La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Fuegos artificiales en tierra, fotografía Jesús Aguado
No hubo noche de San Juan este año. No como siempre. Llovió y eso hizo que no saliéramos de nuestras casas para vivir en directo la hermosa noche. Los pocos valientes que asistieron al espectáculo pirotécnico contratado fueron obsequiados con unos tristes y deslucidos fuegos artificiales. Más tristes y deslucidos que otras veces.
Yo no fui. Me dio pereza. Me perdí una de las cosas más bonitas que existen –los fuegos de artificio- por no mojarme. Venció el lado sensato al aventurero y la comodidad al entusiasmo. Luego, me arrepentí.
Sin embargo, siempre hay hacedores de sueños a nuestro alrededor (ya hablé de ellos en otra ocasión) que nos aportan aquello que en algún momento deseamos. Y este hacedor de sueños me envió –en diferido- un bello espectáculo de fuegos artificiales. Pletórico, exuberante, magnifico…
A veces las cosas nos llegan en diferido. No es lo mismo, claro está, pero llegan.
Agradezco a este hacedor de sueños que tuviera el detalle de grabar y enviar a sus amigos lo que él estaba disfrutando. Quiso compartir con nosotros la belleza del momento y resarcirnos un poco del desencanto de la noche de San Juan.
Gestos como el suyo me emocionan y confirman mi opinión de que hay esperanza en el género humano. Esperanza de que siga siendo humano, esto es, considerado, participativo, colaborador, solidario, agradecido…
Que suerte tener hacedores a nuestro alrededor. Que maravilla compartir...
ResponderEliminarEscribana del Reino. Para Pepi también eres una hacedora de sueños, por todas las vivencias, enseñanzas y reflexiones que transmites cada domingo. Muchas gracias.
ResponderEliminarGracias Escribana. en mi vida también hay hacedores de sueños
ResponderEliminarMe gusta tener detalles con las personas que quiero y aprecio pero es muy importante agredecer esos detalles.
ResponderEliminarLa foto es preciosa; gracias Jesus
ResponderEliminarJesús. A Pepi le ha encantado la foto. Lo quiso transmitir cuando puso el comentario y se la olvidó.
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