pero el que recibe nunca debe olvidar
miércoles, 30 de septiembre de 2015
Que me quieran
martes, 29 de septiembre de 2015
¿Existe "Dios"?
¿qué "Dios"?
lunes, 28 de septiembre de 2015
Se puede:
Tu puedes tender
la mano
domingo, 27 de septiembre de 2015
Impaciente espera
Cuarto creciente. Foto Jesús Aguado
Hace un tiempo me pasé muchos días esperando un determinado encuentro. Como este no se producía, me daba a mí misma objetivas y lógicas razones para justificar la espera. Me decía, por ejemplo, que era demasiado pronto para llegar a profundizar y que por ello estaba bien la distancia. En realidad, eso era la trampa de contar hacia atrás: un día más de distancia era uno menos para el encuentro.
O que sería más bonito cuando las flores estuvieran en su apogeo para tener un escenario espléndido. Pero las flores ya estaban en su apogeo y el encuentro no se producía.
Me dije luego que, tal vez, tendría que dar yo pasos más concretos y claros para hacer evidentes las ganas que tenía. Y creo que los di, aunque muy claros no debieron de ser a juzgar por el nulo resultado.
Al final, comida por la ansiedad, desistí de esperar aceptando que un encuentro no se produce si una de las partes no quiere. Acepté lo que había –aunque resultara doloroso para mí– y dejé de esperar.
Entonces, cuando ya no lo esperaba, se produjo el encuentro. Entendí en ese instante que no podía haberse producido en ningún otro momento. Que lo que había que comunicar, sentir y escuchar necesitaba el tiempo de maduración necesario para ser comunicado, sentido y escuchado de esa forma. Aquel encuentro marcó un punto de referencia en mi vida.
Desde ese día, cuando algo se resiste, en vez de esperar ansiosamente me digo que no sería su momento. Y la salud anímica que ese pensamiento me reporta es inmensa.
sábado, 26 de septiembre de 2015
Vive con todo tu ser
viernes, 25 de septiembre de 2015
Perdido en el cielo
El sol adorna la mejilla de color azul pálido,
las nubes florecen a cada lado.
Cayendo lentamente.
Respirando profundamente.
Y en algún lugar ahí fuera,
estoy perdido en el cielo.
jueves, 24 de septiembre de 2015
Entrevista a
Sergi Torres:
Vivir la vida plena (Segunda Parte)
miércoles, 23 de septiembre de 2015
Entrevista a
Sergi Torres:
Vivir la vida plena (Primera Parte)

¿Quién es Sergi Torres?
martes, 22 de septiembre de 2015
Educar con
inteligencia emocional (II)
- “El sentir no es malo...”: estamos en una cultura que tiene cierto resquemor a sentir envidia, celos, odio, etc. y mucho más a expresarlos. Un ejemplo: cuando un niño contesta de mala manera a un compañero porque no le ha dejado un sacapunta, sancionamos esa acción sin detenernos en lo que la ha provocado: la insolidaridad. Ambas conductas son repudiables. El primero porque es un maleducado y el segundo a no ayudar a su compañero ha sido insolidario. Es preciso pues, enseñar a nuestros alumnos a reconocer sus sentimientos (positivos y negativos) y a poder expresarlos de forma adecuada. Debemos favorecer la libertad de sentir (amor, envidia, etc.) no la libertad de acción, pues siempre tenemos que tener presente los derechos del otro.
- Enseñar que el otro también siente...: sin darnos cuenta podemos vivir como si los únicos que sufrimos somos nosotros. Sentir al otro, es lo que Roger llamó empatizar. Es decir, algo así como ser capaces de “calzar el mismo zapato” del compañero que sufre, del vecino que está en paro o del alumno que ha sacado malas notas. ¿Cuáles son sus sentimientos más profundos? Si ante el fracaso escolar, la rebeldía o las iniciativas de nuestro alumno, nos preguntáramos: ¿qué siente? Es posible que nuestra postura fuera diferente, al menos porque habríamos salido de nosotros mismos y nos situaríamos en la búsqueda conjunta de una solución válida para las dos partes.
- Educar para superar la frustración: un buen objetivo será no exigir más de lo que el niño pueda dar (ni por supuesto tampoco menos): a nivel académico, deportivo, de responsabilidad, etc. El mismo debe ir aceptando sus propias limitaciones, no como un defecto sino como su realidad, que le puede producir felicidad y bienestar. El niño desde que nace está inmerso en una continua frustración: falto de alimento, no atención inmediata, frío o calor, etc. que deberá asumir como algo humano e incorporado en su devenir como persona.
- Favorecer la autoestima: dos ideas básicas: cuando el niño triunfe (haber realizado un buen examen, haber hecho un buen partido de fútbol o una acción de solidaridad, etc.) no echarle un jarro de agua fría con comentarios como: "está bien, pero no te duermas en los laureles"; cuando fracase, apoyarle con palabras de aliento, transmitiéndole que lo valoráis no por lo que consigue (buenas notas ) sino por el esfuerzo que ha hecho.
lunes, 21 de septiembre de 2015
Ahimsa

domingo, 20 de septiembre de 2015
Un placer recuperado

A orillas del río. Foto Jesús Aguado
Hacía muchos años que no me bañaba en un río al atardecer. Muchos.
De pequeña, mi madre nunca me dejaba porque había mucha corriente o el agua estaba muy fría o estaba lleno de fango o era muy peligroso. Y me recordaba una y otra vez el gran número de ahogados que cada verano provocaba el río.
Luego, en mi juventud, no se llevaba ir al rio. Había que ir a la piscina, donde se percibía el fondo sin peligro y el agua estaba tratada, donde no había que sortear una entrada pedregosa y todo era aséptico. Y si, además, era climatizada ¡para qué queríamos más!
Pasado el tiempo, el caudal de los ríos escaseaba en verano y apenas se encontraban pozas solitarias donde poder nadar sin darse contra las piedras. Así que seguí tirando de piscina.
Este verano, por fin, he recuperado el placer que se siente nadando en las fresquitas aguas de un rio al atardecer. He disfrutado de la temperatura del agua, de la brisa, del paisaje arbolado que puebla las orillas, del tono dorado reflejado en el agua y en el cielo a esas horas de la tarde, del concierto de los pájaros y de la serenidad que provoca nadar en medio de esa armonía.
Por ello, por haber tenido esta oportunidad, por haber vuelto a experimentar este casi olvidado placer, me siento obligada a dar gracias a la vida una vez más.
sábado, 19 de septiembre de 2015
Visítate a ti mismo
viernes, 18 de septiembre de 2015
¿Eres responsable
de tu felicidad?

jueves, 17 de septiembre de 2015
La educación sexual en personas con discapacidad
- Valorar los déficits físicos, cognitivos, emocionales, conductuales (falta de habilidades sociales) y de acceso a contextos de interacción social normalizados.
- Los efectos medicamentosos que reducen capacidades básicas como la atención, la concentración y la memoria.
miércoles, 16 de septiembre de 2015
Educar con
inteligencia emocional (I)
- “Eres un cerdo y un vago pues tu cuaderno es una porquería...” : dice el profesor al contemplar el cuaderno de apuntes del alumno . La segunda parte del mensaje puede ser verdad (“tu cuaderno es una porquería”) pero no se puede inducir que es un vago y un cerdo. Habría que preguntarse qué siente el alumno con la repetición de esa conducta y qué nos quiere transmitir: rebeldía, autoafirmación, ataque al excesivo orden y limpieza de la clase, hacerse presente a través de esta conducta, defender su originalidad, etc. etc. Alguna, de estas posibles explicaciones, es la cuestión de fondo, no que el cuaderno tenga tachones.
- “Como sigas así terminarás de barrendero o albañil...”: es una manera frecuente de intentar incentivar al adolescente para que aproveche más el tiempo de los estudios. Pero perdemos de vista, que lo importante no es que nuestros alumnos estudien una carrera universitaria; lo verdaderamente importante es que sean felices. Nuevamente el temor es lo que predomina en este tipo de mensajes, pensando que se cambiará al “malestudiante”, pero en muchas ocasiones ocurre lo contrario: “si ya mis profesores no confían en mi para que me voy a esforzar”, me decía un adolescente en una situación parecida.
- “Mira tu amigo que buenas notas saca, deberías aprender de él...”: esta afirmación además de ensalzar al compañero es una forma de descalificar al destinario del mensaje. Toda comparación es odiosa, pero en este contexto educacional mucho más. Aquí se elude el verdadero punto de mira: cuáles son los motivos por los que el alumno no cumple con los resultados académicos previstos. Los profesores también se pueden preguntar si el “fallo” está en el alumno o en ellos mismos porque sus aspiraciones son excesivamente altas. Todo es posible. Pero siempre habría que preguntarse: ¿ cómo le puedo ayudar en esa situación?
- “Los profesores siempre tienen la razón...”: El “ordeno y mando” o “cuando seas padre comerás huevo” está presente en algunas actuaciones escolares. Aquí la razón y la autoridad han ahogado a la emoción y al sentimiento, provocando unas relaciones distantes y frías, entre profesores y alumnos, y una falta de comunicación en profundidad.
martes, 15 de septiembre de 2015
Cuando viene,
es que viene
Suelo encontrar más respuestas mirando al cielo que mirando al suelo.
Últimamente escucho este tipo de frases: “Las desgracias nunca viene solas”, “Lo que tenga que ser, será”, “Cuando viene, es que viene”. Ese determinismo le lleva uno a un pesimismo peligroso. A mí, particularmente, me arrastra al abismo. Por eso, cuando ocurre un imprevisto en modo de muerte, de accidente o de enfermedad, rápidamente me asaltan esas ideas de frustración, con lo que me llega la pena, el rostro se me tuerce y la sonrisa se me borra del mapa de la cara.
Y es que tengo que hacer verdaderos esfuerzos para hacer lo que creo que me conviene (convendría todo el mundo, en general) que es mirar ese hecho desde la distancia, desde fuera, como si no fuera conmigo. Tomar una actitud de calma para no dejarme llevar por la rabia, el dolor, el sufrimiento… para darle la vuelta a la tortilla. Me empieza a doler un costado y nada más asaltarme el Juan pesimista que piensa que podría tratarse de un tumor maligno, contraataca el Juan optimista para pensar que es un simple tirón muscular fruto de una mala postura al dormir la siesta. Esa actitud no me va a hacer evitar que la enfermedad surja (o sí, vaya usted a saber), que sigan dándose los accidentes, las muertes de seres queridos… pero si vivo esos acontecimientos como un espectador del teatro de la vida que soy, todo se diluye, todo vuelve pronto a la calma, al sosiego. E incluso esas muertes las paso a un estadio nuevo desde donde me vigilan, me hablan, me aconsejan.
Por eso renuevo mi compromiso con el optimismo y os invito a vosotros a que lo firméis también. Es gratis.
Asín sea… y feliz vendimia.
lunes, 14 de septiembre de 2015
Supe que
mi padre se moría

domingo, 13 de septiembre de 2015
Mirando estrellas
Esperando ver. Foto Jesús Aguado
Desde siempre me ha gustado observar las estrellas. Su visión me transmite serenidad y trascendencia, me tranquiliza, me habla de algo más allá de la realidad que vivo. Las miro cuando estoy feliz y, sobre todo, cuando me siento triste. Últimamente, más.
Una de estas noches, mirando estrellas, me encontré, entre amigos, hablando de despedidas inevitables, de muertes anunciadas. Las palabras casi susurradas brotaban desde el corazón y nos reconfortamos todos expresando y escuchando la tristeza compartida.
Esa misma noche también me leyeron un precioso cuento, me ofrecieron galletas (unos desconocidos que por allí se encontraban observando el cielo como nosotros) y me prestaron una manta para quitar el frío de la noche. Todo ello, bajo el manto estrellado, en una gélida y silenciosa noche.
Ahora valoro ese momento. Allí nos encontramos los que teníamos que estar. Nos acogimos, nos escuchamos, nos cuidamos mutuamente dándonos calor. Cuando volví de mirar estrellas me encontraba mucho mejor que cuando fui.
Algo así es la vida: caminamos por ella encontrándonos con quienes necesitamos encontrarnos, compartiendo lo bueno y lo malo con quienes nos rodean en esos momentos, observando y escuchando cuando no podemos hablar, esperando cuando no tenemos fuerzas para tirar, acercándonos cuando necesitamos cobijo y distanciándonos cuando sentimos dolor.
Y, la verdad, la vida siempre da respuesta. Como me la dio a mí la noche en que, junto a otros, me dediqué a mirar estrellas.
sábado, 12 de septiembre de 2015
viernes, 11 de septiembre de 2015
No te resistas
Con el paso del tiempo he descubierto una verdad sencilla y humilde: Acepta lo que viene y cómo viene.
jueves, 10 de septiembre de 2015
Ponle ganas
a la vida

miércoles, 9 de septiembre de 2015
Pequeño
cuento absurdo

martes, 8 de septiembre de 2015
Continuamos con el Camino de Santiago
lunes, 7 de septiembre de 2015
Comenzamos
el nuevo curso lleno de actividades
Actividades primer trimestre 2015/2016