La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Tomando perspectivas. Jesús Aguado
Hay quienes creen que la vida es una permanente carrera por conseguir objetivos: un puesto de trabajo, una pareja estable, un coche, un piso… y eso les mantiene vivos hasta conseguirlos. Luego, se instalan, se adormecen entre comodidades y a esperar ¿el qué?
Otros se pasan los días, los meses y los años quejándose de su suerte y de lo mal que está la vida en general. No hacen nada fuera de sitio porque no creen en la posibilidad del cambio, de tan derrotistas y pragmáticos que se vuelven. Se adormecen igualmente pero embriagados por la amargura.
Los hay idealistas, ingenuos e inconformistas que siempre tienen las miras más allá de la primera realidad, que luchan por cambiar lo que no les gusta, que son admirados u objeto de burla en conversaciones compartidas, pero ¡por Dios, que nunca nos falten! A algunos de ellos también les adormece la adulación ajena.
Y luego están los sarcásticos que, parapetados tras falsas seguridades, se ríen de la vida y de todos lo que vivimos como podemos, pero no aportan más solución que el pasotismo y la displicencia. A fuerza de corazas y autodefensa han adormecido sus sentidos y su fuerza interior.
Conclusión: la vida está ahí y cada uno la ve desde la perspectiva en que se sitúe, pero en cualquiera de ellas podemos adormecernos y dejar de estar atentos al momento presente. Esto sí que es una gran pérdida. Menos mal que ahora está de moda el mindfulness para recordarnos la necesidad de estar despiertos.
A mi me gusta la gente que se arriesga
ResponderEliminarA mí también. Cada vez más.
ResponderEliminarLlegar a saber que queremos hacer con nuestra vida después de tener cubiertas nuestras necesidades básicas no es fácil de descubrir, porque muchas personas no se conocen así mismas, y otras nos hemos empezado a conocer hace pocos años, entre ellas Pepi.
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