En mi jardín hay dos nidos de golondrinas. Había intención de un tercero, pero no se lo permití. En estos años han estado ocupados y yo he disfrutado de su constante parloteo, de sus idas y venidas con comida para las crías, del despegar de los polluelos y de sentir, en definitiva, la vida. También, claro está, he sufrido las consecuencias de su estancia y he tenido que restregar la pared varias veces.
Pero este año han decidido no instalarse aquí. Y las echo de menos.
Me acostumbré a escribir bajo su algarabía, a levantar la vista del ordenador o del libro a los reclamos de sus gorgojos, a estar atenta a sus movimientos, a saludarlas cada mañana… Este año no hay nada de eso.
Parece que la vida nos hace acostumbrarnos y desacostumbrarnos a la fuerza de las cosas, las personas y las situaciones: nos acostumbramos a unas personas y se van. Nos acostumbramos a un lugar y tenemos que irnos de él. Nos acostumbramos a una situación y ésta desaparece sin hacer nosotros nada. Nos acostumbramos a vivir de una determinada manera y, de la noche a la mañana, todo se descoloca y nada es igual.
Puede que la enseñanza de esto sea que hay que vivir desde el desapego. No aferrarnos a nada, porque nada es estable ni para siempre. Vivir el presente desde el presente, con sus alegrías y sus penas, sus acompañamientos y sus soledades, sus luces y sus sombras.
Nada es estable y para siempre. Qué gran verdad.
ResponderEliminarSiempre estamos cambiando.
ResponderEliminarY en la sitiación actual me hace siempre reflexionar la situación pasada.
Que bien le hubiera venido a Pepi no ser tan sentimental y así no hubiera sufrido tanto en su vida. Otra de las lecciones que ha tenido que aprender. Saber relativizar.
ResponderEliminarMe apunto a esta reflexión: " No aferrarnos a nada, porque nada es estable ni para siempre. Vivir el presente desde el presente, con sus alegrías y sus penas, sus acompañamientos y sus soledades, sus luces y sus sombras."
ResponderEliminarSi nos gusta, LA VIDA ES, y si no nos gusta, LA VIDA ES.
ResponderEliminarUn abrazo con sonrisa.