Foto Jesús Aguado
Hay personas y situaciones que se cuelan en nuestra vida de puntillas, sin darnos cuenta y, casi de repente, avistamos en qué parte del camino estamos y quién nos acompaña en él. Somos conscientes de ello cuando ya estamos inmersos.
Algo así pasa con el invierno.
Llega cada año silenciosamente, sin grandes celebraciones, camuflado en medio de fiestas y sorteos de la suerte. No lo esperamos con alegría, como a la primavera. Ni con ansiedad, como al verano. Ni con nostalgia, como al otoño. Yo creo que ni lo esperamos. Pero llega y se instala.
Y un día, después del agotamiento festivalero de diciembre, caemos en la cuenta de que el aire es más cortante, de que los árboles parecen más pelados, de que la escarcha inaugura nuestros días, de que necesitamos más capas de abrigo, de que apetece estar en casa leyendo o compartiendo conversación… Y es entonces cuando somos conscientes de que estamos viviendo en invierno. Pero ya ha pasado casi un mes.
El invierno, en su afán de recluirnos en casa, nos invita a vivir desde el interior, a no buscar fuera lo que tenemos dentro, a parar y sentarnos, a recargar pilas, a mirar de otra forma. Lo hace sibilinamente, sin aspavientos, sin grandes anuncios.
Hay que estar agradecidos al invierno. Si él no llegara, probablemente nunca encontraríamos momentos para parar, de tan mecanizados que estamos en el engranaje de nuestra vida. Si no fuera duro y frío, no apreciaríamos la calidez de las otras estaciones. Si no nos obligara a protegernos de las inclemencias, no experimentaríamos la alegría de lo que es vivir sin ellas.
Gracias y escribana por esta invitación a volver a nuestro interior
ResponderEliminarMuy bonita la foto y la reflexión
ResponderEliminarTambién hay personas que se van de tu vida de puntillas y luego las echas terriblemente de menos.
ResponderEliminarGracias al invierno por ser . Por estar. Hay que aprender mucho de esta estación .BlueBoy
ResponderEliminarAunque no es una estación que me agrade: fríos, catarros,gripes,días más cortos y oscuros...gracias a estas inclemencias del invierno valoro más la luz de un día despejado,el sol, el calor, la naturaleza.
ResponderEliminarJF
El invierno llega silencioso y ahoga. Hay queno estar preparado para recibirlo.
ResponderEliminarOXO
Preciosa foto Jesús.
ResponderEliminarMe gusta lo que has escrito, escribana. El invierno, para mi, es también hermoso.
ResponderEliminarYo cada día trato más de sintonizar y escuchar a mi interior. Me resulta muy beneficioso.
ResponderEliminarMe da igual la estación que sea.
Jesús con tus fotos, los escritos de "La Escribana del Reino" son un complemento ideal.
Pepi.