Psiquiatría mortal y negación organizada
(De Peter C. Gøtzsche)
Peter C. Gøtzsche acaba de publicar su libro Dealdly Psychiatry and Organised Denial, En su blog ha hecho accesible el primer capítulo en el que desgrana el contenido del libro; merece la pena comentarlo, por su extraordinaria contundencia.
El Profesor Peter C. Gøtzsche no es un autor cualquiera: se graduó como Master of Science en biología y química en 1974 y como médico en 1984. Es especialista en medicina interna; trabajó con la industria farmacéutica de 1975 a 1983, y en los hospitales de Copenhagen de 1984 a 1995. Con otros 80 compañeros, ayudó a fundar The Cochrane Colaboration en 1993 junto a Sir Iain Chalmers, y estableció The Nordic Cochrane Center el mismo año. En el 2010 fue nombrado profesor de Clinical Research Design and Analysis en la universidad de Copenhagen. Ha publicado más de 70 estudios en las cinco revistas científicas médicas más importantes del mundo, las “big five”, –BMJ, Lances, JAMA, Annals of Internal Medicine y New England Journal of Medicine- y sus trabajos han sido citados más de 15.000 veces. Es uno de los metodólogos científicos más influyentes del mundo al ser co-autor de los protocolos más relevantes para acreditar los artículos médicos: CONSORT para los estudios aleatorizados (www.consort-statement.org), STROBE para los estudios observacionales (www.strobe-statement.org), PRISMA para las revisiones sistemáticas y metaanálisis (www.prisma-statement.org) y SPIRIT para protocolos de estudios (www.spirit-statement.org). Además es autor de tres libros fundamentales en medicina: Deadly medicines and organised crime: How big pharma has corrupted healthcare. London: Radcliffe Publishing; 2013 (Traducido al castellano); Mammography screening: truth, lies and controversy. London: Radcliffe Publishing; 2012; y Rational diagnosis and treatment: evidence-based clinical decision-making. 4th ed. Chichester: Wiley; 2007.
Comienza el primer capítulo señalando los objetivos de su libro:
“La psiquiatría no es una especialidad fácil. Necesita de mucha paciencia y comprensión, y existen muchas frustraciones. Estoy seguro que los psiquiatras en algunas ocasiones se frustran con los pacientes que siguen con la destrucción de sus vidas, rechazando el propósito de atender los buenos consejos que se les ofrece sobre cómo podrían mejorar su actitud frente a los diferentes problemas de la vida.
Sin embargo, este libro no trata sobre los problemas de los psiquiatras. Su tema gira entorno a por qué la psiquiatría ha fracasado en ayudar a los pacientes y cuáles son las consecuencias de su focalización en el uso de fármacos dañinos de cuestionable beneficio.”
El primer titular aparece pronto:
“Los fármacos psiquiátricos son tan dañinos que matan a más de medio millón de personas, mayores de 65 años, cada año, en los Estados Unidos y Europa“
Gøtzsche ataca algunas de las ideas, hasta ahora, más indiscutidas de la psiquiatría con frases como “el ingreso involuntario es inmoral y tendría que ser prohibido” o que “los fármacos psiquiátricos no sólo aumentan la mortalidad total sino que también el riesgo de suicidio y de homicidios“
Gøtzsche ataca algunas de las ideas, hasta ahora, más indiscutidas de la psiquiatría con frases como “el ingreso involuntario es inmoral y tendría que ser prohibido” o que “los fármacos psiquiátricos no sólo aumentan la mortalidad total sino que también el riesgo de suicidio y de homicidios“
En este primer capítulo, el profesor denuncia los peligros del sobrediagnóstico y su perverso mecanismo en el caso de los síntomas psicológicos:
“Hay un tremendo sobrediagnóstico de los trastornos mentales; en el momento que una persona recibe un diagnóstico psiquiátrico, todo lo que hace o dice se vuelve sospechoso; pasa a estar bajo observación, lo cual significa que ese diagnóstico, quizás inicialmente tentativo, se vuelve fácilmente una profecía auto-cumplida”
El segundo y tercer titulares aparecen enseguida:
“Creo que podríamos reducir nuestro uso actual de psicofármacos en un 98% y al mismo tiempo mejorar la salud mental de la gente y su supervivencia”
Además, señala inmediatamente, como Cosgrove y Whitaker en la obra que estamos analizando en las últimas entradas “Psychiatry Under the Influence: Institutional Corruption, Social Injury, and Prescriptions for Reforms“, a la psiquiatría organizada:
“La razón más importante para el actual desastre farmacológico es que los líderes de la psiquiatría han permitido que la industria farmacéutica corrompa su disciplina académica y les corrompa a ellos mismos”
Dos son los públicos para los que prioritariamente ha escrito este libro: “los pacientes, particularmente para los que han querido desesperadamente cesar su consumo de psicofármacos pero se han encontrado con reacciones hostiles y arrogantes por parte de sus médicos” y “para los psiquiatras jóvenes, con la esperanza de que les pueda inspirar para revolucionar su especialidad, lo cual es una necesidad urgente”
A los líderes de la psiquiatría organizada los llama “silverbacks“, médicos “que sufren de una negación colectiva y organizada” y “están unidos por un número de mitos y concepciones erróneas … muy dañinos para los pacientes“.
Algunos de los peores, y que el autor desacreditará en el libro, son:
· Los diagnósticos psiquiátricos son fiables;
· Se reduce la estigmatización si se facilita a la gente una explicación genética o biológica para su trastorno mental;
· El uso de los fármacos psiquiátricos refleja el número de personas con trastornos mentales
· La gente con trastornos mentales tiene un disbalance químico en su cerebro y los psiquiatras pueden repararlo con fármacos, al igual que los endocrinos usan insulina para la diabetes;
· Los tratamientos a largo plazo con fármacos psiquiátricos son buenos y previenen la recurrencia de la enfermedad;
· El tratamiento con antidepresivos no conduce a dependencia;
· El tratamiento de los niños y adolescentes con antidepresivos los protege del suicido
· La depresión, el trastorno por hiperactividad y déficit de atención y la esquizofrenia conducen al daño cerebral; y
· Los fármacos pueden prevenir el daño cerebral
El cuarto titular, es especialmente relevante ya que proviene de un reconocido experto en examinar el rigor de las investigaciones médicas:
“La investigación psiquiátrica es predominantemente pseudociencia”
La utilización de medicamentos psiquiátricos se ha vuelto problemática por su sobreuso:
“Algunos fármacos pueden ser útiles eventualmente para algunos pacientes, particularmente en las fases agudas, donde el paciente puede estar tan atormentado por el pánico o los delirios que puede ser de ayuda “enfriar” (dampen) las emociones con un tranquilizante. No obstante, a menos que los médicos se vuelvan más expertos en la forma en que usan los fármacos psiquiátricos -lo que querría decir usarlos muy pocas veces, en pequeñas dosis, y siempre con un plan para des-prescribirlos (tapering them off)- nuestros ciudadanos estarían claramente mejor si suprimiéramos todos los fármacos psicotrópicos del mercado”
El autor, explica, la frecuencia con la que sus polémicos libros y artículos son criticados por la medicina institucionalizada, mediante una estrategia tramposa, el ataque ad hominem (se critica la persona y no los argumentos).
La psiquiatría no iba a ser una excepción y por eso detalla la polémica ocurrida tras su conferencia inaugural en el años 2014, en el encuentro público de la Council for Evidence-based Psychiatry en la House of Lords, titulada “Por qué el uso de los fármacos psiquiátricos pueden estar haciendo más daño que bien”.
Tomado de http://www.nogracias.eu
Me ha hecho pensar esta reflexión. Detrás de los fármacos hay una industria poderoso y una publicidad engañosa para gritarnos que CON FARMACOS VIVIMOS MEJOR. Es necesario cambiar los estilos de actuar: MAS TERAPIA Y MENOS FARMACOS.
ResponderEliminarMe parece importante este articulo porque desde fuera se detecta un atiborramiento de pastillas muy exagerado y que en lugar de facilitar la salud, facilita la dependencia emocional. Como Telefono de la Esperanza nunca podremos estar de acuerdo
ResponderEliminarPor la experiencia vivida, no solo con el psicoanálisis podía superar la depresión. En mi situación fue necesario el tratamiento farmacológico.
ResponderEliminarMuchas veces hay que pasar por las situaciones para poder dar una opinión categórica. Pepi