En el mundo genial de las cosas que dices,
hay historias de buenos y malos felices,
ceremonias de vivas, sonrisas al verte
como diablos se puede tener tanta suerte
En el mundo genial de las cosas que dices,
hay tesoros de nadas, planetas en grises
con millones de estrellas que llenan mi mente
yo no sé si se puede quererte más fuerte
Y adelante, hacia la luna, donde quiera que este
Que somos dos, y es solo una, y yo ya estuve una vez
Ven dime: no, no, se duerme a mi lado, he vuelto a caer y sigue:
tres, seis te llevo a mi lado, ya no te puedo perder
Y a ese mundo genial de las cosas que dices,
no le falta ni amor, ni verdad ni matices
tu secreto ha entendido el calor de tenerte,
no me faltes mi vida, no puedo perderte
Y en el mundo genial de las cosas que vives,
hay castillos de luz y de herreros que dices
que la vida es mejor con palabras de suerte,
como diablos se puede quererte tan fuerte,
Y adelante, hacia la luna, donde quiera que este,
que somos dos, y es solo una, y yo ya estuve una vez,
y sigue: no, no, se duerme a mi lado, he vuelto a caer y sigue:
tres, seis, te llevo en mis manos, ya no te puedo perder.
Y adelante, es solo una, donde quiera que este,
tú y yo dos, y la fortuna, que vuelve siempre otra vez
y sigo: no, no, se duerme en tus manos, vuelvo a caer y sigo:
tres, seis, me quedo a tu lado, ya no me puedes perder
Para cuando las cosas se ponen difíciles,
ResponderEliminarcuando llegan las cuestas,
cuando la enfermedad nos toca...
que no falte la ilusión,
que no falte la suerte,
que haya alguien al lado,
que la sonrisa no se pierda,
que una palabra salga de la boca,
que no pare el amor.
ERASMO
Provocar una sonrisa en otros por una parte, y ser capaz de que alguien llegue hasta tí, cuando estás cerrado a todo... hasta que aparezca esa sonrisa que diluye las tristezas... es un regalazo impagable más que con otra sonrisa.
ResponderEliminarPrisca.
Mientras unos duermen, otros velan…
ResponderEliminarEn un lugar donde el dolor adquiere dimensiones irracionales, un hospital, con unos seres que despiertan extrema sensibilidad, unos niños, surge una canción y a través de ella, a un ritmo sutil, pausado y en perfecta armonía, resurge la vida, además y a pesar del sufrimiento. El dolor es como una finísima tela de araña que se rompe al son de una canción que va ganando su espacio con una realidad que invita a “un nuevo despertar”, donde hay magia (castillos, tesoros de nada), dulzura (mi vida, el calor de tenerte), alegría (ceremonias de vivas, sonrisas al verte), lucha (no puedo perderte), esperanza (luz, millones de estrellas, tener suerte), amor (tu secreto) y amor incondicional y absoluto (yo no sé si se puede quererte más fuerte).
Quienes creen en su trabajo, así lo desarrollan, con convicción, con esfuerzo, con alegría, con una fuerza que llega con suma delicadeza y que consigue transformar una realidad cualquiera en algo fuera de lo normal, donde se puede respirar sin mascarillas artificiales, brincar, aplaudir, tocar, bailar, sonreír, ser feliz… Éste es el mundo genial al que llegamos por una poderosa frase, “Yo no sé si se puede QUERERTE MÁS FUERTE”, portadora de un compromiso “Y ADELANTE, hacia la luna que somos dos y es solo una”, sin miedos, yo estoy aquí, y desde esta posición TE ANIMO, pero no sólo te lo digo, te lo demuestro, te elevo en mis brazos hacia todo ese mundo que vives, que dices.
Quien actúe así es un verdadero genio y los genios suelen hacer cosas maravillosas. Esperemos que queden unos pocos y que aparezcan sin tener que frotar ninguna lámpara; a veces, no hay fuerzas, ni ganas, al contexto me remito.
Hipálage