La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Por motivos laborales he estado en Ávila recientemente.
La ciudad me recibió a toque de campana. Nada extraño, por otra parte, teniendo en cuenta que su tirón turístico, cultural y gastronómico, se fundamenta en dos personas extraordinarias que allí vivieron y que han sido veneradas por Santas: Teresa Sánchez de Cepeda y Juan de Yepes.
Por ello, existen en la ciudad varios conventos e iglesias que, a ciertas horas, repican las campanas para llamar a la oración o para hacernos conscientes del paso del tiempo.
Observando la muralla desde las afueras del convento de La Encarnación, escuchaba de nuevo las campanas y reflexionaba sobre la cantidad de días, a lo largo de la Historia, que ese rito lleva llamando a la consciencia del momento presente. No es otra su finalidad, aunque lo hayamos disfrazado con mil ropajes.
Caminando descalza por la hierba del auditorio de San Francisco, en lo que en otro momento fue el claustro de un gran convento, volvieron las campanas a centrarme y a hablarme de eternidad, de confianza, de fluir con la vida.
Callejeando por sus estrechas y empedradas calles, dentro y fuera de la muralla, insistían los toques de campana en recordar que hay que vivir en el presente, que hay que estar en el aquí y en el ahora.
Nunca hasta el momento he sido tan consciente de este continuo llamamiento al presente. Nunca hasta ahora había visitado y sentido Ávila con este mensaje oculto tan expreso.
Sonaron campanas en Ávila. Y seguirán sonando.
Ahora mismo estoy escuchando campanas.
ResponderEliminarÁvila siempre suena a recogimiento.
ResponderEliminarMe gusta esta invitación sencilla a pararse y centrarse en el momento presente
ResponderEliminarEscuchar las campanas es para mi un momento muy bonito que me traslada a la niñez más soñadora
ResponderEliminarVivir el momento presente, sin pensar en nada mas.
ResponderEliminarOXO
Genial. Como siempre.
ResponderEliminarLa vida nos reserva cada día bonitas sorpresas que tenemos que ir descubriendo y viviendo intensamente.Aprovechemos cada mínima oportunidad que tenemos para disfrutar de las cosas, para ser felices.
ResponderEliminarJF
Gracias Mª Elena por recordarme una vez más, lo positivo que es vivir el presente; y en ello estoy. Pepi
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