El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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viernes, 30 de septiembre de 2016

DE SANTO DOMINGO DE LA CALZADA A TOSANTOS






Cuando llegamos en junio a nuestra última etapa antes de las vacaciones de verano, la hicimos pletóricos por lo mucho que nos estaban aportando estas etapas del Camino de Santiago y Adela nos lo quiso remarcar y expresar "formando con flores la palabra  ILUSIÓN".

Ahora volvemos a ponernos en camino... el gallo con su kikirikí nos despierta "¡venga que hay que ponerse las zapatillas y a reiniciar el camino!"... Ya estábamos deseosos de volvernos a ver, de caminar juntos, de compartir momentos y experiencias, de escuchar y escucharnos....

Y a las 7 de la mañana nos volvimos a juntar. Nuestra etapa de hoy será de un solo día, pero un día intenso.

Ya desde primera hora de la mañana la gran Regina Brett nos envió un mensaje "una lección de vida" para cada uno de nosotros, ¡vaya detallazo!.

Durante el viaje, a Tomás no se le ha olvidado la historia de nuestro país y sigue desgranándola para nosotros como solo él sabe hacerlo...

Marta, Marga y Carmen nos obsequiaron con poemas del poeta Rudyart Kipling que nos llegan al corazón, que nos hacen seguir adelante, no desistir.

Merce nos ofreció unas sabrosísimas rosquillas que ella misma preparó antes de salir de viaje y que a esta primera hora de la mañana son un manjar. Te han quedado riquísimas.

Llegamos a Santo Domingo de la Calzada, ¡qué bonita villa!
No podemos empezar nuestro caminar sin antes bailar una de nuestras danzas favoritas, ¡ya somos unos maestros! ¡No sería lo mimo una etapa en la que faltase la danza!

Destacaría como original que hoy hemos caminado en fila india, en silencio durante unos kilómetros... en muchos momentos solo se oía el paso de la persona que caminaba delante de ti y detrás de ti.

Qué importante es saber seguir un ritmo para no cortar ni interrumpir a los demás, ni verte tú cortado.

A continuación, Belén ayudada por Adela nos resume el sentir de este momento escribiendo en el suelo con las piedrecitas que habíamos recogido en el trayecto, la palabra PAZ. Como veis por donde pasamos... dejamos huella.

Estas cosas son las que hacen que algo tan sencillo se convierta en algo extraordinario.

El paisaje ha cambiado por completo. Hemos dejado atrás la frescura, el verdor de Navarra y de La Rioja y nos vamos adentrando en Castilla donde solo vemos rastrojos del cereal ya cosechado, todo seco.

La mañana empieza a ponerse difícil, cuesta arriba y digo esto no por las subidas, porque en general es todo llano, pero el sol nos está achuchando de lo lindo, las sombras han desaparecido, las piernas empiezan a quejarse, las ampollas empiezan a molestar a algunas personas y aguardamos impacientes el oasis que esperamos encontrar para la hora de la comida.

Al fondo, vemos la sombra de unos arbolillos, una fuente, unos asientos de piedra, un bar para refrescarnos.... es el sitio ideal que nos estaba esperando para descansar un rato y comer nuestro bocadillo. Así es la vida del peregrino, ¡muy dura!

Montse y Tomás hoy son los encargados de los postres, celebran su cumpleaños con nosotros. Esto es una gran familia y la alegría de unas personas es la alegría de todo el grupo.

La tarde se hace más ligera porque, aunque calienta el sol, hace un poco de viento y se agradece al caminar.

Así llegamos a Belorado, que era nuestro destino. Pero he aquí que Ángel nos tiene una sorpresa, nos sugiere continuar unos kilómetros más para que la próxima etapa no estemos tan justos de tiempo. Y aunque nuestras piernas nos piden descansar, nuestro corazón nos dice que se puede seguir. ¡Qué más da 22 que 27! ¡Eso no es nada!... Adelante....

Así hemos terminado esta primera etapa de este nuevo curso: cansados, pero felices y contentos por el día que hemos pasado, por lo que hemos disfrutado y compartido.
Ya de regreso hubo tiempo para que Valentin, ¡libremente! nos dejara expresar nuestros sentimientos de este día, y que las personas que hoy nos acompañaban por primera vez nos contaran su impresión. ¡Enhorabuena a Sergio, Boni, Marta, Lola, Amparo, Camino y Ramón! Hemos caminado como si nos conociéramos de toda la vida, gracias por haber compartido con nosotros este día y podamos compartir muchos kilómetros más.

Y Javi nos volvió a sorprender con la película de la última etapa ¡Eres un artista!

¡Hasta la próxima, amigos!


Javi y Pilar




jueves, 29 de septiembre de 2016

45 lecciones
que la vida me ha enseñado

Regina Brett
Regina Brett, 90 años, de “The Plain Dealer”, Cleveland, Ohio

Para celebrar la llegada a mi edad avanzada, una vez escribí las 45 lecciones que la vida me ha enseñado.
Es la columna más solicitada que jamás había escrito.

Mi odómetro llegó a los 90 en agosto, así que aquí les va la columna una vez más:


1. La vida no es justa, pero aún así es buena.
2. Cuando tengas duda, sólo toma el siguiente paso pequeño.
3. La vida es demasiada corta para perder el tiempo odiando a alguien.
4. Tu trabajo no te cuidará cuando estés enfermo. Tus amigos y familia sí. Mantente en contacto.
5. Liquida tus tarjetas de crédito cada mes.
6. No tienes que ganar cada discusión. Debes estar de acuerdo en no estar de acuerdo.
7. Llora con alguien. Alivia más que llorar solo.
8. Está bien si te enojas con Dios. El lo puede soportar.
9. Ahorra para el retiro comenzando con tu primer cheque de nómina.
10. Cuando se trata de chocolate, la resistencia es inútil.
11. Haz las paces con tu pasado para que no arruine el presente.
12. Está bien permitir que tus hijos te vean llorar.
13. No compares tu vida con otros. No tienes ni idea de lo que se trata su travesía.
14. Si una relación tiene que ser secreta, no debes estar en ella.
15. Todo puede cambiar en un parpadear de ojos. Pero no te preocupes, Dios nunca parpadea.
16. Respira profundamente. Esto calma la mente.
17. Elimina todo lo que no sea útil, hermoso o gozoso.
18. Si algo no te mata, en realidad te hace más fuerte.
19. Nunca es demasiado tarde para tener una niñez feliz. Pero la segunda depende de ti y de nadie más.
20. Cuando se trata de perseguir aquello que amas en la vida, no aceptes un ” no” por respuesta.
21. Enciende las velitas, utiliza las sábanas bonitas, ponte la lencería cara. No la guardes para una ocasión especial. Hoy es especial.
22. Prepárate de más, y después sigue la corriente.
23. Sé excéntrico ahora. No te esperes a ser viejo para usar el morado.
24. El órgano sexual más importante es el cerebro..
25. Nadie está a cargo de tu felicidad, más que tú.
26. Enmarca todo supuesto “desastre” con estas palabras: “En cinco años, ¿esto importará?”
27. Siempre elige vida.
28. Perdónales todo a todos.
29. Lo que las otras personas piensen de ti, no te incumbe.
30. El tiempo sana casi todo. Dale tiempo al tiempo.
31. Por más buena o mala que sea una situación, algún día cambiará.
32. No te tomes tan en serio. Nadie más lo hace.
33.. Cree en los milagros.
34. Dios te ama por lo que Dios es, no por lo que hayas hecho o dejado de hacer.
35. No audites la vida. Sólo llega y aprovéchala al máximo hoy.
36. Llegar a viejo es mejor que la alternativa— morir joven.
37. Tus hijos sólo tienen una niñez.
38. Todo lo que verdaderamente importa al final es que hayas amado.
39. Sal todos los días. Los milagros están esperando en todas partes.
40. Si todos apiláramos nuestros problemas y viéramos los montones de los demás, rápido arrebataríamos de regreso los nuestros.
41. La envidia es una pérdida de tiempo. Tú ya tienes todo lo que necesitas.
42. Lo mejor está aún por llegar.
43. No importa cómo te sientas… párate, arréglate y preséntate.
44. Cede.
45. La vida no está envuelta con un lazo, pero sigue siendo un regalo.

Amigo/a internauta señala en comentarios la frase que más te ha gustado
miércoles, 28 de septiembre de 2016

El enseñar

Khalil Gibrán

Dijo, entonces, un maestro: Háblanos del Enseñar.

Y él réspondió;

Nadie puede revelarnos más de lo que reposa ya dormido a medias en el alba de nuestro conocimiento.

El maestro que camina a la sombra del templo, en medio de sus discípulos, no les da de su sabiduría, sino, más bien, de su fe-y de su afecto.

Si él es sabio de verdad, no os pedirá que entréis en la casa de su, sabiduría, sino que os guiará, más bien, hasta el umbral de vuestro propio espíritu.

El astrónomo puede hablaros de su comprensión del espa­cio, pero no puede daros ese conocimiento.

El músico puede cantaros el ritmo que existe en todo ámbito, pero no puede daros el oído que detiene el ritmo ni la voz que le hace eco. Y el que es versado en la ciencia de los números puede hablaros de las regiones del peso y la medida, pero no puede conduciros a ellas. Porque la visión de un hombre no, presta sus alas a- otro hombre.

Y, así como cada uno de vosotros se halla solo ante el conocimiento de Dios, así debe cada uno de vosotros estar solo en su comprensión de Dios y en su conocimiento de la tierra.

martes, 27 de septiembre de 2016

El vacío. Duhkha

Pax Vostrum
Beatriz

Sí, VACÍO, sí. ¿Qué significa para ti esta palabra? Para mí, es ese sentimiento de que me falta algo, de que no estoy completa, de que por mucho que busque en el exterior y encuentre, siempre necesito más y no me siento satisfecha del todo.
Es ese “algo” que nos impide ser plenamente felices ahora. Te voy a poner algunos ejemplos:
- Te gustaría estar en un lugar distinto a aquel en el que estás.
- Te gustaría tener más dinero.  
- Tienes pareja y no estás satisfecho con tu relación.
- No tienes pareja y quieres tener una.
- Tienes un buen trabajo pero no te gusta.
- No tienes trabajo pero quieres uno.
- No tienes el éxito y el reconocimiento en la vida que crees que mereces.
- Tienes un montón de objetivos que todavía no has cumplido y que traen la   cabeza loca.
- No tienes el cuerpo que te gustaría tener.
- Quieres tener más salud.
- Tienes un montón de “deberías” en tu vida.
- Vives en el futuro esperando que llegue alguna fecha especial en la que va a  suceder algo gracias a lo cual sí te vas a sentir bien, completo y satisfecho. Y mientras tanto solo pasa el tiempo…
- Tienes absolutamente todo lo que “en teoría” da la felicidad desde el punto de vista social: familia, buen trabajo, relaciones personales, físico, economía abundantes, etc.., pero sigue existiendo ese “algo”, ese “no se qué” que te impide ser feliz y estar en paz aquí y ahora.
- Guión libre para poner “tu algo”.
¿Te sientes identificado con alguno de estos ejemplos? Seguro que sí. No te asustes. No estás solo. Nos pasa a todos. Somos humanos. La existencia de “ese algo” nos viene de serie por el mero hecho de eso, de ser humanos. Sí, sí, has oído bien. Nos viene de serie. Te pongo un símil: cuando compras un ordenador, móvil, tablet, etc…te viene con unos programas determinados, con algunos elementos ya instalados. Enciendes tu dispositivo, te adaptas a él, a estos programas y probablemente sigas con ellos durante toda su vida útil. Alguna vez te puedes dar cuenta de que están ahí y puedes borrarlos  si ves que te sirven para nada, no te gustan o has visto otros mejores que te van a dar  más utilidad.
Pero no es tan fácil desinstalar aquello que viene de serie, ¿verdad?
Pues esto mismo nos pasa a nosotros con nuestra mente, con ese ordenador tan potente que tenemos de interpretación de la realidad.
“No vemos la realidad tal como es, sino tal como somos”.
Uno de los programas que tenemos “instalados” es el del “duhkha”, como así lo llama la tradición budista.
¿Qué es esto del Duhkha?
Según la wikipedia Duhkha es:
Descontento, desilusión, insatisfacción, sufrimiento, incomodidad, sed, dolor, intranquilidad, imperfección, malestar, fricción, pesar, frustración, irritación, presión, ir contra corriente, agonía, vacío, tensión, angustia existencial, “la carga o peso existencial inherente a la condición samsárica (humana)”. 
Te pongo el link de la definición por si quieres seguir leyendo: https://es.wikipedia.org/wiki/Du%E1%B8%A5kha
Duhkha es la palabra que define ese VACÍO, esos “algo” que nos impide ser plenamente felices aquí y ahora. Es ese “programita” que nos viene de serie y que hace que no podamos funcionar de otra manera.
Me dirás: “Vale, ok, Beatriz, tenemos este programa, sí. Y ahora, ¿qué hacemos?,  ¿cómo hacemos para desinstalarlo?, ¿se puede desinstalar?”.
La buena noticia es que sí, que se puede. Y la mala es que  es un programa muy pero que muy potente, que está muy arraigado, que tiene muchísimos archivos y que no queda otra que ir eliminándolos uno a uno, poco a poco.  Es una tarea que nos llevará prácticamente toda la vida, bueno, a no ser que seas un “súper friki” informático…claro (Que no se ofenda ninguno, que lo digo en el buen sentido).
Según esta tradición lo que genera el Duhkha es la mente. Si existe mente existirá Duhka. Mente=Sufrimiento. Luego la única manera de desconectarnos de este “algo”, de ese programa, es soltar la mente, es apagar la mente.
¿Pero cómo voy a vivir sin mi mente?  Seguramente ya hayas experimentado alguna vez la respuesta. No mente es entrega al momento presente, no mente es no estar  “rumiando” nada en tu cabeza, no mente es no estar ni en el  pasado ni en el futuro, es estar aquí y ahora. Es esa atención al momento presente con total  entrega. Piensa en algo que te apasione hacer, en algo que te encanta, en lo que te concentras y  entregas al 100% cuando estás haciéndolo. Eso es un espacio de no mente. Tú y lo que haces os convertís en uno. No  hay una mente pensante que está interpretando aquello que está sucediendo; que es como funcionamos casi siempre.
La “gimnasia sagrada” de la meditación, el mindfulness, el emprender un camino de  crecimiento son las herramientas para combatir el virus del “Duhkha”. (Sí, quizá sea más acertado llamarlo virus por las consecuencias que nos trae continuamente en la vida).
¿Qué haces tú diariamente para convivir con todo esto?
Abrazo cálido.
lunes, 26 de septiembre de 2016

Aberasturi y su hijo Cris

Pedro Simón El Mundo 2016
Aberasturi escribe sobre su hijo con parálisis cerebral
"Cris  es como debería ser Dios"
Cris tiene 36 años, un biberón de batido rosa y unas manos pequeñas. Es uno de los 120.000 paralíticos cerebrales que hay en España.
En 'Cómo explicarte el mundo, Cris', Andrés Aberasturi escribe a quemarropa sobre su hijo
El padre le habla al hijo como si éste le estuviera entendiendo todo. El padre le pregunta como si el chaval -en cualquier momento, ¿te imaginas la fiesta?- le fuera a responder cuatro frescas. El padre le cuenta noticias de los sobrinos Andrés y Pablo como si Cris supiera quiénes son Andrés y Pablo. El padre trata de estrecharlo contra sí mismo como si este manoteo desmadejado de Cris fuera un abrazo intencionado.
Cuando uno tiene un hijo con una parálisis cerebral -cuenta el padre-, "hay que vivir como si".
Esta historia tiene 36 años -los que tiene Cris-, pero comenzó a escribirse hace tres. Un poco en trance y en vigilia. Un poco a pesar de uno mismo. Un poco a quemarropa. Todas las cursivas que van a leer a continuación -si es que están dispuestos a leer un alegato oscuro- están sacadas del libro Cómo explicarte el mundo, Cris (La Esfera de los Libros). El resto salió de una tarde que pasamos con Cristóbal y su padre, el periodista Andrés Aberasturi. Que tiene una dilatada carrera profesional. Que tiene varios premios. Que tiene algunos poemarios, sí. Y que también un hijo con parálisis cerebral.
-Hay algo que sí que sabemos hacer bien mi hijo y yo.
-Dinos.
-Chocar las manos como los americanos. Mira.
Y las chocan. Plas.
Las manos. Las del hijo: blancas, húmedas y pequeñas. Que no necesitan ni una sola sesión de quiromancia porque se leen solas.
"Las manos de mi hijo no empuñarán banderas ni fusiles, ni moldearán el barro, ni escribirán sonetos. Pero las manos de mi hijo nunca harán daño".
(...)
"Ayer tu madre, sin venir a cuento, ha comentado casi de pasada, con un dolor sencillo, que una de las cosas que más echa de menos es no haber podido llevarte nunca de la mano"
El día en que nació, Cristóbal Aberasturi Páez lo hizo sin diagnóstico y sin paladar, y al poco le tuvieron que fijar la lengua con puntos para que no se la tragara. El padre aún recuerda aquella boca amoratada y rota, "deformada por las pinzas que debieron usar para operarle"; aquella cabeza pinchada.
Los padres preguntaban y preguntaban y preguntaban por aquella lengua imposible. Y entonces hubo un médico cabrón que les reprendió por tanta pregunta.
-¿Pero acaso va a hablar su hijo?
El periodista nos cuenta que aquella UCI de Neonatología era "un cuadro de El Bosco". Y enumera las escenas del retablo. "Bebés del tamaño de un puño entubados", "trocitos de carne palpitante", "cuerpitos mutilados", "niñitos transparentes como hojas de sándalo", "trasplantados de urgencia", "niños ya condenados"...
"Hay un silencio raro en Neonatología. Allí la gente no nos hablábamos, como una forma de respeto a los otros padres, como una forma de no querer saber". Lupe hacía algo hermosamente extraño cada vez que se acercaba a darle el biberón al hijo. Todas las mañanas, antes de acudir a Neonatología, la madre se pintaba. Los labios. Los ojos. Las mejillas. Para que la viera guapa el hijo que no miraba.
(...)
"Cuánto habréis aprendido con él' [te dicen]. Tan solo el enunciado me parece grotesco, radicalmente cruel (...). Renuncio y maldigo a cualquier experiencia positiva nacida de tu sufrimiento".
A los tres meses se fueron con la lengua en su sitio, pero con el diagnóstico en ninguna parte.
Cristóbal es Cris. Que tiene un hermano de 40 años que se tumba con él en el suelo para las siestas de verano. Que siempre se anda chupando la mano. Que de bebé "no conoció otra cosa que putadas, cada vez que alguien se le acercaba era para inyectarle, para abrirle la boca, para hacerle daño...".
En el Centro de Paralíticos Cerebrales El Despertar hay 57 residentes, una quietud de astillero y una atmósfera de pabellón de reposo.
Cris es una de las 120.000 personas con parálisis cerebral que hay en España. Una persona irrepetible. Un tipo insólito.
A Cris le gusta la piscina, levantar las piernas cuando está tumbado, vivir a su aire "como un gato".
A Cris no le gusta la ducha, que le mojen la cabeza, el aliento del secador en el pelo.
-¿Crees en Dios?
-Creo que Dios es él. Mi hijo es como debería ser Dios. Aunque yo no querría que fuera Dios, claro... Yo querría que llegara a las cuatro de madrugada hasta arriba, como los otros, con una copa de más.
(...)
"No había flores, Cris. No había ramos de flores ni cajas de bombones ni ese revuelo tan alegremente perturbador de las visitas. Tu llegada al mundo apenas se celebró".
Andrés Aberasturi no lloró con el primer desamor. No soltó una lágrima con la primera pelea o aquel traspiés profesional. Tampoco lo hizo cuando murieron sus padres. Sí lo hizo cuando el hijo se le moría después de todo.
"Le operaron de la cadera y tuvo una infección generalizada en todo el cuerpo. En casa veíamos que no iba bien. Las heridas no le cerraban. Los ojos se le empezaban a hundir. La doctora nos puso en una tesitura: o volvemos a intentarlo de este modo [más dolor, más sondas] o le dejamos que se vaya tranquilamente. Decidí que haríamos lo que dijera su madre. Es la que tenía todo el derecho a decidir. Ella y su hermano dijeron que por supuesto había que intentarlo. La verdad, la puta verdad, es que yo habría dicho que le dejaran tranquilo".
Escribe en el libro: "Lloraba por primera vez, lloraba sobre tu cuerpo dormido, lloraba sobre aquel brazo casi inmóvil a fuerza de vendajes para que no te quitaras la vía hacia tus venas, lloraba como nunca había llorado (...); y mirándote a los ojos solo te murmuraba: 'Perdóname, perdóname, perdóname...'".
(...)
"Ni tan siquiera puedo ponerte un tono de voz, soñar una palabra tuya articulada, un sonido que no sea el sonido de tu risa o de tu angustia, que no sea el sonido de tu mundo de sonidos, pequeño, conocido, comprensible. ¿Te imaginas una palabra tuya?"
-Tu hermano no va a andar -le dijo un día al mayor (que era pequeño).
-Da igual, papá. Ande o no ande, le vamos a querer igual.
Si pudiera hacerlo aquí y ahora, Andrés se pondría a fumar mientras nos cuenta todo esto. Se encendería otro cigarro a pesar de su enfermedad pulmonar crónica. Pero estamos en la residencia. En una sala que nos han dejado. Y Cris tiene media mano metida en la boca y odia el humo.
Los pulmones. Como espoletas. Hubo una vez en que una neumonía casi se le lleva al hijo. Es de esas ocasiones en que los padres tuvieron un miedo glacial y cansado. "Le ponías la mascarilla y se la arrancaba. En medio de la crisis, le agarré muy fuerte. Él también. Aquello no le iba a dar oxígeno, era una abrazo animal, lo más parecido a lo que haría un orangután. Un abrazo entre su angustia y mi miedo".
(...)
"Entonces te planteas la gran decisión de la residencia (...). Para muchos es tirar la toalla, rendirse (...). Para otros es aún peor: se trata de quitarnos el problema de encima, una forma disimulada de abandono, de olvido (...) ¿Qué estamos haciendo, Cris, hijo mío? ¿Por qué no te seguimos teniendo con nosotros? ¿Nos estamos inventando coartadas para liberarnos la conciencia? Para decirlo claramente: ¿Somos culpables y te abandonamos?"
Desde la vivienda familiar de Cris hasta El Despertar hay 40 minutos en coche. Vienen sus padres. Y el hermano. O los tíos.
Cuando Cris vivía todavía en casa -hará una década-, se iban de vacaciones los cuatro en un Chrysler Voyager que parecía una botica con ruedas. Una familia y un mapa. Los amigos del hermano mayor, a sus 15 años, tenían que pasar el "examen" de ver a Cris con naturalidad, que a lo mejor estaba tranquilamente tumbado en el pasillo. "Este es mi hermano", les decía. En plan "es uno de los nuestros". Y allí -a la edad de la mafia con espinillas- se hacían lazos de sangre.
"Ves crecer a los chicos de su edad. Y llegan los Reyes y el tuyo no sabe quiénes son los Reyes. Y llega la comunión y él no va a hacer la comunión. Ni sabrá de la selectividad. Ni de un primer beso con la pareja... Todos esos momentos. Nunca hicimos una tragedia cara afuera. Pero es inevitable pensarlo".
Andrés acude a la residencia una vez por semana a verlo. Le habla, le toca, le explica cosas de los sobrinos. Le cuenta como si.
(...)
"¿Cuántas veces has tenido sed y no lo he sabido? ¿Cuántas noches has sentido frío y no he estado para arroparte? ¿Cuántas veces te ha dolido la cabeza sin que yo lo supiera? (...) Nunca has llorado, Cris, nunca, y cuántas veces he necesitado ese llanto tuyo, ese caudal de lágrimas y penas para acercarte a mi pecho y apalomarte".
Escribe Javier Sádaba en unas líneas introductorias que el libro de Andrés "difícilmente soporta un prólogo". "Más aún: añadir algo puede estropearlo, interponer un cuerpo extraño entre él y su hijo Cris".
Nosotros nos íbamos ya.
-¿Se va uno jodido de aquí?
-Esa es la gran contradicción. Cuando te vas de la residencia, su estado es un alivio. Sé que no me echa de menos, que no sufre porque me vaya, no me castiga por ello, no me lo recrimina... Te da cierta tranquilidad egoísta... Lo que yo daría por haberle escuchado una sola palabra. Una sola... Y que esa palabra fuera mamá.

Foto: Carlos García Pozo
domingo, 25 de septiembre de 2016

Cambiar el no
por el cómo

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Reconstruyendo. Foto Jesús Aguado

En ocasiones la vida me ha dado cosas que no quería, que no hubiera nunca escogido de forma voluntaria o que creía que no me iban a tocar a mí. En ocasiones –en muchas- la vida me ha sorprendido y me ha dejado con el paso cambiado.

Pero en tales ocasiones, la vida, después de la sorpresa inicial, me ha enseñado mucho: habilidades, actitudes y formas de ver y de estar que no hubiera aprendido de otra forma.

Así, he trabajado la paciencia para saber esperar; he cultivado la ternura para comprender; he agudizado la vista y el resto de sentidos para buscar lugares comunes donde había desencuentros; he aprendido a mirar más allá de lo aparente, a escuchar el silencio, a frenar el inquisitivo trabajo mental en favor de la intuición, a confiar…

Pero, sobre todo, he aprendido que la aceptación es la única vía válida para evitar sufrimiento innecesario. Y aceptar no es otra cosa que cambiar el no por el cómo.

En lugar de quejarnos por lo que tenemos (o no tenemos) busquemos la manera de vivir con ello (o sin ello). Acojamos lo que venga  como una oportunidad, no como un desastre. Miremos desde el corazón en lugar de criticar con la mente. Acompasemos el paso al nuevo ritmo sin dejar de bailar. Dejémonos fluir sin preocuparnos por la necesidad de construir diques. Confiemos.

Y de esta forma desarrollaremos el ser único que todos somos, creceremos un poco cada día y aprenderemos, por fin, de qué va esto de vivir.

viernes, 23 de septiembre de 2016

Ser auténtico

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra


La autenticidad es el envés de la mentira. Cuando decimos “este cuadro es auténtico” o este “vino es auténtico” estamos afirmando que ambos están en consonancia con lo que esperábamos de ellos. Es decir, un objeto o persona es auténtica cuando está en armonía con su propia esencia.
Desde el punto de vista etimológico la palabra autenticidad tiene su origen en el griego y quiere decir: “el que tiene autoridad”. Es decir, auténtica es toda persona que tiene autonomía y existe concordancia entre su sentir, pensar y actuar.
Por esto, la primera premisa para ser auténtico es que el sujeto se acepte a sí mismo, con todo lo que esto implica: aceptar su sexo, su familia, su país, sus capacidades físicas y psíquicas, etc. A partir de ahí es desde donde podemos construir el edificio de la autenticidad. Pero, también ser auténtico es aceptar al otro como es: bajo o alto, negro o blanco, generoso o tacaño, agresivo o pacífico, etc. Pero aceptar no significa asumir las deficiencias (propias o ajenas) sino luchar por neutralizarlas. Por ejemplo, si uno es propenso a la ira, ser auténtico no quiere decir que debemos dejarnos vencer por ella; por el contrario, la persona auténtica es la que es capaz de dominar su ira, agresividad, etc. porque tiene autoridad sobre sí mismo.
Ser auténticos como padres, amigos o compañeros consiste en poder expresar los sentimientos hacia el otro (tanto los positivos como los negativos: valoración, cariño, agresividad o rechazo) y con una finalidad constructiva, no destructiva. Eso sí, podemos confundir sinceridad con autenticidad; lo primero, consiste en decir lo que a uno se le ocurre sin tener en cuenta las consecuencias y la autenticidad presupone contar con los sentimientos del otro y sus circunstancias.
Falsos tipos de autenticidad
Lo más opuesto a la autenticidad es la alienación o la locura. En esa situación el individuo no actúa por sí mismo sino teledirigido por su vivencia psicótica. Sin llegar a ese extremo, en la vida cotidiana podemos encontrar algunas formas de inautenticidad, que revisamos a continuación:
  • ¿Dónde va Vicente? Donde va la gente: este dicho es un fiel reflejo de todas las  “personas robot” que actúan, no por sí mismas sino dirigidas por la moda, los mensajes publicitarios o el “qué dirán”. Son como barcos a la deriva, por un mar encrespado de teorías y gustos. Se olvidan de sí mismas y pretenden ser “buenas copias” ante de ser originales, aunque mediocres. Un claro ejemplo son los adolescentes, que tienen por bandera el ser únicos e irrepetibles y tener mucha personalidad cuando no saben elegir un vestido o un disco distinto del que sale en TV. Su “autenticidad” consiste en seguir los gustos del cantante o futbolista de moda.
  • Dime  de que presumes y te diré de qué careces: es el dogmático, tan intransigente, que siempre se considera en posesión de la verdad. En el fondo se está mintiendo y lo que esconde es su baja autoestima e inseguridad. Parece auténtico porque es rígido en sus ideas, pero en realidad es esclavo de sus creencias y por lo tanto ni es libre, ni tiene autonomía, requisitos indispensables para ser auténticos. Este tipo de personas pueden defender con mucho énfasis sus posiciones políticas, religiosas o su visión de la vida, porque tienen pánico al diálogo y que les cuestionen sus propias posiciones. El admitir nuestras equivocaciones y los errores es una manera de mostrar nuestra autenticidad.
  • “Estar en Babia o estar en la higuera”: son los que carecen de criterio, ni siquiera siguen la moda, y aparecen como si no tuvieran identidad. Su posición pasiva e huidiza es lo más opuesto a la expresión de autenticidad. Por desgracia, son tipos de personas que pasan del mundo laboral, social e incluso familiar, que nunca se comprometen con nada, y por lo tanto nunca se equivocan, pero tampoco pueden disfrutar con los posibles aciertos, pues no se arriesgan.
  • “No tener pelos en la lengua o cantar las cuarenta al lucero del alba”: son personas que alardean de autenticidad pues dicen lo que sienten, pero olvidan que se auténticos es algo más: tener en cuenta al otro y sus circunstancias. No somos más auténticos porque manifestemos claramente nuestra postura respecto a un asunto y no imitemos, sino cuando hacemos eso no de forma impulsiva y teniendo en cuenta al otro. Es lo que ocurre con Antonio: tiene un grave problema con su hijo que es un mal estudiante y en todo momento le está recriminando su falta de interés y su escasa preocupación por los estudios. Aquí el análisis es correcto pero las formas de exponerlo contamina toda la acción y se pierde toda credibilidad. A veces, es mejor callar que explotar o desahogarse.
jueves, 22 de septiembre de 2016

En el interior




Ahí, en el interior de cada uno
Lo externo, distrae,
Lo interior, centra,  profundiza, da sabiduría.
Desde ahí, todo lo que quieras.

Esta pintada lo encontramos paseando por el Bernesga.
miércoles, 21 de septiembre de 2016

¿Dónde están las monedas?

Las claves del vínculo logrado entre hijos y padres
Ya nos enseña Confucio que sólo puede ser siempre feliz el que sepa ser feliz con todo. En esta línea, huyendo de los conformismos pasivos y de falsa resignación, descubrimos que la contraseña que abre las puertas de la realización personal se compone de una simple sílaba: SÍ.
SÍ a la vida, tal como es.
SÍ a nosotros, tal como somos.
SÍ a los demás, tal como son.
SÍ a nuestros padres, tal como son y tal como fueron, vehículos providenciales de nuestra existencia y mucho más.
Este es el mensaje que Joan Garriga Bacardí desvela en este libro, tan poético como inductor a la reflexión y al cambio, sobre un asunto esencial que nos concierne a todos: el proceso de asumir nuestro origen, nuestro legado familiar y de encontrar a través de ello nuestro lugar en el mundo.
El texto celebra la vida sin restarle su realismo y su crudeza, alejándose de una psicología positiva artificial. ¿Dónde están las monedas? ofrece nuevas perspectivas para el alma, tanto a los que sufren al pensar en sus padres como a los que lo hacen con gratitud. Habla el lenguaje de la reconciliación y de la paz. Muestra el poder del amor y el camino para integrar y superar las heridas que obstaculizan la plenitud de la propia vida.
RECOMENDAMOS ESTE LIBRO DE JOAN GARRIGA
martes, 20 de septiembre de 2016

Nana de viento

Caligrafía de emociones
Jose

Entre las alas del viento
ocurre un llanto
y una risa.

Una voz canta
al oído
una nana...
de dulce promesa.
lunes, 19 de septiembre de 2016

Jon Kabat-Zinn: mindfulness y consciencia

Entrevista de Ima Sanchís a Jon Kabat-Zinn, en La Contra, de La Vanguardia, 2016
Jon Kabat-Zinn, biólogo molecular, investigador y promotor de ‘mindfulness’ en Occidente: “Tengo 72 años. Catedrático de Medicina en la Universidad de Massachusetts. Llevo 47 años casado, 3 hijos y 3 nietos. Debemos aprender a vivir juntos con nuestras diferencias. La diversidad es una fuerza positiva. Me interesa la experiencia directa de la interconexión, pero no las creencias”.
“Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos”.
El reto del científico
Se levanta a las cuatro de la mañana desde hace más de 40 años para dedicar una hora a la meditación y otra a la práctica del yoga. Yo salto como una pulga: “¡Quiero vivir, ver a los amigos!”. “Diversión –me contesta con una sonrisa– etimológicamente significa salirte de tu ruta, y si estás enfermo o tienes problemas, es mejor que los resuelvas. Y sabemos científicamente que con la práctica de la atención plena podemos restablecer nuestro equilibrio mental y corporal, estimular la curación y el bienestar. Pero tiene razón, es muy difícil cambiar de estilo de vida”. Un reto que explica paso a paso en su ya clásico «Vivir con plenitud las crisis» (Kairós), que ha revisado y ha puesto al día con los nuevos estudios científicos.
Mi madre, que vivía conmigo, murió a los 101 años. Los últimos 25 años con ella fueron una delicia.
¿Por qué?
Era pintora y a medida que envejecía experimentaba el mundo como Monet: veía formas de luz que la mayoría no observamos. Mi padre era un científico de renombre mundial, experto en el sistema inmunitario. La suya era una polaridad muy interesante.
Polaridad que usted ha integrado.
Cierto, descubrí la meditación zen a los 21 años y desde entonces he investigado de manera científica las capacidades del mindfulness (atención plena) para sanarnos. He demostrado la eficacia de una práctica espiritual milenaria y la he puesto a caminar en Occidente.
¿Por qué le dio por meditar?
En aquella época trabajaba en el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) con el premio Nobel Salvador Luria. Estábamos desarrollando la comprensión del genoma, todo era muy interesante, pero me sentía infeliz. En el MIT se desarrollaban armas para el ejército y estábamos bombardeando un país, Vietnam, que ni siquiera tenía fuerza aérea.
Momentos turbulentos.
Philip Kapleau, experiodista, explicó en la conferencia que tras cubrir los juicios de Nuremberg comenzó a tener terribles jaquecas que consiguió sanar retirado en un templo zen. Empecé a meditar una hora diaria para comprobar si eso era posible y nunca lo he dejado.
¿Cómo consiguió aplicarlo a la ciencia?
Tuve suerte, se abrieron puertas que me permitieron crear la Clínica para la Reducción del Estrés y el Centro de Atención Plena para la Medicina en la Universidad de Medicina de Massachusetts.
Sus colegas le debían de mirar raro.
Sí, pero obtuve resultados contundentes e inapelables. Desarrollé un programa (Rebap) para la reducción del estrés basado en la atención plena y en 1982 publiqué mi primer artículo científico sobre los beneficios en pacientes con dolor crónico y estrés. El año pasado se publicaron 674 artículos, es un crecimiento exponencial. Ha llegado el momento.
¿Qué propone usted?
La conciencia plena se ejercita prestando atención de manera activa en el momento presente y sin juzgar. Desarrollar la capacidad de abrazar la realidad de las cosas es curativo y transformador, cambia nuestro cerebro, tal como demuestran las investigaciones neurológicas.
Habla usted como un gurú.
Nuestro programa no tiene nada de alternativo, formamos parte de los departamentos de medicina y tenemos pruebas científicas. Los pacientes consiguen controlar el dolor crónico, la ansiedad, el pánico y paliar los efectos del cáncer o enfermedades del corazón, pero yo se lo recomiendo a cualquier persona.
Implica un cambio de vida.
Si aumentas la conciencia, los cambios en tu vida vienen solos. Requiere disciplina, pero lo más curioso es que no hay que hacer nada. Lo que propone la atención plena no es que uno cambie su vida, sino que se enamore de ella.
Sugestivo
La atención plena te da otra manera de sostener tu experiencia desde la presencia, algo que no nos enseñan en la escuela. Te enseñan a pensar, pero a menudo el pensamiento no nos es útil a la hora de solucionar problemas vitales.
¿La atención plena lo consigue?
Hemos documentado los cambios experimentados por 20.000 pacientes que han seguido el programa de ocho semanas en nuestra clínica, y que en el mundo son millones de personas.
¿Meditar nos cambia el cerebro?
Regiones que tienen que ver con el aprendizaje y la memoria se ensanchan. La amígdala, la zona del cerebro que reacciona a las amenazas y secuestra la atención, se refuerza; se mejoran las conexiones neuronales e incluso se dan cambios en el genoma.
¿Se activan y desactivan genes?
Sí; por ejemplo, los genes que tienen que ver con procesos inflamatorios y por tanto con el cáncer se inhiben. Y hemos comprobado que la densidad y el tamaño del cerebro, que se encoge con los años, deja de hacerlo si meditas.
¿Qué hay que entender?
Lo más difícil de entender es que no hay que hacer nada. No se trata de intentar cambiar, se trata de en lugar de vivir dormido, vivir despierto.
Siempre hay cosas en tu vida que no acaban de gustarte.
Ahí es donde la meditación funciona, porque el hecho de que te gusten o no depende solo de tus pensamientos. La depresión está causada por una desregulación en el pensamiento, empiezas a rumiar y entras en una espiral negativa que acaba en trastorno.
¿El mindfulness lleva la atención a esos pensamientos negativos?
Si abrazas ese pensamiento, ya no continúa reproduciéndose. Sabemos que una mente distraída es una mente infeliz. Debemos acceder a la conciencia, un tipo de inteligencia innata de la que sabemos poco pero conocemos su poder.
Tenemos solo algunas piezas del puzle.
Suficientes como para saber que la relación que mantenemos con nuestro cuerpo, nuestra mente, pensamientos y emociones, instante tras instante, nos aporta, si es la correcta, salud, bienestar y sabiduría. El cultivo de la atención plena es un acto radical de cordura, amor y compasión por uno mismo.
domingo, 18 de septiembre de 2016

El último geranio

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


Este año los geranios de mi jardín han estado perezosos a la hora de dar flores. Tanto, que hubo quien me dijo que era mejor cambiarlos porque ya no iban a florecer. Menos mal que soy paciente con las plantas y sé esperar. Al final todos brotaron y algunos de forma espectacular.
El último en hacerlo, sin embargo, ha dado dos raquíticas flores ahora, al final del verano. Y me temo, de escasa duración, pues una de estas noches de incipiente helada puede acabar con ellas.
Observando su triste y tacaño aspecto me dio por pensar en esas personas que, teniendo tanto, dan tan poco o lo dan demasiado tarde, de forma que nunca se exponen ni muestran generosidad.
Creo que la generosidad no sólo es una virtud sino una obligación, un deber para con los demás y con nosotros mismos. Somos lo que damos y transparentamos lo que somos.
Si el miedo, la vergüenza o la comodidad nos hacen vivir agazapados, habremos pasado por la vida sin una flor que ofrecer o con flores tan raquíticas que, a las primeras de cambio, desaparecen. Y habrá sido una triste vida.
Todos tenemos flores que ofrecer. De formas, colores y tamaños diferentes, pero flores al fin y al cabo. Y las flores de cada uno se entretejen en un tapiz único y universal en el que ningún matiz debería faltar. Si tú no pones las tuyas y yo no pongo las mías el tapiz estará inacabado, presentará agujeros imposibles de cubrir y la urdimbre, incompleta, nos mostrará sus carencias.
viernes, 16 de septiembre de 2016

Camino de Santiago: 22 y 23 de octubre


Belorado-Burgos
Después de decir adiós a Navarra y a la Rioja nos adentramos en las tierras de Castilla, con su amplitud de mirada y sus barbechos. Castilla es tierra austera, de rigores y silencios, con una sabiduría amasada en soledades y olmos secos, en estepas y aves de caza. Una oportunidad para encontrarse con lo mejor de uno mismo y con el misterio escondido detrás de cada piedra y cada paso, invitándonos a una visión más amplia y más profunda. Más allá de donde la vista alcanza. Más allá.
El Camino de Santiago es nuestra oportunidad para vivir una experiencia de encuentro, de familia, de interioridad y de contacto con la naturaleza.
Nuestra siguiente etapa será de dos días, el 22 y 23 de octubre, desde Belorado a Burgos, algo más de 40 kilómetros, distribuidos en  dos etapas.
Visitaremos el sábado los famosos yacimientos de Atapuerca en visita guiada y posteriormente visitaremos a los Monjes Cistercienses de San Pedro de Cardeñas para compartir con ellos –en total libertad– el rezo de vísperas. El domingo disfrutaremos del Museo de la evolución humana en Burgos y danzaremos en el corazón de la capital castellana, donde Rodrigo Díaz de Vivar, allá por 1048 vio la luz.
Días: 22 y 23 de Octubre.
Kilómetros: algo más de 40 Kilómetros, distribuidos en 2 etapas.
Precio: Cada persona al apuntarse abonará la cantidad de 85 euros para su billete de ida y vuelta en autocar. Este dinero no se devolverá en caso de no asistencia. El coste definitivo vendrá determinado por el número de participantes.
En el coste de 85 euros se incluye el viaje en autocar, el alojamiento en el Casa de Miraflores (Burgos) en habitación individual o doble, según disponibilidades, cena del sábado, y desayuno y comida del domingo.
Dentro del precio citado se incluye las entradas a los yacimientos de Atapuerca y al Museo de la Evolución humana.
Material necesario: Mochila, calzado apropiado y de repuesto (con calcetines de algodón dos pares), chubasquero y ropa de recambio.
Comida: Para la comida y tentempié del sábado lo que cada uno quiera llevar y cargar, así como la bebida.
Transporte: En autocar. Salida desde el aparcamiento de la Junta de Castilla y León
Concentración: En el aparcamiento de la Junta de Castilla y León a las 7,00 de la mañana. Se ruega puntualidad. El regreso previsible será sobre las 22,30 horas del domingo.
Apuntarse: Hasta el día 5 de octubre en la sede del Teléfono de la Esperanza. No esperes al último día. Hazlo cuanto antes.
Para llevar a cabo la actividad será imprescindible que se apunten un mínimo de 25 personas. Número máximo de plazas: 55.
Queremos que el camino sea algo más que caminar, para lo cual se ofrecerán algunas posibilidades de abrir la mente y el corazón.
Responsabilidad de la actividad: Cada participante asume su propia responsabilidad en la marcha hasta Santiago. El T.E. no se hace cargo de posibles daños o accidentes.
Animamos a todos los orientadores/as, amigos/as, conocidos/as, participantes de los distintos grupos de desarrollo personal y demás familia, a que se unan a esta actividad lúdica. Tendremos tiempo para charlar, callar, disfrutar, reírnos, cansarnos, descansar, escuchar y escucharnos.

Cuando vayan mal las cosas como a veces suelen ir, 
cuando ofrezca tu camino sólo cuestas que subir, 
cuando tengas poco haber pero mucho que pagar, 
y precises sonreír aun teniendo que llorar, 
cuando ya el dolor te agobie y no puedas ya sufrir, 
descansar acaso debes pero nunca desistir.
Tras las sombras de la duda,
ya plateadas ya sombrías, 
puede bien surgir el triunfo,
no el fracaso que temías, 
y no es dable a tu ignorancia figurarse cuan cercano, 
puede estar el bien que anhelas y que juzgas tan lejano, lucha, 
pues por más que en la brega tengas que sufrir.
¡Cuando todo esté peor, más debemos insistir! 
Si en la lucha el destino te derriba, 
si todo en tu camino es cuesta arriba, 
si tu sonrisa es ansia satisfecha, 
si hay faena excesiva y vil cosecha, 
si a tu caudal se contraponen diques, 
Date una tregua, ¡pero no claudiques!
"Porque en esta vida nada es definitivo, 
toma en cuenta que: todo pasa, todo llega y todo vuelve"
Rudyard Kipling
jueves, 15 de septiembre de 2016

Redes contra el suicidio

El rincón del optimista
Juan

Hay quien piensa que las redes sociales son más involución que evolución.

No, no son redes que se colocan debajo de los puentes donde pueden caer los suicidas que decidan tirarse por los puentes para abajo. Hablamos de redes sociales, de Facebook en concreto. Facebook, también llamado ‘caralibro’, había desplegado esta herramienta de ayuda contra el suicidio en EE UU pero aún no lo había hecho en Europa. A España acaba de llegar.

Si vemos a un amigo que tiene ideas de acabar con su vida en Facebook podemos usar su nuevo servicio de alerta que pondrá en marcha todo un mecanismo para ayudar a esta persona. En la misma red existen herramientas para denunciar también el ‘cyberbulling’ (acoso por la red). Recuerda que una llamada a tiempo puede salvar una vida y ahorrar el dolor de una familia.

En España, Facebook colabora con El Teléfono de la Esperanza y con estas nuevas herramientas. Si alguien publica algo en Facebook que ponga en peligro su bienestar, puedes ponerte en contacto con esa persona directamente, pero también informar de la publicación a los responsables de la red social. Según informa Facebook, tienen equipos trabajando ininterrumpidamente en todo el mundo que revisan los mensajes que reciben y priorizan los de mayor gravedad, como los de autolesiones y envían ayuda y recursos a las personas que estén pasando por esas dificultades. Esa persona que haya publicado algo preocupante podrá elegir ponerse en contacto con un amigo, llamar a una línea de ayuda o seguir una serie de consejos.

Pese a todo, si alguien tiene algún conocido con este tipo de problemas, siempre tiene abierta la línea de El Teléfono de la Esperanza llamando al 902 500 002 o con una simple llamada al 112 será atendido por los servicios de emergencia. En León el número es el 987 876 006.

Dado que las redes sociales se han convertido en el gran escenario donde todo el mundo anuncia desde las alegrías más grandes a los mayores pesares, esperemos que sea también una zona solidaria donde nadie pueda caer en una depresión tan grande que le lleve a hacer algo irreparable.

Asín sea.

miércoles, 14 de septiembre de 2016

El conocimiento

Khalil Gibrán

Y un hombre dijo, entonces: Háblanos del Conocimiento propio.

Y él respondió:

Vuestros corazones saben, en silencio, los secretos de los días y las noches.

Pero vuestros oídos padecen por el sonido del conoci­miento de vuestro corazón.

Querríais saber, en palabras, lo que siempre supísteis en pensamiento;

Querríais tocar con vuestras manos el cuerpo desnudo de vuestros sueños.

Y es bueno que lo hicierais.

El manantial escondido de vuestra alma necesita brotar y correr murmurando hacia el mar;

Y el tesoro de vuestros infinitos arcanos sería revelado a vuestros ojos.

Pero no pongáis balanzas para pesar vuestro tesoro desco­nocido.

Y no- registréis los arcanos de vuestro conocimiento con palos ni sondas.

Porque el yo es un mar inconmensurable.

No digáis: "He hallado la verdad" sino más bien. "He hallado una verdad".

No digáis: "He encontrado el alma caminando en mi senda."

Porque el alma camina sobre todas las sendas.

El alma no camina en línea recta, ni crece como un bambú.

El alma se despliega como un loto de innumerables péta­los.

martes, 13 de septiembre de 2016

Hay vida más allá de la ciencia

Enrique Martínez Lozano

Descartes
Los postulados básicos del materialismo (y del cientificismo) son creencias metafísicas absolutamente indemostrables y peligrosamente reductoras. ¿En nombre de qué se puede sostener que no existe sino lo que puede ser comprobado “científicamente”? ¿Quién decide los límites de lo real? ¿Qué fundamento tiene la afirmación de que la razón es el modo supremo de conocimiento? ¿Dónde se apoya la arrogancia de que fuera de la ciencia no hay verdad?…
No es que se rechace la ciencia, sino únicamente sus pretensiones absolutistas. La ciencia es una herramienta extraordinaria para operar en el mundo de los objetos. Y la razón crítica constituye un logro irrenunciable de la humanidad. Los llamados “maestros de la sospecha” (Nietzsche, Marx, Freud) nos abrieron los ojos para ver que las cosas no son lo que parecen y que haremos bien en someter a crítica todo tipo de creencias.
Pero esto mismo vale también para la ciencia (a no ser que se arrogue un estatus “religioso” de intocabilidad). Y es al aproximarnos a ella desde una actitud crítica cuando caemos en la cuenta de la trampa del cientificismo: ha olvidado que existe otro modo de conocer superior y previo a la razón.
El modo racional (mental, dual, cartesiano) funciona admirablemente en el mundo de los objetos, pero es incapaz de ir más allá; cuando lo intenta, no hace sino objetivar toda la realidad, reduciendo y empobreciendo nuestra percepción.
Existe otro modo de conocer (no-dual), que nos pone directamente en contacto con aquella dimensión de lo real que escapa a la razón y la ciencia. Este es el terreno de la espiritualidad; y a la capacidad para adentrarse en él se le está empezando a llamar “inteligencia espiritual”.
Cuando esta dimensión se olvida, se produce una amputación grave del ser humano, con consecuencias sumamente empobrecedoras para la vida de las personas, que son condenadas a una sensación de vacío y nihilismo. Es lo que ha ocurrido, en parte, en nuestro ámbito cultural: si bien la ciencia ha propiciado un desarrollo material inimaginable, el cientificismo ha empobrecido la experiencia humana hasta límites insostenibles.
lunes, 12 de septiembre de 2016

Decálogo de la proactividad




  1. Adquiere el hábito de observarte como miras a otra persona: así serás más objetivo en tus percepciones.
  2. Eres el responsable de tu propia vida: no dejes que sean los demás o las circunstancias quienes determinen tu conducta; elige y decide qué hacer.
  3. Los resultados negativos no le deben desanimar: sigue adelante en la decisión tomada, si piensas que es la mejor.
  4. No hagas algo por costumbre, porque es la moda, o porque te gusta: piensa, elige y actúa según tus principios.
  5. Cuando te propongas un objetivo, cúmplelo. Cuando te comprometas con alguien o con algo, hazlo.
  6. Después de tomar una decisión es necesario asumir las consecuencias de esa elección.
  7. No existe responsabilidad sin iniciativa: busca en todo momento la forma mejor de hacer las cosas. No seas un mero ejecutor de instrucciones.
  8. Quejarse, achacar culpas a otros, son formas de perpetuar los problemas. Procura ser mejor en eso que criticas y así estarás ayudando a los demás.
  9. La opinión de los demás sobre ti (críticas, alabanzas, chismes, etc.) no deben perturbarte: haz las cosas bien siguiendo tus principios.
  10. Todos somos responsables del éxito de una empresa; no pienses que un tema no te corresponde porque nadie se lo ha asignado: sé solidario.
domingo, 11 de septiembre de 2016

Un buen momento

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Esperando crecer. Foto Jesús Aguado

No hay libro ni curso sobre crecimiento personal que no hable de los apegos. Exactamente, de la necesidad de abandonarlos. Del desapego y sus beneficios.

Sabemos que los desapegos son fundamentales para ganar autonomía personal y crecer de manera sana. Lo sabemos, e intentos de desapego hemos hecho todos, seguro, en algún momento de nuestra vida. Y hemos vivido –disfrutado, más bien- la libertad que ello nos proporciona.

Sin embargo, de repente, nos descubrimos apegados a determinadas personas (a veces dañinas para nosotros) a determinadas cosas (la mayoría de ellas perfectamente prescindibles o sustituibles) o a determinadas situaciones (de las que ni siquiera somos conscientes). Nos descubrimos apegados y tal vez incapaces de soltar por varios motivos: miedo, comodidad, enganche emocional, apatía… Y empezamos con el bucle de la autojustificación o del no querer ver. Y ahí nos instalamos en una temporada.

Menos mal que llega septiembre con su invitación a retomar y retomarnos en serio. Este mes, que nos lleva de la mano hacia el otoño, que nos va introduciendo en días más cortos y noches más largas, que nos devuelve la estabilidad un poco desatendida, que nos habla de vendimias, recopilación y acopio de fuerzas, que nos ofrece serenidad… nos brinda, además, la oportunidad de adentrarnos en nosotros mismos, de centrarnos y de vivir desde el alma.

Este mes es un buen momento para revisar nuestros apegos y ser conscientes de ellos. Para llevar a cabo nuevos intentos de libertad y autenticidad. Para volver a empezar las veces que haga falta. Para reiniciarnos tras el stand by veraniego.

Ahora toca septiembre.

sábado, 10 de septiembre de 2016

TODOS POR LA PREVENCIÓN DEL SUICIDIO




El día 7 de septiembre, en el salón de actos FUNDACIÓN SIERRA PAMBLEY, a las 7 de la tarde, tuvo lugar, organizada por el teléfono de la esperanza, una mesa redonda sobre la Prevención del suicidio, en la que participaron los siguientes ponentes:

D. Alejandro Rocamora Bonilla. Licenciado en Medicina y Psiquiatra, Profesor del Centro de Humanización de la Salud en Madrid, Ex Profesor de Psicopatología de la Universidad de Comillas, Vicepresidente de la Asociación de Investigación, Prevención e Intervención del Suicidio (AIPIS) en España. Colaborador habitual de este BLOG. Habló sobre la Prevención del suicidio en la juventud y claves para la familia. Manifestó que “el derrotismo, la incapacidad y la desesperanza” conducen al suicidio y que detrás de un intento de suicidio “hay una clara petición de ayuda”. Como medidas preventivas apostó por: “promover y educar en valores saludables, educar en la frustración, en la tolerancia, para la expresión de los sentimientos sean los que sean, posibilitar vínculos sanos, favorecer la autoestima..”. ¿Cómo ayudar a la familia? Detectando los síntomas, estando atentos al mecanismo de negación, cuidando, favoreciendo la explicitación del malestar y la adherencia al tratamiento que corresponda”. Finalizó su intervención con una máxima de calidad: “Cada uno de nosotros podemos ver los garrotes de la cárcel o tratar de ver lo que está detrás de los garrotes”.

D. Luis Velilla Díez. Licenciado en Medicina y Cirugía. Especialista en Psiquiatría. Médico Adjunto al Complejo Asistencial Universitario de León en la Unidad de Psiquiatría. Manifestó que “el suicidio es la tercera causa de muerte en unos cuantos países y la segunda en la población infanto-juvenil”. Expresó que “el suicidio genera un doble dolor en el entorno: la pérdida y la culpa que suele acompañarla”. Compartió su experiencia clínica sobre los factores de riesgo: depresión, trastornos bipolares, esquizofrenia, como los más expuestos. Desde su experiencia como psiquiatra dijo: “No tenemos solución para todo. No hay pastillas para todo”. “Aunque hay muchas tentativas o gesto suicidas la mayor parte no llegan a fructificar”. “No hay que preocuparse por tener ideas suicidas, todos de alguna forma las tenemos, yo también”.

Dña. Mª Teresa Mata Sierra. Doctora en Derecho y Licenciada en Ciencias Políticas. Profesora Titular de la Universidad de León y Directora de Cátedra Empresa y Familia. Vicedecana de la Facultad de Derecho en la Universidad de León. Subdelegada del Gobierno Civil en León. Expresó su gran preocupación por este tema, que es “un drama escondido”. “Tenemos que superar este estigma social que pesa sobre este tema y dar una respuesta adecuada por las Administraciones haciendo campañas de prevención, como se hace con la violencia de género, los trastornos alimentarios y otros problemas”. “Por razón de mi cargo he conocido dramas terribles sobre este tema, ya que en España en 2014 hubo más de 14.000 suicidios. Apostó por continuar la formación de los cuerpos y fuerzas de seguridad sobre este tema, hacer una coordinación eficaz de todos los actores implicados en este asunto y pedir la colaboración de medios de comunicación a través de campañas educativas.

D. Juan Fernández Quesada. Licenciado en Psicología, Psicopedagogía y Psicología Industrial. Ex Director General de Protección Civil del Gobierno de Cantabria. Experto en Emergencias de Seguridad. Ex Profesor de la Academia Básica del Aire. Miembro del Equipo de Psicólogos del Teléfono de la Esperanza. Manifestó que el Teléfono de la esperanza trabaja en una doble dirección: “intervención en situaciones de crisis y con medidas preventivas”.
El mensaje a través a estas personas es: “Espera. No te suicides. Tu dolor es nuestro”. Declaró que el suicidio es “síntoma de algo más grave a nivel social” a lo que hay que tratar de dar una respuesta adecuada. El T.E. “busca que brille la luz en donde no hay más que oscuridad”. Informó detalladamente de la labor realizada por los orientadores del T.E. y los cursos y talleres puestos en marcha para contribuir en la mejora de la calidad de vida de los ciudadanos. Para finalizar apostó por una cultura tridimensional: “del perdón, de la gratitud y de la relación de ayuda”

La mesa redonda fue moderada por Dª Aurea Barrera Martínez, Vicepresidenta del Teléfono de la Esperanza de León.

Las preguntas de los asistentes pusieron en evidencia la necesidad de seguir realizando actos de este tipo de prevención del suicidio y seguir creciendo en razones para seguir viviendo.

El acto finalizó en la plaza de la catedral de León con la lectura de un manifiesto, el encendido de velas y bengalas por la vida y un aplauso lleno de esperanza. Y se leyó el siguiente

MANIFIESTO


Hoy conmemoramos el Día Mundial para la Prevención del Suicidio.

Para que alguien desee morir debe darse una experiencia intensa de aislamiento.

 Por eso, porque no queremos que te sientas solo…

Busca la e. Espera

Porque no sé del sufrimiento que invade tu vida y deseo conocerlo.

Espera

 Porque puedo escuchar el sordo estruendo de su soledad.

Espera.

 Porque quiero conocerte, escuchar tu historia, tu desesperanza, recorrer a tu lado los rincones escondidos de tu vida.

Espera.

 Porque nada de lo que a ti te suceda es indiferente, irrelevante o sin valor.

Espera.

Porque me importa, porque me importa, porque me importa lo que te suceda.

Espera.

Porque sin ti nada sería igual.

Busca la e.

Porque aún hay páginas no escritas que aguardan tu historia.

Busca la e.

Porque aún es tiempo de soñar.

Busca la e.

 Porque la esperanza anida en las almohadas hasta la luz del amanecer que trae un nuevo día.

Busca la e. Espera.



Espera y llámame, HAY  ESPERANZA, Espera


987 87 60 06