El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
martes, 30 de abril de 2019

Curso Conocerse para crecer

Patricia


¿Quién soy yo?  Así empezábamos este curso... ¡madre mía!, me dije a mi misma, qué vértigo, qué pregunta tan profunda, y sin pensar en más, de repente empezaron a pasar por mi cabeza miles de etiquetas, unas puestas y otras autoimpuestas, y casualmente, todas negativas. 
Después de esta primera toma de contacto, y con el miedo que yo llevaba, pensé en abandonar, el curso iba a ser muy duro y lo iba a pasar mal... Finalmente mi fortaleza y valentía, hizo que allí siguiera. Parece que ya estoy recogiendo sus frutos, fortaleza y valentía, y lo pienso sobre mí, ¡guau!
Según iba transcurriendo el curso, aquello, cada vez más me iba gustando, ya no había marcha atrás y yo tampoco quería cogerla. Como era lógico, sufrí muchos altibajos, pero Patricia, ¿qué ibas a esperar? Siempre evitando las emociones, nunca queriendo sentarte a pensar en ti, siempre huyendo haciendo mil tareas, pero ahora no tienes excusas, estás aquí, libre y voluntariamente. 
El sábado, en concreto, después de comer sentí la necesidad de huir, y además corriendo, era muy intenso, me sobrepasaba todo. Tras un pequeño paseo durante el descanso, volví a llenar mis depósitos de energía y valentía, gracias también, a la corta, pero muy valiosa visita de mi fiel amor, Víctor. 
Hasta entonces no había sido nada comparado con lo vivido la tarde del sábado, y yo me lo quería perder, ¡qué guasa! No tengo palabras para explicarlo, hay que estar ahí para hacerlo, vivirlo y sentirlo. Lo único que puedo manifestaros es que me entregué en cuerpo y alma, me sentí muy orgullosa de mí. Esa noche no dormí nada bien, estaba agotada pero tenía demasiada agitación emocional, y como ya sabéis, las emociones y yo nos llevamos francamente mal ...
El domingo fue la guinda final, toco profundizar sobre la aceptación, ¡mi gran talón de Aquiles!, no podía más, intentaba no estar presente y evadirme con mis cosas, pero gracias a Alfonso, nuestro "profe", me fue imposible no prestar atención a lo que allí se estaba hablando. Fabuloso nuevamente, creo que ya va siendo hora de plantarle cara a la bendita aceptación.
Quedaba poco del curso intenso del fin de semana, y pensé, ¡bien, reto superado! El curso concluía con la entrega de regalos a mis compañeros de grupo y recibir los míos. ¡Tenía nervios, expectación, parecía una niña pequeña, esperando los Reyes Magos! Vivimos momentos mágicos e irrepetibles, llenos de amor, ternura, comprensión, aceptación, ... Sin duda un final triunfal.
Esta experiencia marcará un antes y un después en mi vida, me fui con pena, dejando atrás la gran familia que construimos todos los que allí estuvimos. 
Mil gracias al Teléfono de la Esperanza, a sus voluntarios, a Alfonso, hacéis una labor y un trabajo excepcional, siempre os estaré agradecida.
Acabo el relato de mi experiencia en el curso, Conocerse para crecer, con una poesía que me regala mi gran amiga Beatriz, y que fue una de las pocas personas que me animo a que hiciera este curso, al que yo tanto miedo tenía.

Tengo una amiga en tránsito, 
buscando retazos de sí misma entre la niebla. 
Cuando me ve, sonríe 
y su risa revolotea
como la de una niña.
Tengo una amiga en lucha,
repasando los trazos del pasado
con tiza de colores.
Cuando me habla, llora
y su corazón pelea
como un delfín alado.
Tengo una amiga abrazada a mi esencia
y miramos como seres antiguos 
que anduvieron un sendero común 
en luminosa compañía.
La imagino corriendo en nuestros mares,
impregnando la sal su luz indómita.
Ella es libre por fin; 
su alma canta.
lunes, 29 de abril de 2019

Curso Conocerse para crecer

Ana María Bello


El fin de semana me apunté para hacer un curso, por cierto buenísimo, que yo, en principio, no me veía capacitada para hacerlo, pero una buena amiga y Juan me animaron. ¡Qué sí puedes! Eso y más era lo que yo quería oír. Nos fuimos a los claretianos, un sitio muy bonito. El curso era “Conocerse para crecer”. Lo daba Alfonso Echávarri y Juan, dos profesionales como la copa de un pino. Había otros dos coordinadores del Teléfono de la Esperanza de Salamanca y de Zamora. Se respiraba un ambiente maravilloso, la gente extraordinaria. Vamos que había feeling entre los compañeros. Una experiencia inolvidable. Das rienda suelta a tus sentimientos, te abres y, por cierto: ¡Hay que tirarse a la piscina! Eso sí, vestida.
Llegué a casa y me parecía estar en una nube, relajada y muy bien. Pensaba: ¿Serán todos los días así?
Hoy bajaba a cuidar a mi nieta y por el camino iba rebobinando todo lo que nos han enseñado. Y claro, cuando he llegado a casa, la nostalgia me pudo. He leído mis regalitos y he repasado mis apuntes. Me he acordado de mis compis y de lo bien que lo hemos pasado. El único inconveniente es que había que madrugar bastante, porque el curso era interesante, pero intensivo.
Yo he descubierto que no soy tímida, que lo que tengo es miedo a comunicarme con la gente, a no saber qué contestar, y a meter la pata, como se suele decir, y a hacer el ridículo. Pero creo que tengo que poner en marcha lo que nos han enseñado y a conseguir mi propósito: ser feliz, aunque sólo sean 365 días al año.


domingo, 28 de abril de 2019

Día de elecciones

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


Hoy hay elecciones generales en nuestro país. De nuevo los ciudadanos estamos convocados a las urnas para dar nuestro voto al representante que mejor defienda aquello en lo que creemos políticamente.
Dicho así, parece que nuestra pequeña aportación al sistema político que tenemos fuera importante. La realidad, sin embargo, nos demuestra que los votos tienen un valor relativo, perdidos entre tanto pacto posterior. Al final, puede que aquellos representantes a los que votamos acaben gobernando con los que nunca hubiéramos votado.
Esto conduce a un cierto pasotismo y a dejar de lado nuestra participación por mínima que sea. Muchos de mis alumnos y compañeros opinan que la política sólo es un oficio para los que viven de ella y que los demás no pintamos nada ahí, por lo tanto, no votan. Es una forma de hacer ver que ni creen en el sistema político ni participan de esa farsa.
Aun así he pensado en mi voto. Y he decidido votar lo más parecido a lo que pienso, independientemente del voto útil o del voto del miedo, e independientemente también de los cabezas de lista que, muchas veces, están a años luz de lo deseado. Total, es mi única aportación al sistema democrático. Lo que pase a partir de las elecciones será lo que los representantes vayan haciendo, con independencia de lo que los representados queramos, por triste que sea.
En este tema, a modo de consuelo, me planteo lo mismo que en otros que no dependen de mí. Yo elijo lo que me parece mejor, luego, la realidad va diciendo y va disponiendo. Y, al final, ¿qué es lo mejor realmente? ¿Alguien puede decirlo?
viernes, 26 de abril de 2019

Sentirse vivo

Mary Oliver

Me he negado a vivir

encerrada en una casa ordenada de

las razones y evidencias.

El mundo en el que vivo y en el que creo

es más amplio que eso. Y, de todos modos,

¿qué tiene de malo el quizás?

No creerías lo que he visto

Una a dos veces. Voy a

Decirte algo:

Sólo si hay ángeles en tu cabeza podrás

algún día, posiblemente ver alguno.

jueves, 25 de abril de 2019

La modificación de las medidas de separación, divorcio o paterno filiales

Tu abogada al teléfono
Mª. Loreto Castro Sánchez


Se interesaba uno de nuestros lectores por si cabe la posibilidad de “revisar” las medidas acordadas en una separación o divorcio respecto de los hijos. Pues bien, lo cierto es que no solo las referentes a los hijos menores o incapacitados, sino cualquiera de las medidas adoptadas en un procedimiento de separación, divorcio, o medidas paterno filiales -tanto de mutuo acuerdo, mediante convenio regulador, como en sentencia dictada por el Juez- es susceptible de ser modificada posteriormente.
Así, tanto la guardia y custodia y la patria potestad sobre los hijos menores, la pensión de alimentos establecida para ellos, el régimen de visitas a ejercer por el progenitor no custodio, el uso de la vivienda familiar o la pensión compensatoria, pueden ser modificadas (o extinguidas) a instancias de cualquiera de las partes, tanto de mutuo acuerdo como de forma contenciosa. En este último caso siempre que se acredite que las circunstancias tenidas en cuenta en el momento de su fijación han cambiado, y de forma sustancial, y ello con la finalidad de adaptarlas a las circunstancias actuales.
En este sentido, el artículo 90.3 del Código Civil establece que: “Las medidas que el Juez adopte en defecto de acuerdo o las convenidas por los cónyuges judicialmente, podrán ser modificadas judicialmente o por nuevo convenio aprobado por el Juez, cuando así lo aconsejen las nuevas necesidades de los hijos o el cambio de las circunstancias de los cónyuges. Las medidas que hubieran sido convenidas ante el Secretario judicial o en escritura pública podrán ser modificadas por un nuevo acuerdo, sujeto a los mismos requisitos exigidos en este Código”.
El artículo 91, último inciso, determina: “Estas medidas podrán ser modificadas cuando se alteren sustancialmente las circunstancias”.
Asimismo, el artículo 775.1 de la Ley de Enjuiciamiento Civil dispone: “El Ministerio Fiscal, habiendo hijos menores o incapacitados y, en todo caso, los cónyuges, podrán solicitar del tribunal que acordó las medidas definitivas, la modificación de las medidas convenidas por los cónyuges o de las adoptadas en defecto de acuerdo, siempre que hayan variado sustancialmente las circunstancias tenidas en cuenta al aprobarlas o acordarlas“.
Pero la jurisprudencia de nuestros tribunales ha completado esta normativa, exigiendo además la concurrencia de ciertos requisitos para que pueda prosperar la petición de modificación de las medidas:
· Que los hechos en los que se basa la demanda de modificación de medidas se hayan producido con posterioridad a la sentencia inicial que fijó las medidas que ahora se pretenden modificar. Lo que no se alegó en su momento no puede hacerse valer posteriormente para conseguir el cambio.
· Que el cambio de circunstancia sea estable o duradero, con carácter de permanencia y no meramente ocasional, coyuntural, o esporádico.
· Que se trate de circunstancias ajenas a la voluntad del solicitante de la modificación de las medidas, no puede ser buscado a propósito por quien interesa la modificación para obtener unas medidas que le resulten más beneficiosas.
· Que la repetida alteración sea imprevista, o imprevisible en el momento en que se fijaron las medidas.
Es preciso tener en cuenta que en este tema se han venido produciendo importantes cambios legales y jurisprudenciales, principalmente en cuanto a la guarda y custodia compartida, que en la actualidad se considera el régimen que conviene establecer por defecto. Citando la sentencia del Tribunal Supremo de 25 de noviembre de 2013: “(…) es razonable declarar que se ha producido un cambio de circunstancias extraordinario y sobrevenido (art. 91 C. Civil) tras la jurisprudencia citada del Tribunal Constitucional (TC), de la que esta Sala se ha hecho eco, hasta el punto de establecer que el sistema de custodia compartida debe considerarse normal y no excepcional (… ) Complementario de todo ello es la reforma del C. Civil sobre la materia y la amplia legislación autonómica favorecedora de la custodia compartida, bien sabido que todo cambio de circunstancia está supeditado a que favorezca al interés del menor”.
Así las cosas, la sola circunstancia de que se haya producido un cambio legal y jurisprudencial con posterioridad al establecimiento de la guarda y custodia exclusiva de un hijo menor, se considera requisito suficiente para decretar su transformación a la modalidad de compartida en un procedimiento de modificación de medidas, salvo que se acredite de contrario que tal cambio sería perjudicial para el menor.
miércoles, 24 de abril de 2019

Las raíces del miedo

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

El  miedo es una vivencia innata a los animales y a los hombres. Tenemos miedo porque no somos omnipotentes, no lo podemos todo. Los dioses no tienen miedo: son autosuficientes. El hombre en tanto en cuanto ser limitado tiene que sentir miedo para no realizar acciones que no puede hacer (volar, atravesar el fuego, correr a 300km/h. por una autovía, etc.). Pero esto no implica que sea un cobarde, sino que es consciente de sus limitaciones como ser humano. El miedo se convierte en patológico cuando desciende a situaciones concretas y cotidianas o incapacita al sujeto para realizar su vida ordinaria. El miedo nos recuerda, pues, una cosa: que somos humanos.

El miedo siempre se produce por la conjugación de dos hechos: supervaloración de la situación concreta, o bien, porque nos infravaloramos y nos consideramos mas frágiles de lo que somos y mas vulnerables. La esencia del miedo procede de nuestra inseguridad y  de la hipertrofia del otro (situación, objeto o fantasía). También es cierto que estas experiencias se refuerzan cada vez que se producen y que tienen su punto de arranque en vivencias infantiles de desamparo o de abandono afectivo, produciendo personalidades débiles muy influenciables por el entorno, que siempre vivirán como hostil

Pero existe un miedo ancestral: el temor a desaparecer. Precisamente por esto, en el hombre podemos describir un tipo de miedo, que es como el soporte de todas las posteriores vivencias: el miedo a la muerte y el miedo a la locura. En ambos lo que está en juego  es la autodestrucción. La muerte es un viaje sin retorno y la locura un laberinto donde difícilmente  podemos encontrar una buena salida. Ambas situaciones son deteriorantes e invalidantes. Ambas situaciones conllevan el peligro de la aniquilación (de la vida o de la  razón). El resto de los miedos (a la enfermedad,  a la soledad, a la libertad, a la vinculación, etc.) son como un remedo de ese miedo ancestral. Por  esto una vivencia de miedo es mas o menos grave en tanto en cuanto nos acerca al principio de nuestra aniquilación como persona o como ser con autonomía y libertad de pensar. En el fondo, con los miedos, siempre  estamos en el filo de la navaja del ser o no ser.

Claves para manejar el miedo

"El miedo- ha escrito Antonio Gala - se asemeja a un pozo (que cuanto mas tierra se saca de él mas crece) y a la oscuridad (que cuanto mas grande menos se ve)". Es decir, el miedo se incrementa con el miedo. Señalaremos algunas señales para que  ese "pozo" y esa "oscuridad" disminuyan, sobre todo  en los mas pequeños:

* principio básico: el miedo es consustancial al ser humano. Tenemos miedo porque somos limitados. No podemos pues desterrar  totalmente el miedo  de nuestra existencia. Incluso podemos afirmar que un "cuanto" de miedo es necesario para poder vivir. Un miedo patológico nos paraliza, pero la ausencia total de esta vivencia nos llevaría a la insensatez y al riesgo permanente.

* clima de confianza: el miedo no se vence con valor sino  con una educación centrada en la confianza y la seguridad que proporciona el sentirse querido y amado por lo que uno es, no por lo que hace. Aquí el contagio es muy fuerte: una familia miedosa engendrará hijos miedosos. Incluso deberíamos manifestar miedo cuando la situación así lo requiera. ¡Es bueno que el niño perciba que los mayores también tienen miedo!

* enseñar con el ejemplo: una buena receta consiste en explicar las situaciones misteriosas: el significado de las tormentas, un apagón de luz,  la muerte de un ser querido, etc. Incluso habría que facilitar que el niño participara en las situaciones que teme: ir al cuarto con la luz apagada, salir a la calle, etc. Y sobre todo nunca ridiculizar o despreciar aquellas situaciones que al niño agobian.

* no amenazar: es un error intentar conseguir que el niño se porte bien o estudie más, pues  de lo contrario vendrá una bruja mala o “el hombre del saco”. Nunca el miedo será un  buen acicate para portarse bien.

* la ayuda psicológica: en los miedos irracionales e invalidantes es necesario la intervención de un profesional (psicólogo, psiquiatra) para poder superarlos. Aquí la sola buena voluntad no basta, sino que hay que  remover las raíces mas profundas  de esa vivencia.

martes, 23 de abril de 2019

Curso "Conocerse para crecer"

Para ayudarnos a comprendernos a nosotros y a los demás es interesante saber que hay tres estados comunes a todas las personas, son los Estados del Yo. Son muy dinámicos y cambiantes, según el que manifestemos nuestros sentimientos, actitudes y pautas de conducta son diferentes.
El Yo padre (es una figura referencial para nosotros, puede ser masculino o femenino, no hace referencia al padre biológico) puede ser exigente o protector dicta tradiciones, normas y valores. El Yo adulto está en contacto con la realidad y toma decisiones. El Yo niño es básicamente emocional puede ser natural o adaptado.
Cuando nacemos el único estado que tenemos es el Yo natural que comienza a recibir mandatos de sus figuras de apego primero y de profesores, sociedad etc posteriormente. Han podido ser del tipo: se fuerte, complace, se perfecto, date prisa, esfuérzate o del tipo: confío en ti, tú puedes, conseguirás lo que te propongas...El Yo niño natural se cree todo lo que le dicen porque no tiene desarrollo el Yo adulto que se cuestione las cosas.
Así vamos creciendo, según hayan sido los mandatos nuestra vida puede ir regular en algunas facetas. No pasa nada, ahora tengo un Yo adulto que puede decidir poniéndose en movimiento, hacer cambios. El pasado condiciona, pero no determina.
Surge la pregunta del millón ¿Cómo? Cada uno tiene que trabajar unos aspectos y lo hará de la forma que le resulte más adecuada. Un buen punto de partida es trabajar el lenguaje que es pensamiento hablado y darme cuenta de las cosas que digo, igual repito constantemente: no puedo, es imposible, para qué lo voy a intentar, yo no valgo, no me lo merezco, o estoy todo el día quejándome…
Es fundamental por otro lado la aceptación que es cambio sin cambio. Hay cosas que no puedo cambiar aunque duelan, pero puedo cambiar la forma en que las contemplo. El poder está en mí. Yo decido lo que hago con lo que me ha pasado. Si la vida te da limones puedes amargarte porque querías naranjas y te parece injusto que te pasen esas cosas a tí porque parece ser que eres muy importante, ya si eso que le pase a otros… o puedes hacer limonada. Todos tenemos capacidad que podemos desarrollar formándonos y sobre todo practicando.
Es un pequeño resumen teórico de lo vivido este fin de semana en el curso Conocerse para Crecer, la práctica, las experiencias personales que vivimos prefiero guardarlas en mi corazón.
Quiero dar las gracias a Alfonso y a Juan por compartir sus conocimientos con tanta claridad y pasión y sobre todo por su cercanía y calidez. A los coordinadores, a todas las personas que estuvieron pendientes de que no nos faltara nada. A mis compañeros por mojarse y crear un ambiente acogedor. A los que me animasteis a hacerlo. Gracias a todos por darme el mejor regalo: vuestro tiempo.
“La vida es lo que sucede debajo de tu piel”
lunes, 22 de abril de 2019

Encuentro con los mayores

Marian
Voluntaria del Teléfono de la Esperanza

El 5 de abril tuvimos la primera reunión del año con las personas que pertenecen al "Proyecto de Mayores". El recibimiento fue como siempre entrañable, y para ellos lleno de sorpresa ya que se desarrollaba en la nueva sede.  Les percibí más contento.. Se les hizo más participes en dicha convivencia, y esto ha tenido unos resultados muy positivos.

En breves pinceladas transmito el desarrollo de la misma:

-  Uno de nuestros Mayores es médico, y estuvo dando una información bastante  completa; sobre la angina de pecho, infarto de miocardio y como se debe llevar una vida saludable, para evitarse en la medida de lo posible.

- Otro recitó unas poesías, y después, con una de las personas que realiza la escucha a los Mayores hicieron una declaración  de amor que fué el hazme reír de los asistentes.

Se culmino con efusivos aplausos a todas las personas que pusieron su grano de arena para que la tarde se desarrollara con aprendizaje y diversión.

- La terminación de los encuentros siempre son con una rica, rica meriendica,

- Y ya para finalizar la coordinadora del Proyecto de Mayores, les animó a que expresaran sus sentimientos de como se habían encontrado a lo largo de la sesión, y ahora en el momento de la despedida. Y   verbalizaron:: 

- "gratitud".

- "bienestar".

- "confianza".

- "El decir: no estoy sola, esto vale mucho".

- "Continúen por favor con las llamadas que hacen".

- "Llegué tarde, pero  estoy muy contenta".

- "Llegué tarde, pero me ha compensado".

- "Vaya piso más bonito".

- "Cuanto bien nos hacen"......

Y ya en la despedida, se les fue enseñando la nueva sede del Teléfono de la Esperanza´, y los comentarios fueron unánimes: muy espacioso,  muy bien acondicionado, y  con mucha luz.

Emocionalmente me vino muy bien todo lo vivido esta tarde en la sede del Teléfono de la Esperanza con  las personas que pertenecemos al "Proyecto de Mayores en Soledad". Desde aquí os envío mi agradecimiento, por todo lo que aportasteis cada uno, que también redundó en beneficio mio, y acompañado de efusivos besos y abrazos.

domingo, 21 de abril de 2019

Señalización

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

La normativa sobre prevención de riesgos laborales establece la necesidad de señalizar aquellos riesgos que se dan en el lugar del trabajo, para advertir de los mismos, obligar a determinados usos y proteger, de esa forma, a los trabajadores.

Seguro que, a estas alturas, todos conocemos señales de prohibición, señales de obligación, señales de advertencia y señales de evacuación, y sabemos lo que significa cada una de ellas.

Yo, que curso tras curso, estoy harta de explicar el significado de la señalización  a mis alumnos, siempre pienso lo mismo: ¿Por qué nadie nos enseña, en algún momento de nuestras vidas –fundamentalmente en los primeros años– a señalizar nuestras emociones y nuestros límites personales?

Sería estupendo saber usar y saber leer señales como: “advertencia, peligro de derrumbe emocional” o “prohibida la entrada a toda persona ajena a la felicidad” o “uso obligatorio de casco y guantes para soportar reparaciones del corazón” o “salida de evacuación hacia la ternura y el cariño” o “uso obligatorio de abrazos” o “prohibido hablar sin escuchar”… Y así podríamos seguir.

Pero, claro, nunca nos han enseñado semejantes señales. Nosotros solitos hemos tenido que ir descubriéndolas a costa de observar y experimentar. Y, con el tiempo, hasta nos hemos hecho expertos en el uso y lectura de las mismas.

Estaría bien que, en estos tiempos electorales, algún partido prometiera enseñar a aprender el lenguaje emocional, pero me temo que no va a ser así, por dos motivos. El primero, porque no iba a arañar ningún voto. El segundo, porque, probablemente, ni se sepa lo que es la inteligencia emocional ni se quiera saber de ella.

sábado, 20 de abril de 2019

Actitud





¡Cuántas veces nos hemos levantado por el pie izquierdo!
¡Cuántas veces todo los vemos negro!
¡Cuántas veces renegamos del trato de otros!
¡Cuántas veces...pon tu situación...
Y OLVIDAMOS QUE SOMOS DUEÑOS DE NUESTRA VIDA
QUE PODEMOS CAMBIAR LA ACTITUD.
Ponte las pilas y una sonrisa...el camino será muy distinto.
viernes, 19 de abril de 2019

Abrazos

Valentin Turrado


He dado abrazos de luna
que parecieran lejanos,
pero alumbran.
He dado abrazos de sol y de fuego,
avivando el volcán escondido.
He dado abrazos de agua
que envuelven y calman,
fertilizando mi humilde huerto.
Se me olvidaron  los abrazos de viento,
pasajeros,
huidizos;
nunca regresaron.
He dado abrazos infinitos de tierra,
de lunes a viernes,
necesarios para sostenerse,
y no acabar en un desguace
o en una ensoñación.
He dado abrazos de niebla,
de nieve y de luz,
también sombríos;
merecieron la pena.
He dado tantos abrazos
de noche como de día.
¡Ay, aquellos abrazos que me dejaron en el andén
viendo al tren alejarse al infinito!
¡Cómo no evocarlos ahora,
ahora que están tan cerca!
He dado abrazos de besos
y abrazos sin ellos;
los dos me parecieron bellos.
No recuerdo abrazos sin ganas,
sin miradas ni corazón.
He dado abrazos de alma
y abrazos de cuerpo;
ahora ya no sé separarlos.
Abrazos cómplices,
abrazos divinos,
abrazos que tardaron en soltarse
y abrazos que aún siguen vivos.
Estos últimos son mis preferidos.
Todos mis abrazos son grandes,
En ellos estás “Tú” y estoy yo.

miércoles, 17 de abril de 2019

Viaje

Mary Oliver


Un día por fin supiste
lo que tenías que hacer, y lo empezaste,
aunque a tu alrededor algunas voces
insistían en gritar
malos consejos…
Aunque toda la casa
se puso a temblar
y sentiste el viejo tirón
en los tobillos.
“¡Arréglame la vida!”,
gritaba cada una de las voces.
Pero no te detuviste.
Sabías lo que tenías que hacer,
aunque el viento husmeara
con sus dedos rígidos
hasta en los cimientos,
aunque su melancolía
fuese tremenda.
Ya era bastante tarde
y era una noche espantosa
y la carretera estaba llena
de ramas y piedras caídas.
Pero poco a poco,
a medida que dejabas atrás sus voces,
las estrellas comenzaron a arder
a través de las láminas de nubes,
y se oyó una voz nueva
que lentamente
reconociste como tuya,
que te hacía compañía
mientras a zancadas
penetrabas cada vez más en el mundo,
con la decisión de hacer
lo único que podías hacer…
la decisión de salvar
la única vida que podías salvar.

martes, 16 de abril de 2019

Primaveras

Caligrafía de emociones
Jose


Otra primavera
igual y diferente
sueña y sigue.
Somnolienta late
se asoma silente
y quema el asombro
de las nadas.
Despierta y balancea
mi mundo.
lunes, 15 de abril de 2019

Adiós, hasta pronto

El rincón del optimista
Juan


Desde el 1 de abril de 2013 he cumplido mi compromiso de publicar en este Blog del Teléfono de la Esperanza en León aquellas reflexiones que invitan al optimismo, o que al menos para mí fueron fuente de inspiración para este ‘Rincón del Optimista’. Han sido 141 entradas a las que he dedicado el tiempo suficiente que los lectores de este foro creo que se merecían. Con que haya animado un poquitín el alma a alguno de vosotros/as en esas ‘parrafadas’ de los días 1 y 15 de cada mes me doy por satisfecho y un tiempo no malgastado.
Pero ahora toca parar, el cuerpo o más bien la mente, me pide que haga un paréntesis. No es un adiós, sino un hasta pronto. Nada grave, ni mucho menos, simplemente que hago parada y fonda en el camino de la vida, este camino que alguna vez se pone muy cuesta arriba.
Mi problema, dice mi psicóloga particular, es que no he aprendido a decir que NO. Todo lo que se me pide lo acepto casi antes de que acaben de solicitármelo. ¿Para no quedar mal? ¿Por miedo al rechazo si doy mi negativa? No sé. Lo cierto es que la mochila se llena tanto, tanto, tanto, se hace tan pesada, como el cántaro que de tanto ir a la fuente, rompe. No puedo seguir caminando sin que antes aligere la carga. Creo que se me entiende, ¿verdad?
Y digo hasta pronto en la certeza de que, si este bendito Blog sigue activo, como así espero, el que vuelva a aparecer con mi cartera recargada de optimismo será sólo cuestión de tiempo.
Me despido con la foto que ves en la cabecera de esta entrada, una hacendera del pasado verano en mi pueblín, Villeza, colocando unos bancos para merendar, ponerse a la sombra de las chopas centenarias o simplemente para charlar o meditar sobre la vida. Volveré, claro que volveré, pero sólo después de que una de los millones de estrellas que inundan el firmamento me haga una pequeña señal. Será entonces cuando el optimista que hoy se despide regrese a casa.
Asín sea.
domingo, 14 de abril de 2019

Cuesta escribir

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena


Cuesta escribir cuando las tareas cotidianas se multiplican y se dividen los frentes a dónde acudir, agotándonos, mientras las horas del día permanecen invariables (ni se estiran ni se doblan, muy a pesar nuestro).
Cuesta escribir cuando la mente está entretenida en mil planes, en infinidad de ideas a desarrollar, en trampas que atrapan la energía y las ganas y que nos alejan del presente para perdernos en vericuetos del pasado o del futuro, que no aportan nada a nuestro presente.
Cuesta escribir cuando las emociones están embarulladas y caminan a sus anchas en terreno vulnerable, cuando se confunden sentimientos sin que logremos llamarlos por su nombre, cuando el discernimiento cuelga el cartel de cerrado por vacaciones.
Cuesta escribir cuando faltan la serenidad y la templanza necesarias para analizar los acontecimientos. Cuando éstos se suceden tan rápido que no hay casi tiempo para procesarlos e integrarlos en eso que llamamos normalidad. Cuando las decisiones nos vienen dadas.
Cuesta escribir cuando la inspiración está cansada o dormida o castigada. Cuando cree que no es útil más que para pasar el rato. Cuando está convencida de no conducir a ningún buen puerto.
Cuesta escribir cuando la realidad, de tan plana y fea como es, espanta y debilita la ilusión de ver un poco más allá, de apreciar la luz en medio de la niebla, de distinguir color entre tanto tono gris. Cuando la tristeza inunda la mirada y el corazón late a ritmo de adagio.
Sin embargo… escribo.
sábado, 13 de abril de 2019

No tienes que ser buena...

Mary Oliver

Mary Oliver fue una poetisa de la que abusaron siendo niña y para sus abusadores escribió este poema:
No tienes que ser buena.
No tienes que atravesar el desierto
de rodillas, arrepintiéndote.
Solo tienes que dejar que ese delicado animal
que es tu cuerpo ame lo que ama.
Cuéntame tu desesperación y te contaré la mía.
Mientras tanto, el mundo sigue.
Mientras tanto, el sol y los guijarros cristalinos
de la lluvia avanzan por los paisajes,
las praderas y los árboles frondosos, las montañas y los ríos.
Mientras tanto, los gansos salvajes, que vuelan alto
en el aire azul y puro,
vuelven nuevamente a casa.
Seas quien seas, por muy sola que te sientas
el mundo se ofrece a tu imaginación,
y te llama, como los gansos salvajes, chillando con excitación
anunciando una y otra vez
tu lugar en la familia de las cosas.
viernes, 12 de abril de 2019

Taller de jóvenes





RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS
¿CONFLICTO? Una palabra que si la analizamos semántica  y morfológicamente, parece simple. Es llana,  tan solo tienes tres sílabas, pero su significado es de mayor  envergadura de la que pensamos.
¿Realmente sabemos lo qué es, lo que significa, lo que conlleva y mejor aún, sabemos reconocerlos y resolverlos de la mejor manera, causando los menores daños posibles?
Es una palabra, que diariamente  escuchamos, leemos, nos llega por diferentes medios, ya sean visuales o radiofónicos.
A este vocablo, le damos mucha importancia, por ejemplo, “conflicto político”,” conflicto económico”,” conflicto  territorial”….
Todos los ámbitos citados anteriormente son importantes, muy importantes, pero  aún, es más importante  de lo que pensamos si hablamos de  otro ámbito, al cual  le damos  menos valor, de  que realmente  posee.  Porque el mayor conflicto no está fuera, sino dentro de nosotros  y es,  al que menos importancia  y tiempo le prestamos.
Estábamos en la nueva sede y nuevos compañeros, pufff,  ¡CONFLICTO A LA VISTA! Personas nuevas, sitio nuevo…
Al principio, creo que a todos nos costó un poco hablar y abrirnos a los demás, pero poco a poco, según transcurrían las sesiones, con los diferentes conflictos  que analizábamos, cogimos confianza  y creo que cada uno de nosotros  si expuso algún conflicto, vivido y peor aún sufrido en diferentes ámbitos como  la adolescencia, familiar, de pareja, colectivo, laboral , interpersonal , ha sido tratado con el mayor respeto y educación, aunque  a veces  no todos opinásemos igual o lo veíamos desde otro ángulo .
Escuchar, diferentes opiniones de un “tema” que no sabías cómo afrontar, qué hacer, desde mucho tiempo atrás y luego llegar a casa, con la mente más calmada, gracias al desahogo tras contarlo, la escucha recibida  y las diferentes opiniones,  “herramientas”, que los demás nos aportaban. Era genial. Poder  pensar en frío, para luego actuar  de la manera menos perjudicial, para los demás y con uno mismo.
Personalmente, este Taller ha sido muy  enriquecedor, por diferentes motivos. Por ejemplo, éramos personas de diferente rango de  edad , algunos   más jóvenes que otros, una  gran persona de otro país, incluso  continente ,  que nos contaba  y contrastábamos cosas y casos, de su modo de vida y costumbres , a veces bastante diferente las nuestras  y peculiaridades de las comidas, palabras, “frases hechas” …. , pero ante todo, personas con  “los pies en la Tierra” y dándonos  apoyo  y opinión, con “temas difíciles” .
Hemos visto y analizado este otro tipo de conflictos del día a día. De los, que menos solemos hablar y a veces personalmente, más difíciles de tratar.
Algo muy peculiar a destacar, fue cuando alguien dijo ,” pensé que yo  era raro “ hablar solo en voz  alta conmigo mismo, por ejemplo, cuando algo te sale mal o estás estresado  o se te cae algo. La mayoría  dijimos  “no ere el único , así que tranquilo”
Otro acto, muy peculiar,  fue la puesta en escena “una reunión de  una comunidad de vecinos” y  cada uno elegimos al azar, un personaje “sus peculiaridades”.
Ponerte en una situación y hacer “el rol” de una persona que piensa y actúa totalmente diferente a ti. Fue un poco difícil de representar y defender dicho papel.
Poco más que añadir a esta gran experiencia en el TALLER DEL TELÉFONO DE LA ESPERANZA, guiada por una gran profesional y mejor persona.
Si alguien no acudió, fue por causa justificada y ese jueves se le echó de menos.
AHORA, NOS TOCA PONER EN PRÁCTICA, LA TEORÍA  APRENDIDA Y APLICARLA A  NUESTRA VIDA
jueves, 11 de abril de 2019

Leemos a Rumi





A Rumi, el gran poeta y místico sufí del siglo XIII, se le atribuyen estas respuestas:
¿Qué es el veneno?
Cualquier cosa más allá de lo que necesitamos es veneno. Puede ser el poder, la pereza, la comida, el ego, la ambición, el miedo, la ira, o lo que sea…
¿Qué es el miedo? 
La no aceptación de la incertidumbre. Si la aceptamos, la incertidumbre se convierte en aventura.
¿Qué es la envidia? 
La no aceptación de la bienaventuranza en el otro. Si lo aceptamos, se torna en inspiración.
¿Qué es la ira?
La no aceptación de lo que está más allá de nuestro control. Si lo aceptamos, se convierte en tolerancia.
¿Qué es el odio?
La no aceptación de las personas como son. Si las aceptamos incondicionalmente, se convierte en amor.
¿Qué es la madurez espiritual?
  • Dejar de tratar de cambiar a los demás y concentrarnos en cambiarnos a nosotros mismos.
  • Aceptar a las personas como son.
  • Entender que todos están acertados según su propia perspectiva.
  • Aprender a “dejar ir”.
  • Ser capaz de no tener “expectativas” en una relación, y dar de nosotros mismos por el placer de dar.
  • Comprender que lo que hacemos, lo hacemos para nuestra propia paz.
  • Dejar de pretender demostrar al mundo lo inteligente que se es.
  • Dejar de buscar la aprobación de los demás.
  • Dejar de compararnos con los demás.
  • Estar en paz consigo mismo.
  • Ser capaces de distinguir entre “necesidad” y “querer” y somos capaces de dejar ir ese querer.
  • Dejar de unir la “felicidad” a las cosas materiales.
miércoles, 10 de abril de 2019

La Piedra de Rosetta

El talón de Aquiles
Tomás


En 1798 un joven general francés de solo 28 años desembarcó en Egipto al mando de 30.000 hombres, se llamaba Napoleón Bonaparte y su objetivo era conquistar Egipto y Siria. Pretendía cortar el acceso de Inglaterra, con la que Francia estaba en guerra, a sus colonias de la India para ahogarla económicamente.
El Egipto que se encontraron los franceses, llevaba sumido en un estancamiento medieval desde hacía 1500 años, muy lejos del esplendor artístico y cultural de su pasado. Allí llegó Napoleón procedente de la Francia de la Ilustración, con un numeroso grupo de los investigadores más destacados de la época acompañando a su ejército, para estudiar la cultura egipcia que en ese momento volvía a causar fascinación en Europa. En cierta medida quería emular a los grandes conquistadores del Egipto de la antigüedad como Alejandro Magno y Julio César, de hecho, es famosa su arenga a las tropas antes de la Batalla de las Pirámides cuando dijo: “¡Soldados! ¡Desde lo alto de esas pirámides, cuarenta siglos os contemplan!”.
Unos meses después del comienzo de la conquista del país, unos soldados que estaban reforzando las defensas de una fortaleza junto al pueblo de Rosetta hallaron una piedra con inscripciones en tres idiomas. Fue llamada “La piedra de Rosetta” y contenía el mismo texto esculpido con jeroglíficos, en demótico egipcio y en griego.
El ejército francés perdió la guerra y la piedra acabó en manos de los ingleses, que la llevaron a Inglaterra, allí el científico Thomas Young dio el primer impulso para el entendimiento de los jeroglíficos pero no logró ir más allá de una primera aproximación. Sería el profesor francés Jean-François Champollion el que, en los años posteriores al hallazgo, conseguiría descifrar el lenguaje de los jeroglíficos y abrir la puerta al estudio y la comprensión del antiguo Egipto. Por fin se podían entender esos símbolos que habían sido un misterio durante cientos de años. Desde entonces la expresión: “la Piedra de Rosetta” en cualquier disciplina, es sinónimo de la clave que nos permite entender algo que hasta ese momento había sido incomprensible.
¿Qué ponía en la Piedra? Pues era un decreto de los sacerdotes egipcios adulando al faraón Ptolomeo V en el año 196 antes de Cristo, en el que ordenaban al pueblo que le diera culto.
La piedra Rosetta se puede contemplar desde 1802 en el British Museum y a principios de la década de 1970, los visitantes franceses del museo, se quejaron de que el retrato de Champollion era más pequeño que uno de Young en un panel informativo adyacente, mientras que los visitantes ingleses opinaban lo contrario. En realidad ambos retratos eran del mismo tamaño.

martes, 9 de abril de 2019

Entrevista
a Ana María Oliva

La Contra, de La Vanguardia


“Cada pensamiento cambia tu biocampo electromagnético”
Entrevista de Víctor–M. Amela a Ana María Oliva, ingeniera, doctora en biomedicina y terapeuta, en La Contra, de La Vanguardia.
“Mi célula más vieja tiene cinco años y mi alma es eterna. Soy de Barcelona. Soy ingeniera industrial y doctora en Biomedicina por la UB. Estoy casada y tengo dos gemelos, Rubén y Matías. ¿Política? ¡Bien común! ¿Creencias? Si no ves a Dios en todo…, no lo ves en nada”.
“Lo que tu luz dice”
Las investigaciones de Konstantín Korotkov, doctor en Física y catedrático de la Universidad de San Petersburgo, confirman el biocampo, objeto psicofísico visible con imagen electrofotónica. Eso hace cada día la doctora Ana María Oliva, que ha llegado ahí tras una vida de búsqueda y experimentación, como explica en “Lo que tu luz dice” (editorial Sirio), libro a la vez divulgativo e inspirador sobre esta frontera de la ciencia, que le ha enseñado a autorregularse modulando pensamientos y actitudes. Y la más saludable consiste en saber que estás aquí para algo…, y que es bueno.
¿Soy luz?
Materia implica energía, mesurable: frecuencias de onda, invisibles unas, visible otras… ¡Luz!
Pues no me la veo.
Su intensidad es baja…, pero podríamos verla si nos entrenásemos.
¿El aura?
Un campo bioelectromagnético. Lo generan los intercambios eléctricos de nuestros átomos y células. Desprendemos biofotones.
¿Está viendo mis biofotones?
No a simple vista, no me he entrenado. Pero podemos verlos mediante este dispositivo.
¿A ver?
Coloque un dedo aquí. Ahora otro. Otro. Ya están los diez, bien. Mire la pantalla, ¿ve?
Una corona luminosa en cada yema.
¿Ve los rayos, unos más largos, otros tan cortos, algunos agujeros…? Indican la energía de sus órganos internos en sus funciones.
¿Todo mi organismo en mis dedos?
Como el universo, eres hologramático: cada parte contiene la información del todo.
¿Y qué hace ahora?
La información arroja el estado de tu biocampo corporal, plasmada en esta fotografía, esta imagen electrofotónica.
¿Mi aura…? ¿Y qué ve en ella?
Vigila tu páncreas, tiroides, colon y aparato urogenital. Y veo triste tu corazón.
Vaya… ¿Es un método diagnóstico?
En Rusia está legalmente aceptado, aquí es sólo una técnica de evaluación del estado energético del organismo.
¿Qué cosas ha electrofotografiado?
Cuando un espermatozoide fecunda un óvulo, hay un estallido de luz. Cuando una bacteria muere, un relampagueo. Una señal violeta antecede a toda mitosis celular…
¿Y en el cuerpo?
Hay más desprendimiento biofotónico en enfermedades: el organismo está intentando corregir algo. He hecho experimentos sobre estas variaciones biofotónicas…
¿Por ejemplo?
Si tu móvil recibe llamada, la señal interfiere en tu aura, la merma. Si te cuentan algo agradable, se compensa.
¿En serio?
Sorprendente: si empuñas un vaso con licor, tu aura se resiente. Si lo bebes, más aún.
¿Antes de beber… hay ya un efecto?
Sí. El campo energético del licor altera tu biocampo. Y si alguien te llama “imbécil”, altera también tu bioelectromagnetismo.
¿Lo ha observado?
Medido y fotografiado, ¡incluso si es un insulto sin intención de dañar!
¿Tanto poder tienen las palabras?
Yo antes era muy bruta: por inseguridad, me protegía con un lenguaje duro. Un día, parodiando y burlándome de los que hablan suave, empecé a decir “dime, amor”, “hola, cariño”, “bonita, cielo”… ¡Y… cambié!
¿Cómo cambió?
¡Se dulcificó mi carácter! Ahora llamo a todo el mundo “corazón”… ¡y me hago bien!
Y al otro también.
Si estás junto a una persona serena y armónica, ¡te sientes mejor! Lo habrá notado…
Lo noto ahora.
Escuchar una canción, ver un color, presenciar un telediario, lo que comes…, todo modifica tu biocampo. Y lo que piensas.
¿Ah, sí?
Lo que piensas influye en tu biología. Por eso es importante guiar tus pensamientos. Tu sistema de creencias te construye.
Un ejemplo.
“¡Mira lo que me ha hecho mi novia!”, se me lamentó un joven alumno. Me hinchó la cabeza tanto que medí su biocampo y se lo enseñé: muy alterado y dañado. Entendió: estaba dañándose con sus pensamientos.
¿Qué le había hecho su novia?
Colgar una fotografía sexy en internet.
Bah.
Es muy saludable relativizar tu sistema de creencias, distanciarte y parar de sufrir.
Ojalá fuese tan fácil.
Tras todo sufrimiento hay una creencia equivocada. Nos han enseñado que si alguien sufre…, sufras con él. ¡No! Así sólo duplicas el sufrimiento del mundo. ¡Intenta estar tú bien! Y, sereno, centrado, acude junto al que sufre. Eso sí puede ayudarle.
¿Quiérete a ti mismo, primer mandamiento del bienestar?
Sí. Ámate. Si amas, todo estará bien para todos. Si te gustas mucho haciendo algo, ¡ve por ahí, alimenta eso! Sé fiel a tu corazón. Eres único. Enamórate de ti. Brillarás. Y eso bendecirá a la gente de tu entorno.
¿Una sonrisa cura?
Si sonríes, todo te sonreirá. Cuando más te cueste, ¡sonríe!
¿Cómo es el aura de una persona saludable?
Armónico, homogéneo, sin grandes congestiones, fugas ni agujeros. Lo biográfico deviene biológico.
Pero si te sucede una desgracia…
Pues piensa que todo, aunque parezca malo, ¡es para que aprendas algo! Piensa que todo es para bien. Y lo será. Confía en la vida, y lo tendrás todo.
Bello consejo. Despídame con algún otro.
¡Haz lo que te haga feliz! Y entonces tu luz será muy bonita.
lunes, 8 de abril de 2019

Angustia, miedo
y pánico

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra

Era un día soleado. Nieto y abuelo se encontraban en el zoo frente a la jaula de los leones. Los animales rugían. Ante la mirada atónita de los presentes, el niño dice al abuelo: "vámonos,  pues parece que tienes miedo".  Es una forma defensiva ante el temor: no reconocerlo o atribuírselo a los otros. En este caso al abuelo. No tengamos miedo y... hablemos del miedo.

Angustia, miedo y pánico

En el lenguaje coloquial utilizamos indistintamente uno de esos vocablos. Así hablamos de "miedo al mundo"  o de "la angustia a los sitios cerrados". Pero el miedo siempre se refiere a algo determinado y concreto; es algo  objetivo y delimitado. Mientras que la angustia es un sentimiento difuso, sin concretar, sin motivo real donde apoyarse.

Antonio llega a la consulta con la cara desencajada. Entre titubeos nos dice: "Me siento raro y extraño. Es una vivencia que no puedo definir. De pronto, siento un malestar generalizado que me revuelve el vientre, me sube a la garganta y tengo la sensación de que voy a morir". Esto es la angustia. Un sentimiento global e insólito que uno no sabe explicar, solamente  padecer.  Es mas cuando se quiere poner palabras a esta sensación, se escapa, como el agua en una cesta. Antonio insiste: "creo que nadie me comprende. Solamente lo puede entender  el que lo haya pasado". Esto es la angustia.

Por el contrario, el miedo se expresa de forma diferente: malestar a la oscuridad, a los ascensores, a los ratones o a las alturas. Todo tiene un denominador común: el objeto del miedo es algo (o alguien) real o fantaseado, pero concreto y determinado. Se puede describir y a veces tocar.

En la vida cotidiana nos encontramos con situaciones, objetos o animales que nos producen un sentido de malestar, con taquicardia incluida, hipersudoraciòn o sequedad de boca, etc. Esto es el miedo. Miedo a la oscuridad,  a los perros, a ser enterrados vivos, a las cucarachas, etc. Es un sentimiento  que a veces se confunde con  el asco  y que produce alejamiento de esas situaciones o al menos se intenta.

El pánico es un miedo "al por mayor". Se podría decir que es una ración doble o triple de miedo. Se produce como respuesta a una situación o hecho, que aparece de forma inesperada y que sobrepasa todas las expectativas del individuo: ejemplos: ante un terremoto, un incendio, el desbordamiento de un río o sentirse perdido en una tormenta de nieve. Esto es el pánico. Por la forma de presentación (repentina)  y su intensidad (masiva) invade a toda la persona y a veces la paraliza o genera una reacción desproporcionada (tirarse por la ventana de un sexto piso por el pánico de quedar atrapado por las llamas).

domingo, 7 de abril de 2019

Lo que se avecina

La Escribana del Reino
M. E. Valbuena

A veces me entretengo escuchando predicciones de futuro cuanto menos curiosas. Por ejemplo, que tras este seco invierno nos espera un verano de infierno; o que si no llueve pronto, los alérgicos lo vamos a pasar fatal; o que, tal como van las cosas en general, cada vez estaremos peor.

No sé qué base científica tienen tales predicciones. Imagino que unas están más fundamentadas que otras, pero, en cualquier caso, predicciones son.

Mientras tanto, yo observo que los árboles han brotado anunciando vida, que los pájaros cantan con fuerza, que la luz se va imponiendo a la oscuridad, que los días se alargan, que los amaneceres y los atardeceres son para extasiarse.

Observo también que muchos jóvenes buscan su sitio en un marco de ayuda mutua, moviéndose por intereses no sólo económicos o utilitaristas; que muchos padres se ocupan de sus hijos para que éstos crezcan más felices, no con más cosas sino con más cariño; que muchas personas intentan vivir de forma auténtica y sincera, a pesar de parecer nadar contra corriente; que la solidaridad aún es un valor.

Y, sí, ya sé que está la otra parte (que, por otro lado, es la que más se ve). La parte de la oscuridad, del egoísmo estructurado, de la manipulación, del dolor incomprensible, de la soledad, del pasotismo ante la injusticia, del ombliguismo aplastante… Lo sé.

Pero prefiero seguir mirando lo que me da vida y me genera energía, lo que me nutre la mirada y me hidrata el alma. Del mismo modo que las flores anuncian los frutos, independientemente de si éstos llegan o no a ser.

viernes, 5 de abril de 2019

El clan del oso cavernario

Un libro para el mes
M.ª Jesús González


Este mes os propongo un maravilloso viaje a la Prehistoria, a la época en que los Neandertales (hombres más primitivos) compartían la Tierra con los hombres de Cro-Magnón (más evolucionados) y, de la mano de Ayla, sumergirnos en la vida de aquellos antepasados remotos nuestros,  compartiendo su día a día, sus creencias, sus costumbres, sus ritos  ancestrales, así como las  diferencias raciales.
Esta fascinante novela, que te enganchará en cuanto la empieces, es el primer volumen de la saga “Los hijos de la Tierra” de  la norteamericana Jean M. Auel, que consta de cinco entregas más. A mi gusto, esta es la más bonita  e  interesante.
Ayla, una niña cro-magnón  de 5 añitos, queda huérfana y sola después del terremoto que asoló la zona en la que vive. Intenta sobrevivir al hambre, al miedo, a la soledad y a toda clase de penurias incluido el ataque de un león cavernario, cuando es encontrada medio muerta por Iza (una neandertal) la curandera, que convence al jefe y a su hermano el mago del Clan (como así se hacen llamar ese grupo de Neandertales), para que la dejen curarla y criarla.
Aida  es  muy diferente a los neandertales  con los que tiene que convivir. Su raza es diferente, no sólo físicamente, también lo son mental y emocionalmente. Ella puede reir, llorar, hablar (mientras que los otros se comunican principalmente con gestos), puede aprender y abstraer conocimientos de lo aprendido, por lo que  suscita recelos al principio y envidias más adelante entre ellos.
En una época patriarcal donde manda totalmente el hombre, donde domina la fuerza física, aparece una mujer inteligente, con iniciativa propia, luchadora, que sabe lo que quiere, y que no entiende por qué tiene prohibidas una serie de actividades ni por qué está obligada a aceptar otras, se ve obligada a doblegarse y acatar un status de inferioridad, por aquellos que  poseen  la fuerza, aunque no el cerebro.
¿Os suena de algo?
Han pasado 30.000 años y aún muchas mujeres siguen padeciendo y sufriendo malos tratos a manos de sus parejas, compañeros o jefes, parece que algunos egos masculinos siguen necesitando humillar y maltratar al género femenino para sentirse más viriles.
¿Ha  evolucionado la raza humana tanto como pensamos?
jueves, 4 de abril de 2019

Comienza el día con una sonrisa

Crecimiento y desarrollo personal
Marcos Núñez Pangua
Cada día al levantarte, sonríe aunque no tengas ganas de hacerlo. Lo puedes hacer mirándote al espejo incluso haciendo muecas raras y divertidas.
Podemos afrontar nuestro cotidiano enfadados, centrados en nuestras preocupaciones, irascibles… o con una sonrisa.
El punto de partida es muy diferente entre hacerlo de una forma o de otra y ten en cuenta que lo eliges tú.
Si lo comenzamos con una sonrisa nos encontraremos más animados y alegres. Este estado positivo nos permitirá ser más amigables, simpáticos, creativos y tener mayor iniciativa para conseguir nuestros objetivos y  gestionar y superar la timidez en nuestro cotidiano.
Reflexionemos sobre cómo nos sentimos cuando estamos con gente sonriente. Posiblemente nos encontremos más alegres y animados a compartir y la conversación se desarrolle de una forma más fluida y amena.
Démonos cuenta de que nos solemos tomar a nosotros mismos y lo que nos sucede demasiado en serio.  
A veces, decimos que no tenemos ganas o que tenemos demasiados problemas como para sonreír. Si nos pasa esto, no esperemos a que nos apetezca porque es posible que no lo hagamos. Pongamos una sonrisa primero.
Sonreír en nuestro día a día tiene muchos beneficios: nos ayuda a soltar y eliminar el estrés; desconectar de nuestras preocupaciones; ser más creativos en la solución de problemas; mejorar las relaciones con los demás; tener más energía y determinación para pasar a la acción y conseguir aquello que es importante para nosotros…
Te propongo que  apuntes en un folio un listado de los beneficios de sonreír y tomarte el día a día con alegría y buen humor, para que seas más consciente de ello.
miércoles, 3 de abril de 2019

Identifican el origen común de la maldad humana





Una investigación ha identificado el origen común de la maldad humana: se llama “Factor D”. Agrupa a nueve comportamientos maliciosos que expresan el núcleo oscuro de la personalidad: el afán de poner por encima de los demás y de la comunidad, a cualquier precio, los intereses propios.
Una investigación en la que han participado científicos daneses y alemanes ha identificado el origen común de la maldad humana y lo han llamado el “factor oscuro de la personalidad” o “Factor D”. 
Según esta investigación, el “Factor D”  es la tendencia general a maximizar el interés individual sin tener en cuenta, de manera malintencionada, el daño que ese comportamiento puede tener sobre los demás, ni la inutilidad de su comportamiento.
Todos los rasgos oscuros de la personalidad se explican por esta tendencia psicológica a poner los intereses personales por encima de cualquier otro interés, ya sea de otra persona o comunidad, según esta investigación. 
Esta tendencia se expresa incluso cuando se disfruta haciendo daño a los demás. Una  serie de creencias sirven como justificaciones que evitan los sentimientos de culpa, vergüenza o similares, en las personas que actúan de esta manera.
Esta investigación aporta también una compilación de los rasgos oscuros de la personalidad más frecuentes, acompañados de sus respectivas definiciones. Pueden agruparse en nueve.
Nueve rasgos oscuros       
El egoísmo es el primero de ellos y puede definirse como la preocupación excesiva por el beneficio propio a expensas de los demás y de la comunidad.
El segundo es el maquiavelismo,  una actitud manipuladora e insensible hacia los demás, acompañada de la convicción de que el fin justifica los medios. 
La desconexión moral es el tercero de los rasgos oscuros de la personalidad y se define como un estilo de procesamiento cognitivo que permite comportarse de manera amoral sin sentir remordimiento alguno por ello. 
El narcisismo, cuarto rasgo, se define como una auto-admiración excesiva, acompañada de un sentimiento de superioridad y de una necesidad extrema de atraer constantemente la atención de los demás. 
La creencia persistente de que uno es mejor que los demásy que por lo tanto merece ser tratado mejor, es el quinto rasgo oscuro de la personalidad y se llama derecho psicológico.
La psicopatía, sexto rasgo, se define como la falta de empatía y autocontrol, a lo que se le agrega un comportamiento impulsivo.
El sadismo es el séptimo rasgo y se define como el deseo de infligir daño mental o físico a otros por placer.
El interés propio (entendido como el deseo de promover y destacar el propio estatus social) y el rencor, definido como destructividad y disposición a causar daño a otros, incluso si uno corre el riesgo de infligirse daño a sí mismo, son respectivamente el octavo y noveno rasgos oscuros de la personalidad establecidos en esta investigación.
Núcleo oscuro
Según los autores de este trabajo, la mayoría de estos rasgos oscuros se pueden entender como manifestaciones de una única disposición subyacente común: el “núcleo oscuro” de la personalidad. En la práctica, esto implica que, si se tiene tendencia a mostrar uno de estos rasgos oscuros de personalidad, también es más probable que se tenga una fuerte tendencia a mostrar otros de los rasgos oscuros.
Ingo Zettler, autor principal de esta investigación, explica al respecto en un comunicado que en una persona determinada, el “Factor D” puede manifestarse principalmente como narcisismo, psicopatía o cualquiera de los otros rasgos oscuros, o bien como una combinación de varios.
“Nuestra gráfica del denominador común de los diversos rasgos oscuros de la personalidad, permite establecer que determinada persona tiene un “Factor D” alto. Esto se debe a que el “Factor D” indica la probabilidad de que una persona participe en el comportamiento asociado con uno o más de estos rasgos oscuros”, dice Zettler.
En la práctica, esto significa que una persona que exhibe un comportamiento malévolo particular (como que le gusta humillar a otros) tendrá una mayor probabilidad de participar también en otras actividades malévolas (como hacer trampas, mentir o robar).
2.500 encuestados
Aunque los nueve rasgos oscuros pueden dar lugar a tipos específicos de comportamiento, sin embargo, en su núcleo, generalmente tienen mucho más en común que lo que los diferencia.
Por ello, el conocimiento de este “núcleo oscuro” puede jugar un papel importante para los investigadores o terapeutas que trabajan con personas con rasgos específicos de personalidad oscura, ya que es este “Factor D” es  el que determina diferentes tipos de comportamientos y acciones humanas imprudentes y maliciosas.
“Lo vemos, por ejemplo, en casos de violencia extrema, incumplimiento de normas, mentira y engaño en los sectores corporativo o público. Aquí, el conocimiento sobre el “Factor D” de una persona puede ser una herramienta útil, por ejemplo, para evaluar la probabilidad de que la persona vuelva a delinquir o participe en conductas más dañinas”, afirma Zettler.
Para llegar a estas conclusiones los investigadores encuestaron a más de 2.500 personas a las que, a través de una intensa batería de preguntas relacionadas con los comportamientos oscuros, estudiaron sus actitudes hacia la agresión o la impulsividad y sus comportamientos egoístas y poco éticos.
Referencia:
The dark core of personality. Moshagen Morten et al. Psychological Review, DOI:http://dx.doi.org/10.1037/rev0000111
Tomado de Tendencias21:
https://www.tendencias21.net/Identifican-el-origen-comun-de-la-maldad-humana_a44780.html
martes, 2 de abril de 2019

Cómo voy al bosque

Mary Oliver
la poetisa del asombro

Habitualmente voy al bosque sola, sin un solo amigo, porque son todos sonreidores y conversadores, y por lo  inapropiados.

No me gusta que me vean hablando con los pájaros. O abrazando al viejo roble negro. Yo tengo mi forma de rezar. Sin duda, tú tienes la tuya.

Y además, cuando estoy sola puedo convertirme en invisible. Puedo sentarme sobre un médano,quieta como un puñado de malezas, Hasta que los zorros pasan corriendo, despreocupados. Puedo escuchar el sonido inaudible de las rosas cantando. 

Si alguna vez has venido al bosque conmigo, debo quererte mucho.
lunes, 1 de abril de 2019

Tierra

El rincón del optimista
Juan


Cada día estamos más desvinculados de la tierra, del suelo, de los animales... Nos alejamos del campo, los pueblos se quedan vacíos... Vivimos en un piso 14, viajamos en coche a 200 kilómetros por hora, en metro, en tren (a 300 km/h), en autobús… entramos en una oficina, un Ministerio, con el ordenador siempre encendido, el teléfono móvil a cuestas que consultamos cada dos minutos y medio de media, pisamos el frío asfalto de calles y carreteras… Definitivamente nos hemos olvidado de la tierra.
Hoy día, la maquinaria agrícola que manejan los pocos agricultores que trabajan la tierra, es supermoderna: tractores y cosechadoras provistas de sistema GPS con conexión vía satélite a los que les meten las coordenadas catastrales y la máquina ya va trabajando ella solita, sin necesidad de conductor. Pues el pasado mes de febrero, en un pueblo cerca de Tordesillas (Valladolid), un tractor atropelló y mató a un joven que se había bajado de uno de estos tractores programados que estaban arrodillando una finca en modo automático. Nadie alcanza a comprender qué le pudo pasar a este chaval, qué despiste maldito pudo manejar para que se llegara a producir tan cruel desgracia. Nada podemos hacer contra las máquinas, que no sea pensar que ha llegado el momento de la anunciada rebelión de los robots.
Yo sigo practicando mi propia terapia y que siempre que puedo recomiendo desde este blog: cultivo mi huerto, podo y atiendo mis frutales y mis rosales, trabajo mis viñas, paseo a mis perros, alimento mis gallinitas… En definitiva, sigo pisando la tierra que me proporciona ricos alimentos ecológicos, la tierra que también pudrirá mi cuerpo cuando ya esté demasiado ‘maduro’. La tierra vida; la tierra muerte… la MADRE TIERRA.
Asín sea.