El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
domingo, 4 de septiembre de 2011

EL NIDO




Este verano en la portalina de mi casa anidó una familia de golondrinas. Al principio los pájaros se mostraban huidizos y escapaban en cuanto asomábamos al jardín. Después se fueron acostumbrando a nuestra presencia y hacían su vida independientemente de nosotros.

Durante un mes estuve entretenida observando los continuos viajes de la pareja al nido, escuchando los primeros píos de las crías, viendo aparecer sus piquitos en busca de comida y sus cabecitas, después, curioseando. Era agradable comprobar cómo cada día había progresos en las cuatro crías y un mayor acercamiento entre todos los habitantes de la casa.

El día antes de marchar de viaje uno de los polluelos hizo varios intentos de saltar del nido, pero el miedo o la prudencia le hacían separarse apenas unos centímetros de la pared. Me fui sabiendo que no estarían allí a la vuelta y que, a pesar de la espera, no les iba a ver abandonar el nido.

Efectivamente. Después de trece días el nido estaba vacío y en el jardín no había presencia alguna de golondrinas, salvo el rastro inevitable de cualquier nido que, obviamente, tuve que limpiar.

Pero, para mi alegría, han vuelto a revolotear por el jardín unas cuantas golondrinas. No se si serán las mismas –mi cultura respecto a las aves es prácticamente nula-, aunque quiero creer que sí. Son dos grandes y otras más pequeñas. Entran, salen, se posan en los farolillos, en la mesa y en el alfeizar de la ventana. Miran, canturrean, curiosean y, lo más importante, no escapan cuando salimos al jardín.

Confieso que me he emocionado.

A todos nos gusta volver a casa y que alguien nos esté esperando, aunque se trate de alguien tan frágil como un pajarillo.


La Escribana del Reino
M.E.Valbuena

Tenemos 6 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Dos lecciones me surgen con la reflexión de La Escribana. La primera: la vida es un aprendizaje constante. La segunda: si das cariño la gente se te aproximará.

    ResponderEliminar
  2. El mejor acercamiento entre los seres es siempre así: despacio, sin prisas y un poquito más cada día,

    ResponderEliminar
  3. Todos necesitamos el cariño de los demás, y sentir que hay vida, hasta los animales, como seres vivos que son, en este caso las golondrinas.
    Pepi, comparte los dos comentarios hechos anteriormente.
    ¡Que tengais una feliz semana!.

    ResponderEliminar
  4. Es agradable saber que alguien - en este caso la Escribana- está atenta y subraya los pequeños aconteceres de la vida y nos los traslada a los demás

    ResponderEliminar
  5. La vida está llena de detalles. Sólo hay que saberlos ver. Agradezco a la Escribana su mirada abierta y compartirla en el blog.

    ResponderEliminar
  6. Yo tambien creo que cuando alguien te espera la vida tiene mucho más interes, a veces puede ser una vecina, un amigo o unos pajarillos...

    ResponderEliminar