La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Hay momentos en la vida en que necesito retirarme, bajarme un poco de este mundo –que diría Mafalda– para centrarme y ver las cosas desde otra óptica, desde la parte exterior de la vorágine y del vértigo con el que parece girar todo.
Desde mi retiro (libre de horarios, compromisos y varios “tengo que”) observo, escucho, analizo. Veo cosas que me gustan y otras que no. Pero aprendo.
Siempre. Porque la distancia de la lejanía provoca sensatez y sentido común, quita subjetividad, borra pasiones y desenvuelve pensamientos irracionales. Así, lo que me dañó o me espoleó en un momento dado, parece diluirse en una visión más global y objetiva de las cosas. Y lo que, por no encajar en el rompecabezas de la vida me desquició, empieza a encontrar su acomodo emocional y vital.
En el silencio del retiro recobro la fuerza que la vida me gasta. La incremento, la amaso, la cuido y lleno con ella mi despensa emocional, haciendo acopio de reservas.
Necesito el retiro, como las plantas el sol o la tierra el agua. Lo necesito para no ir por la vida como una autómata, haciendo las cosas porque sí o porque “hay que” hacerlas. Necesito retirarme para, desde el silencio, experimentar (y convencerme) que nada está impuesto, que todo es posible.
Escribana, que ese retiro te colme de paz y sosiego para poder seguir leyendote y aprendiendo de ti los domingos.Que nos salpiques con esa transparencia y sencillez con la que ves la vida. Gracias.
ResponderEliminarYo también me apunto al retiro que anuncia la escribana
ResponderEliminarMe gusta lo que cuentas. Pocas personas de mi entorno hablan de retiro y de silencio.
ResponderEliminarGran enseñanza Escribana del Reino. Me imagino la renovación con la que quedas. ¡Que siempre encuentres; el momento y el lugar oportuno en tu vida para hacerlo!. Con cariño Pepi
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