Nos resistimos una y otra. Tú, yo, casi todos.
Nos resistimos a acoger la frustración, la tristeza, el desengaño.
Nos resistimos a aceptar la ira, la incertidumbre, la indolencia.
Nos resistimos a ver nuestras mezquindades y nuestras sombras.
Nos resistimos a morir a tantas cosas innecesarias.
A recogernos como orugas.
Solo así podremos amanecer como mariposas
No resistirme a acoger mis dificultades y mis temores
ResponderEliminarCon el enunciado tan impactante: "Hay que morir para renacer", ya es suficiente para que nos pongamos las pilas. Pepi.
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