El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
lunes, 31 de julio de 2017

Una esperanza de futuro

Carmen de la Puente


El 18 de Abril comenzamos en el Teléfono de la Esperanza una andadura llamada “Autoestima”.
Éramos un grupo de 13 personas que nos mirábamos unas a otras, escuchando, al mismo tiempo, a la persona que iba a orientarnos y guiarnos a lo largo de nueve sesiones:
Todos los martes de nueve semanas.
Sentados en círculo podíamos observarnos y escucharnos de manera activa y sincera. Era un círculo de fuerza, fuerza y esperanza que nos daríamos unos a otros al desnudar nuestro interior de manera sincera, sin tapujos ni vergüenza. Martes a martes esto se iba confirmando.
El círculo, ya en 2ª sesión quedó definido en 10 personas, las que hoy terminamos. Formándonos, para reforzar nuestra comunicación un grupo de whatsapp, y cuyo nombre ¡!!Cómo no!!!! era el de nuestra propia guía: Lola. Para ser más concreto LolaLolitaLola.
El curso ha hecho huella en nuestros corazones, pero sobre todo ha creado un vínculo de amistad y un lema muy claro: “Si quieres puedes”.

domingo, 30 de julio de 2017

El pájaro que duerme en la parra

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Este verano hay un inquilino nuevo en el jardín. Es un pájaro que tiene en la parra su sitio para pernoctar. Cuando no estábamos aquí el pájaro acampaba por sus fueros en todo el territorio (hay pruebas evidentes de ello). Ahora, se corta un poco más.

Me hace gracia verlo llegar cada noche. Se posa en el tejadillo oteando el horizonte para ver si está despejado el sitio. Observa inquieto durante un buen rato los movimientos de la casa. Hace escapadas rápidas y vuelve. A la cuarta o quinta vez decide por fin adentrarse en la parra. Está un ratito en ella. Vuelve a salir. Otea otro momento. Escucha. Vuelve a entrar definitivamente. Así cada tarde al oscurecer.

Durante los primeros días, de mañanas, no solía venir por aquí. Ahora ya sí. Llega al tejadillo. Observa. Revolotea un poco. Y se adentra en el jardín, cada vez con más confianza. Mientras ahora escribo está no muy lejos de mí, observando. Cualquier día de estos me lo encuentro dentro de la casa explorando nuevos territorios.

Este pajarillo me está hablando de la curiosidad que despierta la confianza afianzada.

Él, primero, necesita confiar en que puede seguir durmiendo en su sitio sin que nada perturbe su sueño. Una vez que confía va extendiendo su curiosidad a nuevos lugares, a nuevas experiencias. Poco a poco. Despacio. A medida que gana confianza se tranquiliza y sigue explorando. Como nosotros.

Sin confianza no avanzamos, ni nos sentimos con fuerza, ni crecemos. Si perdemos la confianza en nosotros mismos y en la vida habremos perdido, probablemente, la ilusión de vivir, y nos mantendremos en estado latente bajo el yugo del miedo y de la inseguridad.

Confianza. Esa palabra de la que tanto hablamos y que tan poco practicamos.

viernes, 28 de julio de 2017

Curso "Conocerse para crecer"

Elena Rodríguez
No he realizado este curso para que me den otro título profesional más, un certificado o un diploma. Tampoco para poder encontrar trabajo o cambiar el que tengo. Ni para engordar mi currículo vitae, ni  para ganar más dinero, ni para ser más o menos que nadie. He realizado  el curso "Conocerse para Crecer" porque hace tiempo que supe de su existencia, pero hasta ahora no lo pude realizar. Y no me arrepiento en absoluto. Creo que ha llegado en el mejor momento posible y lo he interpretado como un afianzamiento personal, he apuntalado lo que soy y en lo que creo, lo que amo, para así vivir con responsabilidad y dignidad, para no desaprovechar mi vida, es decir, que tenga sentido todo lo que hago, y quien sabe, en un futuro poder ayudar a los demás que voluntariamente se dejen ayudar.
Hemos tratado muchos temas, leído libros, visto películas para analizar, reflexionar, hablar y aportar enfoques diferentes. De todo y de todos he aprendido. He reflexionado sobre el cambio, sobre las ideas irracionales, también sobre el sentido que puede tener la vida cuando te lo arrebatan todo: la responsabilidad, el perdón… No quiero entrar en muchos detalles para no desvelar los "secretos" que este curso aporta y así animar e invitar a otras personas a que lo realicen.
De la mano de voluntarios (muy preparados y comprometidos) del Teléfono de la Esperanza,   durante varias semanas nos hemos dado el capricho de crear un ambiente y un clima especial para la escucha y la comprensión, y así avanzar poco a poco, porque cuando vas deprisa puedes cansarte o tropezar.
Quiero tener un recuerdo cariñoso y dar las gracias a mis compañeros y amigos: Isabel, Gerardo, M.ª Jesús, Belén, Eva, Marisol, Raquel, Juan y Sarita. Ha sido un verdadero placer coincidir en este crecer interior que tan bien nos hace y cómo no, dar unas gracias inmensas a nuestra monitora M.ª Elena, que ha sabido llevarnos de la mano de una manera tierna, sorprendente y muy comprensiva.
Me despido con un texto de Viktor E. Frankl del libro “El hombre en busca de sentido” -El propio hombre es el que tiene la capacidad para asumir una postura ante las situaciones, no está totalmente condicionado. Él es quien determina si ha de entregarse a las situaciones o hacer frente a ellas.
jueves, 27 de julio de 2017

Vivir en el alma

Amar lo que es, amar lo que somos y amar a los que son.
Joan Garriga, experimentado y reconocido terapeuta en el campo de la Gestalt y las Constelaciones Familiares, nos muestra cómo poner orden en nuestros afectos y en nuestra vida interior. También a rendirnos ante el misterio de la vida para alcanzar con ello paz y felicidad perdurables.
Su propuesta es sencilla y directa, como lo son las enseñanzas sabias de todas las tradiciones espirituales: amar lo que es, amar lo que somos y amar a todos los que son.
Al recorrer estas líneas, aprenderemos a reconocer y habitar en forma inteligente el Alma Gregaria que nos vincula con nuestros grupos de pertenencia familiar y social. Luego, iremos poco a poco desplazando el foco hacia la Gran Alma para presenciar allí como emerge nuestro ser más auténtico. Desde la perspectiva del alma la vida cotidiana se vuelve puro disfrute y aceptación, dando por finalizada la lucha por imponer en cada momento los pequeños deseos de nuestra limitada personalidad.
Como el mismo autor nos resume: «el gran tema de este libro, al fin y al cabo, es el viejo asunto de la voluntad frente al destino, de los designios del pequeño yo personal frente a los dictámenes de la gran voluntad, de la gran inteligencia definitiva».
Puede ser un buen libro para este verano.
miércoles, 26 de julio de 2017

Entrevista a
Marcelo Demarzo



Marcelo Demarzo, maestro de atención plena o ‘mindfulness’.
Tengo 43 años. Soy doctor en Medicina, especialista en medicina preventiva . Estoy casado y tengo tres hijos (11, 5, 1). ¿Política? ¿Creencias? Me atrae la filosofía budista. La técnica de la atención plena alivia dolencias
En los años setenta, un joven doctor en Biología Molecular del MIT, Jon Kabat-Zinn, exploró una práctica relajante –inspirada en meditadores monásticos budistas– que bautizó mindfulness (atención plena): desfijas la atención de tus pensamientos para llevarla a tu respiración, tu cuerpo, tu momento viviente, ¡a tu ser! Y así reduces ansiedad, estrés, angustia, depresión: ¡la neurociencia lo ratifica! Su discípulo Demarzo aplica la atención plena a la medicina preventiva y clínica, invitado aquí por el doctor Luis López al máster en Relajación, Meditación y Mindfulnessde la UB (masterremind-ub.org). Autogenia: genero mi propio bienestar, deseo bonitas cosas para ti y para mí.
¿Qué es la atención plena?
Un estado mental en que eres plenamente consciente de ti.
¿Y en qué consiste eso?
Ni te agobian pasadas vivencias ni te angustian pensamientos anticipatorios.
¿Calma interior, pues?
Sí, plena, aquí y ahora. Estás bien, y a voluntad. Lo generas tú desde dentro: autogenia.
¿Puedo conseguirlo?
Pues claro, con un par de sesiones de entrenamiento y algunas semanas practicando.
¿Y cómo sabré que he conseguido la atención plena?
Lo sentirás dentro como un “¡eureka!”. ¡Así lo sentí yo! Es lo que yo andaba buscando...
¿Qué buscaba?
Soy médico y buscaba un modo de empoderar a mis pacientes para que sufrieran menos ante sus dolencias. ¡Y lo encontré! La atención plena ( mindfulness, en inglés) es una herramienta muy benéfica para el paciente.
¿Qué beneficio reporta al paciente?
Hay prueba neurocientífica: experimentos de neuroimagen que muestran que ocho semanas de práctica diaria de atención plena incrementan la espesura cerebral.
¿Espesura cerebral?
Multiplica la densidad de conexiones neuronales en varias áreas del cerebro: en la corteza prefrontal, por ejemplo.
¿Con qué consecuencias?
La corteza prefrontal te habilita para planificar, tomar decisiones, memorizar, concentrarte, tener conciencia corporal... ¡Todas esas capacidades se refuerza, por tanto!
Pues no me vendría nada mal.
Vemos claras mejorías en pacientes con diabetes, hipertensión, ansiedad y depresión.
¿Qué tienen en común esas dolencias?
Un estrés crónico. Por eso mejoran. ¡Y también los afectados de dolores crónicos!
¿La atención plena es analgésica?
El dolor crónico puede llevarte a la catastrofización: aumentas tu sufrimiento preguntándote “¿y por qué yo?”, autoinculpándote...
¿Y la atención plena lo palia?
Evita ese cuadro de sufrimiento añadido. Igual con la depresión: en personas con tres cuadros depresivos, practicar la atención plena... reducirá la reincidencia ¡a la mitad!
¿Más o menos eficaz que los fármacos?
Exactamente igual..., pero sin ningún efecto secundario indeseable. ¡Por eso propongo aplicar la atención plena en hospitales!
¿Entrena usted a pacientes?
Y a médicos, por su propio bien y para que ayuden a sus pacientes. Y así todo mejora.
¿Cuál es la técnica?
Fíjate en tu respiración. O mira pasar tus pensamientos, como si fuesen nubes. O imagina que estás muerto...
Vaya.
Esto lo hacían ya los estoicos griegos, para bien vivir... Practicas el desapego. Y así ves tus esquemas mentales, esos que te llevaban a actuar reactivamente a tu entorno.
¿Y de este modo dejaré de reaccionar?
No serás ya reactivo: serás activo, controlarás. Harás lo que te beneficie, basta de espasmo incontrolado: eso es ser consciente.
La atención plena ¿en qué le mejoró?
Mejoraron mis relaciones conmigo mismo. Y con las personas de mi entorno: pareja, familia, trabajo. Y además... ¡dejé de fumar!
¿Lo pretendía usted?
Me disgustaba fumar, pero era incapaz de dejarlo. Ya ni lo pretendía. Y practicar la atención plena... ¡me hizo repugnante fumar, sin pretenderlo! Y lo dejé, así, sin más. Otros meditadores adelgazan, se tonifican... Ser consciente del cuerpo ¡te lleva a respetarlo!
¿Maltratamos el cuerpo con la mente?
Mira qué dijo un indígena mesoamericano: “El hombre blanco está loco: ¡ha llegado a creer que se piensa con la cabeza!”. Es una verdad honda. La atención plena consiste en recuperar la totalidad de tu ser.
¿En qué casos la recomienda más?
¡En todos! Suele acercarse quien tiene una motivación íntima fuerte: sobrellevar mejor un dolor, sufrir menos, sentirse más feliz...
Pero el sufrimiento va con la vida.
¡Muy bien dicho! Y aceptar eso es lo primero. Pero lo segundo es desear minimizarlo. Y ahí entra la atención plena. Esta mañana, por ejemplo, he perdido el tren: ¿me he amargado por eso? ¡No! He sonreído y he reservado para el siguiente.
¿Y así con todo, Demarzo?
Así con todo, aceptación activa. ¡Aprende!
¿En qué ámbitos sería más benéfica la atención plena?
Hospitales, aulas académicas, oficinas, empresas, entrenamientos deportivos, tribu­nales, comisarías, cárceles, parlamentos...: ¡todo mejoraría! Un grupo de 130 parlamentarios británicos está estudiando llevar la atención plena al sistema de salud pública.
¿Qué persona es la más consciente de las que haya conocido en su vida?
Jon Kabat-Zinn, el médico fundador de la atención plena para reducir el estrés... ¡Pero más aún el Dalái Lama, ese tipo que siempre sonríe y jamás se aburre!
Al amigo Donald Trump... ¿podría mejorarle un poco la atención plena?
Trump es reactivo, compulsivo: ¡un espejo de lo que somos! Tú... sonríe y practica la pausa revolucionaria: escucha... y espera antes de contestar. Mejórate a ti mismo.
martes, 25 de julio de 2017

Un mundo que vive de culpables

La vida está llena de caricias
Juan Fernández Quesada


Así como la oscuridad es la falta de luz, luego no existe, el pecado es la ausencia de amor. Pero no es esto lo que percibe el ego. El ego percibe agresiones en lugar de errores. El pecado y la condenación es lo mismo, es una forma de invitar al castigo en lugar de invitar al amor y a perdonarnos.
Cuando confundimos “error” con “pecado” no hay ninguna forma de salvación del ser humano, porque como producto final da lugar a la desconfianza y adentrarnos en la espiral de la guerra y de la violencia. Un error puede ser corregido, lo torcido puede ser enderezado, pero el pecado es irreversible. Creer en el pecado es creer que son las mentes las que atacan y no los cuerpos. De esta forma asignamos culpabilidad a las mentes.
Creer en el pecado es creer en que los ataques son siempre intencionados y de que por lo tanto la culpabilidad y el castigo están justificados.
En el pecado radica la mejor defensa del ego que sirve a todas las defensas del mismo. El pecado es la armadura y protección del ego.
Quien tiene fe en el pecado es imposible que tenga verdadera fe. Si el pecado es real no hay esperanza de curación en el ser humano, otorgamos esencia de enfermedad en su mente y hay que recordar que todos fuimos niños, hasta el ser que comete más crímenes después. Fuimos seres totalmente inocentes. ¿Qué modifico nuestra naturaleza limpia? ¿Qué cambió nuestro estado puro, alegre, sensible, natural?
Para el ego el pecado es muerte y la redención se alcanza asesinando. ¿Esto no es tener una mente retorcida?
La creencia en el pecado es un enorme muro que ponemos en nuestro camino hacia la paz: Nadie puede obtener paz en su vida con tal creencia. Si reduces a todo ser humano a un cuerpo, eso es a lo que temes.
El concepto de pecado nos mantiene separados a todos, es una ausencia de reconocimiento de igualdad. La atracción por la culpabilidad es solo miedo. Y, recuerda, el miedo es lo que se opone al amor.
Los pecados son los errores que creemos no pueden ser perdonados, haciendo la destrucción del ser humano en inevitable. Lo que ha sido condenado, condenado está por ser eternamente imperdonable.
Si el pecado se ataca con castigo, se perpetúa, porque se hace con el mismo programa de proclamación de la maldad. El que cree en el pecado mantiene al mundo excluido del amor.
El pecado es la única creencia que limita la idea de trascendencia, de mejora, de superación de nuestras limitaciones, de posibilidad de cambio y transformación.
Elimina de tu lenguaje la palabra “culpabilidad” y transfórmala en “responsabilidad”, la primera conlleva castigo, la segunda conlleva liberación. Elimina de tu lenguaje la palabra “pecado” y transfórmala en “error”. La primera conlleva ejecución, muerte, la segunda aprendizaje.
Un abrazo.
lunes, 24 de julio de 2017

Somos plenitud

Enrique Martínez Lozano
Psicoterapeuta

No somos el yo separado (persona) que nuestra mente piensa, sino plenitud de presencia que se expresa, manifiesta y experimenta en esta forma concreta –sumamente frágil y vulnerable– que llamamos “yo”.

¿Cómo pasar de esa creencia errónea –por más arraigada que esté– a la comprensión de nuestra verdadera identidad? En este “paso” se ventila la liberación de la ignorancia y del sufrimiento. Pedagógicamente, podría plantearse en las siguientes etapas:

  1. La creencia: Desde niños hemos crecido pensando que éramos el “yo” que nuestra mente pensaba; creencia que es sostenida y alimentada de manera constante por nuestro entorno familiar, educacional y cultural. Tal creencia hace que nos veamos radicalmente como carencia, que necesita ser “completada” por “algo” exterior de lo que todavía carecemos. Aquella misma creencia nos lleva a pensar que “somos malos” o, al menos, que “podemos ser mejores”. Y ahí nos pasamos la vida en una ansiedad más o menos intensa, entre la autoexigencia perfeccionista y la decepción o frustración inevitable.
  2. La realidad: No somos el yo carente que pensamos ser, sino Plenitud que se expresa en esta forma (persona) débil, frágil y sumamente limitada y vulnerable. Lo que llamamos “yo” es solo una construcción mental, que es fruto de la naturaleza apropiadora y separadora de la mente. Por eso, mientras nos pensamos, nos vemos como “yo”; sin embargo, en cuanto acallamos el pensamiento y atendemos, nos percibimos como Plenitud, una con todo lo que es. Así se explica que cuando no hay pensamiento ni memoria, no existe ningún yo; nunca había existido, salvo en la creencia mental de la que nació.
  3. La consecuencia: No necesitamos “mejorar”, porque no nos falta nada; todo es perfecto tal como es; todo está bien. Cuando has comprendido que eres uno con todo lo que es…, cuando eres consciente de ser Plenitud, ¿qué podrías desear?
  4. La trampa: La mente se apropia también de esta comprensión en beneficio propio, dando lugar a mecanismos de justificación y endiosamiento del yo, utilizando aquella certeza como pretexto para la indolencia y el narcisismo, que perpetúan la “zona de confort” donde el yo se refugia.
  5. La comprensión: Somos pura Presencia –Eso que queda cuando no ponemos pensamiento–. Pero la Presencia no es “algo” que tenemos o un “objeto” del que pueda apropiarse el yo; es, sencillamente, nuestra verdadera identidad, Eso que somos en lo más profundo; una identidad compartida con todos los seres, dado que todo es Presencia o Consciencia que se despliega a través de infinitas formas.

Solo esta comprensión permite sortear las trampas de la mente y del ego. En ella se disuelve también la paradoja entre lo que somos –plenitud de presencia– y la forma (persona) que tenemos o en la que nos experimentamos.

Cuando eso se ha percibido, se comprende que todo consiste en poner consciencia, es decir, en vivir conscientemente en conexión con lo que realmente somos. De esa vivencia –que en realidad es un “fluir” en la Vida que somos– brotará la acción adecuada en cada momento.

domingo, 23 de julio de 2017

2 + 2 = 5

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


Esta es una forma sencilla de explicar la sinergia de grupo. Es la situación que se da cuando la fuerza de un grupo en sí mismo es mayor que la suma de las fuerzas individuales de sus miembros.
Existe sinergia cuando cada uno aporta y suma; cuando el resultado es mayor y más importante en grupo que individualmente; cuando la actitud del otro impulsa la mía hacia el crecimiento común; cuando el espíritu creativo crece sobre propuestas abiertas y serias.
Enseguida notamos cuándo estamos en un ambiente de sinergia y cuándo no.
He participado en grupos donde estaba clara, porque todos aportábamos y ayudábamos a la consecución de los objetivos, estábamos ilusionados y dábamos lo mejor de nosotros mismos.
He participado en otros donde lo único que quería era acabar cuanto antes para volver a una realidad más cómoda y menos tóxica, porque el grupo se estaba convirtiendo en algo dañino.
Es fundamental la actitud que cada uno de nosotros llevamos a un grupo (cualquiera que éste sea). Si vamos abiertos al crecimiento, creceremos. Resolveremos cuantas cuestiones se susciten y haremos del mismo un espacio apto para el autodesarrollo. Habrá roces y puntos de vista diversos, por supuesto, pero sabremos afrontarlos desde la autenticidad y el buen hacer.
Si vamos buscando que otros resuelvan los problemas a los que yo doy la espalda, que cubran carencias personales que yo no sé resolver por mí misma y que me aportan gratuitamente dando yo poco o nada, nos achicaremos y achicaremos al grupo, estrangulándolo hasta ahogarlo.
Sería conveniente que antes de participar en un grupo nos planteáremos nuestra actitud ante el mismo. Sí, sería muy conveniente.
sábado, 22 de julio de 2017
viernes, 21 de julio de 2017

Psicología
de lo diferente

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra


Si contemplamos un puzzle, todos los elementos son diferentes, pero también todos son necesarios para realizarlo. No existen piezas más importantes que otras, ni más bonitas. Todas tienen una misma misión: construir el puzzle. Hoy al reflexionar sobre “los diferentes” se me ocurre pensar que la humanidad es como un gigantesco  puzzle donde todas las piezas (las personas) son necesarias y suficientes. Ninguna debería ser excluida ni por su color, ni capacidad, ni haber nacido en uno u otro país, ni practicar una u otra religión, ni estar cuerdo o loco, etc.
Lo diferente
Lo diferente es tan consustancial al ser humano que no existen dos huellas dactilares, ni tampoco dos personas idénticas, incluso aunque tengan la misma carga genética (los gemelos monocigóticos). Así, pues, “lo diferente” que nos hace distintos y originales, es una cualidad que está impresa en la propia esencia del ser humano. Y esto es así, pues somos contingentes e imperfectos. No somos dioses, ni robot, pues entonces si seríamos iguales. Nuestra imperfección  nos hace originales. Por esto existen: personas altas y bajas, gordas y flacas, sabias e ignorantes, guapas y feas, sanos y enfermos y…cuerdos y locos.
No obstante, debemos admitir que existen “diferencias” que pueden provocar una gran distorsión en la convivencia. Por ejemplo, ser negro en un país de blancos (en Africa ser negro no es ninguna excepción), padecer una enfermedad mental en una sociedad que se considera cuerda, ser extranjero, de distinta raza o religión, etc. en estos últimos casos incluso se pueden producir guerras fratricidas y por lo tanto, lo diferente  no es facilitador de favorecer la convivencia sino todo lo contrario.
Origen
El hombre primitivo descubre al otro (amigo o enemigo) cuando comienza a compartir territorio, caza, etc. A partir de pasar de ser nómada a ser sedentario se impone una estratificación de tareas y de responsabilidades: unos cazan, otros construyen la vivienda,  otros cuidan de los animales, existe el jefe y los súbditos, etc. Establecer, pues, diferencias es lo que facilita vivir en comunidad.
Así, pues, a lo largo de la historia de la humanidad se han dado tres posiciones ante el “otro”: o el otro, aunque diferente, es complementario, o se se le contempla como un competidor, pues nos puede quitar posibilidades (laborales, cultures, etc,) o bien, al otro diferente (mendigo, loco, pobre, etc.) se le debe exterminar. Desgraciadamente en nuestra sociedad occidental, en muchos casos, han predominado esas dos últimas posiciones. Así, cuando el diferente es negro, sudaca o moro, por poner solamente algunos ejemplos, se vive como potenciales enemigos que debemos anular.
Somos, pues, diferentes pero complementarios. La desigualdad nos hace más humanos, pues nos convierte en únicos e irrepetibles. La vida sería muy aburrida si todos fuéramos idénticos, pensáramos lo mismo o tuviéramos los mismos sentimientos y necesidades. En este gran puzzle de la vida, nadie falta, pero tampoco nadie sobra.
jueves, 20 de julio de 2017

Taller de mindfulnes

M.ª Carmen Gutiérrez


No quiero castigarme de estar sin el bien
lo necesito para depositarlo en cada
rincón oscuro, vacío, grande o pequeño
de mi conciencia para algún día dejarlo
fluir como polvo de estrellas.


Estoy llorando por dentro, me compadezco
y a la vez  me tengo rabia, reconozco que
poco adelanto, la angustia que me embarga
el cuerpo es tal, que no soporto ese
brutal descontento de mi misma.


Los pensamientos negativos afectan al
ánimo  considerablemente (mucho)
a veces no se soportan.

Lo bueno de nuestras vidas sería que el
sufrimiento no termine con nosotros, sino
nosotros con el sufrimiento.
Hay que aprender a no sufrir por sufrir
No pongas tristeza donde no la hay.

En la ansiada propuesta de la vida se
manifiestan diferentes bifurcaciones o sendas
a seguir, si  uno sabe, y sino…
¿Cómo es tu vida?
Inteligente, apasionante, desequilibrada,
armoniosa (elige) y si no sabes… quedas
en un estado de existencia melancólico y agónico
fuera de la propuesta.

En un gota de agua entra
la satisfacción de verla caer.
La sensación de mojarse.
La abundancia de agua.
La sed saciada.
La nostalgia de un día.
Riadas imparables
El vapor que la hace permanecer.
La fusión de un mundo de vida.

Siempre se pierde algo por el camino
Un amor, una ilusión, el tener que decir algo
Eso quiero hace hoy, tengo que ir a
un sosiego, un convencimiento, esa
esperada grandeza, un renacer.
Esa moneda.

  
Cuando uno o alguien se propone
hacer daño a la naturaleza,
a una persona, o cualquier ser
o se imagina el daño que se hace
así mismo.

Se está formando un eclipse en mis pensamientos
los buenos quieren tapar a los malos
creo que solo es parcial
Cuando en la eclíptica de su recorrido
se perfeccione y se visualice el eclipse total
será fascinante.

Necesito corregir la impaciencia que termina en ansiedad
Creamos impaciencia en nosotros mismos
cuando no sabemos por donde tenemos que ir, no actuamos
como tiene que ser, y sufrimos cuando no debemos


La mente universal nos ha dado a cada
uno un tanto de su sabiduría hasta
que la podamos perfeccionar, ahí está la clave
de lo absoluto, hasta llegar a
conseguirla en su perfección.

La configuración de la vida se manifiesta
en espacios grandiosos o pequeños
grandiosos en lo infinito  y
pequeños en lo cercano.
miércoles, 19 de julio de 2017

Muere lentamente

Pablo Neruda


Muere lentamente quien no viaja,
quien no lee, quien no escucha música,
quien no halla encanto en si mismo.

Muere lentamente quien destruye su amor propio,
quien no se deja ayudar.

Muere lentamente quien se transforma en esclavo del habito, repitiendo todos los días los mismos senderos,
quien no cambia de rutina,
no se arriesga a vestir un nuevo color
o no conversa con desconocidos.

Muere lentamente quien evita una pasión
Y su remolino de emociones,
Aquellas que rescatan el brillo en los ojos
y los corazones decaidos.

Muere lentamente quien no cambia de vida cuando está insatisfecho con su trabajo o su amor,
Quien no arriesga lo seguro por lo incierto
para ir detrás de un sueño,
quien no se permite al menos una vez en la vida huir de los consejos sensatos…
¡Vive hoy! - ¡Haz hoy!
¡Ariesga hoy!
¡No te dejes morir lentamente!
¡No te olvides de ser feliz!

lunes, 17 de julio de 2017

Entrevista a
Jordi Montero

Tengo 65 años. Barcelonés. Divorciado, dos hijas, dos nietos. Me he jubilado del hospital Universitario de Bellvitge. Trabajo en el Institut Dexeus y la clínica Tres Torres. La política se ha convertido en una profesión, pero debería hacerse en la calle, mirando alrededor. Soy agnóstico.

El “emocionólogo”

Es uno de los neurólogos que más saben sobre el dolor en nuestro país, durante más de cuarenta años ha combinado la docencia, la clínica y la investigación y ha sido uno de los impulsores del Grupo de Estudio de Dolor Neuropático de la Sociedad Española de Neurología. Resume su experiencia y conclusiones en Permiso para quejarse (Ariel). Pertenece a ese pequeño grupo de médicos que reivindican el buen trato y la calidad de tiempo con el paciente porque sabe que el dolor crónico está relacionado con problemas emocionales y es el motivo del 80% de las consultas de una unidad del dolor. “El siglo XXI es el siglo de las emociones, de las neurociencias y de las mujeres; este es el gran cambio en el que estamos inmersos”.

Más de seis millones de españoles sufren dolor crónico.

Sí, una de cada seis personas. Y, a diferencia del dolor agudo, el crónico no tiene una causa física.

¿No hay nada objetivo que lo produzca?

No, hasta ahora los médicos decíamos: “tiene cuento”, “es histérico”. Pero gracias a las neurociencias hemos podido observar que la actividad cerebral de las personas con dolor crónico es idéntica a la del dolor agudo.

¿Por fin tienen permiso para quejarse?

Sí, y su fuente son factores emocionales. Al fin y al cabo las emociones son lo que nos gobierna, lo más importante de nuestro cerebro.

¿Por encima de la razón?

Muy por encima. La razón, decía Einstein, es la servidora de la emoción. Puede que hayas tenido un dolor agudo y que cuando desaparezca la lesión continúes teniéndolo.

¿Emoción y memoria están ligados?

Sí, por eso explicarle al paciente por qué le duele hará que se encuentre mejor, y a partir de ahí hay que ayudarle a cuidar sus emociones con movimiento, fisioterapia, caricias, masajes.

¿Caricias?

La caricia es comunicación, y tiene un efecto clarísimo sobre el dolor. El contacto táctil es necesario en el animal. Si impides que la madre rata acaricie a sus crías, lo que hacen durante horas, las crías mueren.

¿Y qué ocurre con los humanos?

Hay estudios que demuestran que los bebés humanos que han tenido poco contacto con la madre tienen problemas en el aprendizaje.

¿El movimiento ayuda a paliar el dolor?

Sí, en la zona dolorida, porque es antiálgico. El neurocientífico Ramachandran, un sabio, ha ideado algo genial para las personas que tienen miembros fantasma.

Suelen doler.

Ramachandran engaña al cerebro: si al paciente le falta el brazo derecho, le pone un espejo frente al brazo izquierdo, le hace mover la mano mirando el espejo y el dolor se reduce.

El cerebro ve el brazo que le falta.

Exacto. La mayoría de los parapléjicos tienen dolor en las piernas y ahora los someten a realidad virtual, se ven corriendo y mejoran. Rizzolatti, el neurólogo que desarrolló la idea de las neuronas espejo, demostró que solo podemos entender algo si lo imaginamos, si lo reproducimos en nuestra mente.

Complejo.

Cuando Messi chuta, los cuádriceps de los espectadores se contraen en su cerebro. Cuando imagino el movimiento, neurológicamente estoy haciendo el movimiento.

¿Por qué las mujeres padecen más dolor crónico que los hombres?

La cultura tiene mucho que ver; por ejemplo, la religión católica imbuida de culpa, el dolor como castigo divino, es algo que, aunque seas agnóstico, está dentro de ti, y las mujeres en este sentido han sido más castigadas. Por eso es tan necesario que los médicos tengan tiempo para hablar con los pacientes y reflexionar sobre estos temas. Necesitamos emocionólogos.

Buen término.

Es muy difícil vencer el dolor crónico con la medicina convencional, debemos afrontarlo desde otro punto de vista, más humanista y más cariñoso. Hay que ponerse en el lugar del paciente y respetarle.

¿La migraña es emocional?

Los factores son emocionales y cognitivos con cambios físicos reales.

¿Y los dolores de espalda?

Hemos prolongado nuestra esperanza de vida. Tenemos un cerebro y un estilo de vida joven en una estructura vieja, y eso crea desajuste.

¿Cómo evitar el dolor crónico?

No distorsionando nuestras emociones. Frans De Waal se ha pasado años estudiando los bonobos, el animal más cercano al Homo sapiens. Tienen fantásticas relaciones sociales: de entrada, en vez de macho alfa tienen abuela alfa.

Lo resuelven todo con la relación afectiva.

Sí, táctil y sexual, se besan, se acarician, confían entre ellos, y no tienen conflictos.

¿Propone copiar su modelo?

Habría menos hipertensión arterial y menos dolores de cabeza. Estamos en un cambio de era y hay que vivir sin miedo a las emociones, clasificarlas, estudiarlas. Abordarlas desde la ciencia.

Nos tocamos poco.

Yo pedí oficialmente que se suprimieran las mesas de las consultas externas. Poder poner tu mano sobre la mano de un paciente es decirle “yo no soy un peligro para ti y te voy a ayudar”, y eso es magnífico contra el dolor crónico.

Hay que canalizar las emociones.

Hay que aplaudir cuando alguien llora, cuando alguien siente. No debemos reprimir las emociones, porque estamos expresando nuestra verdadera esencia. Reprimirlas es crearte problemas en tus redes neuronales.

Nos queda un largo camino.

Los humanos, por ejemplo, tenemos la esclerótica blanca, que nos permite ver los movimientos oculares del otro, leerle y ponernos en su lugar. Es la forma más sofisticada de caricia. Hay que poner las emociones en el centro de nuestras investigaciones, esta es la revolución.

¿Una revolución pendiente?

Como no exijamos que los médicos de familia tengan más tiempo para hablar con sus pacientes con dolor crónico, los políticos no nos lo van a dar. Valoremos lo importante.

domingo, 16 de julio de 2017

Con alegría

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Cuando he llegado a la casa del pueblo, el jardín me ha recibido plagado de rosas, margaritas y otras flores. Precioso y exuberante. Las últimas lluvias parecen haber dado fuerza y vigor al campo, resacado del anterior calor. Ahora luce todo más verde y brillante. Esplendoroso.
Me inundó una profunda emoción –de esas difíciles de describir– cuando abrí la puerta del jardín y me encontré tal espectáculo de color. Lo interpreté como esa bienvenida que damos a la gente que queremos y para la que nos engalanamos con esmerado cuidado.
He estado en el jardín un rato largo contemplando las flores, absorbiendo su color, dejándome embriagar por su fragancia, tocando la suavidad de sus pétalos, estirando y estirando ese momento de felicidad.
Y de nuevo, una vez más, sólo me sale dar gracias.
Gracias por tener este pequeño jardín que me adorna los días. Gracias por poder disfrutar del sol, la luz, las flores, el cielo, los pájaros… en él. Gracias por permitirme –este pequeño pero agradable espacio– ratos de silencio y de lectura tranquila, de meditación y de escritura.
Y gracias también por los momentos compartidos en él con personas que forman parte de mi vida, que me acompañan en el camino y contribuyen a mi felicidad día a día, que me impulsan y me hacen crecer. Son muchos los ratos vividos y más los que quedan por vivir. Seguro.
La alegría que me ha producido el jardín es una invitación (de esta forma lo interpreto) a enfocar el devenir con esa misma alegría. Así que intentaré –me propongo– recibir con alegría lo que venga y despedir con igual alegría aquello que tenga que irse.
sábado, 15 de julio de 2017

Abejas

El rincón del optimista
Juan


Las abejas y otros insectos polinizadores tienen un papel esencial en los ecosistemas. Hay que tener en cuenta que casi el 75% de los alimentos que consumimos y el 90% de las plantas silvestres dependen de la polinización de estos ‘bichines’. Pero las abejas están amenazadas por el uso de los insecticidas y otros fitosanitarios. En España se calcula que aún hay autorizados más de 300 productos peligrosos para estos insectos. Las abejas se mueren.
Los agricultores, labradores, horticultores… buscan el mayor de los éxitos de sus plantaciones, de ahí que empleen estos productos que les sirven las multinacionales que copan el mercado de las semillas y los fitosanitarios. Y es que semillas y sulfatos van directamente relacionados, pues se parece que se estudia en laboratorio unas semillas resistentes a unas plagas, pero no a otras, para luego fabricar y vender en exclusiva esos plaguicidas que atacan a las enfermedades perfectamente ‘planificadas’. Piensa mal y acertarás. Ya escribí en otro post que las multinacionales no me caen bien; es más, me caen fatal.
Pues de eso se trata, de no ver a las abejas como unos animalillos que te puede picar si pasas a su lado y causarte dolor intenso. Recuerda que son más beneficiosas que perjudiciales a la larga, aunque si te pican de repente te pueda escocer durante un ratito. Si no eres alérgico, su veneno no te matará.
Existen ya acciones sociales de presión para proteger a las abejas y demás polinizadores, pero también queda mucho trabajo de conciencia para hacer cada día una agricultura más ecológica, más ausente de químicos, aunque sea empezando por nuestro pequeño huerto familiar.
De las acciones de hoy dependen las generaciones futuras de humanos y de otras especies que cohabitamos en la Madre Tierra.
Asín sea.
viernes, 14 de julio de 2017

Regalos que alimentan mi alma

Mª Ángeles


El fin de semana del 10 y 11 de junio, se celebró dicha jornada. Decidí tomar parte cuando supe que María Guerrero asistía a la misma, e iba a dar una conferencia. Me produjo una gran alegría. La vida me estaba brindando un gran regalo; volver a estar y recibir enseñanzas de una persona que tanto bien me hace en mi vida. 
Se llevo a cabo todas las actividades que habían programado;  muy amplio, variado, y muy completo, acompañado de infinidad de detalles. Tuve muy presente, lo importante que es. "NO LO QUE SE HACE, SI NO COMO SE HACE", para mí es lo que más valor tuvo, por: la cercanía, ilusión, entusiasmo,  dedicación hacía todos los asistentes, y por tal motivo,   me encontré: agradecida, emocionada, feliz, dichosa, contenta, relajada,  alegre,  con paz.... en definitiva, estuve tan centrada en lo que estaba viviendo, que me sirvió para ir avanzando en: "APRENDER A VIVIR EL PRESENTE EL AQUI Y AHORA".                                         
De regreso  a León me parecía mentira todo lo que había vivido;  fue un fin de semana para mí muy especial,  como que nos habían tenido  "entre algodones" y que la vida era maravillosa y no había ningún problema.
Y mi interior también  me dijo: que tenia que ser más reflexiva, no decidir nunca nada sin antes haberme informado, porque me puedo perder de vivir grandes acontecimientos, que me reportan mucho bienestar, como el presente.
Y desde aquí les envió nuevamente mi AGRADECIMIENTO, a Emiliano, Carmen, Juan y el resto de voluntarios de Zamora, por todo el trabajo tan ímprobo que realizaron para que el fin de semana resultara fabuloso. Si hay que poner una calificación  les doy "SOBRESALIENTE CUM LAUDE", porque se puede preparar igual, pero mejor NO.
Con lo extraordinariamente bien que resulto esta convivencia,  aseguro que el T. de la E.  será una nueva O.N.G en Zamora, que aportara mucha salud emocional en esta ciudad.
Con cariño…
jueves, 13 de julio de 2017

En mi

Caligrafía de emociones
Jose

Puedo vivir sin extrañar


sin necesitar más que un compartir


con solo una vasija para dar

toda llena de mi.

miércoles, 12 de julio de 2017

Ratan Naval Tata

Ratan Naval Tata, GBE nació el 28 de diciembre de 1937 en Bombay, India, hombre de negocios, inversionista, filántropo y Actual Presidente de la compañía Tata Motors en la India.

Nos hacemos eco de un discurso que dio en Londres que resumimos en los siguientes apartados:

1. No eduque sus hijos para ser ricos. Eduque sus hijos para ser felices.  Para que cuando crezcan sepan el valor de las cosas y no el precio.

2. Coma su comida como sus medicinas. De otra manera tendrá que comer sus medicinas como comida.

3. El que te ama jamás de dejará, porque aunque hayan 100 razones para rendirse el/ella encontrará una razón para quedarse a sostenerte.

4. Hay una gran diferencia entre un humano y ser humano. Pocos lo entienden.

5. Usted es amado cuando nace. Usted será amado cuando muera. Pero entre ambos usted tiene que aguantar…. Y saberse ganar el amor

OJO ¡Si usted quiere caminar rápido, camine solo!

Pero…

¡Si usted quiere caminar lejos, camine acompañado!

Los Seis Mejores Doctores en el Mundo son:

1. La luz del sol

2. Descanso

3. Ejercicio

4. Dieta

5. Confianza en sí mismo

6. Amigos

Mantenlos durante todas las etapas de la vida y disfrutarás una vida saludable.

martes, 11 de julio de 2017

El paquete de galletas

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra


Había una vez una señora que debía viajar en tren. Cuando la señora llegó a la estación, le informaron de que su tren se retrasaría aproximadamente una hora. Un poco fastidiada, se compró una revista, un paquete de galletas y una botella de agua. Buscó un banco en el andén central y se sentó, preparada para la espera. Mientras ojeaba la revista, un joven se sentó a su lado y comenzó a leer un diario.
De pronto, sin decir una sola palabra, estiró la mano, tomó el paquete de galletas, lo abrió y comenzó a comer. La señora se molestó un poco; no quería ser grosera pero tampoco hacer como si nada hubiera pasado. Así que, con un gesto exagerado, tomó el paquete, sacó una galleta y se la comió mirando fijamente al joven. Como respuesta, el joven tomó otra galleta y, mirando a la señora a los ojos y sonriendo, se la llevó a la boca. Ya enojada, ella cogió otra galleta y, con ostensibles señales de fastidio, se la comió mirándolo fijamente.
El diálogo de miradas y sonrisas continuó entre galleta y galleta. La señora estaba cada vez más irritada, y el muchacho cada vez más sonriente. Finalmente, ella se dio cuenta de que sólo quedaba una galleta, y pensó: “No podrá ser tan caradura” mientras miraba alternativamente al joven y al paquete. Con mucha calma el joven alargó la mano, tomó la galleta y la partió en dos. Con un gesto amable, le ofreció la mitad a su compañera de banco. -¡Gracias! -dijo ella tomando con rudeza el trozo de galleta. -De nada -contestó el joven sonriendo, mientras comía su mitad. Entonces el tren anunció su partida. La señora se levantó furiosa del banco y subió a su vagón.
Desde la ventanilla, vio al muchacho todavía sentado en el andén y pensó: “¡Qué insolente y mal educado! ¡Qué será de nuestro mundo!” De pronto sintió la boca reseca por el disgusto. Abrió su bolso para sacar la botella de agua y se quedó estupefacta cuando encontró allí su paquete de galletas intacto.
Moraleja: Con relativa frecuencia actuamos con prejuicios ante los demás. Como la señora de nuestra historia que pensaba que todos los jóvenes son maleducados y no tienen respeto por los demás. En ocasiones, ante nuestros padres, pareja o amigos, nos relacionamos con ideas preconcebidas de lo que nos van a contestar. No esperamos sus opiniones sino que ya tenemos elaborada sus “respuestas”, que aún no han formulado. Lo que conseguimos es ir por la vida no respondiendo a lo que nos dicen sino a lo que nosotros ya tenemos pensado. Y lo que nos ocurre es como a la señora de nuestra historia: nos comemos “las galletas de los otros” pensando que son las nuestras.
lunes, 10 de julio de 2017

El mundo es...


El mundo es una mierda decía esta pintada. Y lo es cuando triunfa la injusticia, la corrupción, la insensibilidad y tantas y tantas otras cosas a superar.

Alguien tachó por una gran belleza. El mundo es una gran belleza cuando tú y yo lo hacemos posible o simplemente lo contemplamos y dejamos estar.

Esta pintada la puedes observar en la Calle San Tirso de León ciudad.

domingo, 9 de julio de 2017

El ojo frío
de la gaviota

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


Hace unos días estuve en un paraje muy poblado por gaviotas. Se movían por allí igual que las palomas por la ciudad, sin miedo a las personas y con elevadas dosis de confianza, acercándose a la comida sin ser invitadas.
No me gustan especialmente las gaviotas, a pesar de la mitificación de “Juan Salvador Gaviota” que casi todos leímos en nuestra adolescencia. A mí me duró poco la atracción por esta ave. Su graznido y su vuelo bajo me resultan desagradables,  al igual que la forma de su pico.
El caso es que estaba yo comiendo un melocotón, disfrutando del momento y agradecida por estar allí, cuando una gaviota se me puso justo al lado mirando fijamente (creo yo que al melocotón). Mi primera reacción fue espantarla, pero luego me dediqué a observarla con detalle, ya que nunca había tenido tal oportunidad.
Me llamó poderosamente la atención su ojo – de color amarillento y con una expresión tan fría que me dieron escalofríos-. Un ojo que parecía estar acechando el momento oportuno para hacerse con el melocotón. De hecho, así fue, porque, incomodada por su presencia, dejé la fruta a medio comer y la deposité en el suelo para ver su reacción. No hice más que posarla cuando el ave se lanzó por su presa con rapidez inusitada y se la llevó.
No he olvidado la expresión de ese ojo. He encontrado alguna vez, en determinadas personas, una mirada similar y se me ha encogido el corazón. Son miradas que parecen traspasarte, que buscan más allá sin verte, que transmiten frío y desconfianza.
Ahora pienso que, tal vez, la pobre gaviota sólo tenía apetito y yo vi en ella más fantasmas que otra cosa.
sábado, 8 de julio de 2017

Lloró todo el mar



Luis Guitarra, a quien conocemos los amigos del Teléfono, nos deja esta canción para que, además de disfrutar con ella, dejemos nuestros pensamientos un rato aparcados y que lo que nos dice nos haga entender, algo más, la realidad de la vida.
viernes, 7 de julio de 2017

Entrevista a José Antonio Luengo, psicólogo educativo

José Antonio Luengo
El País, 2017

El psicólogo José Antonio Luengo advierte del peligro de facilitar todas las comodidades y evitar todas las incertidumbres a los hijos

¿Los adolescentes de hoy en día son como los de antes? ¿Asistimos a una nueva manera de enfocar ese cambio en la vida de todo ser humano? Muchas voces advierten, desde hace tiempo, que el exceso de protección no es en absoluto beneficioso para los niños que crecerán sin saber asumir responsabilidades. José Antonio Luengo, psicólogo experto en adolescentes, reflexiona sobre cómo han cambiado los paradigmas educativos desde hace tan solo tres décadas y cuáles son las consecuencias.

PREGUNTA: Para empezar, ¿qué es la adolescencia y qué etapas de la vida cubre?

RESPUESTA: La adolescencia es una fase de la vida, una etapa crucial del desarrollo, marcada por cambios orgánicos, fisiológicos, cognitivos, psicológicos y emocionales notables y muy significativos en la configuración definitiva de la personalidad; esa que nos hace y hará alguien diferente de todos cuantos nos rodean. Hablamos de un período que abarca, con flexibilidad, desde los 11-12 años a los 16-18, siempre dependiendo de factores personales, individuales, sociales y culturales. El adolescente es un ser que, en términos precisos, crece y aprende a crecer. La palabra, etimológicamente, nos remite a ese principio: un ser que está creciendo. Con los conflictos, incertidumbres, dudas y sorpresas que ello conlleva. Para el propio adolescente y su entorno.

P: ¿Se diferencia en algo la adolescencia de ahora con respecto a la que los que ahora son padres, tuvieron?

R: Existen diferencias y no son pocas. Pero, probablemente, tengamos muchas más cosas en común de las que pensamos en la actualidad. La revolución hormonal y fisiológica que se produce, los cambios físicos y psicológicos… La crisis inherente a un cambio tan drástico y aparentemente inesperado. Las dudas, la ansiedad, por saber, por ser. La impulsividad, la desproporción, el desequilibrio. Y cierta condición de rebeldía y oposición a lo establecido; por los padres y el entorno. Nos diferencian cosas, claro. Relacionadas, sin duda, por cómo vivimos, por cómo están hoy organizadas las cosas, a diferencia de ayer. Influyen en esas diferencias el cómo vivimos los adultos y cómo les hacemos vivir, las características de las familias de hoy, cómo organizamos sus vidas, el papel que juegan las tecnologías, y su fácil acceso a un mundo “inabarcable”…

P: España contempló una explosión económica sin precedentes en los ochenta y noventa. Se sabe que las situaciones económicas condicionan en buena parte la firma de educar. ¿Cree que los jóvenes nacidos a partir de esa época han sido educados en una cultura de poco esfuerzo y de tenerlo todo sin merecerlo solo porque sus padres no lo tuvieron?

R: Creo sinceramente que sí. Siempre se simplifica al realizar una afirmación categórica, pero no faltan evidencias de ello. Considerar que eres “mejor” padre o madre en función de las posibilidades de acceso a lo material que tienen tus hijos, evitar sus incertidumbres y “facilitarles” todo lo que tienen que vivir y experimentar han sido (y aún lo son) principios educativos torpes y, seguro, contraproducentes. Hay quien describió este fenómeno como una forma de “OPA amigable” a la infancia. “Te compro” con todo lo que te doy porque no tengo tiempo para estar contigo, para cuidarte, escucharte, tenerte y educarte como debería… Y como necesitarías.

P. Lo quiero/lo tengo y si no es así, entonces me frustro, tengo traumas, me drogo, bebo, tengo relaciones sexuales muy pronto y con muchas personas… ¿no será que nos hemos pasado de permisivos? ¿Hay lugar para la esperanza?

R: Hoy surge un término muy interesante, el de los padres “helicópteros”, en clara alusión a una manera de gestionar la educación de los hijos, basada en la hiperprotección. Una suerte de hiperpaternidad, que ve a los hijos como seres intocables, que, al fin, acaban teniendo más miedos que nunca. Padres que sobrevuelan sin tregua las vidas de sus hijos (de ahí lo de helicóptero), pendientes de todos sus deseos y necesidades. El mundo parece acabarse si tus hijos dudan, si aparecen frustraciones, desvelos. Si se entristecen o, un día, se enfadan con sus amigos. Involucrarse en la vida los hijos es consustancial, por supuesto, a ejercicio adecuado de la patria potestad. Otra cosa es la ofuscación por la perfección, por la necesidad, casi obsesiva, de que sean los mejores, en todo. En todo.

P: Hace sesenta años se educaba a base de cinturón y ahora se educa cuidando no traumatizar al niño. ¿La virtud está en este caso en el término medio? ¿Qué hemos ganado y perdido con respecto a la generación de nuestros padres?

R. Hablando de nuestro entorno social, el de un país desarrollado, hemos de insistir en una idea. Nunca los niños han estado tan bien “tratados” desde que nos reconocemos como seres humanos. Nunca el ordenamiento jurídico que ampara los derechos de la infancia y de la adolescencia ha adquirido tanto valor, rigor, seriedad, criterio y eficiencia. El secreto, si es que existe, es educar desde el equilibrio, atendiendo las necesidades de nuestros hijos con esmero. Y esto supone, ineludiblemente, entender la frustración como una experiencia imprescindible. Entender que el “no” también educa, que es imprescindible el dolor, la insatisfacción, la duda, el conflicto. Que es necesario que se enfrenten al no puedo o no sé, y saber afrontar las situaciones. Con autonomía.

P: ¿Estamos más perdidos ahora los padres que antes?

R: A pesar de todo lo que sabemos y hemos ido aprendiendo de educación, a pesar de que las condiciones de vida han mejorado notablemente respecto a épocas pretéritas (siempre en términos generales y sin obviar situaciones desfavorecidas que no deben ser pasadas por alto), educar, hoy, es un proceso muy complejo. Influyen muchos factores. Padres y madres sabemos con certeza que el mundo ha cambiado y que nuestros hijos no precisamente van a mejorar las condiciones de vida que nosotros, sus padres, hemos tenido o tenemos. Y aparecen muchas más dudas. Y la obsesión, la preocupación porque no les falte de nada, que sean los mejores, competitivos… Y pueden perderse ciertos papeles en este proceso. Las condiciones de vida han hecho, también, que tengamos menos hijos. Y se pierden cosas. Los hermanos cubrían, y cubren, una parte sustancial de la experiencia de crecer en compañía.

P: La falta de compromiso es una de las características de la adolescencia pero es que ahora dura pasados los 18 y eso tiene que tener un porqué. ¿Sabría decirme cuál?

R: Soy de los que piensan que, a pesar de las circunstancias expuestas, tenemos los mejores adolescentes y jóvenes de toda nuestra historia. Pero no les ayudamos con principios y criterios educativos de hiperprotección. Muy al contrario. Acondicionar su vida desde la inacabable comodidad no es el camino. Nos estamos engañando. Crecer significa afrontar, caerse, saber levantarse, ayudar a quien dobla la rodilla a tu lado; a quien lo está pasando mal. Crecer significa, también, llorar y saber secarse las lágrimas. Y seguir. Crecer significa esforzarse, y tener disciplina. Automotivarse en cada tarea, en cada momento. Estos son, querámoslo o no, principios esenciales del manual del buen padre, del buen educador. ¿Pero es que no nos damos cuenta?

jueves, 6 de julio de 2017

Taller de meditación

Pili


Comencé el taller de meditación sin ninguna expectativa, abierta a lo que llegara para no frustrarme, aunque en el fondo mi deseo era que mi cabeza dejara de rumiar esas ideas irracionales que me asaltan muy a menudo.
Pero el gran descubrimiento ha sido darme cuenta que esas ideas, esos miedos van a surgir aunque intente evitarlos y que tengo que dejarles pasar y observarlos desde la distancia. Van a estar conmigo  por lo que quiero acogerlos para poder convivir con ellos. ¡Qué tarea tan difícil! ¡Vivir con mis miedos!....
Todo esto conlleva la aceptación de esos miedos, esas ideas irracionales y rendirme ante ellos; dejar de luchar contra algo que vive conmigo, rendirme ante ellos…..Esta rendición no es resignación sino una manera de aceptar y amar algo intrínseco en mí y así no darles más poder, ni más fuerza: ACEPTAR- RENDIRSE- AMARSE.
Aprendo diversas dinámicas para realizar la meditación: ante un espejo centrándome en mis ojos, la respiración cuadrada, caminar conscientemente, SPA   (Suelto, Paz, Acepto)  pero……
¡La responsabilidad de que esto dé frutos está en mí! Quiero perseverar, practicar, solamente así lograré estar a solas con el que más me ama, Yo misma,  vaciando mi cabeza de contenidos, tomando distancia para quedarme en el silencio, en el vacío amoroso.
Ardua tarea, pero estoy en el camino.
“SOY ENERGIA
SOY AMOR
SOY SABIDURIA”
“Meditar es respirar
consciente y amorosamente”
                                         Antonio Consuegra
Gracias al Coordinador de este Taller por este regalo que me ha hecho y por su saber estar y también gracias al grupo por lo que me ha aportado, cada uno desde su vivencia y comprensión. Y gracias a mí por permitirme hacerlo.     
martes, 4 de julio de 2017

Aprender a vivir
sin acumular arrepentimiento




Recientemente volví a leer a Nietzsche y su teoría de eterno retorno. Para los que no la conozcáis, se trata de un experimento psicológico que aparece en su libro Así habló Zaratustra, en el cual el protagonista plantea el siguiente desafío:
Si tuvieras que vivir la misma vida una y otra vez durante toda la eternidad, ¿en qué cambiarías?
Zaratustra lo plantea de la siguiente manera:
“¿Qué ocurriría si algún día o alguna noche, un demonio llegase a ti, en lo más solitario de tu soledad, y te dijera: deberás vivir la vida tal como la vives, una e innumerables veces más, y no habrá nada nuevo en ella, sino que tendrás que volver a sentir cada dolor y cada gozo, cada pensamiento y cada suspiro, todo lo indescriptiblemente pequeño y grande de tu vida, todo en la misma sucesión y secuencia, incluso esta araña, esta luz de luna entre los árboles, aun este momento y a mí mismo. El eterno reloj de arena de la existencia se da vuelta una y otra vez y tú con él… ¡oh, mota de polvo!, ¿no te arrojarías acaso al suelo y rechinarías los dientes y maldecirías al demonio que así te habló? ¿O experimentarías una tremenda sensación que te llevara a responderle: eres un dios y nunca oí cosa más divina que esa?”
Realizar de manera consciente este experimento puede servir de “terapia de choque” para evaluar si estamos realmente viviendo la vida como la queremos vivir, o por el contrario estamos dejándonos arrastrar por miedos, indecisiones, apegos, sentimientos de culpa  o de autodesprecio etc. que nos lleven a vivir una vida muy alejada de nuestros objetivos reales.
Presentándoos este experimento trato de transmitiros la idea de que vuestra vida, vuestra única vida, merece ser vivida a fondo, acumulando los menos motivos de arrepentimiento posibles.
Nietzsche, a través de esta idea, nos invita a alejarnos por un momento de las preocupaciones y trivialidades diarias y reflexionar sobre el papel que estamos interpretando en nuestra vida. Y evidentemente este papel lo escogemos nosotros a diario. Tanto si somos los protagonistas de nuestra vida, como si desempeñamos un papel de figurante. Tanto si somos una guerrera como un rey del drama. Es nuestra elección y por ello mismo podemos cambiarlo cuando nos parezca.
Somos cómplices de lo que nos sucede, nuestra actitud ante los problemas determina la calidad de nuestra vida, y no los problemas en sí mismos. Veamos por ejemplo el caso de Stephen Hawking, que con 75 años y una enfermedad incapacitante como la que más, ha conseguido ser uno de los físicos más importantes de nuestros días. Pero no solo eso. Hawking se define a sí mismo como una persona feliz.
¿Y tú? ¿Podrías definir tu vida como feliz? Y si no es así… ¿Vas a encontrar una manera de vivir sin seguir acumulando arrepentimiento?
Esther Cabezas
lunes, 3 de julio de 2017

Casualidad




Esta frase nos la ha remitido un amigo del blog
¿Es una ocurrencia? ¿Es un pensamiento más profundo?
¿Crees que en tu vida aparecen los mejores que podrías encontrar? ¿Por qué?
domingo, 2 de julio de 2017

Los nuevos poetas

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Diferente. Jesús Aguado

No sé por qué, cuando hablamos de poesía, nos salen siempre poetas consagrados y permanentes en el tiempo. Supongo que será porque en algún momento de nuestra historia escolar nos tocó estudiarlos y recurrimos a ellos a falta de conocimiento de otros.

No dudo de que fueron buenos en su tiempo –por algo trascendieron su época- pero todos somos hijos de la Historia y todos, precisamente por ello, hablamos y escribimos desde nuestra realidad. Y nuestra realidad, a día de hoy, no tiene nada que ver con la de siglos pasados.

A mí, los que me emocionan de verdad, son algunos de los poetas actuales, los que hacen versos y rimas en un día a día complicado, los que buscan su hueco en un mundo donde no hay mucho sitio para la poesía, los que luchan por sus sueños y los formulan de forma menos prosaica a lo usual, aunque cueste poner color en tanto tono gris.

Es verdad que no me gustan todos (al igual que no todos los poetas clásicos) pero confieso que algunos me han conmovido enormemente. Por ejemplo, ciertas poesías de Marwan, de Escandar Algeet y de Diego Ojeda, entre otros.

Eso demuestra que, con independencia de la edad, de las circunstancias y del momento personal de cada uno, hay un punto de conexión en el que nos encontramos y nos comprendemos, en el que vibramos juntos.

Sé que esta defensa de los nuevos poetas puede estar reñida con los parámetros culturales actuales y, a juicio de algunos, puede ser una barbaridad lo que he escrito hoy, pero no siempre la cultura oficial coincide con los gustos personales. Al menos, con los míos.

sábado, 1 de julio de 2017

Perdido

El rincón del optimista
Juan


Tendría yo 4 ó 5 años cuando una mañana de sábado me llevaron mis padres a realizar unas compras a Sahagún, cabecera de comarca del sur de León donde se enclava mi pueblo. Con mi madre de la mano entramos en una ferretería a la que se accedía subiendo dos escalones. Una vez dentro, recuerdo haberme quedado embelesado mirando la gran cantidad de artilugios, aparatos y cachivaches que colgaban de paredes y techos de aquella tienda fantástica. Menuda aventura para los ojos de un niño inocente que no había salido de los límites de un pueblo de poco más de 40 casas. Cuando retorné la vista en busca de mi madre, ella había desaparecido. Sin la seguridad de su mano, mi primer pensamiento fue el de que me había abandonado a mi suerte. Actué por impulso, no había alternativa, bajé los escalones de la ferretería y emprendí caminata calle abajo por el camino que recordaba de llegada. Mi madre, que había accedido al almacén con el dependiente a ver un muestrario de cortinas o algo similar, se llevó el gran susto al ver que su hijo pequeño no estaba en la tienda donde le había dejado. Comenzó a llamarme a gritos, pero yo estaba lejos, su voz no me alcanzaba. Instintivamente salió del comercio por la misma calle que yo había tomado segundos antes y llegó a mi encuentro, pues ya había regresado yo sobre mis pasos al llegar a un punto donde no llegaba a alcanzar la figura protectora de la madre. Recuerdo con total nitidez ese pasaje y lo rememoré cientos de veces cuando mi madre lo relató en las sobremesas interminables de las reuniones familiares.
Unos 35 años después de aquel sucedido, estaba una noche con mi familia en el ferial de atracciones de las fiestas de San Juan de León, cuando en un momento dado alguien preguntó dónde estaba Darío, mi hijo pequeño, que entonces tendría 4 ó 5 años también. Se había perdido entre la muchedumbre. Fue angustioso el medio minuto que tardamos en localizarle a pie de la última atracción donde permanecía llorando de la mano de un feriante piadoso. Ese día volví a  recordar cuando me perdí en Sahagún y entendí perfectamente a mi madre cuando relataba la angustia que pasó al no verme en el interior de aquella vieja ferretería.
Llegué a concluir que mucho peor que perderse es sin duda perder a quien amas.
Espero que tengas un buen mes de julio, un buen verano.
Asín sea.