espera el compinche, uno más, el que continúa la línea que será un círculo que abarcará el planeta. Esta es la revolución fundamental, el revolucionarse constantemente para armonizar con la vida, que es cambio permanente, por eso nos vamos encontrando fatalmente para iluminar cada rincón. Que nada te distraiga de ti mismo, debes estar atento porque todavía no gozaste la más grande alegría ni sufriste el más grande dolor. Vacía la copa cada noche para que Dios te la llene de agua nueva en el nuevo día. Vive de instante en instante porque eso es la vida.
Me costó 57 años llegar hasta aquí, ¿cómo no gozar y respetar este momento? Se gana y se pierde, se sube y se baja, se nace y se muere. Y si la historia es tan simple, ¿porqué te preocupas tanto?. No te sientas aparte y olvidado, todos somos la sal de la Tierra. En la tranquilidad hay salud, como plenitud dentro de uno.
Perdónate, acéptate, reconócete y ámate, recuerda que tienes que vivir contigo mismo por la eternidad, borra el pasado para no repetirlo, para no abandonar como tu padre, para no desanimarte como tu madre, para no tratarte como te trataron ellos, pero no los culpes porque nadie puede enseñar lo que no sabe, perdónalos y te liberarás de esas cadenas.
Si estás atento al presente, el pasado no te distraerá, entonces serás siempre nuevo. Tienes el poder para ser libre en este mismo momento, el poder está siempre en el presente porque toda la vida está en cada instante, pero no digas “no puedo ni en broma” porque el inconsciente no tiene sentido de humor, lo tomará en serio y te lo recordará cada vez que lo intentes.
Si quieres recuperar la salud abandona la crítica, el resentimiento y la culpa, responsables de nuestras enfermedades. Perdona a todos y perdónate, no hay liberación más grande que el perdón, no hay nada como vivir sin enemigos. Nada peor para la cabeza y por lo tanto para el cuerpo, que el miedo, la culpa, el resentimiento y la crítica que te hace juez (agotadora y vana tarea) y cómplice de lo que te disgusta. Culpar a los demás es no aceptar la responsabilidad de nuestra vida, es distraerse de ella. El bien y el mal viven dentro de ti, alimenta más al bien para que sea el vencedor cada vez que tengan que enfrentarse.
Lo que llamamos problemas son lecciones, por eso nada de lo que nos sucede es en vano. No te quejes, recuerda que naciste desnudo, entonces ese pantalón y esa camisa que llevas ya son ganancia. Cuida el presente porque en él vivirás el resto de tu vida. Libérate de la ansiedad, piensa que lo que debe ser será, y sucederá naturalmente.

viernes, 21 de agosto de 2015

Confía



La vida es algo tan simple y sencillo como esto:

Estás en el lugar correcto.

En el tiempo correcto.

Con las personas correctas para tu evolución.

Simplemente una cosa: CONFIA.

Confía más allá de tu mente.
Confía más allá de tu corazón.
Confía más allá de tus circunstancias y seguridades.

¿Acaso eres tú más sabio que la vida?

Déjate llevar.

Deja fluir la vida en ti.
jueves, 20 de agosto de 2015

Volvemos
a Santiago,
desde Roncesvalles

La Organización


Ante la buena acogida que tuvo la experiencia de caminar por etapas desde León hasta Santiago de Compostela, vamos a retomar desde el T.E. de León dicha iniciativa desde RONCESVALLES.
Quiere ser ésta una oportunidad de vivir una experiencia de encuentro, de familia, de interioridad, de contacto con la naturaleza y con lo mejor de cada uno de nosotros.
Nuestra primera etapa será de dos días, el 17 y 18 de octubre. De Roncesvalles a Zubiri y de Zubiri a Pamplona. Descansaremos en una residencia en Pamplona, que incluirá la cena del sábado y el desayuno y comida del día siguiente.
El precio será lo más económico posible, para facilitar que el mayor número de personas puedan asistir. Y si alguien tuviera dificultades, que lo comunique en la sede del T.E.
El tiempo está garantizado. La ilusión será grande. El buen ambiente está creado ya desde hoy. Y las sorpresas serán muchas y variadas.
Todos a la fuente. Todos a Roncesvalles.
"Cada paso hasta Santiago es un encuentro con lo mejor de la vida".

miércoles, 19 de agosto de 2015

Reinicia tu atención plena en tan solo
un minuto

Jeff Foster.


He aquí una invitación para salir del drama de tu vida, de la complicada historia del pasado y futuro, y contactarte con lo que está realmente vivo, justo donde estás... 
Dedica unos momentos a sentir tus pies en el piso; nota la forma como suavemente pisan la tierra.
En silencio recuérdate a ti mismo: "Soy aquí. Esto es ahora". 
Siente la plenitud y la pesadez de todo tu cuerpo, su peso, mientras es amorosamente atraído hacia la tierra por la gravedad. Permite que el cuerpo se relaje, se sumerja, se deje caer en el abrazo incondicional de la gravedad. 
No trates de controlar tu respiración, solo nota su profundidad, su ritmo, su cualidad; observa cómo tu vientre se eleva y relaja a medida que se llena de oxígeno... cuándo se vacía... cuándo se recarga. Siente el profundo arraigo de tu aliento en este momento presente. Observa si se ralentiza o profundiza un poco con tu gentil atención. 
Ahora, comienza a notar y a permitir todas las sensaciones que surjan en el cuerpo: en la frente, en la parte posterior de la cabeza, en la mandíbula, en el cuello y hombros, en el pecho, en la barriga, en las nalgas. Observa si hay alguna tensión, opresión, contracción, o dolor en alguna parte. Permite plenamente todas las sensaciones, abre tu sensibilidad en ellas y alrededor de ellas, respira en cada una, déjalas que se muevan, que se expandan, que se intensifiquen, que se disuelvan o que se queden. No estás tratando de eliminar ni crear sensaciones. No tienes que etiquetarlas o juzgarlas tampoco. Solo mantente curioso, presente. 
Permite todos los pensamientos e imágenes de la mente. No trates de detener o silenciar pensamientos acerca del pasado, presente o futuro; dales libertad y espacio para respirar, ahora. Recibe los siempre cambiantes sonidos del momento presente, también; como a los pensamientos, permíteles ir y venir, surgir y desaparecer en forma natural en tu presencia consciente, como olas en el inmenso océano. 
Pasa un momento habitando, saboreando, admitiendo plenamente esta presente escena de la película de tu vida, conforme se despliega momento a momento. 
Descansando por un momento, podrías encontrarte a ti mismo bostezando, o con escalofríos, o simplemente relajándote a medida que la tensión desaparece. Podrías sentirte de pronto triste o alegre, lleno de energía o cansado. Podrías sentirte más presente, arraigado, conectado... o quizás no. Todo está bien; solo deja que tu experiencia sea lo que es, y nunca la compares con nada más.

martes, 18 de agosto de 2015

Cuando
yo no me quiero...

Conversaciones con mi mente
M.ª José Calvo Brasa

Cuando yo no me cuido busco desesperadamente a alguien que lo haga por mi, mientras yo me desaliño y me abandono.

Cuando yo no me respeto ni me valoro, insisto en que los demás lo hagan, sintiéndome infantil y curiosamente, incapaz de cuidar de nadie.

Cuando yo no miro por mi, busco quien lo haga, quien ponga en mi interior esos valores y cualidades que yo no me encuentro ni me molesto en descubrir.

Cuando yo no me amo, impongo ese amor, que ni tengo ni se dar, en otros, quejándome de su egoísmo cuando no surge lo que pretendo. Acuso al mundo de dejarme de lado, sin ver que antes me dejé yo a mi; sin darme cuenta que nadie podrá darme nunca aquello que yo no sepa darme.

Cuando yo no me quiero no soy consciente que la medida del amor que tengo es ese descuido y, o bien lo atraigo para mi, o bien lo concedo a otros, o bien ambas cosas; porque sólo damos lo que tenemos y si tenemos descuido y desamparo, no podemos dar otra cosa; porque solo entendemos lo que vemos y si nuestro recipiente es la cuadrada caja del desaliño, no podremos ver nunca la cilíndrica caja del amor. Todo empieza en casa y como seres completos que somos, todo es importante en el cuidado y respeto por nosotros mismos.

Decía Buda: “cuida tu exterior tanto como tu interior, porque ambos son uno”. Sabiduría de siglos que nos dice que todo en nosotros es valioso e importante. De nada sirve cultivar un faceta si se olvida la otra, porque somos seres holísticos y cuando nos amamos y nos respetamos, todo nos importa, desde la calma, con alegría y dulzura hacia lo que somos: seres completos, únicos y perfectos… Cuando no nos amamos, olvidamos lo que somos y nos vemos incompletos, solos e imperfectos, y como tal actuamos, mendigando un hada madrina o un príncipe azul que mágicamente vea eso que no vemos… y que así jamás veremos ni dejaremos que vean.

lunes, 17 de agosto de 2015

Escuchar el silencio



Invitamos a los seguidores del blog
A escuchar el silencio
Con paciencia
Con perseverancia
No es fácil
Parece que no se consigue nada
Parece que es tiempo perdido
¡Qué va!
Poco a poco irás notando su enorme valor
Qué gran sabiduría:

¡Escuchar el silencio! 
domingo, 16 de agosto de 2015

Tormenta de verano

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


Hay días en verano, cuando el calor es bochornoso y la sequedad ambiental parece ahogarnos, en que necesitamos lluvia, humedad, refresco, un poco de vida. Hay días en que necesitamos un remojón ambiental.
Y entonces el cielo se carga ennegreciéndose, la vida parece suspenderse y un viento ligero anuncia la llegada de la tormenta. Una tormenta que nos puede arruinar los planes, es verdad, pero que todos agradecemos.
La tormenta nos obliga a buscar refugio, a permanecer encerrados, a olvidarnos de playa y piscina, pero también nos regala desahogo, fuerza y espectáculo. Y después, cuando termina, una paz y una luminosidad preciosas.
Me gusta pasear por el monte después de una tormenta. Las hojas de los árboles brillan perladas por las gotas de agua, el aire huele a las flores recién lavadas y a la tierra mojada, los colores parecen intensificarse y todo tiene una pátina renovada. Hasta el canto de los pájaros suena más alto y nítido.
De niña me daban mucho miedo las tormentas. Miedo heredado. Con el paso del tiempo he aprendido a observarlas y casi a disfrutarlas. Respiro el viento que las precede, observo los rayos con los que se visten, escucho los truenos con los que se hacen notar y las veo marchar dejando tras sí un ambiente limpio y reluciente.
La tormenta no sólo purifica el ambiente. También nosotros parecemos más ligeros y livianos tras su paso, más descansados y sosegados. Tal vez sea porque, ante su fuerza y magnitud, nos sentimos sobrecogidos e indefensos y no nos queda otra opción que aceptar lo que hay. Sin resistencias.
sábado, 15 de agosto de 2015

Optimistas impuntuales

El rincón del optimista
Juan
Parece que los optimistas son malos gestores del tiempo… pero sólo parece.

La gente optimista es más impuntual que el resto. ¿Por qué? Según la Universidad de San Diego State (USA), la gente que tiende a pensar en positivo suele creer que dispone de tiempo suficiente para realizar demasiadas cosas, por lo que su optimismo se convierte en una rémora para su puntualidad. Y es que la ciencia trata de buscar una explicación a la impuntualidad crónica de algunas personas, como en el caso de la percepción alterada del tiempo de algunos individuos. Sin embargo, en esta ocasión se relaciona con una característica, a priori, positiva: el optimismo.

El mismo optimismo que tiene grandes beneficios para la salud mental: prolonga la vida, reduce el estrés y disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, tiene su lado negativo a la hora de quedar con las personas, ya que es probable que lleguen tarde a la cita.

Según este estudio, los optimistas son “malos gestores del tiempo”, es decir, personas que otorgan más importancia a una buena “foto general”, es decir, que la cita vaya bien, más que a detalles insignificantes como puede ser llegar 10 minutos tarde, por poner una tardanza aceptable. Por otro lado, la investigación también destaca los matices entre culturas, ya que la ‘puntualidad’ española, por ejemplo, es menos estricta que en otros países como Alemania, donde llegar 5 minutos tarde ya es entendido como una gran falta de respeto.

Particularmente pienso que la clave está en encontrar un equilibrio entre el optimismo y el respeto a las personas, para aprender a convivir con el resto sin afectar sus costumbres. Y yo creo que no soy optimista del todo porque no tengo la sensación de ser impuntual, aunque no debería decirlo yo, claro está. Como mucho llegaría dentro de los 5 minutos de cortesía, pero como no vivo en Alemania…

Asín sea.

viernes, 14 de agosto de 2015

La inteligencia
del corazón

Pax Vostrum
Beatriz


Esta vez voy a hacer un breve resumen de un libro que he leído y que me parece muy interesante y esclarecedor.  Un libro que habla de “cosas espirituales” desde un punto de vista científico, un libro que ayuda a comprender, entender, aceptar mentalmente determinadas cosas y que “viene muy bien” sobretodo a aquellos a los que nos dicen que somos “muy mentales”.
El libro es El Maestro del Corazón, de Annie Marquier.     
“El Maestro que reside en el Corazón permite al cerebro funcionar de forma óptima, abre la puerta a una inteligencia superior y activa unas facultades excepcionales y completamente nuevas”. 
El camino del corazón nos lleva  a una salud excelente, gran energía, eficacia, creatividad, alegría, satisfacción interior, una inteligencia global y una percepción más justa y rápida de la realidad.
Las últimas investigaciones en el campo de la Neurocardiología muestran que el corazón es un órgano sensorial y un sofisticado centro para recibir y procesar información.
El corazón tiene un sistema nervioso independiente, específico, bien desarrollado y extremadamente complejo de más de 40.000 neuronas, una gran red de neurotransmisores, proteínas y células de apoyo, cuya función principal es enviar información al cerebro, por lo que hay un biofeedback continuo de comunicación neurológica entre el cerebro y el corazón. 
Actualmente sabemos que circula información desde el corazón hacia el cerebro (más de la que recibe) y que ésta es de 4 tipos:
  • Neurológica: mediante la transmisión de impulsos nerviosos a través del nervio vago y de los nervios a lo largo de la columna vertebral.
  • Bioquímica: mediante la producción y gestión de hormonas y neurotransmisores. Hormonas como la ANF, que asegura el equilibrio general conocido con el nombre de “homeostasis”. El corazón también produce su propia adrenalina cuando la necesita y también oxitocina.
  • Biofísica: mediante ondas de presión que influyen en la actividad de las ondas cerebrales.
  • Energética: mediante interacciones electromagnéticas. El campo electromagnético de nuestro corazón es 5.000 veces más intenso que el del cerebro y se extiende alrededor del cuerpo humano hasta una distancia de entre 2 y 4 metros. De este modo todos los que nos rodean reciben la información energética contenida en nuestro corazón. La energía eléctrica producida por el corazón se transfiere a todas las células del cuerpo físico. Este campo magnético del corazón cambia en función del estado emocional.
En la actualidad se conocen todos estos datos gracias a la ciencia. Pero en el saber popular siempre ha existido una inteligencia del corazón.  Hay numerosos dichos en nuestra lengua española relacionados con el corazón: “habla con el corazón”, “nos ha llegado directamente al corazón”, “te lo digo con el corazón en la mano”, “lo hace de corazón”, o cuando hablamos de nosotros mismos lo indicamos con un gesto llevándonos la mano al pecho. Parece que, instintivamente, sentimos que lo que somos de verdad no se encuentra en la cabeza sino en el pecho. También hemos oído la frase “el corazón tiene razones que la razón no entiende”.   Además, utilizamos la frase “me da buenas/malas” vibraciones. Esto indica el campo electromagnético o la energía que despide una persona.
En conclusión, estamos aprendiendo que existe un nuevo camino, el camino del corazón, una nueva manera de “funcionar” en el mundo, además del conocido camino de los mecanismos automáticos de la conciencia inferior que tanto sufrimiento nos generan.
miércoles, 12 de agosto de 2015

La empatía en la vida cotidiana

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

Un buen amigo, José Carlos Bermejos, prolífero escritor y sobre todo buena persona, comienza uno de sus libros, Empatía terapéutica (2012), con este bello relato:

“Dos pájaros estaban muy felices sobre la misma planta, que era un sauce. Uno de ellos se apoyaba en una rama, en la punta más alta del sauce, el otro estaba más abajo, en la bifurcación de unas ramas.

Después de un rato, el pájaro que estaba en lo alto dijo para romper el hielo:-¡Oh, que bonitas son estas hojas verdes!

El pájaro que estaba abajo lo tomó como una provocación y le contestó de modo cortante: Pero ¿estás cegato? ¿No ves que son blancas?

Y el de arriba, molesto, contesto: ¡Tú eres el que estás cegato! ¡Son verdes!

Y el otro, desde abajo, con el pico hacia arriba, respondió: Te apuesto las plumas de la cola a que son blancas. Tú no entiendes nada, so tonto.

El pájaro de arriba notaba que se le encendía la sangre y, sin pensarlo dos veces, se precipitó sobre su adversario para darle una lección. El otro no se movió. Cuando estuvieron cercanos, uno frente a otro, con las plumas encrespadas por la ira, tuvieron  la lealtad de mirar los dos hacia lo alto, en la misma dirección, antes de comenzar el duelo.

El pájaro que había venido de arriba se sorprendió: ¡Oh, qué extraño! ¡Fíjate que las hojas son blancas! E invito a su amigo: Ven hacia arriba, adonde yo estaba antes.

Volaron hasta la rama más alta del sauce y esta vez dijeron los dos a coro: ¡Fíjate que las hojas son verdes!”

Eso es la empatía: el ponerse en lugar del otro, “calzar sus zapatos” (que diría Rogers) a nivel cognitivo (comprender al otro) y emocional (sentir al otro). Es, pues, el arte de mirar la situación del prójimo con sus mismos ojos, es decir, perspectiva y sentimientos. Sentir “como si” fueran propios su envidia, sus celos, su rencor o su esperanza, su lealtad, etc.

Si en nuestra vida cotidiana todos fuéramos capaces de ponernos en el lugar del otro (el adolescente, el alumno, el trabajador, etc.) pero también a la inversa (los padres, el profesor, el empresario, etc.) la convivencia sería más fluida y más humana.

martes, 11 de agosto de 2015

El expositor

Conversaciones con mi mente
M.ª José Calvo Brasa

Dedicado a todas aquellas personas que alguna vez han pensado en abandonar sus sueños


Ignorante en la materia de enseres de oficina, contemplaba el montón de folletos y tarjetas desperdigados por la mesa de mi recién estrenado centro de terapias, pensando en cómo ordenarlos y exponerlos de forma más coherente. Algo tendrá que haber, pensaba, y con esa idea me fui a un lugar donde venden material de oficina. Expuse lo que buscaba y tuve al personal un rato pensando. Pasaron a mostrarme lo que entendían podría acercarse a mi idea, que eran simples bandejas para depositar cartas. No era aquello lo que yo deseaba y la respuesta inmediata que obtuve fue: “no existe”

Es algo habitual, por desgracia, encontrar personas que contestan a eso que buscas con un “no existe”. No pasa nada, esa es su visión y su problema. El nuestro es no hacer caso y seguir buscando, porque de haber consentido con ese “no existe”, yo no hubiera ido a otro lugar en el que descubrí que en realidad existen expositores de todas formas, gustos y precios. Compré mi expositor y descubrí, a modo de metáfora, que aquello que sueñas es real y posible. Muchas mentes pequeñas se empeñan en negar eso, sea porque realmente para ellos no es posible o sea porque su falta de valentía les impide o les impidió en su momento persistir en su búsqueda. Su realidad es esa y así intentan trasladársela a los demás. Eso está bien para ellos, sin duda. El problema es que esa realidad, que es suya, la asumamos como propia.

Sólo habla de frenos o dice “no existe” quien no hace nada por sus sueños. Los soñadores impulsan, creen y valoran. Por eso nunca dejemos de soñar ni de buscar aquello que soñamos porque todo es posible y quizá en el siguiente lugar descubramos que aquello que queremos está en una gran variedad de formas, tamaños y precios.

Por eso, soñadores, que nadie abandone sus sueños.

domingo, 9 de agosto de 2015

Ni so, ni arre

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Arreando. Foto Jesús Aguado
Dicen que la duda es la base de la filosofía. Y creo que es verdad, pues sólo quien duda es capaz de ponerse a buscar respuestas hasta que encuentre luz. Digamos que se trata de una duda activa que nos pone en marcha y nos hace reaccionar.
Pero existe otro tipo de duda, tal vez más común que la anterior, que no es precisamente activa sino todo lo contrario. Es esa duda que acaba paralizando el actuar, porque ve las ventajas de hacer o no hacer y las desventajas al mismo tiempo. Es una duda basada en el miedo a decidir.
El que sufre este tipo de indecisión lo pasa mal (muy mal) cuando tiene que decidir, pero también lo hace pasar mal a quienes le rodean.
Una de las enseñanzas básicas de la vida consiste en saber decir no y saber decir sí. Es cierto que, a veces, es difícil tener clara una decisión, que no vemos con nitidez, que no sabemos lo que queremos, que esperamos que alguien decida por nosotros o que, simplemente, dejamos pasar el tiempo para ver si ello da respuesta por sí solo. Pero también es cierto que, en la mayoría de los casos, esas dilaciones temporales sólo nos traen malestar y malos resultados.
Si esto es así –y lo es, todos lo sabemos- no sé por qué no aprendemos rápido a decir so o a decir arre. Tan sólo se trata de asumir las consecuencias de la decisión tomada que, en cualquier caso, siempre es mejor que tener que sufrir las consecuencias de una solución impuesta.
sábado, 8 de agosto de 2015

Jaula y libertad




Desde este blog nos apuntamos a la libertad.
Porque somos nosotros muchas veces los que nos cortamos las alas.
Suéltate. Eres libre.
viernes, 7 de agosto de 2015

Sobre
las relaciones




Alguien inteligente pintó en las calles de León:
"Las relaciones se pudren por falsas máscaras sonrientes"

Este BLOG añade:
"Las relaciones se nutren en la verdad y en la honestidad"

¿Que te parece, amigo/a internauta?
jueves, 6 de agosto de 2015

Aprende

Pablo Neruda

Recuerda que cualquier momento
es bueno para comenzar
y que ninguno es tan terrible para claudicar.
No olvides
que la causa de Tu presente es Tu pasado
así como la causa de Tu futuro será
Tu presente.
Aprende de los audaces,
de los fuertes,
de quien no acepta situaciones,
de quien vivirá a pesar de todo,
piensa menos en tus problemas
y más en Tu trabajo
y tus problemas sin alimentarlos morirán.
Aprende a nacer desde el dolor
y a ser más grande
que el más grande de los obstáculos.


miércoles, 5 de agosto de 2015

Hoy con
Charles Chaplin



La vida es una obra de teatro que no permite ensayos...
Por eso, canta, ríe, baila, llora
y vive intensamente cada momento de tu vida...
...antes que el telón baje
y la obra termine sin aplausos.

¡Hey, hey, sonríe!
más no te escondas detrás de esa sonrisa...
Muestra aquello que eres, sin miedo.
Existen personas que sueñan
con tu sonrisa, así como yo.

¡Vive! ¡Intenta!
La vida no pasa de una tentativa.

¡Ama!
Ama por encima de todo,
ama a todo y a todos.
No cierres los ojos a la suciedad del mundo,
no ignores el hambre!
Olvida la bomba,
pero antes haz algo para combatirla,
aunque no te sientas capaz.

¡Busca!
Busca lo que hay de bueno en todo y todos.
No hagas de los defectos una distancia,
y si, una aproximación.

¡Acepta!
La vida, las personas,
haz de ellas tu razón de vivir.

¡Entiende!
Entiende a las personas que piensan diferente a ti,
no las repruebes.

¡Eh! Mira...
Mira a tu espalda, cuantos amigos...
¿Ya hiciste a alguien feliz hoy?
¿O hiciste sufrir a alguien con tu egoísmo?

¡Eh! No corras...
¿Para que tanta prisa?
Corre apenas dentro tuyo.

¡Sueña!
Pero no perjudiques a nadie y
no transformes tu sueño en fuga.

¡Cree! ¡Espera!
Siempre habrá una salida,
siempre brillará una estrella.

¡Llora! ¡Lucha!
Haz aquello que te gusta,
siente lo que hay dentro de ti.

Oye...
Escucha lo que las otras personas
tienen que decir, es importante.

Sube...
Haz de los obstáculos escalones
para aquello que quieres alcanzar.
Mas no te olvides de aquellos
que no consiguieron subir
en la escalera de la vida.

¡Descubre!
Descubre aquello que es bueno dentro tuyo.
Procura por encima de todo ser gente,
yo también voy a intentar.
¡Hey! Tú...
ahora ve en paz.
Yo preciso decirte que... TE ADORO,
simplemente porque existes.


lunes, 3 de agosto de 2015

Somos el ingrediente que falta




“No se nos ha dicho que, en las mismas raíces de la civilización occidental, reside una tradición espiritual. Hay que pagar un precio para entrar en contacto con esta tradición. Siempre hay que pagar un precio, y, precisamente porque nadie ha querido pagarlo, las cosas están como están. El precio no ha cambiado: somos nosotros mismos, nuestra voluntad de ser transformados. Solo sirve eso, no puede ser menos.
No podemos apartarnos y mirar. No podemos distanciarnos porque precisamente nosotros somos el ingrediente que falta. Sin nosotros, las palabras solo son palabras. Y esta tradición no existió para edificar o entretener, ni siquiera para inspirar; existió para devolver al hombre a sus raíces.
[…] A muchos nos preocupa la extinción de todas las especies que el mundo occidental está exterminando. Pero casi nadie se da cuenta de lo más extraordinario de todo: de la extinción de nuestro conocimiento de lo que somos”.
Peter Kinsley: En los oscuros lugares del saber

domingo, 2 de agosto de 2015

Personas estudiables

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


A veces se cruzan en nuestra vida personas que yo he dado en llamar estudiables. Personas que arrastran una historia compleja que ha dado lugar a comportamientos extraños, distintos, incluso asociales. Personas con reacciones inesperadas o con “salidas de tiesto” que nos dejan boquiabiertos.
Cuando alguna de estas personas (no muchas) se ha cruzado en mi camino, he intentado entenderla, entrar en sus caos y tratado de hilar sus idas y venidas desde mi lógica y mis planteamientos.
En un principio suelo emocionarme cuando creo entender las reacciones y vislumbro un hilo conductor en su historia y en sus comportamientos. Pero, casi siempre, en un momento dado, la situación me supera y dejo de entender, de comprender y de querer estar a su lado. Supongo que esto se llama rendirse.
Las veces en que me ha ocurrido, en que he desistido de entender nada y me he rendido a la evidencia de que es una persona “rara” me guste o no, la relación o se ha perdido definitivamente o se ha mantenido desde la “rareza”.
Y es en este último caso donde, verdaderamente, he caído en la cuenta de que esa persona en sí es estudiable. Porque, a pesar de todo, permanece a mi lado, caminamos juntos este tramo de la vida y comparte su caos, aunque yo no vea lógica por ningún lado.
No veo lógica ni trama. No veo comportamientos consecuentes. No veo el hilo conductor que tanto busco. Pero siento su presencia en mí, siento su cariño, su ternura, su autenticidad y su amor. Amor caótico, eso sí.
sábado, 1 de agosto de 2015

Se veía venir

El rincón del optimista
Juan

Un poco de humor nos viene muy bien a esta altura de la canícula para mostrar la diferencia entre el optimista y el pesimista, o más como pensamiento de estos últimos. El siguiente texto se publicó en www.elmundotoday.com, un periódico digital con noticias de chufla de recomendable lectura por su ironía crítica que contrarresta toda la carga de sucesos que nos sirve a diario la prensa ‘seria’. Decía así:
La Asociación Española de Pesimistas ha citado esta mañana a los medios de comunicación en su sede en Barcelona “para comunicar una serie de cosas, si es que viene alguien, claro”. Contradiciendo todos los pronósticos de los pesimistas, varios redactores de distintos medios han acudido a la cita dispuestos a escuchar lo que la asociación tenía que decir. “Las cosas no están saliendo como esperábamos. Empezamos mal ya”, confesaba el organizador.
“No hay canapés ni nada. Lo digo por si preferís marcharos ya, si es que veníais con la idea de desayunar gratis, que lo entiendo”, ha aclarado otro responsable de la entidad. “No esperéis nada del otro mundo. Tenemos que comentar una serie de asuntos y, por un momento, pensamos que quizá nos daríais cierta difusión. Pero hay la tira de noticias más importantes, mucha gente queriendo decir cosas más urgentes que las nuestras, para qué engañarnos. Pero admitimos que está bien que haya venido alguien, aunque sea para cubrir el fracaso del evento en sí, que no tiene mucho sentido”, ha explicado el portavoz de la asociación, que no ha dicho cómo se llama “porque es el típico nombre que luego se te olvida”.
“Pues la cosa es que… bueno, veo que miráis el móvil. Me espero. Entiendo que hay cosas que tenéis que… si es que es normal. ¿Empiezo o hay mensajes que tenéis que contestar? Igual preferís volver por la tarde, que siempre hay menos lío”, ha propuesto el portavoz. “Pero por la tarde el tráfico empeora porque los niños salen de los colegios, siempre hay accidentes…”, ha agregado.
Tras unos minutos de silencio, los pesimistas han hablado entre ellos entre susurros y, levantándose, han dado por concluida la rueda de prensa. “Mirad, que sabemos que tenéis cosas que hacer y tampoco tiene mucho sentido que os digamos lo que os tenemos que decir porque las cosas no van a cambiar mucho. No hay nada que vosotros podáis hacer en realidad. Esto está siendo un desastre”, ha sentenciado el responsable de la asociación.
Antes de despedir a los periodistas, los pesimistas no han querido desaprovechar la oportunidad de repartir unos folletos negros con la frase “¿Ves? Si ya te dije yo que no…”. Se trata, supuestamente, del lema de la próxima campaña que quieren difundir desde la entidad, aunque en el último momento los pesimistas han decidido cancelar el proyecto “porque sería un fracaso estrepitoso”.
“La hemos cagado. Lo siento. Pero también os digo que se veía venir”, ha dicho el portavoz antes de abandonar la sala.

Estoy de acuerdo con lo de que se venía venir.
Qué el mes de agosto os sea prepucio, digo propicio.
Asín sea.