"Los budistas dicen: «No existen personas ni lugares sagrados, sólo existen momentos sagrados», momentos de gracia. Todos hemos experimentado esos momentos, verdaderos momentos de gracia en que estamos totalmente vivos y despiertos, muy distintos, incluso en el recuerdo, de otros acontecimientos que podríamos recordar. Los momentos esenciales son mucho más nítidos y reales porque continúan con nosotros; poseen inmediatez porque el impacto de la vida ha penetrado la insipidez de la conciencia y nos ha despertado. Comprendemos que a medida que nos liberamos del miedo, la resistencia y la imagen, estamos más receptivos a esos momentos transformadores y estos nutren nuestro espíritu. Así pues, si bien tal vez todavía no podemos producir esos momentos a voluntad, sí podemos crear en nosotros las condiciones para que sea más fácil tenerlos.
Lo más sorprendente de estos «momentos vivos» es que no necesitamos acontecimientos extraordinarios para producirlos. Ocurren callada e inesperadamente, durante el desayuno, cuando estamos en el metro o en el tren camino del trabajo, o caminando por la calle o conversando con una persona amiga. Nosotros, personalmente, hemos tenido las experiencias espirituales más gratificantes mientras no hacíamos otra cosa que mirar el pomo de una puerta u observar de verdad la cara de una persona conocida. La belleza de esas experiencias es avasalladora, y cambia la vida. Por lo tanto, lo que importa no es lo que hacemos, sino la presencia o percepción consciente que ponemos en el momento.
Pocas cosas en la vida son más extraordinarias que un momento vivo en el que estamos cara a cara con otra persona. Estar realmente receptivo y presente a otro ser humano es impresionante y a veces avasallador. Estar auténticamente con otra persona nos sirve para recordar que siempre estamos en presencia de lo divino".
DON RICHARD RISO YRUSS HUDSON.
Te animamos amigo internauta a que escribas en "comentarios" algún momento vivo tuyo.
Trato que todos los días sean momentos vivos en mi vida, tratando de proporcionarme cada vez más mi felicidad, y disfrutar hasta del día a día con su rutina.
ResponderEliminarPero cuando mi interior me dice que estoy ayudando, por ej. durante la enfermedad de mi madre, o he ayudado a una persona porque me ha pedido que la "escuche" y al final me dice: "me has servido de gran ayuda, Gracias"; mi satisfación interior es desbordante y a la vez me han servido de una gran enseñanza para mí.
Y no puedo dejar de destacar lo viva que me encuentro ante cualquier situación que tenga relación con "EL TELEFONO DE LA ESPERANZA".
Por si no os dais cuenta quien ha puesto este comentario, os dire que soy PEPI, ja,ja.
En mi vida hay un porrón de momentos vivos...
ResponderEliminarLa rfelexión me ha ayudado a recordar una gran verdad:haz de cada momento algo único. Paso por la vida corriendo, voy deprisa a los sitios, hago deporte con intensidad, fijo el objetivo y voy derecho a é...basta. Es el momento de disfrutar haciendo cada cosa, de mirar a las personas cuando voy por la calle, de dejar que las cosas sigan su ritmo y no las acelera...es el tiempo de parar, de contemplar, de escuchar, de mirar...¡hay!, una mirada, ¡qué te daría yo por una mirada! Pues eso, me adhiere ak valor sagrado de cada momento.ERASMO
ResponderEliminar