El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
sábado, 31 de octubre de 2015

De lluvia y sol





Esta canción de Alvaro Fraile, para alegrarnos este sábado. Feliz día. Feliz fin de semana. Bienvenida al nuevo mes que nos está llamando con los brazos abiertos. Con buena cara.
viernes, 30 de octubre de 2015

18 consejos prácticos para superar el insomnio



Dormir es una de las funciones más necesarias para nuestro organismo ya que es durante las horas de sueño cuando nuestro cuerpo se recupera de la actividad diaria. Aquí tienes unas recomendaciones eficaces para crear una rutina que nos ayude a evitar esas largas noches de insomnio.
1. Sin luz. El cuerpo humano tiene una glándula llamada pineal sensible a la luz y que produce melatonina, también conocida como la hormona del sueño, cuando disminuye la luminosidad. Así pues es importante que la habitación esté a oscuras, sin luces encendidas, ni ventanas por donde entre la luz de las farolas. Como no siempre es fácil que una oscuridad sea absoluta, valora el uso de un antifaz para cubrirte los ojos.
2. En silencio. El silencio es muy importante para conciliar y mantener el sueño. En caso de que no sea posible, piensa en el uso de tapones para los oídos.
3. Temperatura. Duerme en una habitación bien ventilada, evitando el exceso de frío o calor. Cuando estamos dormidos, la temperatura interna del cuerpo baja, así que no es raro que los pies se enfríen, esto puede producir malestar y, por eso, nos despertemos. Usa calcetines a la hora de dormir o una bolsa de agua caliente.
4. Comida. Los expertos recomiendan cenar al menos una hora y media antes de ir a dormir e igualmente aconsejan no acostarse con hambre. No tomes algo dulce antes de dormir ya que eleva la glucemia y dificulta el sueño, además provocará que te despiertes en mitad de la noche cuando ésta comience a bajar.
5. Bebida. Por otra parte también se recomienda evitar las bebidas excitantes, como los refrescos de cola, el café y el té. No tomes ningún líquido las dos horas antes de irte a dormir, esto hará que te levantes menos para ir al baño. Hay infusiones que te ayudarán a relajarte, prueba a tomar tila, passiflora o valeriana.
6. Drogas y alcohol. No consumas drogas ni alcohol. Muchas personas creen que el alcohol y las drogas los relajan y producen somnolencia, pero no es así. El alcohol y las drogas perturban el sueño y aumentan las probabilidades de despertarnos a mitad de la noche.
7. Rutina. Procura acostarte y despertarte a la misma hora todos los días, incluso los fines de semana. Esto ayudará a que su cuerpo entre en un ritmo de sueño, lo que hace más fácil quedarse dormido y levantarse por las mañanas. Además recuerda ir al baño justo antes de acostarte para evitar levantarte durante la noche.
8. Contaminación electromagnética y tecnologías. Mirar la pantalla del ordenador, tener el móvil u otros aparatos que precisen un transformador cargándose cerca de la cabecera de la cama puede producir alteraciones. Si ves la tele, que no sea una película o un programa que cause tensión. Eso sucede con frecuencia en los programas que se emiten por la noche, que tratan de captar nuestra atención generando gran expectación en la audiencia.
9. El mito de las ocho horas. Los expertos aseguran que las horas de sueño dependen de cada persona y, por supuesto, de la edad.
10. Siesta. Mantén horarios regulares de alimento, ejercicio y sueño evitando las siestas. Si haces siesta, que no dure más de media hora.
11. Hacer ejercicio. No hagas ejercicio justo antes de acostarse (excepto si son de relajación), porque actuará como un excitante estimulando el organismo.
12. Dormitorio. Los expertos recomiendan usar el dormitorio sólo para dormir. Procura no ver la televisión o trabajar en la cama porque te costará más trabajo dormirte. También compartir la habitación puede afectar el sueño, en especial si la persona con la que comparte la habitación es inquieta o ronca. Si su compañero de cama interfiere constantemente con su sueño, considera la posibilidad de tener habitaciones separadas.
13. Colchón. Es muy importante dormir en un colchón adecuado. En caso de compartirlo, asegúrate que sea del tamaño adecuado.
14. Pijama. Procura que la ropa que uses para dormir no sea ni muy holgada ni tampoco muy apretada. El tejido más recomendable es el algodón por ser un tejido que transpira y regula la temperatura corporal.
15. Relajación. También puede ser útil practicar ejercicios de respiración o posiciones suaves de yoga antes de ir a la cama. Compra algún CD de música relajante para iniciar el sueño. Tomar un baño caliente, ducha o sauna antes de acostarse, ayuda ya que el cambio de temperatura que se produce le da la señal al cuerpo de que es hora de dormir.
16. Actitud. Antes de dormir, ve desacelerando tu actividad para bajar las revoluciones, no hagas tareas que requieran mucha concentración, ni trabajes hasta última hora. Además evita las discusiones antes de acostarte y no te lleves los problemas a la cama. El estrés puede producir insomnio: cuanto más desesperas por no poder dormir, más riesgo corres de quedarte despierto mirando el techo.
17. Despertador. Evita despertadores fuertes o estridentes puesto que es muy desagradable para el cuerpo que lo despierten de manera repentina.
18. Medicamentos. Algunos tratamientos interfieren en la calidad del sueño. Por otra parte, hay gente que precisa de medicamentos para lograr dormir. Estos se deberían de tomar de manera puntual y tratar de ir reduciendo la dosis o prescindiendo de ellos a largo plazo. 
Si tú eres de los que les cuesta decir "dulces sueños", seguro que estos consejos te van a ayudar a dormir mejor.
Y a ti, ¿te ha funcionado alguna otra recomendación para conciliar el sueño? ¿Cuál?

jueves, 29 de octubre de 2015

¿Qué es el mar?

Antiguo relato citado por Gisela ZUNIGA, Está todo ahí, Desclée de Brouwer


Erase una vez un hombrecillo de sal que yendo de camino por cálidas regiones y desiertos llegó a la orilla del océano. De pronto, descubrió el mar ante su vista. Nunca lo había visto con anterioridad, por lo que no entendió lo que era.
—¿Quién eres tú?, preguntó el hombrecillo.
—Soy el mar, respondió el océano.
—Pero, ¿qué es el mar?, siguió preguntando el hombrecillo.
—Yo, repuso el mar.
—No lo entiendo, murmuró para sí con tristeza el hombrecillo… ¿Cómo podría entenderte? ¡Me gustaría tanto hacerlo!
—Tócame, dijo el mar.
Entonces el hombrecillo tocó tímidamente al mar con la punta de los dedos. Y empezó a entender el misterio del mar. Pero enseguida se dio cuenta de que las puntas de sus dedos se habían desvanecido.
—¿Qué es lo que has hecho conmigo, mar?
—Me has hecho entrega de algo tuyo para poder entenderme —dijo el mar.
Entonces el hombrecillo empezó a disolverse lenta y suavemente en el mar, como una persona que llevase a cabo el acto más importante de su vida de peregrinación. Conforme iba sumergiéndose en el océano, se hacía cada vez más delgado. Pero en esa misma medida iba también teniendo la sensación de que cada vez entendía mejor al mar. El hombrecillo adelgazaba y adelgazaba, y mientras tanto seguía preguntándose:
—¿Qué es el mar?
Y entonces, una última ola lo consumió por completo. Pero en este último momento pudo hacer suya la respuesta del mar y decir:
— El mar soy yo.
miércoles, 28 de octubre de 2015

El Teléfono de la Esperanza en la Feria del Voluntariado

Nuria


Con un simple paseo entre las mesas de las diferentes ONG y asociaciones que se reunieron en la Plaza de Botines el pasado sábado, uno se da cuenta de lo que cada voluntario lleva en su equipaje: una maleta de ilusión, un pasaporte de entrega y un billete de ida y vuelta a la esperanza. Eso era lo que se respiraba en III la Feria del Voluntariado, cálidas sonrisas que atendían las dudas y preguntas de los que pasaron interesándose por nuestra labor. Y allí estaba el Teléfono de la Esperanza aportando su granito de arena, dejando claro a todo aquel leonés y foráneo que se acercaba, que allí tenía una voz amiga, una mano tendida a la VIDA.
Gracias a todos los voluntarios, a los amigos que pasaron a saludar, a los interesados que pidieron información, a los que ya nos conocían y mostraron su agradecimiento y, ¡cómo no!, a los que depositaron su ilusión en el 13113. ¡GRACIAS!
martes, 27 de octubre de 2015

Convocatoria del curso: “Conocimiento
de si mismo”


 
El Teléfono de la Esperanza de León convoca el CURSO “CONOCIMIENTO DE SI MISMO” los días  26, 27, 28 y 29 de noviembre de 2015. Será en Villagarcía de Campos.
Va dirigido para los que quieren ahondar en si mismos, descubrir las raíces de sus sufrimientos y abrir horizontes saludables, para aquellos/as que por fin quieran hacerse responsables de sus vidas, sin buscar culpables fuera y deseen dejar de vivir de “sus cuentos y fantasías”.
Es, además, imprescindible para las personas que quieran colaborar como orientadores en el Teléfono de la Esperanza.
El curso se realizará la mayor parte en régimen de internado en Villagarcía de Campos (Valladolid). El 26 de noviembre, jueves,  por la tarde, se llevará a cabo en la sede de León, marchando el viernes por la tarde a Villagarcía, donde permaneceremos hasta el domingo, 29 de noviembre, después de comer.  A partir de diciembre se realizará el seguimiento correspondiente.
Plazo de inscripción: hasta el día 10 de noviembre
Lugar de inscripción: Sede del Teléfono de la Esperanza, en Avda.  Padre Isla nº. 28, 4º izquierda. Por la mañana y por la tarde, de lunes a viernes. Ficha específica para este curso.
Coste: Aún por determinar. Hay que pagar los dos días de estancia completa en Villagarcía y los viajes de ida y vuelta. Estos últimos dependerá de cuantos participantes haya en el curso, porque podrán hacerse los trayectos en coches particulares o en microbús. Además cada participante hará la aportación voluntaria que estime oportuno.
Requisitos especiales: Para realizar este curso es necesario haber hecho algún taller o grupo previamente en el Teléfono de la Esperanza
lunes, 26 de octubre de 2015

Camino de Santiago: Desde Burlada a Villatuerta (Navarra)






Ante la buena acogida que tuvo la experiencia de caminar por etapas desde León hasta Santiago de Compostela, hemos retomado desde el T.E. de León dicha iniciativa desde tierras navarras, Roncesvalles.
Quiere ser ésta una oportunidad de vivir una experiencia de encuentro, de familia, de interioridad, de contacto con la naturaleza y con lo mejor de cada uno de nosotros.
Nuestra siguiente etapa será de dos días, el 14 y 15 de noviembre. Desde Burlada a Villatuerta. En total unos 40 Kilómetros distribuidos en dos etapas. Descansaremos en una residencia en Pamplona- Los Abedules, dependiente de la Universidad de Pamplona-  que incluirá la cena del sábado y el desayuno y comida del día siguiente.
Días: 14 y 15 de Noviembre.
Kilómetros: Dos etapas de 20,00 Km.
Precio: Cada persona al apuntarse abonará la cantidad de 85 euros para su billete de ida y vuelta en autocar. Este dinero no se devolverá en caso de no asistencia. El coste definitivo vendrá determinado por el número de participantes.
En el coste de 85 euros se incluye el viaje en autocar, el alojamiento en Pamplona en habitación individual con múltiples servicios, cena del sábado, y desayuno y comida del domingo.
Material necesario: Mochila, calzado apropiado y de repuesto (con calcetines de algodón dos pares), chubasquero y ropa de recambio.
Comida: Para la comida y tentempié del sábado lo que cada uno quiera llevar y cargar, así como la bebida.
Transporte: En autocar. Salida desde el aparcamiento de la Junta de Castilla y León
Concentración: En el aparcamiento de la Junta de Castilla y León a las 6,15 de la mañana. Se ruega puntualidad. El regreso previsible será sobre las 23,00 horas del domingo.
Apuntarse: Hasta el día 6 de noviembre en la sede del Teléfono de la Esperanza.
Para llevar a cabo la actividad será imprescindible que se apunten un mínimo de 25 personas. Número máximo de plazas: 55.
Queremos que el camino sea algo más que caminar, para lo cual se ofrecerán algunas posibilidades de abrir la mente y el corazón.
Responsabilidad de la actividad: Cada participante asume su propia responsabilidad en la marcha hasta Santiago. El T.E. no se hace cargo de posibles daños o accidentes.
Animamos a todos los orientadores/as, amigos/as, conocidos/as, participantes de los distintos grupos de desarrollo personal y demás familia, a que se unan a esta actividad lúdica. Tendremos tiempo para charlar, callar, disfrutar, reírnos, cansarnos, descansar, escuchar y escucharnos.

Podrá faltarme el aire,
el agua,
el pan,
sé que me faltarán.
El aire, que no es de nadie.
El agua, que es del sediento.
El pan… Sé que me faltarán.
La fe, jamás.
Cuanto menos aire, más.
Cuanto más sediento, más.
Ni más ni menos. Más.
                                                               Blas de Otero
domingo, 25 de octubre de 2015

Una canción

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Sin complejos. Foto Jesús Aguado

Casi siempre estoy cantando. Cuando estoy triste, para animarme. Cuando estoy contenta, para expresarme. Y cuando estoy en mi línea habitual, para acompañarme. Lo cierto es que canto muy a menudo, aunque he de admitir que la mayoría de las veces me invento la letra o la adapto a la situación. Es decir, no soy nada fiable en cuanto a letras de canciones.

En una ocasión, una alumna me regaló escrita la letra de una canción que me oía tararear insistentemente por los pasillos del Centro. Observadora como era, se dio cuenta de que siempre repetía lo mismo, así que, a final de curso, me entregó su manuscrito como un regalo de despedida. Reconozco que me hizo mucha ilusión, no tanto por la letra en sí –que conseguí aprenderla de una vez–  sino por el detalle.

Sí que fue un regalo de despedida porque no he vuelto a ver a aquella chica desde entonces pero, cada vez que abro un determinado libro, allí me encuentro la hoja de cuaderno escrita con letra redondita y decorada con dibujos, su firma y la dedicatoria. Me paro, la contemplo, a veces canto en voz alta la vieja canción y siempre, siempre, siempre, recuerdo el momento y envío mi energía y mi bendición a quien la escribió.

Hace poco me regalaron otra letra de otra canción y por otros motivos. La letra está entera pero la decoración sólo a medias. Quiero creer que esta vez no será una despedida sino un “acabemos juntos la decoración”.

Que así sea.

sábado, 24 de octubre de 2015

Reclamos inteligentes






Los reclamos publicitarios de una Academia de enseñanza de León, del Barrio de Santa Ana, son las frases inteligentes que hoy compartimos con nuestros internautas.
Si tú pusieras un negocio, ¿qué frase inteligente pondrías como reclamo?
Escríbela en nuestra pizarra de "comentarios"
Si pinchas en las fotos podrás ampliarlas y leer los mensajes. 




viernes, 23 de octubre de 2015

Camino desde Roncesvalles

Javi

Esta es la crónica de nuestro viaje a Roncesvalles, un viaje apasionante e ilusionante.

Como os digo, arrancamos temprano el sábado porque el viaje iba a ser largo pero, ya a estas horas el ambiente que se respiraba era de una gran alegría.

Nos dio tiempo a dar alguna cabezadita, a conversar, a escuchar algún poema de Blas de Otero, a conocer la historia de la zona por donde íbamos a transitar, a darnos cuenta que llegar a Roncesvalles costaba lo suyo.

¡Por fin llegamos! Aquí, en Roncesvalles, nos dimos nuestro abrazo de bienvenida, nos hicimos nuestra foto para la posteridad y nos dispusimos a comenzar nuestra etapa. ¡No había tiempo que perder!

Las nubes iban disipándose y el buen día nos iba a acompañar.

Quisimos comenzar a caminar en silencio, pensando en qué sería lo que queríamos ir dejando o desprendiéndonos en este camino, qué era lo que ya no nos iba a hacer falta.

Al mismo tiempo contemplamos la belleza de la naturaleza, los senderitos por los que caminábamos, los  pueblos tan bellos y cuidados que cruzamos, los contrastes de colores de las praderas y de las hojas secas del otoño.

Mas adelante nos agrupamos y decidimos ir de dos o de tres y hablar de nuestra experiencia.

Así rápido llegó la hora de la comida.

La tarde fue un poquito más dura por las continuas subidas y bajadas que iban haciendo mella en nuestras piernas pero no por eso menos atractiva e interesante.

Y así llegamos a nuestro punto final de la etapa que no era otro que Zubiri, cuyo puente nos dio el recibimiento.

Empezaba a anochecer, los rostros reflejaban el cansancio aunque no faltaba el buen humor.

Necesitábamos ya descansar y reponer fuerzas, pero todavía hubo tiempo para bailar una de nuestras danzas favoritas y para aprender los distintos tipos de abrazos que existen y lo bien que te sientes cuando recibes uno.

El domingo, una vez repuestas las fuerzas, nos dispusimos a comenzar la etapa con algunas gotitas de agua, que enseguida cesaron y el día estuvo genial, con una temperatura maravillosa, así que pudimos contemplar la niebla entre montañas, el olor de la hierba húmeda, la paz y la serenidad que da el caminar por minúsculos senderos, las arboledas que nos iban acogiendo y cubriendo...

Nuestra intención era acabar la etapa para la hora de comer y así fue.

Nos quedó un huequecito para conocer algunas de las calles y lugares emblemáticos de Pamplona antes de regresar a León.

Un viaje que se hizo relativamente corto entre ver una película, las entrevistas, los cuentos y poemas de algunos de vosotros, que tan bien sabéis contar.

Regresamos cansados pero con las pilas muy cargadas. El encontrarte, convivir, caminar, compartir unos días con personas a las que quieres y que notas que te quieren, con personas a las que te sientes cada vez mas unido... son miles los detalles que vamos compartiendo juntos. Notas el ambiente de confianza, de sinceridad, de amistad, de complicidad que hay, el ambiente que se respira de alegría, de sonreír, de pasarlo bien.

El tiempo de silencio interior, de escucha de la naturaleza, el tiempo que te dedicas a ti.

Los momentos de compartir, de caminar, de tender tu mano a otra persona, de ir en la misma dirección. De acoger a todos y que todos se sientan a gusto, la paz que te aporta el camino, el dejar a un lado el estrés, las preocupaciones, los problemas.

Ese pinzamiento o ese  dolor que te impide seguir caminando, así como todos esos pequeños detalles o gestos como un abrazo, ofrecerte una flor, contar un cuento, cantar una canción o dar las gracias, todas estas cosas que parecen tan sencillas son maravillosas y son muy grandes.

Cuando inicias una aventura como esta, te pueden tachar de loco –levantarte un sábado sobre las cinco de la mañana, viajar hasta Roncesvalles, nada menos,  caminar sábado y domingo y regresar para León a las once de la noche y el lunes a trabajar–, ¿dónde está el premio?

Para mí... ¡la satisfacción con la que vuelvo!

Dentro de unos días nos vamos a ir a hacer la siguiente etapa...  ¡ANÍMATE!

jueves, 22 de octubre de 2015

¿Tú qué vas a hacer?

Conversaciones con mi mente
M.ª José Calvo Brasa

Me quejo porque esto no me gusta, aquello me molesta y lo otro está muy mal. Si se tercia insulto a quien hace lo que no quiero que haga, porque es tonto el muy necio, ya que no es capaz de hacer las cosas como deben hacerse; o lo que es lo mismo, como yo digo que se hagan. Me quejo porque la vida no funciona como debería, que viene a ser tal como yo digo que tiene que funcionar, y sobre todo me quejo porque Dios, el Universo o lo que sea, que de paso digo que no existe, no sabe hacer su trabajo, que básicamente es lo que yo pienso que es trabajar en condiciones.

Todo está mal, todo me molesta. Aquí, desde mi cómodo sofá de mi salón, del que no oso moverme para hacer algo que yo considere que puede ayudarme o ayudar a los demás, bramo contra todo y contra todos porque básicamente, menos yo, todo funciona que da pena. La gente es muy mala y tonta, por eso me permito el lujazo de insultarla, faltaría más… a ver si espabilan y empiezan a moverse para hacer algo útil… para mi. El mundo está hecho una pena; no hay nada bueno… no aparece por ningún lado el hada madrina que, a golpe de varita, lo arregle todo de un plumazo… pero eso sí, como yo le diga que tiene que arreglarlo, no se vaya a equivocar la condenada. Y ese Dios del que tantos hablan y que, por cierto, no existe, no viene a darme todo lo que quiero, cuando quiero y como quiero, faltaría más… no vaya a inmiscuirse en cosas que no le incumben.

Quizá parezca una exposición extrema, pero abunda tanto… Tanta gente, como criaturas enrabietadas, clamando contra todo sin mover un dedo para hacer nada… ¿Merece la pena quejarse de todo y de todos desde la poltrona del sofá o es mejor levantarse para poner en marcha un sueño, una idea, una solución, aunque sea dando un paso de pulga al día? Quejarse es algo demasiado fácil, mientras se espera el bendito toque de no se sabe qué varita mágica, cuando resulta que la magia la llevamos con nosotros, con nuestro empeño diario. Quizá se trate sólo de escuchar a una persona que lo necesita, o de emprender una pequeña actividad que remueva un grupo de personas o ideas, o quizá… ¡hay tantos quizás! Tantas posibilidades para poner un rayo de color en la vida, que la actitud de quienes sólo se dedican a ejercer de plañideras desde su inmovilismo resulta penosa, propia de niños cabreados y no de adultos responsables que de verdad quieren hacer algo.

¿Nos seguimos quejando o miramos qué podemos mejorar y a quien podemos ayudar? ¿Tú qué vas a hacer?

miércoles, 21 de octubre de 2015

Renacer

Caligrafía de emociones
Jose


Todo está perdonado, está escrito.
Nada se olvida, también es cierto.
Esta es la oportunidad para un nuevo comienzo.
El amor, la libertad y la mirada.
martes, 20 de octubre de 2015

Claves para el manejo de la agresividad

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra


La agresividad es algo consustancial a  la naturaleza humana. Pero desde una perspectiva psicodinámica incluso la carga de agresividad maligna se puede reconvertir y ser un factor de crecimiento y desarrollo para el individuo. Lo negativo no es el potencial de agresividad destructiva de una persona, sino su falta de exteriorización y de expresión de forma saludable. Por esto, lo negativo no es el que el "niño sea agresivo", sino que no encuentre el camino para poder descargar sanamente su potencial destructivo.
Solamente a modo indicativo, mostraremos algunas conductas (unas más sanas que otras)  que el individuo puede elegir como salidas de su agresividad:
* la catarsis verbalizada y el movimiento catártico (el juego y el deporte):  es decir, proporcionar un ambiente o entorno familiar y social en el que la expresión de la agresividad, a travès de la palabra, sea un sentimiento más que se pueda compartir, como por ejemplo, el estar triste o feliz. Crear un clima familiar en el que la emoción (pena, alegría) se pueda expresar, pero también la rabia, los celos, la agresividad. "No te queremos menos por tu acto agresivo; te queremos más porque has sido capaz  de expresarte y reconocer tu fallo". Este podría ser un buen lema para una familia sana. En definitiva, los padres, como catalizadores del desarrollo humano de sus hijos, deberán facilitar  la libertad de sentir, no solamente la libertad de pensar y de  actuar.
En este encuadre se comprende lo beneficioso del deporte o los juegos, sobre todo al aire libre. Y en este mismo contexto se sitúa la conveniencia de los "juguetes bélicos" (dentro de un orden), como forma de vehiculizar la agresividad infantil.
* la profesión: en este último sentido es como se pueden considerar algunas de las profesiones " más agresivas”: carniceros, cirujanos  o  profesiones  de alto riesgo (toreros, trapecistas, etc.). Desde esta perspectiva podemos considerar estas profesiones como una manera humanitaria o lucrativa de reconvertir el potencial de agresividad.
* la sumisión: sobre todo un comportamiento "excesivamente sumiso" puede ser la otra cara de la agresividad maligna. El mecanismo profundo e inconsciente sería este: "tengo tanto miedo de mi alto nivel de agresividad que lo transformo en pasividad y en bondad".Puede ser una salida válida hasta que algún acontecimiento provoque una reacción desproporcionada entre el estímulo y la respuesta. En ese momento el enigma se aclara: "esta persona es más agresiva de lo que me esperaba".
* favorecer la autoestima: dos ideas básicas: cuando el niño triunfe (haber realizado un buen examen, haber hecho un buen partido de fútbol o una acción de solidaridad, etc.) no echarle un jarro de agua fría con comentarios como: " está bien, pero no te duermas en los laureles"; cuando fracase, apoyarle con palabras de aliento, transmitiéndole que lo queréis no por lo que hace (buenas notas) sino por lo que es  vuestro hijo.
* educar para la solidaridad: todo lo que sea potenciar la parte positiva del individuo (el compartir, el ayudar al otro, el sentir con el otro,  el respetar al otro, etc.) es una manera de combatir la agresividad, ya que esta solamente se neutraliza  con el amor ( pulsión del eros ).
¿Es evitable la agresividad? Es la misma cuestión que Einstein formuló en 1932 a Freud: "¿Qué  podría hacerse para  evitar a  los hombres el destino de la guerra?"  La respuesta fue drástica y desalentadora : "las guerras entre los hombres son, en la pràctica, inevitables".
lunes, 19 de octubre de 2015

La tristeza

Pax Vostrum
Beatriz
(Imagen: Personaje “La tristeza” de la película Inside Out).

La tristeza forma parte del juego de la vida. Es una de las emociones básicas del ser humano junto a la alegría, el miedo, el asco, la sorpresa y la ira (hay expertos que añaden dos más, la vergüenza y el amor).
Pero qué pasa con la tristeza: ¿Por qué la rechazamos? ¿Por qué pensamos que es “mala”, que no está bien, que no debemos sentirla, que es un sentimiento erróneo y que rápidamente tenemos que “curarnos” y salir de ahí?  
Desde pequeñitos escuchamos cosas como no llores, no estés triste, alégrate, sonríe, si estás triste no te van a querer, nadie quiere a gente triste cerca, etc…  Nos “domestican” para pensar que la tristeza es mala, para no bien-recibirla, para no aceptarla como algo natural y saludable en nosotros. No es algo usual aceptar la tristeza sin más cuando aparece, ni la nuestra ni la de otras personas.
Es una “energía” que está dentro de nosotros, es una emoción que surge cuando hay pérdidas de todo tipo, cuando existe desilusión, cuando hay fracaso, decepción, cuando las cosas no son como uno quiere, cuando nuestros deseos se ven frustrados, etc... 
Si cuando sucede todo esto, aparece ¿no será un mecanismo de nuestro magnífico cuerpo, de nuestra estupenda “máquina” para ayudarnos a sanar? Claro que sí, la tristeza es todo un mecanismo para cuidarnos, sanarnos, protegernos y recuperar nuestro equilibrio.    
Podemos compararlo con otras “máquinas”. Por ejemplo, nuestro coche, que nos avisa a través de luces, a través de mensajes en el panel de mandos, en el salpicadero, de que algo va mal,  de que nos estamos quedando sin gasolina, de que hay que cambiar el aceite, o de cualquier otra cosa…   
Pues la tristeza igual, es señal informativa de que tengo que dirigir mi atención hacia aquello que anda “mal”. Me está indicando que no puedo seguir como hasta ahora y que tengo que hacer algunas “reparaciones” para poder continuar.
La tristeza nos invita a la introspección, a estar con nosotros mismos, a mirar hacia dentro. Cuando aparece, nos sentimos decaídos, nos duele el alma, nos falta el apetito, no paramos de dar vueltas al coco “al problema” y regocijarnos en lo “horrible” que es lo sucedido, sentimos que hemos perdido nuestra energía vital, no tenemos ganas de hacer nada, nos sentimos apáticos.
¿Y para qué todo esto? Esto aparece para ayudarnos a resolver “el problema” (superar pérdidas, desilusiones, fracasos, decepciones, deseos no cumplidos…). El hecho de que nos invite a mirar hacia dentro nos ayuda a comenzar con el proceso de identificación, de reconocimiento, el proceso de auto-examen, el proceso de aceptación, de adaptación a la nueva realidad o situación y de búsqueda de soluciones. 
Además, un rostro triste provoca empatía, invita a que otros te abracen, te consuelen, invita a los otros a atenderte, a apoyarte, a que se comporten de una forma altruista contigo.
Las lágrimas que acompañan la tristeza nos ayudan a liberar tensión, a desahogarnos, a soltar lastre y además hacen que liberemos un montón de química positiva para que nuestro organismo comience a sanar. Así que “aunque duela, cura”…, como me decía mi padre cuando me ponía  “agua oxigenada” en alguna herida… y tenía que aguantar como una campeona.  
Por ello, es fundamental conectarse con la tristeza, reconocerla, expresarla, derramar lágrimas, permitirla que sea, que exista.   Si algo aparece en mi, es un regalo de la vida, le daré la bienvenida, aunque me “escueza”, me “duela” (acuérdate del agua oxigenada y la herida), porque sé que está bien, que cura.  CONFÍA. ACEPTA. FLUYE con lo que hay en ti en cada momento. 
La vida no se equivoca…
Y añado dos frases:
- En ese instante sentí una horrible tristeza y, sin embargo, algo así como un brote de risa empezó a cosquillearme el alma. (Dostoyevski)
- Cuando el “corazón” llora por lo que ha perdido, el espíritu ríe por lo que ha encontrado.  (Proverbio sufí)
domingo, 18 de octubre de 2015

Palabras
para la reflexión

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Quien a buen árbol se arrima... Foto Jesús Aguado

Uno de los protagonistas de una novela de Murakami le dice a otro, en un momento de confidencias, que no se líe con mujeres estúpidas porque se volverá estúpido también, pero que tampoco lo haga con mujeres demasiado buenas, porque entonces no podrá volverse atrás y se perderá, lo cual es mucho peor.

Cuando lo leí, me llamó tanto la atención, que interrumpí la lectura del libro y me dediqué durante ese día a dar vueltas al sibilino consejo que encierran estas palabras.

Al margen del contenido machista -que lo tiene y mucho- del barniz clasista que envuelve tal argumento y de la naturalidad con la que se expresa (no olvidar que es cultura japonesa) hay algo de razón en él.

Mi experiencia me ha demostrado que si nos rodeamos de gente estancada, que ni quiere moverse ni quiere avanzar, probablemente acabaremos como ella, por múltiples razones: miedo, pena, comodidad, lento convencimiento, temporización… El inmovilista ni cambia ni quiere cambios de otros a su alrededor. Al final, el acompañante se vuelve tanto o más inmovilista. Supongo que sus compensaciones tendrá.

Pero si nos rodeamos de punteras, de esos que arriesgan y van un paso por delante del resto, seguramente nos dejemos arrastrar por su ilusión y su ímpetu y perdamos, enrollados en su ritmo, nuestra perspectiva para intentar captar la de ellos. Nos perderemos, claro, pero porque habremos visto.

Y quien ve, no puede dejar de ver.

sábado, 17 de octubre de 2015

Perdona



Antes de irte a dormir, antes de despertarte, de comer, de salir, de jugar... de todo, PERDONA, PERDONA.
¡Es por ti mismo!
viernes, 16 de octubre de 2015

Abrazo




Abrazar no es fácil. Pudiera parecerlo, pero no lo es. Supone salir de ti mismo. Supone estar dispuesto a ir al encuentro de otra persona. Hay una cierta desnudez en el abrazo, un reconocer una necesidad de afecto, de ternura. Pero sobre todo hay una  grandeza: tú y yo somos uno, aunque seamos distintos, somos olas del mismo mar.
jueves, 15 de octubre de 2015

Geniales

El rincón del optimista
Juan
Con las frases geniales me pasa como con los chistes, que aunque me ponga a inventar unas u otros, no soy capaz que me salga nada. Como mucho me salen chascarrillos. De siempre admiré a esas personas anónimas que son capaces de poner en circulación esos chistes que van de boca en boca, de sobremesa en sobrecena, y que corren como la pólvora. Ya ocurría con el boca a boca, aún cuánto más ahora con las redes sociales e internet en general. Pero tampoco me canso nunca de leer esas frases atribuidas a personas con nombres y apellidos que para mí son verdaderos genios, por eso las llamamos frases geniales. Aunque hay muchos otros genios, mis preferidos son Les Luthiers, Groucho Marx y Woody Allen. Y qué mejor que exponer aquí mi ránking particular de las mejores frases célebres:

Las 10 de Groucho Marx:
  1. No reírse de nada es de tontos, reírse de todo es de estúpidos.
  2. ¡Hay tantas cosas en la vida más importantes que el dinero! ¡Pero cuestan tanto!
  3. Jamás olvido una cara, pero en su caso, estaré encantado de hacer una excepción.
  4. Bebo para hacer interesantes a las demás personas.
  5. Nunca pertenecería a un club que admitiera como socio a alguien como yo.
  6. Disculpen si les llamo caballeros, pero todavía no les conozco bien.
  7. Encuentro la televisión muy educativa. Cada vez que alguien la enciende, me retiro a otra habitación y leo un libro.
  8. ¿Por qué debería preocuparme por la posteridad? ¿Qué ha hecho la posteridad por mí?
  9. He pasado una noche estupenda... pero no ha sido ésta.
  10. Es mejor permanecer callado y parecer tonto que hablar y despejar las dudas definitivamente.


Las 10 de Les Luthiers:
  1. El amor eterno dura aproximadamente 3 meses.
  2. No te metas en el mundo de las drogas… Ya somos muchos y hay poca.
  3. Todo tiempo pasado fue anterior.
  4. El que nace pobre y feo tiene grandes posibilidades de que al crecer, desarrolle ambas condiciones.
  5. La esclavitud no se abolió, se cambió a 8 horas diarias. 
  6. Lo importante no es saber, es tener el teléfono del que sabe. 
  7. El dinero no hace la felicidad… la compra hecha.
  8. La verdad absoluta no existe; y esto es absolutamente cierto. 
  9. No te tomes la vida en serio, al fin y al cabo no saldrás vivo de ella. 
  10. De cada 10 personas que miran televisión, 5 son la mitad.


Las 10 de Woody Allen:
  1. No sólo de pan vive el hombre. De vez en cuando, también necesita un trago.
  2. No creo en una vida más allá, pero, por si acaso, me he cambiado de ropa interior.
  3. No es que tenga miedo de morirme, tan sólo que no quiero estar allí cuando suceda.
  4. Si no te equivocas de vez en cuando, quiere decir que no estás aprovechando todas tus oportunidades.
  5. El cerebro es mi segundo órgano favorito.
  6. El miedo es mi compañero más fiel, jamás me ha engañado para irse con otro.
  7. La vocación del político de carrera es hacer de cada solución un problema.
  8. En realidad, prefiero la ciencia a la religión. Si me dan a escoger entre Dios y el aire acondicionado, me quedo con el aire.
  9. El sexo sin amor es una experiencia vacía. Pero como experiencia vacía es una de las mejores.
  10. En mi casa mando yo, pero mi mujer toma las decisiones.
miércoles, 14 de octubre de 2015

Feliz inicio de otoño

José María Toro
Extraído del libro La sabiduría de vivir

Las hojas no caen, se sueltan... Siempre me ha parecido espectacular la caída de una hoja. Ahora, sin embargo, me doy cuenta que ninguna hoja “se cae” sino que llegado el escenario del otoño inicia la danza maravillosa del soltarse.

Cada hoja que se suelta es una invitación a nuestra predisposición al desprendimiento. Las hojas no caen, se desprenden en un gesto supremo de generosidad y profundo de sabiduría: la hoja que no se aferra a la rama y se lanza al vacío del aire sabe del latido profundo de una vida que está siempre en movimiento y en actitud de renovación.

La hoja que se suelta comprende y acepta que el espacio vacío dejado por ella es la matriz generosa que albergará el brote de una nueva hoja. La coreografía de las hojas soltándose y abandonándose a la sinfonía del viento traza un indecible canto de libertad y supone una interpelación constante y contundente para todos y cada uno de los árboles humanos que somos nosotros. 

Cada hoja al aire que me está susurrando al oído del alma ¡suéltate!, ¡entrégate!, ¡abandónate! y ¡confía! Cada hoja que se desata queda unida invisible y sutilmente a la brisa de su propia entrega y libertad. Con este gesto la hoja realiza su más impresionante movimiento de creatividad ya que con él está gestando el irrumpir de una próxima primavera.

Reconozco y confieso públicamente, ante este público de hojas moviéndose al compás del aire de la mañana, que soy un árbol al que le cuesta soltar muchas de sus hojas. Tengo miedo ante la incertidumbre del nuevo brote. Me siento tan cómodo y seguro con estas hojas predecibles, con estos hábitos perennes, con estas conductas fijadas, con estos pensamientos arraigados, con este entorno ya conocido… 

Quiero, en este tiempo, sumarme a esa sabiduría, generosidad y belleza de las hojas que “se dejan caer”. Quiero lanzarme a este abismo otoñal que me sumerge en un auténtico espacio de fe, confianza, esplendidez y donación.

Sé que cuando soy yo quien se suelta, desde su propia consciencia y libertad, el desprenderse de la rama es mucho menos doloroso y más hermoso. Solo las hojas que se resisten, que niegan lo obvio,  tendrán que ser arrancadas por un viento mucho más agresivo e impetuoso y caerán al suelo por el peso de su propio dolor.

Las hojas no caen, se sueltan.

martes, 13 de octubre de 2015

Inside out

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

Es el nombre de la película de animación de Disney Pixer, que hace unos meses se ha estrenado en España, con el título “Del revés”, con gran éxito de taquilla y de público.

Es una película para que los niños disfruten y los mayores aprendan. El espectador, como en la propia existencia, va pasando de la ternura, a la angustia, para terminar con una sonrisa, al comprobar el poder de los sentimientos, que son el gran motor de la vida.

Es una película donde se muestra la importancia de la fantasía, de los recuerdos, de los pensamientos pero sobre todo de las emociones, tanto de las positivas (alegría), como de las negativas (tristeza, cólera y asco). Es cierto que sin alegría no se puede vivir, o se vive mal, pero también es necesario una pizca de tristeza (como la sal en las comida) para poder saborear nuestra existencia. El mensaje central es: son necesario tanto los sentimientos negativos como los positivos para vivir. Una vida sin tristeza es impensable, pero una vida sin alegría nos llevaría a la muerte. Lo importante, pues, no es evitar toda tristeza (metafísicamente imposible); lo importante es “resignificar la tristeza” y desde ahí poder reconstruir una vida.

En las encrucijadas de nuestras vidas (Riley, la protagonista de la película, es una niña de 11 años que se traslada a otra ciudad  con su padres) lo más importantes no son las ideas, sino las emociones y aunque a veces se produzca el caos, siempre las emociones son el punto de partida y de llegada de la felicidad.

Esta bella película nos muestra el poder de  los sentimientos. Es sobre todo gracias a la sinergia de la tristeza y la alegría como la protagonista consigue su bienestar. Solo la “tristeza” no favorece el crecimiento psicológico, pero tampoco solo la alegría es suficiente. La imagen “de la tristeza y la alegría” pulsando la misma tecla para que Riley, siga madurando, es un claro ejemplo.

A través de los sentimientos es cómo vamos constituyendo nuestra propia identidad, al mismo tiempo que nos permiten relacionarnos con los demás. El bagaje de sentimientos (positivos y negativos) configura nuestra propia personalidad. Spinoza decía que mientras la razón uniforma a unos y otros, los sentimientos distinguen a unos de los otros, es decir, singularizan. Nos podemos distinguir por nuestros conocimientos y saberes, pero lo que, de verdad, nos distingue a unos de los otros es la aptitud que tomamos ante la vida y lo que nos proporciona nuestro sello de identidad propio e irrepetible. Esta película es un bello ejemplo del poder de los sentimientos. 

lunes, 12 de octubre de 2015

El mundo azul.
Ama tu caos



El mundo azul, ama tu caos, un libro escrito para jóvenes
que conviene que lean los adultos

Albert Espinosa i Puig nació en  Barcelona el  5 de noviembre de 1973),[1] ingeniero industrial de formación, es un guionista, autor teatral, escritor, actor y director de cine español. También colabora como columnista en el diario El Periódico de Catalunya.
A la edad de 14 años le fue diagnosticado un osteosarcoma por el que tuvieron que amputarle una pierna. Sufrió metástasis y también fue necesaria la extirpación de un pulmón (16 años) y parte del hígado (18 años). En total, pasó diez años en hospitales (de los 14 a los 24), y esa experiencia vital le serviría de inspiración para algunas de sus obras teatrales y literarias y guiones de cine y televisión.
Entre sus libros destacan: El Mundo amarillo, Pulseras rojas, Si tú me dices ven lo dejo todo… pero dime ven.
Hoy presentamos para todos nuestros internautas su último libro: “El Mundo azul. Ama tu caos”.
“Tres reglas básicas para vivir:
1ª.- Olvida todas las reglas que te han enseñado
2ª.- Inventa tu propio mundo, define tus propias palabras
3º.- Ama tu caos. El caos es aquello que te hace diferente, aquello que la gente no comprende de ti y desea que cambies. Pero uno es su caos. El mundo prefiere que cambies tu caos, que lo domines, que lo corrijas, que lo ordenes o que lo disminuyas, cuando en realidad has de amarlo y, no solo eso: después de quererlo, tienes que agrandarlo. Él pensaba que cada día que amáramos nuestro caos, deberíamos  lanzar un globo azul gigantesco para que el resto del mundo lo supiese. “Debes compartir esta aceptación del caos”. El creía que sería bello y caótico levantarse un día y encontrar un cielo lleno de globos azules.
Si amas tu caos acabarás descubriendo que las respuestas jamás te las dará este mundo, sino que están dentro de ti”.
Otras tres ideas más a subrayar:
1ª.- Pisa con cuidado que estás pisando mis sueños
2ª.- Hacer el bien es crear felicidad. Hacer el mal es crear dolor. No hay más
3ª.- Sé tú mismo, los otros puestos están ocupados
 Y una última de despedida: “Ser líder significa iluminar”.


domingo, 11 de octubre de 2015

Desencanto

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
A la intemperie. Foto Jesús Aguado
Probablemente todos, alguna vez, habremos apostado por algo con todas nuestras fuerzas. Y probablemente todos también hayamos encontrado, en ocasiones, que nuestro empeño, ilusión, energía, dedicación y trabajo no han dado el resultado esperado. O han dado, incluso, el contrario al esperado.
Imagino que, en esos casos, los sentimientos que nos embargan son similares: sensación de haber perdido el tiempo, rabia por no alcanzar el objetivo buscado, tristeza por la ilusión perdida en el intento, decepción, amargura… En definitiva, desencanto.
Pero el desencanto no puede ser el final de nada.
El desencanto, si de algo sirve, es de plataforma de despegue hacia una postura nueva, hacia un actuar de otra forma, hacia un inventario de fuerzas y una recolocación de las misma, hacia un caminar aprovechando y aprendiendo de los fallos del pasado.
Utilicemos el desencanto como esa llamada de atención que nos empuja a fijar límites, a dosificar fuerzas, a no poner la ilusión en vanas esperanzas, a aprender de nuestros errores (y digo nuestros, no de los errores del otro) a saber que no podemos –ni debemos- controlar todo. Utilicémoslo como una autoevaluación.
Toda la ilusión, energía y trabajo que dedicamos a lo que no conseguimos no habrá sido un esfuerzo inútil, porque en ello pusimos nuestra vida y nuestra pasión, pero sí ha podido ser desencaminado o desequilibrado. El desencanto sólo hace de pantalla de las deficiencias. No nos deja sentados y arrinconados en una esquina sino que nos enseña a caminar de otra forma, con los pasos más lentos, seguro, pero más meditados.
viernes, 9 de octubre de 2015

"El altruismo puede salvar el planeta"

ENTREVISTA A MATTHIEU RICARD
Incluso si la competitividad es, por lo general, más visible y espectacular que la cooperación, trabajos recientes han demostrado que la evolución involucra la cooperación para crear niveles superiores de organización. Parece que hoy necesitamos movernos al siguiente nivel de cooperación para enfrentar los diversos desafíos de nuestro tiempo.

En esta reciente entrevista para el Huffington Post, el ambientalista y fundador de The Nature Conservancy, Mark Tercek, dialoga con Matthieu Ricard sobre altruismo, compasión, activismo y nuestra naturaleza humana.
Traducción de Gonzalo Brito.

Matthieu no es un extraño para la ciencia. Nació en Francia, donde obtuvo un doctorado en genética. Ha pasado cerca de medio siglo viviendo en los Himalayas, donde fundó Karuna-Shechen, una organización sin fines de lucro que ofrece cuidados en salud, educación y servicios sociales a las poblaciones menos favorecidas de la región. Matthieu es también autor, fotógrafo y traductor, y ha servido como traductor al francés del Dalai Lama por más de 25 años. Ha escrito más de media docena de libros, que han sido traducidos a 20 idiomas. Recientemente compartió conmigo sus pensamientos sobre cómo los ambientalistas y otras personas pueden cambiar el mundo a través del altruismo.

Tercek: Me encanta su nuevo libro, Altruismo, y como en él desafía a la gente a ser altruista para hacer del mundo un mejor lugar. ¿Cuál es su definición de “altruismo”?
Ricard: El altruismo es un estado benevolente de la mente. Ser altruista significa tener un genuino interés en el bienestar de todos aquellos que están alrededor nuestro y desearles el bien. Además, este deseo debiese ir acompañado por la determinación de actuar en su beneficio. Valorar a los otros es el estado mental crucial que conduce al altruismo.
Cuando el altruismo es nuestro estado mental dominante –nuestro estado base– se expresa a sí mismo como benevolencia hacia cualquiera que entre en nuestro campo de atención y se manifiesta como buena voluntad, sumada a la disposición y deseo de cuidar a los demás. Cuando percibimos que los otros tienen una necesidad acuciante, desarrollamos una preocupación empática. Cuando la necesidad está relacionada con un anhelo de felicidad, el altruismo facilitará la realización de esa aspiración. Cuando la necesidad está relacionada con un sufrimiento, la compasión nos inducirá a remediar el sufrimiento y sus causas.
Aunque debemos hacer todo lo posible por poner el altruismo y la compasión en acción, no debemos restringir el uso del término “altruismo” al comportamiento externo, dado que las acciones mismas no nos permiten conocer con certeza la motivación que las inspiró. Si surge un obstáculo para  la acción altruista que está más allá del control de la persona, esto no disminuye la naturaleza altruista de su motivación.
Tercek: Me gusta el énfasis que el libro pone en las crisis medioambientales y cómo el altruismo puede apoyar el progreso del movimiento de conservación. ¿Qué consejo tiene para los ambientalistas sobre cómo ser más altruistas en nuestro trabajo?
Ricard: La cuestión del medioambiente es compleja tanto en términos científicos, económicos y políticos. Pero al final es una cuestión de altruismo versus egoísmo. Si no nos importa el destino de las futuras generaciones y de millones de otras especies que son nuestros conciudadanos de este mundo, ¡no veremos que hay un problema ambiental!
Algunos piensan que no importa porque no estarán aquí en 100 años. Groucho Marx decía “¿Por qué me deben importar las generaciones futuras? ¿Qué han hecho ellas por mí?” Desafortunadamente hay gente que hoy dice eso en serio.
Así que mi humilde consejo a los ambientalistas sería que demuestren y expliquen que el altruismo es el único concepto que puede reconciliar las necesidades de la economía en el corto plazo, la calidad de vida de las personas en el mediano plazo y el medio ambiente, a largo plazo.
Asumamos por un momento que la mayoría de las personas son básicamente buenas y que tienen ganas de construir un mundo mejor. En ese caso, podemos hacerlo gracias al altruismo. Si tenemos una mayor consideración por los otros, vamos a promover una economía del cuidado y vamos a promover la armonía en la sociedad y tratar de remediar las desigualdades. Vamos a hacer lo que haga falta para no transgredir los límites planetarios dentro de los cuales tanto la humanidad como el resto de la biósfera puede seguir prosperando. Necesitamos demostrar el hecho de que estamos todos en el mismo bote -somos fundamentalmente interdependientes- y que necesitamos mejorar nuestro nivel de cooperación y solidaridad.
Tercek: Uno de los desafíos que enfrentamos los ambientalistas es que existen algunas empresas, gobiernos y personas que se dedican a actividades que son muy dañinas para el medio ambiente. ¿Cómo sugiere que nos relacionemos con tales actores de un modo altruista?
Ricard: Si creemos en el surgimiento de una sociedad más altruista, no deberíamos desanimarnos cuando nos enfrentamos a distintas expresiones del egoísmo. Cuando grupos interés inescrupulosos hacen de los beneficios monetarios su prioridad absoluta, ignorando las consecuencias perjudiciales de sus actividades sobre la población y toda la biósfera, es legítimo hablar de un egoísmo institucionalizado.
La mejor estrategia es actuar juntos para llevar a cabo un cambio cultural. Afortunadamente, las culturas cambian más rápido que los genes. Hoy en día, nadie se atrevería a decir públicamente: “La esclavitud no estaba tan mal después de todo” o “¿Por qué no revocamos la decisión de garantizar el derecho a voto de las mujeres?” Hay un punto en el que te das cuenta que simplemente ya no puedes apoyar más ciertos tipos de comportamiento.
Hoy en día, si le dices a inversionistas o empresarios inescrupulosos, a gente que niega el cambio climático o a ejecutivos de compañías tabacaleras que deben ser compasivos, te van a responder que pueden ser compasivos a nivel personal pero que ese no es su trabajo. Sin embargo, a estas alturas se ha vuelto casi imposible decir, “no me importan las generaciones futuras”, “no me importa la pobreza en medio de la hiper-abundancia” o “no me importa si hay 200 millones de refugiados climáticos en el año 2030”.
Debemos ayudar a la gente a darse cuenta que son seres humanos determinados biológicamente para cuidar unos de otros y que ellos podrían –y deberían– traer su humanidad a sus actividades profesionales. Es posible mostrarles que esta es una situación donde todos (incluidos ellos) ganan.
Tercek: Admiro el énfasis en una ciencia  en su libro. Usted afirma que la ciencia es clara: podemos entrenar nuestras mentes para ser más amables y compasivos. Por favor díganos más.
Ricard: Por mucho tiempo ha existido un supuesto tanto en la psicología, la economía y la teoría evolutiva de que el ser humano es esencialmente egoísta. Pero durante los últimos 30 años, nuevos descubrimientos científicos han mostrado que el altruismo genuino sí existe y que se puede extender más allá de nuestros familiares hacia los demás seres humanos y hacia otras especies.
La colaboración entre neurocientíficos y los contemplativos ha demostrado que el altruismo y la compasión son habilidades que pueden ser cultivadas a través del entrenamiento. Las investigaciones muestran sin ambigüedad que el entrenamiento en el altruismo y la compasión provoca cambios funcionales y estructurales en el cerebro y puede incluso cambiar la expresión de los genes. Estos estudios también han permitido distinguir las diferencias entre la empatía (la facultad para resonar con los sentimientos de los otros), el altruismo (el deseo de que otros puedan ser felices) y la compasión (el deseo de que los otros puedan estar libres de sufrimiento).
Incluso si la competitividad es, por lo general, más visible y espectacular que la cooperación, trabajos recientes han demostrado que la evolución involucra la cooperación para crear niveles superiores de organización. Parece que hoy necesitamos movernos al siguiente nivel de cooperación para enfrentar los diversos desafíos de nuestro tiempo.
Tercek: Creo que los ambientalistas pueden conseguir más si pelean menos y ponen más énfasis en encontrar un terreno común a través de la colaboración y la cooperación, incluso con quienes son considerados los “ malos de la película”. Pero los críticos piensan que esto es ingenuo. ¿Qué piensa usted?
Ricard: Es mucho mejor ganar a la gente sacando a la luz  lo mejor de ellos. Esto usualmente puede ser logrado reuniéndose con ellos en persona cada vez que sea posible. Recuerdo que Nelson Madela decía, reflexionando sobre qué clase de actitud puede servir mejor a una causa medioambiental o política:
“Siempre supe que en lo profundo de cada corazón humano hay piedad y generosidad… la gente aprende a odiar, y si pueden aprender a odiar, pueden también aprender a amar, ya que el amor viene más naturalmente al corazón humano que su opuesto… la bondad es una llama que puede ser escondida pero nunca extinguida”.
Esas palabras no son las de un soñador utópico sino las de alguien que superó el egoísmo institucionalizado de personas que a primera vista no parecían inclinadas a practicar el afecto y la compasión.
Tercek: ¿Cómo podemos aumentar y acelerar nuestros esfuerzos por proteger la naturaleza? ¿Cree que las prácticas de entrenamiento mental que usted promueve pueden volverse suficientemente generalizadas como para cambiar el mundo?
Ricard: Sí, lo que lleva a su nivel óptimo nuestras capacidades para cuidar de los otros, incluyendo otras especies y futuras generaciones, es algo que todos pueden hacer. Algo que siempre me sorprende es que nadie cuestiona la necesidad de dedicar tiempo y esfuerzo para aprender a leer y escribir, tocar un instrumento musical, practicar cualquier deporte o adquirir algunas capacidades profesionales. ¿Por qué, entonces, deberíamos asumir que las cualidades humanas básicas tales como la benevolencia, la atención y el equilibrio emocional estarían plenamente desarrolladas desde el principio sin que nosotros tuviéramos que hacer algo al respecto?
Entonces el punto no es necesariamente propagar la meditación como tal, sino hacer que la gente se dé cuenta que sea lo que sea que haga en la vida, ellos se beneficiarán inmensamente del pleno desarrollo  de sus capacidades humanas más constructivas e íntegras.
Entonces, una vez que el número de personas que han cultivado estas capacidades altruistas y cooperativas han alcanzado una masa crítica, puede haber un momento crítico en la cultura dominante. La interacción entre el cambio individual y el cambio social está en el corazón de la evolución de la cultura.
Tercek: ¿Cómo debemos involucrarnos con buenas personas que no se sienten cómodas con la meditación y otras prácticas espirituales?
Ricard: No es necesario usar palabras como meditación y espiritualidad, que pueden dejar afuera a una serie de personas que podrían beneficiarse de tales prácticas. Es más apropiado y acertado hablar de entrenamiento mental y del cultivo de cualidades humanas básicas. Esto puede ser realizado con la ayuda de un camino espiritual, pero también puede ser llevado a cabo de un modo plenamente secular. ¿Quién podría estar en contra de aumentar nuestra compasión y nuestra capacidad bondadosa?
Tercek: Su libro hace patente que usted tiene un profundo y sincero amor por la naturaleza. ¿Cuáles son algunos de sus lugares favoritos para experimentar el aire libre y las maravillas de la naturaleza?
Ricard: Es cierto. No me siento muy cómodo en ciudades y prefiero descubrir un asombroso paisaje que visitar algún viejo monumento. He vivido en los Himalayas por casi medio siglo, y este lugar ofrece una abundancia de maravillas en Bután, donde viví por ocho años, y en Tíbet y Nepal, donde vivo ahora. También me conmovió mucho la belleza salvaje de Islandia, país que visité el año pasado.
Tercek: Usted parece estar siempre feliz, de buen humor y siempre listo para disfrutar la risa. ¿Cuál es su secreto?
Ricard: No hay ningún secreto. Es muy simple: altruismo y compasión. Tengo un largo camino que recorrer para llevarlos a un nivel óptimo, pero sinceramente trato de convertirme en un mejor ser humano día tras día, año tras año. Esto me da alegría y un sentido de plenitud. Mi lema podría ser, “Transfórmate a ti mismo para transformar el mundo y para servir mejor a los otros”.
jueves, 8 de octubre de 2015

Nuevos métodos
de censura

Conversaciones con mi mente
M.ª José Calvo Brasa


El ser humano, criatura centrada en controlar todo cuanto pase a la altura de sus narices, ha desarrollado un nuevo, sutil y sibilino método de censura, mucho más eficaz que las tan denostadas “tijeras”. Consiste la cosa en establecer un único criterio o idea, de alcance universal, seguido por todos los seres, a excepción de dos o tres “raras avis”, que no sabemos muy bien de donde nos han salido, pero que no saben “detrás de lo que andan”
Evidentemente, la “verdad universal” dota a sus seguidores, es decir, todo el universo humano salvo esos dos o tres, de un halo de santidad que les permite, dedo en ristre, enfrentarse dignamente a esos dos o tres con un contundente (tú) ERES, seguido de todo tipo de adjetivos calificativos de la maldad, indignidad y suprema perversión del “tú” de turno. Si por un extraño empecinamiento del sujeto en cuestión, no entrara en razón y reconociera su maldad intrínseca, se recurre al siguiente argumento del método: (nosotros) SOMOS, seguido de un mayor número de adjetivos calificativos de la bondad, contundencia, sapiencia y verdad del supuesto grupo mayoritario, a la par que infalible.
Resulta extraño que tras siglos de evolución lleguemos a estas alturas de la vida ignorando que existen tantas ideas como personas y que nadie ES o DEJA DE SER, por opinar esto o aquello. Simplemente creemos, opinamos, sentimos o pensamos; y si es algo diferente a lo de otra persona, ni esa persona ES (intransigente, fanático, raro, tonto…) ni yo pertenezco a ningún laureado NOSOTROS que me da validez universal a mi propio pensamiento. Sólo se trata de hablar; de entender que cada persona piensa una cosa, y que si es algo que, por lo que sea, no nos gusta o no encaja con nuestro esquema de pensamiento, simplemente podemos decirlo, sin juzgar ni etiquetar como hacen los niños.
Los seres humanos adultos no necesitan censuras, ni directas ni sibilinas. Necesitan entenderse y hablar.
miércoles, 7 de octubre de 2015

Cáncer

Sara
Afectada de cáncer

El  cáncer solo es una palabra formada por seis letras a la que hemos atribuido poderes malditos.
Cuando se pronuncia, su sonido nos hiela el corazón y el miedo se apodera de nosotros.
Decimos su nombre en voz baja, susurrando, como si fuera una bestia peligrosa a la que no queremos despertar.
Si nos dicen que Fulano o Mengano ha sido atrapado por esa odiosa palabra, suspiramos aliviados de que sea él, y no nosotros, quien ha caído prisionero en sus garras, pero al mismo tiempo un escalofrío nos recorre la espalda al pensar que tal vez, un día, el ataque nos alcance también.
Todo parece estar lleno de esas seis letras: las camas de los hospitales, los cementerios, las peores tragedias, las desgracias más amargas.
Vivimos respirando ese sonido, temiendo esa palabra siniestra porque sabemos que nada podemos hacer contra el cáncer por mucho que nos revisemos el cuerpo una y otra vez, por mucha vida sana que hagamos y por ecológicos alimentos que comamos.
Él no distingue edades ni clases sociales; le dan igual los magnates que los mendigos, los tristes que los alegres, los santos que los pecadores.
Es la nueva peste que asola los tiempos modernos y que nos recuerda que no somos todopoderosos, que la vida no siempre está llena de risas y de inconsciencia.
El cáncer nos pone frente a una realidad que nos negamos a ver: la muerte, nuestra propia muerte. Nos coloca frente a un espejo donde nos vemos tal y como somos, mortales, frágiles, desconcertados y asustados.

Pero tal vez haya que empezar a mirarlo con otros ojos, a escuchar la palabra “cáncer” con otros oídos e intentar que su sonido no nos hiele la sangre.
Quizás no sea un enemigo sino un heraldo. Es posible que no venga a destruirte sino a advertirte. Puede ser que lo que tú pensabas que era un enemigo se convierta en un maestro.
Si él llega a tu vida, si aparece acurrucado en algún órgano de tu cuerpo, no te asustes, no te dejes dominar por el pánico, porque tal vez haya venido a decirte algo que no has querido escuchar; o puede ser que hayas vivido con tanta pena y tanta tristeza que él tiene que surgir para que sepas apreciar todo lo que sí posees y no solo aquello que no has alcanzado y por lo que siempre sufres; o en algún momento alguien te partió el corazón y sentiste tanto dolor, tanta desolación, que las células de tu cuerpo se multiplicaron para compensar la pérdida de tu alma.
Solo tú puedes saber por qué motivo el cáncer apareció en tu vida, qué hay que debas cambiar, o qué hay que tengas que abandonar, o de qué debes dejar de depender. 
Y si él ha llegado a ti no lo sientas como algo ajeno porque no lo es. Tu cáncer está formado por tus células y por tu miedo, te pertenece tanto como tus risas o tus lágrimas. Acéptalo como lo que es, una experiencia, una inevitabilidad de las muchas que componen la vida.

Afróntalo con valor, con ánimo y acaricia suavemente la parte de ti donde él se ha instalado porque esa zona de tu cuerpo no está maldita, solo está mutando, está diciéndote que le prestes atención, que escuches el mensaje que trae para ti y que la Vida lleva años susurrándote sin que tú le hayas hecho caso.  
Y luego, cuando hayas comprendido lo que la Vida quería mostrarte a través del cáncer, ponte en manos de la ciencia, de los médicos. Ellos harán su trabajo lo mejor que sepan y puede ser que te curen y que arranquen de ti el órgano en el que él creció. No será fácil, deberás pasar por momentos duros, difíciles, dolorosos, tendrás que enfrentarte a tus peores miedos, pero a cambio te será dado conocer una parte de ti que de ninguna otra forma habrías descubierto.
Sabrás entonces lo fuerte que eres, el valor que posees, apreciarás a las personas que están junto a ti y que te brindan su amor y su cariño. Comprenderás que no estás solo, ni siquiera en las profundidades de un quirófano, ni siquiera en el vacío de tu cuerpo y tu mente anestesiados, porque sentirás que algo en tu interior estuvo sosteniéndote y acompañándote en todo momento.
Cuando ese trance haya pasado, cuando regreses a casa con tu cuerpo herido, verás que todo ha cambiado, que tu hogar es más hermoso y acogedor, que tu familia es la mejor del mundo y que tu vida, que antes solo era una monótona rutina, ahora se ha transformado en un maravilloso regalo donde todo cuenta, incluso lo más nimio, hasta algo tan sencillo como prepararte una taza de té y saborearla mientras ves pasar las nubes por la ventana.
Después de haber vivido el cáncer tu existencia tendrá otro sabor, otro color, otro sonido y tú ya no serás el de antes y cuando vuelvas a mirarte en el espejo ya no verás a alguien asustado sino a alguien que se conoce a sí mismo como nunca antes lo había hecho y ese conocimiento te aportará la verdadera felicidad, una felicidad que de no ser por el cáncer jamás habrías descubierto. Porque hay muchas formas de ser feliz, pero solo una que dura para siempre y esa te la proporciona el viaje que has hecho a lo más profundo y oscuro de tu interior y el regreso a esta nueva realidad, a esta manera diferente de ver la Vida, el mundo y a ti mismo.
Pero hay otro camino que se te ofrece y que no es el de la sanación. Tal vez ni los médicos ni la ciencia puedan hacer nada por sacar de ti lo que se formó para permanecer. Quizás el destino tenga otros planes para ti y si es así escúchame bien. Abandónate, deja de luchar, no intentes permanecer aquí a toda costa y a cualquier precio. Y, aunque al principio te cueste, haz un esfuerzo y sonríe porque no estás solo ni has sido abandonado. Acepta lo que ha venido a ti y prepárate para el más maravilloso de los viajes, porque ese cáncer será tu guía, será quien te introduzca en una dimensión a la que todos iremos, pero tú llegarás antes.

No tengas miedo, la muerte no es como te la han contado, al igual que el cáncer no es como habías temido. Se terminará el dolor, la incertidumbre, las batallas y podrás al fin dirigirte a tu verdadero hogar, a ese que siempre estuvo en tu interior y que ahora has recordado y recobrado.
Por eso cuando escuchéis la palabra “cáncer” no os asustéis, tomad cada una de sus letras y otorgarles un nuevo sentido, otro significado, como yo he hecho.
Confianza
Aceptación                              
Nacimiento                              
Cariño                                               
Esperanza                                
Resplandor