Durante un tiempo me sentí feliz, protegida, acompañada, realizada…pero la vida me golpeo, me dejo sola al frente de la mayor de las empresas, mi familia, un hijo adolescente, una casa a medio construir, dos familias rotas por el dolor. No he conocido sentimiento mas profundo que la tristeza del corazón, ese vacío, esa soledad con la que te acuestas y la que te está esperando cada día al levantarte.
Tuve la oportunidad de conocer el Teléfono de la Esperanza y la primera vez que participe en un taller me sentía como fuera de lugar, creo que en el fondo no quería estar allí. Pero sesión tras sesión mis pensamientos iban dando un pequeño giro, una agradable sensación de tranquilidad, de comodidad, de satisfacción y al finalizarlo salí con esperanza, con ilusión de cambiar, de comenzar a dar pasos más firmes y marcarme pequeñas metas.
He aprendido a escucharme, a entenderme, a quererme, a cuidarme, a escoger pensamientos positivos y a mantenerme positiva en momentos complicados, empecé a cambiar pequeños hábitos, a centrar mis pensamientos en lo que realmente es importante para mí y me hace feliz, a respetarme, a perdonar y a perdonarme como acto valioso y bello, en resumen he aprendido a vivir mi vida… sin prisas, sin exigencias, saliendo de mi zona de confort, identificando, expresando y manejando mis sentimientos, aceptándome tal y como soy, convirtiéndome en una persona más fuerte, más segura y confiada.
El último taller que acabo de hacer, en el último trimestre del 2016, “Las Claves de la Felicidad” me ha seguido aportando nuevas conductas, experiencias y prácticas para ser un poquito más feliz, aprendiendo, entendiendo y modificando pequeñas conductas.
Por todo esto, quiero dar las gracias al Teléfono de la Esperanza por su aliento, inspiración y alegría. Agradezco a las personas que me acompañaron durante las sesiones y que hoy forman parte de mi vida, por todos y cada uno de los momentos que pasamos junt☺s, por las risas y por las lágrimas. Por hacerme sentir apreciada, por dejarme compartir con ellos momentos que no quiero olvidar, por enriquecerme gratamente con sus palabras, por sentirme identificada en muchas ocasiones.
Y por último al voluntario, Ángel, que semana a semana nos esperaba con estusiasmo, por su paciencia y generosidad, por recibirme con su sonrisa y despedirme con un abrazo, de esos que reconfortan.
¡Gracias!
Te felicito por todo lo que estás consiguiendo. Que tú fuerza de voluntad sea tú "eterna compañera", para que sigas avanzando. "....He aprendido a escucharme, a entenderme, a quererme, a cuidarme, a escoger pensamientos positivos en momentos complicados..." Me despido enviándote; besos y abrazos.Pepi
ResponderEliminarMirar las fotos y ver vuestro rostro ya hace honor al nombre del curso realizado.
ResponderEliminarCuánto me alegra leer que hay personas que encuentran la paz.
Perdón porque el wifi no me dejó acabar la frase anterior:
EliminarCuánto me alegra al leer que hay personas que encuentran paz ante la adversidad.
OXO
Me encanta leer experiencias así d valiosas , reconfortan el alma y animan a seguir en este camino. Felicidades por tanto conseguido .
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