El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
lunes, 31 de diciembre de 2018

Carpe diem





Walt Whitman – 1819/1892 – nos regaló el fantástico poema Carpe Diem que apetece releer antes de entrar de nuevo en la vorágine diaria… Una invitación a vivir el presente, y a dar el primer paso para repensar nuestro camino y convertirnos en protagonistas de nuestra propia historia.  Actúa como si hoy fuera tu último día, respetándote y respetando a los demás.
Aprovecha el día de hoy.
No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido feliz,
sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento. No permitas que nadie te quite el
derecho de expresarte, que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario…
No dejes de creer que las palabras y la poesía, sí pueden cambiar al
mundo; porque, pase lo que pase, nuestra esencia está intacta.
Somos seres humanos llenos de pasión, la vida es desierto y es oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra
propia historia.Aunque el viento sople en contra, la poderosa obra continúa. Y tú
puedes aportar una estrofa…
No dejes nunca de soñar, porque sólo en sueños puede ser libre el
hombre.
No caigas en el peor de los errores: el silencio. La mayoría vive en un
silencio espantoso. No te resignes, huye…
“Yo emito mi alarido por los tejados de este mundo”, dice el poeta;
valora la belleza de las cosas simples, se puede hacer poesía sobre las
pequeñas cosas.
No traiciones tus creencias, todos merecemos ser aceptados.
No podemos remar en contra de nosotros mismos, eso transforma la
vida en un infierno.
Disfruta del pánico que provoca tener la vida por delante.
Vívela intensamente, sin mediocridades.
Piensa que en ti está el futuro, y asume la tarea con orgullo y sin
miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte. Las experiencias de quienes se
alimentaron de nuestros “Poetas Muertos”, te ayudarán a caminar por
la vida.
La sociedad de hoy somos nosotros, los “Poetas Vivos”.
No permitas que la vida te pase a ti, sin que tú la vivas.
domingo, 30 de diciembre de 2018

Lo incontrolado

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


¿Quién no se ha equivocado alguna vez de dirección (en una cita, por ejemplo) y ha echado pestes, además, esperando inútilmente que la otra parte apareciera?
¿Quién no ha guardado algo con tanto interés que es imposible encontrarlo después, a pesar de saber que está de nuestra mano?
¿A quién no le ha ocurrido que, arreglándose especialmente para una ocasión, se ve peor que de costumbre? ¿O prepara con esmero una comida para lucirse y se pasa –precisamente ese día– de pimienta o de sal?
¿Quién no ha imaginado historias que cuadraban estupendamente en su mente y se tomaban como verdades absolutas, cuando no tenían nada que ver con la realidad? ¿Y quién no se ha quedado con la boca abierta y los ojos enredados cuando lo ha descubierto?
¿Quién no ha perdido el tiempo más de un día intentando un encuentro con la circunstancia o persona que buscaba, sin lograrlo y, cuando menos lo esperaba, llegaba sin más?
¿A quién no le han brotado lágrimas de emoción en ocasiones inesperadas, sin posibilidad de contención? ¿Y a quién no una risa fácil en momentos difíciles?
Hay infinidad de situaciones incontroladas en nuestra vida. Infinidad de detalles –pequeños y grandes- que nos rompen los esquemas y nos hacen improvisar sobre la marcha, despertando nuestra creatividad, nuestra capacidad de resolución y nuestro sentido del humor. ¡Menos mal!
En el año que comienza deseo que lo incontrolado siga apareciendo en estas circunstancias y en otras tantas, porque será la prueba evidente de que nuestra vida ni está escrita ni la controlamos tanto como quisiéramos.

¡¡Vaya lío!!




Pepe, 71 años. (primer día en clase de Informática para Jubilados). 
*Windows 7* : Introduzca su contraseña.
*Pepe* : pepe
*Windows 7* : 
Lo siento, la contraseña no debe ser su nombre.
*Pepe* : pepi
*Windows 7* : 
Lo siento, la contraseña debe contener al menos 10 caracteres.
*Pepe*: pepinillos.
*Windows 7* : Lo siento, la contraseña debe contener al menos un número.
*Pepe*: dos pepinillos.
*Windows 7*: Lo siento, la contraseña debe contener al menos un número en forma de guarismo.
*Pepe*: 2 pepinillos.
*Windows 7* : Lo siento, la contraseña no puede contener espacios.
*Pepe*: 2putospepinillos.
*Windows 7*: Lo siento, la contraseña debe contener al menos una mayúscula.
*Pepe*: 2PUTOSpepinillos.
*Windows 7*: Lo siento, la contraseña no puede contener mayúsculas sucesivas.
*Pepe*: ¡2PutOsPepinillosdeMierda!
*Windows 7* : Lo siento, la contraseña no puede contener signos de puntuación ni de admiración.
*Pepe*: 2PutOsPepinillosdeMierdaQuetePuedesMeterEnElCulo.
*Windows 7* : ¡Lo siento esta contraseña ya existe!
sábado, 29 de diciembre de 2018

Otro año más…

Pax Vostrum
Beatriz


Ya no queda nada para que se acabe el año. Probablemente durante el mismo hayas tenido experiencias gratificantes, otras, no tanto, incluso alguna ha podido ser muy desagradable.
Sean como hayan sido, estás VIVO, las puedes contar, puedes hablar sobre ellas, puedes sentirlas, puedes anotarlas en tu historia de este año 2018. Tienes, tenemos la suerte de que la vida nos ha regalado otro año más. Algunos no han tenido la misma “suerte”.
Siente, experimenta, entrégate, abraza, ríe, llora y sobre todo AMA. Ese es el auténtico espíritu de la Navidad: el AMOR y todo lo que conlleva.
En estos días tenemos más presente que nunca ese amor (a veces, sin darnos cuenta o enmascarado con celebraciones y tradiciones). Dejemos que ese amor haga milagros en nuestras vidas, dejemos que ese amor una aquello que nosotros hemos separado, dejemos que ese amor nos envuelva y estemos más dispuestos a perdonar, dejemos que ese amor sane aquello que está enfermo, dejemos que ese amor nos haga más compasivos y comprensivos, dejemos que ese amor nos empuje a ayudar a los otros y ser más solidarios.
La Navidad es sobre todo AMOR, eso que tan a menudo se nos olvida durante el resto del año.
¡FELIZ NAVIDAD!
Que el verdadero espíritu de la Navidad inunde tu corazón y el de los que te rodean.
viernes, 28 de diciembre de 2018

Preparando la inauguración de la nueva sede





El Presidente de Gobierno, D. Pedro Sánchez, inaugurará la nueva sede del Teléfono de la esperanza, en León el día 14 de febrero, día de los enamorados.
Según fuentes consultadas por esta redacción, Presidencia de Gobierno, ha aceptado la invitación formulada por la Junta Directiva nacional del Teléfono de la Esperanza a través de su Presidente nacional, D. Miguel Ángel Terrero Prada, para inaugurar la nueva sede del Teléfono de la esperanza de León, sito en el PASAJE ORDOÑO II-República Argentina, Nº 32, 1º C. Según fuentes de Moncloa: “Lo que la sociedad española necesita en estos momentos es recuperar valores que creíamos asentados y que la realidad diaria de nuestro Parlamento  nuestra sus carencias, como es la capacidad de escucharnos unos a otros y respetarnos nuestras distintas ideas y posiciones. No somos enemigos unos de otros, simplemente pensamos diferente, aunque es preciso realzar que es más, mucho más, lo que nos une que lo que nos separa. La sociedad que tenemos que crear entre todos debe de ser inclusiva e integradora de todas las corrientes, sensibilidades, opiniones y matices. Esa integración nos hace avanzar”. El propio Presidente de Gobierno en un tuit ha declarado: “Será un honor para mí escuchar a los que se pasan el día escuchando. Enhorabuena T.E. León”.
Para la financiación de las obras se ha contado con la inestable colaboración económica de los Partidos del Grupo Popular y Socialista del Ayuntamiento de León que han decidido aportar al Teléfono de la esperanza las indemnizaciones municipales a las que tienen derecho sendos grupos políticos. La Unión del Pueblo Leonés y Ciudadanos se han comprometido ante Notario a financiar el coste del mobiliario que la nueva sede precise.
Las candidaturas de Podemos y de I.U. se han comprometido a colaborar con los voluntarios/as del Teléfono de la esperanza durante los próximos cuatro años para hacer los turnos de noche, escuchando los problemas y dificultades de los ciudadanos leoneses, previa formación específica realizada al efecto por los psicólogos del centro leonés.
Desde esta redacción solo podemos dar la gracias a todos los actores políticos que están contribuyendo a potenciar una organización tan necesaria como el Teléfono de la esperanza, afincada en nuestra provincia leonesa desde hace más de 10 años.
Y hacemos nuestro el eslogan del primer Presidente americano de color, Obama: “ASI  SI SE PUEDE”.
jueves, 27 de diciembre de 2018

Grupo Encauzando las Emociones

Ana Cristina


Las emociones son como los vecinos: no se pueden escoger.
Muchas veces no queremos tratar a nuestros vecinos de al lado porque nos inspiran indiferencia, desconfianza, tal vez miedo, sentimos prejuicios, nos caen mal o incluso les tenemos aversión o rencor por algún roce que hayamos tenido con ellos en el pasado… o simplemente lo hacemos por complacer a gente que ni siquiera vive en el edificio.
Sin embargo, no podemos prescindir de ellos: coincidimos en el ascensor, escuchamos mutuamente los ruidos que hacemos, la ropa se cae del tendal, las averías de un piso producen goteras en otro, nos tenemos que poner de acuerdo para tomar decisiones sobre la fachada, el portal o la escalera, etc.
Además, muchas veces de la cercanía surge la amistad, porque al compartir problemas que tenemos que afrontar juntos, nos damos cuenta de que tenemos intereses o aficiones comunes, intercambiamos favores, etc. Y entonces la vida cotidiana resulta más fácil y placentera, porque podemos contar con la colaboración de las personas que viven a nuestro lado.
Tampoco se puede elegir qué emociones se sienten.
Algunas son incómodas o tienen mala prensa, pues nadie desea conscientemente sentir odio, ira, miedo, vergüenza, envidia…, sin embargo, no es posible prescindir de ellas o negarlas, porque como en el caso de los vecinos, notamos que están ahí, por más que cerremos fuerte los ojos y nos digamos que no.
Y no importa lo que otros piensen acerca de cómo debería uno sentirse o actuar, o cómo nos juzguen, porque quien convive con sus emociones (y con sus vecinos) es uno mismo, que es el que tiene que sentirse a gusto en su casa… y en su piel.
En el peor de los casos no nos queda otra que comportarnos con las emociones incómodas como con los vecinos cargantes: saludarlas cuando nos encontremos con ellas, tratarlas con cortesía y establecer reglas de convivencia, por nuestro propio bienestar. Pero mejor sería creer en su bondad natural y mirarlas con amor, hacernos amigos suyos, porque forman parte de nosotros y sin contar con ellas nunca seremos felices de verdad.
El taller Encauzando Emociones ha sido un entorno seguro y animante donde tomar contacto con algunos sentimientos profundos que estaban enterrados bajo gruesas capas de vergüenza, temor y sufrimiento; admitir que están ahí, ver que son buenos, reconciliarme con ellos y comprobar que he sido yo, al darles un determinado sesgo o magnificándolos, quien les he otorgado un sentido que realmente no tienen.
Y comprender que no tiene objeto el empeño por convertirme en un prototipo ideal de mí misma, creado artificialmente a base de convencionalismos sociales, imperativos morales y expectativas ajenas, ni culpabilizarme por no llegar a identificarme con ese modelo ilusorio, porque todo lo que no está fundamentado en la aceptación amorosa de mi propio ser es irreal y sólo me produce insatisfacción y amargura.
He decidido también que no voy a dar a nadie el poder de campar a su anchas por mi intimidad, examinando, imponiendo, organizando, criticando, maltratando… con el débil argumento de que sus “consejos”, “consideraciones” y “advertencias” (muchas veces interesados, manipuladores y dañinos) son “por mi bien”. Porque me he dado cuenta de que para ser feliz no necesito la aprobación de los demás, sino sentirme a gusto conmigo misma.
Es muy fácil hacer avances contando con la fuerza de un estupendo grupo, con Piedad a la cabeza, por lo que me siento muy agradecida y orgullosa de haber formado parte de él.
miércoles, 26 de diciembre de 2018

Luna

Caligrafía de emociones
Jose


Llévame al mar
de sal y agua
de tu luz de risas.
Vibra en mi vientre
tu centro.
Solo amores
de luna blanca,
aparta las sombras
no demores.
Bendita luna.
martes, 25 de diciembre de 2018

El talón de Aquiles

El talón de Aquiles
Tomás
Gracias a mi mujer,  Mariví, conocí a la buena gente que se mueve en torno al Teléfono de la Esperanza, pues ella había participado en varios de sus talleres. Empecé acompañándoles  en las etapas del Camino de Santiago, he participado también en algunos talleres y ahora, varios años después de mi primer encuentro con este maravilloso grupo, como agradecimiento a todas las cosas positivas que he recibido, me gustaría aportar mi granito de arena contando desde este rincón algunos episodios de la Historia que nos hagan ver al ser humano en sus miserias y también en toda su grandeza. Que nos sirvan de reflexión o al menos nos entretengan.
Me llamo Tomás y nací en Astorga diez años antes de que Armstrong pisara la Luna. Acabé el instituto cuando Franco murió y terminé magisterio un año antes de que Tejero intentara el golpe de estado. Después inventaron los ordenadores y el mundo que conocíamos hasta ese momento cambió. Como veis la vida de cualquier persona está jalonada por hechos históricos que hemos vivido y vivimos, unas veces siendo más conscientes de ello que otras.
¿Por qué se llama esta sección “el talón de Aquiles”? Pues porque Aquiles que era un semidiós, un guerrero vencedor en mil combates, murió en la guerra de Troya por una flecha lanzada por Paris, que acertó en el único punto vulnerable que tenía, su talón.  Era su punto débil y por eso mismo el que lo hacía humano. En algunas de estas historias reconoceremos, a través de los siglos, esa condición humana cuyos comportamientos no nos son desconocidos.


La tregua de Navidad

La Primera Guerra Mundial, se había desatado por el asesinato del archiduque Francisco de Austria a manos de un nacionalista serbio, Austria dio un ultimátum a Serbia y el resto de países se fueron alineando a favor de unos o de otros. Básicamente Alemania y Austria por un lado y Francia, Inglaterra y Rusia por el otro. El conflicto empezó el 28 de julio de 1914 y finalizó el 11 de noviembre de 1918. En esta guerra participaron más de 70 millones de soldados y hubo unos 20 millones de muertos.
En los comienzos del conflicto se estancaron los frentes pasando a una guerra de trincheras cuyas líneas no sufrían variación. Llegaron las lluvias, el frío y la nieve del mes de diciembre. El Káiser ordenó, para que las tropas alemanas combatieran la nostalgia de esas fechas, que se enviaran a las trincheras raciones extra de víveres. Los soldados para celebrarlo colocaron abetos iluminados al borde de las trincheras, ante el asombro de los soldados ingleses del otro lado. Los alemanes continuaron su celebración entonando el villancico “Noche de paz” que repentinamente fue respondido por los británicos cantándolo a su vez en inglés. Ambos lados continuaron el intercambio con saludos de Navidad. Más tarde empezaron a salir con banderas blancas de uno y otro lado para intercambiarse bebidas y tabaco. La artillería permaneció en silencio durante esa noche. Se permitió recoger a los muertos de ambos lados mostrando un respeto mutuo. En la mayoría de los sectores la tregua solo duró esa noche. En los años siguientes se ordenaron bombardeos el día antes de Navidad y las tropas fueron rotadas para evitar que se familiarizasen con el enemigo y se volviese a repetir el suceso de la Navidad de 1914.
lunes, 24 de diciembre de 2018

El Auditorio
Cuidad de León
se quedo pequeño





El día 18 de diciembre, cuando el frío de la ciudad de León se hacía más intenso, el Auditorio de León se llenó de calor y recibió en alfombra roja a los alumnos y alumnas del Conservatorio de música de León en un acto de homenaje al Teléfono de la esperanza, a quien se ha destinado la recaudación de 3 euros por persona.
El auditorio pareció quedarse pequeño ante tanto deseo de escuchar a los nuevos artistas leoneses. Así se vio la emoción de los padres, de los hermanos, de toda la familia escuchando el buen hacer de los profesores y profesaras del conservatorio.
La música nos hermana, nos une, y más en unas fechas propicias para bajar nuestras defensas y dejar caer nuestra corazas.
Dejamos que algunas personas de las que asistieron al acto nos dejen sus impresiones. 
"Estoy realmente emocionada. No tengo palabras para expresar tanta armonía y tanta belleza".
"Sentí que el corazón se me movía de emoción, de ternura...".
"Cuánto artista hay en esta ciudad". 
"La causa del Teléfono de la Esperanza bien se merece un acto así". 
"Es una enorme satisfacción para todos los que formamos la familia del Conservatorio dedicar nuestra esfuerzo y talento a una ONG que acaba de cumplir diez años en nuestra provincia, dedicada sobre todo a escuchar a las personas que lo necesitan. ¿Quién no necesita ser escuchado?". 
"Ha sido un acto precioso. Qué bien tocan. Qué bien cantan. Los aplausos han demostrado que hemos salido encantados de este concierto". 
"Tú, Teléfono de la esperanza, te mereces esto y más".
GRACIAS A TODAS LAS PERSONAS QUE LO HAN HECHO POSIBLE
domingo, 23 de diciembre de 2018

Deseos
para días festivos

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


En estos días festivos en que nos vemos envueltos una vez al año -como mínimo- que descolocan la rutina y en los que lo extraordinario acampa en nuestra vida desplegando libremente sus alas, desearía encajar los rápidos cambios de planes sin contrariedades y con tranquilidad.
En estos días de encuentros, desencuentros, excesos de todo tipo y caos generalizado, desearía tener mi casa y mi alma abierta a lo nuevo, acoger con los brazos abiertos aquello y aquellos que lleguen a mi vida, reconociendo, una vez más, que nada aparece por casualidad.
En estos días de nostalgia, tristes recuerdos y presencias echadas de menos, desearía mantener la calma y la serenidad, dar los abrazos que no he dado hasta ahora y recibir los que necesito, porque nunca se sabe cuál será el último.
En estos días de intensa compañía para unos y de profunda soledad para otros, desearía disfrutar del calor de los que me rodean y ser, al mismo tiempo,  fuente de esperanza para los que carecen de alguien cercano a su lado.
En estos días de mensajes manidos, superficiales en la mayoría de los casos, repetitivos hasta la saciedad y edulcorados en exceso, desearía escucharlos con oídos nuevos y creer que, de verdad, decimos lo que sentimos.
En estos días de brillos, lucecitas de colores, adornos por doquier y abundante colorido, desearía mirar con ojos libres de prejuicios y encontrar miradas con brillo propio que se alegren de verme.
Estos deseos (y muchos más que no cabrían aquí por falta de espacio) no son sólo para mí, claro. Son también para cada uno de vosotros, en estos días festivos.
sábado, 22 de diciembre de 2018

Esclavos de los pensamientos

Creemos que podemos, que los dominamos... y no es así.

Nos identificamos con ellos y nos creemos lo que ellos nos dicen... y no es así.

Eres más que tus pensamientos.

Pero tus pensamientos te pueden esclavizar, y !de qué manera!

Observa, date cuenta...

jueves, 20 de diciembre de 2018

La mente





No te cierres, no te encojas...
Abre la mente,
Mira el mundo,
Observa y disfruta de tanta bondad.
Colabora en ella.
miércoles, 19 de diciembre de 2018

El arte de acompañar

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra


«En el reino de las mariposas un vez el rey vio algo que relumbraba a lo lejos. Entonces quiso saber de qué se trataba. Envió una mariposa para que investigara. La mariposa fue, volvió y le dijo al rey: es la luz de una vela. El rey no se quedó tranquilo ante tal respuesta y envió a otra mariposa para que se interesara por aquello que relumbraba. La segunda mariposa fue, volvió con las patas un poco quemadas y le dijo al  rey: es la llama de una vela. El rey no se quedó aún tranquilo y envió a una tercera mariposa. Esta fue pero no regresó. Solo se percibió el olor a chamusquina. La mariposa se había acercado tanto al fuego que se había quemado.»
Este bello cuento sintetiza de forma magistral la esencia misma de toda relación terapéutica: el ayudador no debe relacionarse como la primera mariposa (distante, fría, sin implicación emocional), ni como la tercera mariposa (identificación masiva con el otro) sino que la postura correcta es la de la segunda mariposa: próxima pero distante. De esta manera, el terapeuta tiene en cuenta el sentimiento profundo del ayudado, pero con la distancia adecuada para no “quemarse”.
La relación de ayuda
Toda relación terapéutica es "un encuentro en profundidad", que pretende cambiar al consultante (también de alguna manera al consultado). La cura se produce no por lo que se dice, ni cómo se dice, sino por la misma relación en sí. Freud dice al respecto: “enfermamos por una falta de amor y nos curamos a través del amor (transferencia con el terapeuta). Por eso, podemos afirmar, que en general no existen buenos o malos terapeutas, sino psicote­rapias (el binomio terapeuta-cliente), que favorecen el crecimiento del usuario, y otras, que no lo dejan progre­sar. Lo evidente es que todo encuentro terapéutico deja huella (positiva o negativa) en el consultante. Nunca nuestra acción de ayuda hacia otra persona es inocua. Aquí radica la grandeza, y también el riesgo, de la acción terapéutica.
El acompañamiento terapéutico siempre supone un encuentro de dos personas: una (el usuario, cliente, paciente, el llamante) que se encuentra en una situación de duda, conflicto, confusión o angustia que pide ayuda a otro (terapeuta, ayudador, orientador) que, en principio, tiene más conocimientos y está más sano. Al menos es lo que fantasea el consultante, sea cierto o no. Esa relación, pues, es asimétrica (uno pide ayuda y el otro la ofrece) pero también terapéutica: su objetivo es la sanación del consultante. Pero además, este encuentro se produce entre dos personas, con sus biografías propias, su cultura, personalidad, escala de valores, creencias y por esto podemos concluir que el encuentro terapéutico es  una relación asimétrica, personalizada y terapéutica. Este proceso presupone una técnica (conocimientos y estrategias terapéuticas) pero también es un arte, que posibilita que cada encuentro sea único e irrepetible.
Así, pues, podemos concretar dos extremos viciosos en el encuentro terapéutico: mantener un distanciamiento defensivo (la actitud de la primera mariposa) o una relación simbiótica (la actitud de la tercera mariposa). En el primer caso, el terapeuta, ante el temor que le invada la angustia, minimiza el problema o se convierte en un “perfecto técnico” falto de afectividad y comprensión. Es una relación fría y sin calor humano. Es una relación personaje-personaje. Actuamos como terapeutas pero sin contagiarnos del dolor y sufrimiento del otro. En el segundo caso, se toma la postura inversa: una fuerte identificación con el usuario, viviendo su problema como propio y constituyendo una relación simbiótica en que se difumina los límites entre el consultante y consultado.
Entre ambos extremos se encuentra el punto medio: un distanciamiento amoroso. Consiste en un saber acompañar al consultante, caminando junto a él, pero respetando sus necesidades, flaquezas y su expresión de angustia.
Como ha dicho Dell (1983) no existe la “llave de oro” que abra la puerta de nuestros problemas, sino que en cada momento, y dependiendo de la “cerradura” (persona que consulta) habrá que actuar con una llave de oro, de platino o de bronce. Lo importante pues no es el instrumento utilizado, sino conseguir el encaje perfecto entre la situación angustiosa y el ofrecimiento de ayuda.
martes, 18 de diciembre de 2018

Crecimiento y desarrollo personal

Marcos


LOS PROPÓSITOS DE AÑO NUEVO PARA 2019
Generalmente al comienzo del año nos proponemos objetivos y tenemos muchas ganas de realizar cosas. También suele pasar que esta motivación se pierde en las primeras semanas de enero y seguimos igual, pero quizás más frustrados por no haberlo llevado a cabo.
Haz un listado de propósitos para el año nuevo. Apunta entre dos y cuatro, no más, porque es posible que si escribes muchos no realices ninguno.
Una opción es empezar por aquel que más miedo te da. “Haz lo que temas hacer”. Si haces primero algo que te cueste lo demás te parecerá más sencillo.
Aunque no se trata de hacer lo más difícil, sino de pasar a la acción y dar pasos a nuestra medida. Así que puedes empezar por cualquier otro punto del listado.
¿Qué podemos hacer para llevar a la práctica estos propósitos de año nuevo? Estas son algunas recomendaciones:
· Elaborar un plan de acción. Actuaciones concretas que vas a hacer que te encaminen a tus objetivos. En los procesos de coaching que realizo, el cliente se compromete a realizar un plan de acción entre sesión y sesión.
· Apuntarlos en una tarjeta y ponerlo en un sitio que lo veamos a menudo.
· Ponerse una fecha límite para hacerlo.
· Fragmentarlo en acciones pequeñitas.
· Ayudas externas para sentirnos motivados (música, películas…).
· Personas de apoyo que nos puedan ayudar en caso de necesitarlo.
· Comprometerte delante de algunas personas. Esto nos puede ayudar a estar motivarnos y poner todo nuestro empeño para realizarlo.
· Establecer un premio o recompensa que te vas a dar cuando lo consigas.
·  Convertirlo en un juego: Hacerlo divertido, pasar pantallas, conseguir puntos… Cuando te lo tomas así pasar a la acción es más llevadero.
lunes, 17 de diciembre de 2018

Concierto
de Navidad





Llega la Navidad con música para nosotros y mucha ilusión porque los alumnos del Conservatorio van a deleitarnos y apoyar al Teléfono de la  Esperanza León con lo recaudado.
El concierto benéfico será el próximo martes 18 de Diciembre a las 19:30 h., ya están las entradas a la venta por 3 €, en la taquilla del Auditorio y en la web de Auditorio, .
Vamos a disfrutar y al mismo tiempo vamos a colaborar en esta hermosa tarea que está llevando a cabo el Teléfono de la Esperanza en favor de la salud emocional de todos los que quieren acercarse a esta ONG.  
Teléfono de la Esperanza León 987 876 006
Taquilla del Auditorio Ciudad de León
Avda. Reyes Leoneses, 4. - 24008 - León
Tfno.: 987 244 663 - 987 228 246.
domingo, 16 de diciembre de 2018

Esa prisa por saber

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

Ocurre a veces que iniciamos un camino nuevo y queremos saber cómo acaba antes incluso de dar un segundo paso. Nos puede la ansiedad de querer conocer. Nos metemos de lleno en el laberinto mental de imaginar una y mil cosas, sin ninguna consistencia y sin ningún tipo de base real. Y sacamos falsas conclusiones que sólo nos hacen daño (precisamente porque son falsas) y que nos conducen a decepciones que nosotros mismos provocamos.

Cuando algo nace hay que dejarlo crecer y desarrollarse al ritmo de los acontecimientos, no al que queremos imponer con nuestra impaciencia.

Lo bonito de los nacimientos es el montón de posibilidades y expectativas que el mismo hecho encierra, pero si nos empeñamos en querer obtenerlas de forma inmediata, probablemente ninguna de ellas nos compense.

Y si se trata de una relación personal… ¡para qué hablar! Imaginamos lo inimaginable, maquinamos mentalmente lo que no está escrito, ponemos en boca del otro y en sus actos lo que ni pasó por su mente y exigimos que los hechos se adecúen a nuestros desbaratados planes. ¿Para qué? Entre otras cosas, para sufrir de forma gratuita e inútil.

Cuando me veo inmersa en esta prisa por saber suelo recurrir a dos herramientas:

La primera, recordar que sólo existe el momento presente, el aquí y el ahora. Todo lo demás es entelequia mental. Así que me repito el mantra una y otra vez para dejar de elucubrar y vivir el momento.

La segunda, confiar en que lo que viene, conviene y tratar de descubrir aquello que el encuentro aporta a mi vida. Recibir y aceptar sin más.

sábado, 15 de diciembre de 2018

Padre sol

El rincón del optimista
Juan


Ahora cuando los días son grises; ahora cuando las noches se comen la luz; ahora que si no llueve, nieva o la niebla lo invade todo; ahora que las nubes cubren con su manto el techo celeste de los mortales humanos… ahora es cuando hay que tener presente al padre SOL, más que nunca, aunque no lo veamos. La primavera y el verano aún se presienten lejanos, precisamente por eso, porque debemos saciarnos de sol, beberlo a grandes sorbos, comerlo a bocados extremos, emborracharnos de su calor amarillo, imaginarnos su figura de rey paterno absoluto, indiscutible.
En la época veraniega me pongo las botas fotografiando girasoles. Son girasoles que simbolizan la vida. Posan en grupo, individuales, aislados, en familia, rodeados de amigos… pero siempre alegres, siempre orgullosos de vestir ese amarillo chillón con el que atraen la atención de los insectos polinizadores tan necesarios para reproducirse. A veces los sorprendo de espaldas a la estrella calorífica, como indicando que no están tan supeditados al astro como pudiera parecer, porque al fin y al cabo están firmemente anclados a la tierra que les alimenta.
El sol que nos da la vida, calor, luz, alimentos… No olvides que las plantas que comemos hacen la fotosíntesis gracias al padre sol. Sol que nos permite ver las maravillas de este mundo, la belleza de la vida, que nos acoge como el padre que es, que nos guía, nos ilumina el camino, nos tutela… Mientras duermes, de noche, el sol lleva su luz a otros puntos del planeta gracias al juego de estas esferas que giran sin parar.
Nuestro sol lleva ardiendo unos 4.500 millones de años. No te preocupes, le quedan otros 5.000 millones (millón arriba, millón abajo). Mi sol, tu sol, nuestro sol dejará de lucir cuando cerremos los ojos, ya sea para dormir o para morir. Pero el dios sol, el padre sol, seguirá ardiendo, girando, luciendo… como el mejor de todos los regalos al servicio de la humanidad.
Asín sea.
PD: Felicidades Santi, amigo, salaumajo… y Feliz Navidad para el resto de lectores.
viernes, 14 de diciembre de 2018

Astid y Veronika. Linda Olsson

Un libro para el mes
M.ª Jesús González


Astrid y Veronika  son dos mujeres muy diferentes: una es joven  y ha viajado por medio mundo,  la otra,  es  mayor y no ha salido del pueblo, pero comparten su soledad y la proximidad de sus casas , en una pequeña localidad de Suecia.
Entre ellas nace poco a poco  una  gran intimidad. El pasado, los recuerdos y los secretos que las  atormentan van saliendo a la luz en sus conversaciones y, una profunda y sincera amistad dará nuevo sentido a sus vidas.
Esta novela es desgarradora y tierna a la vez. Nos habla de miedos, de equivocaciones,  de soledad  y de tristezas. Entre tanto, canta al amor, a la vida, a creer en uno mismo, a amarse y valorarse, a disfrutar de la belleza de los pequeños detalles …, pero sobre todo, trata de la amistad con mayúscula.  Esa que habla de corazón a corazón, con honestidad, sin tapujos ni perjuicios, sin juicios ni reproches; esa que te permite ser tu mismo y que, gracias a ella, podemos aligerar confiadamente esa mochila que llevamos a la espalda cargada de pesares, de deberías, de pérdidas no superadas…, que entorpecen nuestro camino y  que al ir vaciándola nos hace sentir renovados, transformados y sobre todo,  agradecidos  .
Las conversaciones o confesiones que se hacen mutuamente, me recuerdan un poco la labor que se realiza en esta casa: unas veces al teléfono y otras en los talleres de crecimiento personal.
Os transcribo un párrafo que me ha impresionado en una conversación:
“ Al escuchar mis propias palabras, me percato que cuentan una historia distinta a la que he guardado todos estos años. Creo que, si encontramos las palabras y a la persona a quien contárselas, tal vez vemos las cosas de manera diferente. Pero  yo no tenía palabras ni a nadie.”
Volvemos a hablar sobre la responsabilidad en nuestras  vidas, ya que somos el fruto de lo que hemos decidido recordar u  olvidar.
“ Para el dolor se dio la memoria;
si es la paz del espíritu lo que deseas, ¡olvida!”
jueves, 13 de diciembre de 2018

Autoestima

Milagros Martínez Alonso
T.E. León, 26 de sept.- 28 nov. 2018

ESPERANZADOS
Atrapados por heridas
 que se instalan en el alma,
agazapados
en un estado de resignación,
rumiando silencios silenciados
que llegan
a la médula de los sentimientos,
hemos venido esperanzados
buscando oxígeno emocional,
porque, a veces,
duele vivir la vida.
Nos unían historias similares,
angustias, desasosiegos,
penas, miedos, porqués,
cada cual con su invierno
y que en su frío
nos acurrucábamos en esos días
en los que se gestan tinieblas.
Pero, en una atmósfera sana,
de escucha y de respeto,
las penas fueron resbalando,
los miedos se diluyeron,
los porqués se contestaron,
llegó el sosiego.
Ahora, sueltos los corsés,
con voluntad firme
pasemos esta página leída,
busquémonos a nosotros,
comencemos un nuevo capítulo,
sintámonos plenos, completos,
SEAMOS FELICES.
miércoles, 12 de diciembre de 2018

Reflexiones sobre las características del cambio psicológico

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra


La metáfora del hombre en el pozo, de Kelly G. Wilson ilustra de cómo no se debe realizar el cambio. De forma sintética se puede describir así: “imagínese que está en un verde prado, saltando y corriendo, sintiéndose feliz. Lleva una mochila con  herramientas. Pero de pronto y sin esperarlo se cae en un pozo. Ante esta situación desesperada abre la mochila y ve una pala. Piensa que esto es su salvación y comienza a cavar y cavar…Pero, ¿qué consigue? No salir a la superficie sino hundirse cada vez un poco más y hacer el pozo más profundo. Lo que falla no es la pala, sino la forma de utilizarla. El error está en insistir en la misma solución y no buscar otras alternativas (vocear, lanzar una cuerda al exterior, etc.)
La moraleja de esta historia es evidente. A veces ocurre que en “el prado de nuestra vida” donde todo es alegría y bienestar no somos conscientes que la adversidad puede aparecer y no estamos preparados para ello: una enfermedad mortal, una pérdida, una ruptura, etc. Y el error es querer solucionarlo repitiendo y repitiendo la misma “solución”: ansiedad, depresión, desesperanza, etc. De esta manera lo único que conseguimos es profundizar más en nuestro malestar.
Soluciones
Para poder salir del “pozo del conflicto” y cambiar, he aquí algunas actitudes que pueden facilitar un cambio más profundo y existencial:
La creatividad: en definitiva crear es salir de uno mismo y dar forma a una idea, a una inspiración o a una fantasía. La creatividad es una capacidad de todos los seres racionales; los animales, por el contrario no crean, sino que repiten las conductas impresas en su código genético.
Para  desarrollar esta capacidad debemos educar al niño que encuentre las soluciones a sus pequeños conflictos y contrariedades y no que repita, como un loro, lo que los mayores le dictan. Para ello, debemos potenciar su capacidad de observación y fantasía, acompañada de una actitud flexible para aceptar los errores y potenciar los aciertos. En ese claro obscuro de la existencia es donde debe ir construyendo su personalidad. Lo negativo no es equivocarse sino el no reconocerlo y cambiar.
Un “nosotros” fuerte: es imprescindible, para conseguir lo anterior, que el niño viva en un ambiente acogedor y seguro donde se permita expresar sus sentimientos (positivos y negativos) y no reprimir sus emociones. El vínculo familiar y social cuanto más sano se desarrolle será un buen trampolín para superar cualquier caída en “el pozo de la vida”.
La esperanza: la esperanza es una vivencia constitutiva del ser humano, no solamente en los malos momentos (muerte de un familiar, suspenso en un examen, ruptura sentimental, etc.), sino también es imprescindible para progresar y crecer psicológicamente, y en definitiva, para ser felices. Esperar como señala Fromm (1971) es como estar alerta como el tigre que está quieto, hasta que salta  la oportunidad de captar a su presa.
El ser humano, tanto en el fracaso como en el éxito, debe estar atento para progresar, asumir los cambios, y en última instancia adaptarse a las nuevas realidades, que van surgiendo en su vida.
martes, 11 de diciembre de 2018

La liquidación de la sociedad de gananciales en caso de separación o divorcio

Tu abogada al teléfono
Mª. Loreto Castro Sánchez

Entre los comentarios de mi última entrada en el blog aparecía la pregunta de una lectora sobre el “reparto económico en caso de separación o divorcio”, refiriéndose a la disolución y liquidación de la sociedad de gananciales. En respuesta a ello daremos aquí unas pinceladas para arrojar un poco de luz en una cuestión de notable complejidad por la casuística que abarca.

Antes de nada, explicar que el régimen económico matrimonial es el conjunto de normas que regulan las relaciones patrimoniales entre los cónyuges y de éstos con terceros ajenos al matrimonio. En el derecho español se establecen tres regímenes económicos: de gananciales, de separación de bienes y de participación. Pero en casi todo el territorio nacional el matrimonio se contrae bajo el régimen de gananciales (pudiendo pactarse  otro mediante capitulaciones matrimoniales ante Notario), que es aquel mediante el cual se hacen comunes las ganancias que cada uno de los cónyuges obtiene durante el matrimonio y, asimismo, los rendimientos derivados tanto del patrimonio ganancial como del patrimonio privativo de cada uno, constituyéndose la llamada sociedad de gananciales.

El patrimonio privativo de cada cónyuge comprende los bienes enumerados en el artículo 1.346 de nuestro Código Civil:

1. Los bienes y derechos que le pertenecieran al comenzar la sociedad.

2. Los que adquiera después por título gratuito.

3. Los adquiridos a costa o en sustitución de bienes privativos.

4. Los adquiridos por derecho de retracto perteneciente a uno solo de los cónyuges.

5. Los bienes y derechos patrimoniales inherentes a la persona y los no transmisibles “inter vivos”.

6. El resarcimiento por daños inferidos a la persona de uno de los cónyuges o a sus bienes privativos.

7. Las ropas y objetos de uso personal que no sean de extraordinario valor.

8. Los instrumentos necesarios para el ejercicio de la profesión u otro oficio, salvo cuando éstos sean parte integrante o pertenencias de un establecimiento o explotación de carácter común.

En caso de separación o divorcio, la sociedad de gananciales se disuelve por imperativo legal y, una vez disuelta, se procede a su liquidación, que implica la previa elaboración de un inventario detallado de todos los bienes que conforman el activo y de todas las deudas y cargas que se integran en el pasivo.

Según el Código Civil (artículo 1.347) los bienes que componen el activo son:

1) Los obtenidos por el trabajo o la industria de cualquiera de los cónyuges.

2) Los frutos, rentas o intereses que produzcan tanto los bienes privativos como los gananciales.

3) Los adquiridos a título oneroso a costa del caudal común, bien se haga la adquisición para la comunidad, bien para uno solo de los esposos.

4) Los adquiridos por derecho de retracto de carácter ganancial, aun cuando lo fueran con fondos privativos, en cuyo caso la sociedad será deudora del cónyuge por el valor satisfecho.

5) Las empresas y establecimientos fundados durante la vigencia de la sociedad por uno cualquiera de los cónyuges a expensas de los bienes comunes. Si a la formación de la empresa o establecimiento concurren capital privativo y capital común, se aplicará lo dispuesto en el artículo 1.354 del Código Civil: “Los bienes adquiridos mediante precio o contraprestación, en parte ganancial y en parte privativo, corresponderán pro indiviso a la sociedad de gananciales y al cónyuge o cónyuges en proporción al valor de las aportaciones respectivas”.

Y se consideran integrantes del pasivo las siguientes partidas:

1) Las deudas pendientes a cargo de la sociedad.

2) El importe actualizado:

   a) del valor de los bienes privativos gastados en interés de la sociedad,

   b) de los deterioros de tales bienes, producidos por su uso en beneficio de la    sociedad,

   c) de los créditos de los cónyuges contra la sociedad, y

   d) de las cantidades pagadas con dinero privativo que correspondiesen a la sociedad.

El remanente resultante se dividirá y adjudicará a cada uno de los cónyuges por partes iguales, teniendo en consideración la preferencia de la que goza cada uno para que se le adjudiquen, hasta la cuantía que alcance su parte, tanto las ropas y objetos de uso personal como la explotación económica que gestione o el local donde hubiese venido ejerciendo su profesión.

Y es preciso tener en cuenta que, en caso de que existan hijos, corresponderá a estos y al progenitor que ostente su custodia exclusiva el derecho de uso de la vivienda conyugal.

lunes, 10 de diciembre de 2018

Impersonalidad y pseudo-identidad

Mónica Cavallé
La sabiduría recobrada. Filosofía como terapia.


Para nosotros, occidentales, la palabra “impersonalidad” suele tener evocaciones negativas.
Puesto que hemos concedido un valor absoluto a nuestra personalidad, asociamos la palabra “impersonal” a la anulación de lo que más estimamos: nuestra persona, nuestra individualidad.
Efectivamente, la palabra “impersonalidad” tiene una acepción negativa: denominamos así a aquello que diluye la persona, que “despersonaliza”. Pero esta palabra puede tener otra acepción, la que ha tenido para la sabiduría; en este segundo sentido no es sinónimo de “infra-personal” sino todo lo contrario, de “trans-personal”; no alude a aquello que niega o diluye la persona, sino a lo que la supera –sin negarla- porque es más originario que ella.
La sabiduría nos dice que lo impersonal es el sustrato y la realidad íntima de lo personal; que no lo excluye, sino que lo sostiene; que, por eso, para ser plenamente personales tenemos que ser plenamente impersonales.
[…]
Es dejar de otorgar un valor absoluto a lo que llamamos “mi cuerpo, mis pensamientos, mis emociones, mis acciones, mi vida, mi persona…”; comprender lo ridícula y miope que es nuestra tendencia a hacer que el mundo orbite en torno a nuestro limitado argumento vital –el definido por nuestro yo superficial–.
Equivale a cesar de dramatizar nuestras experiencias, de ver el mundo como el mero telón de fondo de dicho drama, y a las demás personas como los actores secundarios del mismo.
Es sentir que las alegrías y los dolores de los demás son tan nuestros como nuestros dolores y alegrías, que el cuerpo cósmico es tan nuestro como nuestro propio cuerpo; desistir de ser los protagonistas de nuestra particular “novela” vital, para convertirnos en los espectadores maravillados, apasionados y desapegados a la vez, del drama de la vida cósmica, del único drama, de la única Vida.
El Testigo nos sitúa directamente en el foco central de nuestra identidad. Ahí somos presencia lúcida, atenta, consciente, que es una con todo lo que es. Esta Presencia lúcida que constituye nuestra Identidad central es la misma en todo ser humano. Es nuestra Identidad real, pues es lo permanente y auto-idéntico, mientras que nuestro cuerpo-mente no hace más que cambiar.
Esa Identidad central nada tiene que ver con la pseudoidentidad que depende de algo tan frágil y fraudulento como la memoria.
domingo, 9 de diciembre de 2018

Vestirse de domingo

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Tiene Ismael Serrano una canción preciosa, –como casi todas las suyas– en la que una persona rompe los esquemas de otra y la viste de domingo. Es una forma de contar cómo, en determinadas situaciones, el día se convierte en una fiesta desocupada y lúdica donde lucimos nuestras mejores galas. Y no me refiero sólo a las materiales.
Lo malo de la afirmación es que es el “otro” el que nos viste de domingo. Es el “otro” el que hace de un día cualquiera un día festivo y luminoso. Es el “otro” el que tiene el poder de decidir que hoy toca celebrar y disfrutar.
Por supuesto que hay personas que con su sola presencia nos alegran el día. (motivo suficiente para celebrarlo). Y también personas agónicas que hacen sombra al sol y que nos quitan un poco las ganas de celebrar. Pero no podemos otorgar tanto poder al “otro”.
Cuando descubramos motivos de celebración, vistámonos de domingo (nosotros solitos) y juntémonos con aquellos con los que poder celebrar (afortunadamente siempre hay alguno). Y si en mitad de la celebración aparece algún “agonías”, alejémonos prudentemente y no permitamos que decida por nosotros.
Del mismo modo, si alguien nos invita a celebrar, agradezcamos la invitación, vistámonos de domingo despreciando la pereza y la desgana y disfrutemos del momento, que ya sólo por tener gente para compartir a nuestro alrededor merece la pena la celebración.
Hay motivos para celebrar. Muchos. Si fuéramos capaces de celebrar más a menudo alguno de ellos, no habría tanta queja y tanta languidez empañando los días.
sábado, 8 de diciembre de 2018

Somos uno

Texto advaita


Tú y yo somos Uno.
Tu vida cósmica y yo somos Uno.
Tú eres el océano y yo la ola: somos Uno.
Tú eres la llama, yo la pavesa: somos Uno.
Tú eres la flor, yo el perfume: somos Uno.
Tú eres el padre, yo el hijo: somos Uno.
Tú eres la amada, yo el amante: somos Uno.
Tú eres el amante, yo el amado: somos Uno.
Tú eres el espíritu, yo la naturaleza: somos Uno.
Tú eres el amo, yo el siervo: somos Uno.
Tú eres la madre, yo el hijo: somos Uno.
Tú eres el maestro, yo el discípulo: somos Uno.
Y como Tú y yo somos Uno: lo fuimos y lo seremos para siempre.
viernes, 7 de diciembre de 2018

Corazon de maleta

Pedro Miguel Lamet


A este mundo venimos desnudos, y después del viaje de la vida nos vamos desnudos. 
Pero para el trayecto necesitamos objetos: desde el cepillo de dientes a la cultura, pasando por un sinfín de adminículos: casas, libros, ropas, coches, tecnología, cuentas bancarias, pólizas de seguros, puestos, cargos y un largo etcétera.
Es nuestra valija, la maleta del viaje.
El problema nace de nuestra relación con esa maleta.
Hoy muchos transforman la valija en el destino del viaje. Confunden el medio con el fin. Es más, se definen a sí mismos no por lo que son, sino por lo que llevan en el viaje, sus posesiones, lo que tienen. Ante la sociedad nos prestigiamos por la cualidad de mi casa, mi coche, mi forma de vestir, el puesto que representamos, en vez de por el sentido de mi vida, mis valores, mi último destino.
Esto vacía nuestra cabeza y nuestra alma. Nos convertimos en lo que buscamos. Tenemos alma de chalet, yate, acciones, automóvil.
Recuerda el papa Francisco que su abuela decía que las mortajas no tienen bolsillos y que a los coches fúnebres no les siguen camiones de mudanza. Escribe Óscar Hahn: “A donde quiera que vaya / a donde quiera que me mueva / nada va a pasar / nada va a cambiar / porque me llevo a mí conmigo”. Y concluye: “Y si ese río va a dar a la mar / que es el morir / allá me voy con él. / Porque yo soy el río / pero también el mar”.
Quizás el arte de vivir sería llevar la maleta como si no fuera mía y poner los ojos en la estación o aeropuerto de destino. Mi infelicidad es miedo a perder. Mi felicidad es despertar al gran descubrimiento de que ya, aquí y ahora, todo lo tengo, que el río del viaje ya es mar, y que la maleta —mi éxito, mis propiedades, mi poder— no vale nada. Solo soy cuando dejo de ser. Y cambio el corazón de maleta por el de la plenitud de saberme ya recién llegado.
jueves, 6 de diciembre de 2018

Mindfulness





Quiero dar las gracias por este taller que está empezando a cambiar mi vida. Me ha enriquecido muchísimo y estoy aprendiendo a ser más benevolente conmigo misma y con los demás. Las herramientas que nos has ofrecido son una ventana inmensa al "estar en el SER y no en la ACCIÓN" y todo ello me ha enseñado a sentirme más segura de mi misma y a tener una paz interior que nunca antes había sentido.
Recomiendo a todo el mundo este taller que para mí ha supuesto un antes y un después en mi vida y especialmente en estos momentos duros por los que estoy pasando.
Por último decir que me he encontrado con un ser maravilloso, que transmite calma y paz con su presencia y que se ha preocupado de hacer que todos y cada uno de los miembros del grupo nos sintamos arropados y queridos como en nuestra propia casa y que eres tú CARMEN. MIL GRACIAS POR TODO LO QUE ME HAS APORTADO. Un fuerte abrazo. 
B.G.

Se me han cumplido las expectativas que tenía sobre este taller. Me ha ayudado mucho a superar pequeñas limitaciones que tenía en el día a día. Detalles que no veía claros ahora los veo perfectamente. 
Tiquio

Hoy es el último día del taller de Mindfulness que comenzó hace nueve semanas. A lo largo de este tiempo de reuniones y charlas semanales, he puesto en práctica ejercicios y actividades de las cuales algunas me han supuesto bastante esfuerzo en el comienzo del taller, pero ha merecido la pena el resultado obtenido.
Este taller me ha ayudado a saber manejar y controlar mejor mis pensamientos y a aceptar situaciones en la vida que no puedo cambiar. También he aprendido a tratar de relajarme en momentos tensos y de estrés y no sentirme tan agobiada y estar más tranquila.
Quiero agradecer a Carmen, la coordinadora del taller, su amabilidad, sus palabras de ánimo y enseñanzas para ayudarme a superar mis momentos difíciles, y poder en un futuro llevarlos a la práctica en mi vida diaria. Sé que el taller no acaba aquí, y seguiré practicando tus enseñanzas para seguir creciendo en el camino que me queda por recorrer. Muchas gracias Carmen. Un abrazo. 
Toñi

Este taller me ha servido para ser más consciente de mi misma; para vivir un poco más en el presente. Sé que además me va a servir para vivir, para estar más tranquila y quererme más. También para no dar tanta importancia a los demás. Yo soy la protagonista y sé que este curso me está ayudando a creérmelo.
Gracias Carmen por tu entrega en este curso. Me has ayudado mucho. Muchos besos y hasta la vista. 
B.H.

Quiero darte las gracias por tu dedicación, profesionalidad y tiempo dedicado a tan interesante taller, gracias.
He aprendido a dedicar en atención plena a mi vivir, a mi persona interna y externa, a valorar cada uno de los pensamientos que llegan a mi cerebro, a ver lo obvio y que las cosas son como lo que veo y no lo que imagino. 
Blanca L.
miércoles, 5 de diciembre de 2018

Amar

Valentín Turrado

Foto, María José Martínez Cavero

Qué cerca y qué lejos estás.

Pareciera que es mentira

y sin embargo es verdad.

¡Qué cosas tiene esto del amar!

martes, 4 de diciembre de 2018

Escucha
en el hogar de
San Vicente de Paul





El viernes, día 16 de Noviembre, a las 11,30 de la mañana, compartimos calor y café con los transeúntes que pasan a encontrar un cobijo momentáneo, sencillamente tomar un café, pasar al baño, saludar a alguien, encontrarse con quien quedaron, porque además del café, es lugar de "encuentro" como ocurre en todo grupo humano, ya que al final, unos saben de los otros, acuden, se buscan, se preguntan por sus quehaceres, se interesan unos por otros, como ocurre en toda familia.
Contabilicé unos 14 que estuvieron sentados y atentos, en torno a una mesa, más 6 voluntarios que también participaron. Calculamos que media hora sería suficiente pero se prolongó hasta cerca de la hora y media, la coordinadora estaba asombrada.
Impresiona escuchar sus andanzas, sus historias y sobre todo sus exclusiones. Víctimas de injusticias, a la vez que las exponían, buscaban que les diéramos una solución, una respuesta...Uno pidió una vivienda a la que le dijeron tenía derecho, pero al otro se la dieron pero a él no. Un periodista extranjero con dominio de varios idiomas sufre las consecuencias de la falta de trabajo al competir con los españoles. Otra que durmió en la calle con sus hijas y la policía les cuidaba por la noche. Tampoco faltó otra que había vivido en Valencia donde había tenido contacto con el Teléfono de la Esperanza y la experiencia había sido muy positiva. Contaban vivencias duras con naturalidad a la vez que con un cierto temor. Otros evitaban pronunciarse.
Fue muy coincidente la presencia de una persona, muy conocida ya que ha hecho muchos talleres en el Teléfono y que en estos momentos es usuaria de Cáritas ya que la pensión le da para pagar la hipoteca y la luz, no para comer. Allí elogió nuestra labor por lo mucho que le habíamos beneficiado.
En general podemos decir que fue una escucha agradable, aunque también dura, fructífera, gratificante y sobre todo enriquecedora.
lunes, 3 de diciembre de 2018

Mindfulness (y II)





Podría decir que este curso me ha ayudado a conectar con mi “yo” más auténtico, ese que es capaz de llorar, de aceptar, de tranquilizarse y de seguir adelante. Ese “yo” que sabe que un día gris sólo es parte del ciclo vital, y que al día siguiente, el día podrá amanecer con colores diferentes. Y es algo que, aunque parece muy evidente, a mi me costaba mucho ver cuando estaba rodeada de oscuridad.
El curso me ha reenseñado cosas que, aunque ya tenía en la teoría, no las aplicaba en la práctica, ni me permitía hacerlo. Darme cuenta de que las dificultades son esos momentos en los que tienes que crecer, reinventarte, sin anquilosarte en ellos. Por ello para mí, una de las meditaciones más importantes que hicimos fue la de la aceptación. Me enseñó a ponerme frente a uno de mis mayores miedos, una de esas imágenes que en el pozo te atormentan y no te dejan pensar con claridad, pero que a pesar de ser reiterativa no terminas de mirarla, por sí ya no puedes salir de ella. En esa meditación acepte uno de mis mayores miedos, lo visualice, lo llore, y después lo abrace como a una parte de mí, que me ha hecho más fuerte, pero que no puede impedir que siga caminando.  
Creo que las prácticas que hemos aprendido te ayudan a controlarte, a no dejarte dominar por los bajos instintos, los miedos, y la falta de razón. A tener enfrentamientos con personas, y respirarlos, porque todo el tiempo que inviertes en estar frustrada, no es culpa de la otra persona, sino que es tiempo, y energía que tú pierdes, y que no te hace ningún bien. Creo que el mundo funcionaría mejor si todas las personas intentáramos cambiar nuestro comportamiento antes de dar por sentado que el problema lo tiene la persona que tenemos en frente.
Una novela que leí en mi adolescencia decía: “Y de repente hay alguien que te dice: ¡tranquilo!, que aflojes, y cuando aflojas te das cuenta de las cosas”. Y en este caso, ese alguien ha sido Carmen.  Transmitiéndonos, en otras palabras, aquella frase. Y es que es totalmente cierto que vivimos “en piloto automático”. Vivimos a prisas, corriendo, agobiados por un futuro que no sabemos si llegará y un pasado que no podemos cambiar, pero nos atormenta. Y es que no nos damos cuenta de que la vida está pasando, que la vida son esos pequeños momentos que merecen la pena. La vida es esa pareja de ancianos que camina de la mano como si ya no supieran hacerlo de otro modo; la vida es que te esté comiendo el agobio, y tus padres abran la puerta para darte los buenos días; la vida es escuchar a tu novio reírse al otro lado del teléfono, porque aunque no puedas verle te imaginas perfectamente la mueca que está poniendo; la vida es poder sumergirte en una novela, hasta que la terminas; la vida es poder abrazar a tu abuelo; la vida es coger a tu sobrino en brazos y que sus pequeñas manitas te rodeen el cuello; la vida es poder compartir tus sentimientos con personas totalmente desconocidas, y que haciéndolo, te sientas arropada. Y todos esos segundos son el mayor regalo que tenemos, y no debería tener que llegar Navidad para aprender a valorarlo.
Por eso valoro tanto el poder haberme dado un poco más de cuenta de todo esto, no solamente poder decirlo, que es algo que siempre he tenido en la boca, sino sentirlo, aplicarlo en mi vida. Evitar dejar para mañana todo lo que pueda sentir hoy.
*  *  *  *
"Hoy termina el taller de Mindfulness que he venido realizando en las últimas 9 semanas. Debo decir que me ha aportado más de lo que esperaba cuando me apunté, principalmente por su carácter práctico, para poder aplicar lo aprendido en el día a día y conseguir una mayor armonía, paz y serenidad en mi vida y, en definitiva, vivir con menos sufrimiento y más felicidad.
Quiero agradecer a Carmen su tiempo, dedicación y entusiasmo, y a tod@s mis compañer@s del grupo las vivencias compartidas, en especial a las compañeras que han sufrido pérdidas tan importantes y aun así hacen todo lo posible por salir adelante y son un ejemplo de coraje y valentía.
La palabra que me surge al pensar en estas semanas es, sobre todo, GRACIAS."
Un abrazo.  
Marisa Melcón Díez
domingo, 2 de diciembre de 2018

Se necesitan abrazos

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Tengo ante mí una postal en la que puedo leer “el poder de un abrazo”. Es curioso que entre tanto abrazo virtual y tanto whatsapp se sigan demandando abrazos de esos de abarcar con los dos brazos a alguien y sentirle cerca.
Hace años, caminando por Madrid, un grupo de gente regalaba abrazos. Me acerqué, abracé y observé. Había algunos que cruzaban de acera para no ser interpelados; otros, rehusaban con cara de pocos amigos, llevados probablemente por el miedo a los desconocidos; los hubo que preguntaban a santo de qué venía aquello; pero los más abrazábamos y sonreíamos. Llegué a la conclusión de que nos gusta, en general, abrazar y ser abrazados. Se nos esponja así el alma y se nos ilumina la cara, aunque sólo sea un ratito.
Desde entonces me fijo con bastante atención en la forma de abrazar.
Y he descubierto que no siempre transmitimos lo que queremos, a pesar de cumplir con el ritual. Y he experimentado esos abrazos que –como canta Andrés Suárez– no abrazan nada. Y he visto llamar abrazos a meros ejercicios protocolarios para salvar determinadas situaciones de puro compromiso.
Pero también -y eso es lo importante- he vivido y sentido abrazos intensos, cargados de emoción y de cariño, abrazos sostenidos que transmiten vida, abrazos consistentes y eternos que transforman el momento. Nada que ver con los anteriores.
Supongo que es a estos últimos a los que se refiere la postal al afirmar el poder de un abrazo, porque realmente éstos son los que se necesitan. Los que todos deberíamos dar y todos deberíamos recibir.
sábado, 1 de diciembre de 2018

Agricultor
y ganadero

El rincón del optimista
Juan


De joven, casi podría decir de niño, fui agricultor y ganadero. De padres, abuelos, bisabuelos… trabajadores del campo, no me quedaba otra opción que echar una manita a mis progenitores. Sí o sí.  Recuerdo entre mis primeras tareas las de vendimiar, arrastrar las espigas de las morenas (montones de mies), coger hierbas para alimentar a los conejos, trillar con el ganado, coger palos (sarmientos) de las viñas tras la poda, cuidar de las vacas cuando salían en vacada (vecera dicen en otros lugares)… Esto lo compaginaba con la escuela y aún tenía tiempo para jugar. Se puede decir que tuve una infancia feliz. El pueblo era el gran escenario que valía para casi todo, daba tiempo a todo. Hoy mis padres serían casi seguro denunciados por la fiscalía de menores acusados de explotación infantil y… bla, bla, bla.
Crecí y vinieron otros trabajos más ‘adultos’ como era arrancar lentejas y garbanzos, moler pienso para el ganado, sacar el abono (estiércol) de la cuadra y derramarlo (esparcirlo) en las tierras, apañar el cereal y acarrearlo hasta la era, limpiar el grano y meterlo en la panera (la paja, al pajar), segar la hierba, darla la vuelta para que secara y llevarla a la lastra, seleccionar el grano, arar, tirar abono mineral, sembrar, segar el cereal y las algarrobas con ayuda del tractor y las máquinas especializadas, podar las viñas, sulfatar, volverlas a vendimiar… entre otros muchos, que no te quiero cansar.
Por un lado me alegro de que mis padres me alentaran a estudiar una carrera, algo que  tuvieron que costear para intentar ganarme la vida en algo distinto al duro trabajo del campo. Eran los tiempos del “no te quedes en el pueblo”, no seas agricultor ni ganadero. Disciplinado que es uno, les hice caso. Estudié, saqué una carrera y trabajé pronto en lo que me propuse. Pero la cabra tira al monte. La verdad es que nunca me alejé de la tierra ni de los animales ni del pueblo. Y con el paso de los años he ido vinculándome cada vez más con esas labores que conformaron mi infancia y mi juventud, sí te diré que de forma menos intensa, algo compatible con mis tareas administrativas-intelectuales-informáticas que me dan de comer. Pero ahí sigo yendo al pueblo siempre que puedo, para arar la huerta, podar los frutales, plantar hortaliza variada, criar gallinas y pollos, pasear mis perros, podar las viñas que vendimio la poca uva que paren, de la que elaboro un vinito artesano, clarete, casero, rico… que alegra las penas y ayuda a festejar los reencuentros.
Agricultor o ganadero siempre me parecieron profesiones muy dignas. Qué más importante que producir alimentos para las personas y para el resto de animales. Es lo más de lo más. Y lo que más valoro es que padecen el riesgo de que su cosecha depende de si los calores del sol vienen fuertes o ni no llega a tiempo la necesaria lluvia del cielo. Antaño, en mi pueblo, todo era secano, lo único que se regaba era el huerto con ayuda de un pozo que se solía agotarse con el estiaje.
A día de hoy sigo conservando el orgullo de ser agricultor, aunque sea a tiempo parcial, de poder seguir los pasos de mis ancestros, las muchas generaciones de antepasados que me han precedido, de poder enseñar a mis hijos lo que es trabajar y ganarte la vida con ayuda de las manos o, como mucho, de una tijera o una azada. También disfruto comiendo lo que cultivo, sabiendo que son productos sanos, ecológicos. Sólo espero que mi espalda resista lo suficiente para poder seguir atendiendo mi huerto, seguir recogiendo los frutos que la tierra me regala, seguir preservando esta afición que no es una afición cualquiera, más bien considero la considero mi gran vocación.
Asín sea.
viernes, 30 de noviembre de 2018

Mindfulness





Hoy, 24 de septiembre, comenzamos el “Taller de Mindfulness”. La coordinadora Carmen, comienza con un grato recibimiento a los 11 participantes que vamos a tratar de acompañarla y participar durante 9 sesiones. Sus siguientes palabras son “Mindfulness no es una técnica de relajación”, aunque se apoye en la relajación y la calma. Tampoco es una religión…
Mindfulness es una palabra inglesa de origen oriental, pero la traducción que me gusta (dice ella) es la traducción china, porque no es atención plena, es “atención al corazón” que es lo que a mí me encanta, vamos a dejar el ruido y vamos a atender el corazón.
Después de estas 9 semanas vamos a conseguir vivir en “la atención plena” a lo que pienso, a lo que siento y a las sensaciones que tengo. Vamos a hablar de sentimientos. Salir del “piloto automático” va a ser la primera sesión y nos lo explica detalladamente. Seguidamente nos comimos una pasa haciendo un fabuloso experimento de observación con todos los sentidos para pararnos a observar lo “obvio”. Nos manda cerrar los ojos y se vuelca en el cuidado de los presentes que estén medicados, por precaución no los deben cerrar.
Durante la semana tenemos deberes:
· Comer en atención plena.
· Hacer una actividad en atención plena y escribir lo que hemos experimentado.
Seguidamente hicimos una exploración corporal (repaso del cuerpo con la respiración y la mente) durante 45 minutos. Esta exploración, va a ser una tarea diaria, tumbados en la cama (algunas quejas se oyen). Terminamos con un sentimiento.
********

CONCLUSIONES SOBRE EL CURSO DE MINDFULNESS EN EL TELÉFONO DE LA ESPERANZA
Tal y como se nos ha pedido, a continuación me gustaría reflejar las conclusiones a las que he llegado tras asistir al curso de meditación y mindfulness en el Teléfono de la Esperanza.
En primer lugar, he de decir que yo me inscribí en este curso de manera “obligada”. Lo entrecomillo porque para nada ha sido una experiencia desagradable para mí, sin más tuve que hacerlo porque me dijeron que si quiero ser teleoperador voluntario con ellos tengo que hacer un curso gratuito previo a la formación correspondiente, y entre todos los que me ofrecían, el de meditación fue sin duda el que más me llamó la atención.
Han sido 9 semanas bastante interesantes y reveladoras. He de reconocer que por mi ritmo diario y todas las actividades que vengo desempeñando, no he podido practicar tanto como me gustaría. A pesar de ello, creo haber generado un hábito que me llevaré para toda la vida, así que por de pronto os estoy muy agradecidos a todos por todo lo que me habéis enseñado.
La dinámica del grupo es buena y entretenida. Mis compañeros son todos muy agradables y honestamente se ve que son buenas personas. Su compañía ha sido muy grata y me alegro de haberles conocido.
Creo que el curso se ha desvirtuado en ciertas ocasiones por el hecho de que varios compañeros desgraciadamente han sufrido experiencias muy duras. Por momentos en lugar de ser un grupo de mindfulness hemos sido más bien un grupo de autoayuda, pasando todo el aspecto de la meditación a un segundo plano. A pesar de ello no considero que se hayan quedado cosas en el tintero, por lo que me alegro de que haya sucedido algo así si con ello mis compañeros han gozado de cierto alivio en su pesar.
Creo que poco más puedo añadir. Recomiendo enormemente este curso a cualquier persona a la que le interese el tema. Desde el primer momento me he sentido como en casa y espero que así siga siendo teniendo en cuenta el camino que por delante quiero recorrer.
Un saludo y gracias de corazón.