El rincón del optimista
Juan
Os deseo de entrada BUEN DÍA y BUEN AÑO aprovechando el estreno de este 2017.
La última vez que entré con mi coche en un tren de lavado volví a sentir esa sensación extraña de otras veces, una mezcla que iba desde lo agradable y la seguridad al recelo y la desconfianza. Por un lado siento ese regustito que puede dar que un rodillo te arrastre poco a poco mientras los chorros de agua y el jabón te inundan los cristales y la chapa del vehículo, mientras los otros rodillos de tiras de colores frotan el polvo y la roña que se aferran al coche… y ahí estás tú, calentito observando toda la maniobra. Es como como cuando te dan un masajito en la espalda, qué placer más absoluto. Pero de pronto piensas que estás en manos de ellas, de las máquinas, que te mueven, te manipulan, te controlan… estás atrapado en el túnel del tiempo (túnel literal) y comienza a entrarte un poco de claustrofobia que tratas de dominar por la cuenta que te tiene, porque salir del coche en ese momento no es lo más recomendable.
Y sigues pensando mientras los chorros de agua sacuden tu conciencia. Empezamos año y cada vez estamos más dominados por las máquinas, ya casi dependemos de ellas para vivir y me temo que muy pronto para respirar. Teléfonos, electrodomésticos, coches, trenes, relojes, ordenadores… Casi olvidamos que necesitamos de los árboles y de las plantas para respirar y para alimentarnos y curarnos de nuestras enfermedades. Y la pregunta te asalta: ¿Pero es que no podemos ya desprendernos de lo artificial? Una cosa es que se inventen modernas máquinas para facilitaros la vida y otra muy distinta que estemos literalmente en manos de los hierros y los chips.
Me niego a aceptar que el futuro pase por estar perfectamente atados, enganchados a ellas, sometidos a ellas. No digo yo miedo a las máquinas, pero poner un poco de distancia no está del todo mal, no vaya a ser que nuestro corazón se contagie de ellas y en vez de precisar amor y cariño para que funcione bien nos demande aceite lubricante. Y si no que se lo digan a los que llevan marcapasos, que cuando se acaba la pila…
Asín sea.
Habrá que poner un límite a esa entrada continuo de máquinas en nuestra vida, sobre todo un límite a la irrupción permanente del teléfono móvil, que parece que domina a mucha gente. Jairo
ResponderEliminarHas lanzado una buena observación para este año que comienza, hagamos que las nuevas tecnologías tan sólo nos hagan la vida más cómoda, de nosotros depende el que nos dominen.
ResponderEliminarOXO
Usar bien, que nos dominen no tan bien. Gran Hermano avanza a pasos gigantes...
ResponderEliminarEn la vida lo mas saludable es no estar sujeto a nada, ni a nadie; así que hay que pensar que dependencias podemos tener para superarlas. Pepi
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