Parece imposible que en una pared de cemento y piedra pueda brotar un ramo de amapolas.
Estas florecillas tan frágiles y tan efímeras que, sin embargo, aportan tanto colorido al paisaje, han brotado en esta pared y adornan el camino más que cualquier jardín artificial y programado que pueda imaginarse.
Del mismo modo parece imposible que en situaciones difíciles podamos encontrar cierta estabilidad y no caer en el desánimo. Y la encontramos. Y hasta la explotamos.
También parece imposible remar contra corriente, mantener el objetivo de llegar a buen puerto a pesar de las inclemencias de una corriente que tira en sentido contrario. Y remamos. Y, la mayor parte de las veces, llegamos al puerto soñado.
Hay muchas cosas en la vida que parecen imposibles desde una lógica humana y científica.
Mi propia hija está aquí a pesar de que varios ginecólogos me aseguraron en su momento que no había latido y que había que hacer un legrado. Desde su perspectiva y desde el conocimiento que aportan la ciencia y la tecnología allí no había vida ninguna. ¡Vaya si la había! ¡Vaya si la hay!
La vida nos sorprende muy a menudo. Nos presenta cosas imposibles ante nuestros ojos y ante nuestra mente, para demostrar que no podemos controlarlo todo, para hacernos caer en la cuenta de que, hagamos lo que hagamos, ella tiene sus propios planes.
A pesar de ello, seguimos empeñados en racionalizar y en estructurar, en controlar y en delimitar. ¡Qué pena!
La vida nos invita a bailar y nosotros nos ponemos a medir la pista a ver si cumple con la normativa.
Importante entonces en una confianza plena en la vida.
ResponderEliminarOXO
Me encanta la última frase. Lo tenemos y no lo vemos.
ResponderEliminarEs importante: "Dejar fluir la vida". Pepi.
ResponderEliminarNada hay imposible, la vida nos puede ir mejor o torcerse todo, pero soy yo el que tengo que cambiar la forma de enfocar las cosas y ser capaz de captar lo que la vida me está queriendo enseñar.
ResponderEliminarJF