La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Llevo ya un tiempo haciendo equilibrios en mi vida. Equilibrios entre mis demandas y las de los demás, entre lo que debo o tengo que hacer y lo que quiero o puedo, entre lo que me interesa de verdad y lo que tengo que atender. Y así podría seguir.
No digo que sea malo hacer equilibrios. Probablemente la vida sea eso: equilibrar, teclear por aquí y por allá hasta conseguir la melodía deseada. Lo que sí afirmo es que es muy cansado.
Para evitar el cansancio busco fuentes de nutrición y de energía que me den la fuerza que necesito. Las hay. Y muchas. Pero en este momento me resultan insuficientes ante tantos frentes que atender. Bebo cuanto puedo de ellas y, aun así, siento que la energía se escapa rápidamente. Tan rápido como llega.
El camino del equilibrio es arduo de recorrer. Implica saber dar y saber recibir, tirar y dejarse llevar al mismo tiempo. Implica renuncias. Implica lograr y ceder, hablar y callar, escuchar, saber esperar… Difícil aprendizaje.
Ya lo dijo Aristóteles hace más de veinte siglos: en el centro está la virtud. Y si lo dijo un sabio será verdad. Nadie duda hoy de que sean ciertas sus palabras. La experiencia de cada uno puede, además, corroborarlas.
Otra cosa es cómo llegar a ese equilibrio, cómo conseguir pisar la realidad sin desatender los sueños, cómo hacer que la armonía defina nuestra vida sin altisonancias intempestivas.
En fin, continuaré haciendo equilibrios, entre otros motivos, porque no me queda otra.
Seguro, escribana, que no queda otra?
ResponderEliminarEs como mantener una barca y no se la trague la tempestad del mar.
ResponderEliminarLo dices como queja, pero en el equilibrio está la sabiduría: yo soy importante, los demás son importantes. Es el curso de la vida. Es la tensión de cada día. Tómatelo con ilusión y no con desazón. Jairo.
ResponderEliminarLos escritos de La Escribana están perfectamente escritos, tienen una precisión milimétrica, sin embargo dejan traslucir un pesimismo latente, y lo que es peor, casi nunca ofrecen alternativas ni soluciones.
ResponderEliminarEscribo desde lo que siento y lo que soy y, en estos momentos, efectivamente, ni veo alternativas ni soluciones, salvo aceptar, pero no voy a repetirlo cada domingo.
EliminarGracias de todas formas por tu aportación. En otros momentos me han dicho que peco de optimismo.
La escribana
Considero que eres una excelente escritora, la sobriedad y la ausencia de todo tipo de pedantería hacen que sea un gusto leerte cada domingo; piensa no obstante en esto por si te puede valer: cuando te venga la idea de lo que vas a escribir, intenta también ofrecer soluciones, es lo más difícil que hay. No se trata solamente de tener ideas, se trata de que éstas puedan ser de verdadera utilidad.
EliminarMe gusta eso de teclear hasta conseguir la melodía deseada.
ResponderEliminarLa vida no es nada fácil.Todos los días, en nuestro trabajo, en nuestra familia, en nuestras relaciones, con nosotros mismos, surge ese interrogante:qué debería de hacer, como tendría que encarar la situación..
ResponderEliminar¡Que difícil llegar a ese equilibrio, encontrar paz, tranquilidad!
Yo creo que es nuestra lucha de cada día.
Mucho ANIMO Y te envío toda la ENERGIA.
Para mi la vida es un continuo hacer equilibrios. Cada persona lo hará a su manera, con enfoques diferentes, formas de proceder diferentes.... porque cada uno somos un mundo, y muy distintos en nuestra forma de: pensar, sentir y actuar. Pepi
ResponderEliminarQué difícil es el equilibrio! Estoy contigo Escribana.
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