Tomado del periódico deportivo, MARCA, día 28 de junio de 2016
pero el que recibe nunca debe olvidar
jueves, 30 de junio de 2016
CARTA DE UNA MAESTRA A MESSI
Tomado del periódico deportivo, MARCA, día 28 de junio de 2016
miércoles, 29 de junio de 2016
Las necesidades humanas. Amor/conexión

- Naturaleza. Pasear, hacer senderismo, actividades al aire libre, estar en la naturaleza nos hace sentirnos conectados con algo más grande que nosotros.
- Intimidad. Tener intimidad con los demás, satisface esta necesidad.
- Familia. El sentimiento de pertenencia a nuestra familia nos cubre esta necesidad.
- Amigos. Con algunos ¿conexión?, con otros… ¿amor?
- Grupos. Asociaciones. Pertenecer a grupos nos hace sentir en conexión con los demás.
- Hacer el amor. Amor con nuestra pareja. O conexión con otros.
- Adicciones, tabaco, alcohol y las drogas. Nos ayudan a relacionarnos con los otros, cubren esta necesidad de estar en conexión con los otros.
- Ser muy bueno en algo. “Los demás me quieren y valoran” y así me dan ese amor y conexión.
- Enfermarte. Cuando estás mal, los demás te cuidan, se desviven, te protegen.., te dan la atención que cuando estás sano quizá no tengas.
- Problemas. Tener problemas hace que los otros se preocupen por ti y te den ese amor y conexión que demandas.
- Religión. Espiritualidad. Estar en conexión con uno mismo, con el Todo, con los otros. comprensión del AMOR con mayúsculas.
- Redes sociales. Internet. Móviles. Nos hacen sentirnos muy conectados con los demás.
- Dar para recibir. Doy para que los demás me quieran y amen y cuando no obtengo lo que demando, me siento mal.
martes, 28 de junio de 2016
Curso "Ayuda a tus hijos a crecer"
lunes, 27 de junio de 2016
La vida como una partida de ajedrez

domingo, 26 de junio de 2016
Evaluar
Hay palabras que me gustan poco, muy poco. Una de ellas es evaluar. Y actualmente se utiliza en todo momento y lugar. Evaluamos planes, proyectos, programaciones, personas…
Mi profesión es una evaluación continua (nunca mejor dicho) pero reconozco que es lo peor que tiene. Eso de poner nota a un alumno, comprensiva de todo lo que es y ha dado de sí en el curso, me crea problemas de difícil solución. Me cuesta reducir a un número tantos aspectos a tener en cuenta y si no los tengo en cuenta, peor me siento.
Intento fijar criterios de evaluación donde un examen escrito no sea lo determinante para valorar el trabajo hecho ¡pero es tan difícil prescindir del reduccionista examen final!
Sé que la evaluación es necesaria, que es un proceso para modificar lo que esté mal y seguir avanzando, que es una ayuda en el aprendizaje y que hasta ahora resulta imprescindible. Y sé también que pueden fijarse criterios de calificación al margen de cualquier examen. Después, claro está, hay que defenderlos frente al Departamento, a la Inspección y a la normativa impuesta.
En otro tipo de sociedad, donde todos diéramos lo máximo que podemos dar
–como aconseja Miguel Ruiz– la evaluación tal vez no sería necesaria. En ese lugar utópico donde vivir conforme a los que realmente somos sobrarían calificaciones de cualquier tipo.
Pero vivimos aquí, en este mundo que hemos creado entre todos y nos empeñamos en mantener. Y hoy, desgraciadamente, toca evaluar.
sábado, 25 de junio de 2016
Sonríe
viernes, 24 de junio de 2016
Seguimos en el Camino de Santiago
SANTO DOMINGO DE LA CALZADA-BELORADO
jueves, 23 de junio de 2016
Viaje al centro de mi corazón

Hace cuatro meses mi estado era lamentable, emocionalmente hablando. La sonda con mis hijos era lo único que me conectaba con la vida. Así llegue al curso “Ayuda a crecer a tus hijos” en febrero de este año. ¡Quién me iba a decir a mí que se me iba a abrir todo un mundo de “viaje al centro de mi corazón” para poder así conectar conmigo misma y con la realidad!
Aprendí que tengo que aprender muchas cosas, que la responsabilidad es solo mía, tengo que aceptar las cosas como son, así todo está bien, las exigencias lo dinamitan todo. Mis hijos son mis maestros y mi espejo. Cada cosa que ellos hacen, la pienso y me la planteo y cuestiono como mía. Conflictos, normas, límites y un sinfín de cosas para trabajar y practicar a cada momento. Con todo se crece y se aprende.
Pasado el meridiano del curso, Carmen, mi sabia coordinadora me sugirió que hiciera el curso de “Autonomía afectiva”. Otra flecha en la diana. Salía de las sesiones y me imaginaba que había salido de una sesión de quimioterapia (tengo la suerte de no haberlo vivido en primera persona y no quiero que nadie se ofenda por el símil), salía maleada y magullada por todas partas, echa un trapo, así hasta la siguiente sesión.
Se acabaron los ciclos y he tenido que descansar y respirar y cuando las defensas me han subido me he apuntado al camino de la Esperanza o “Camino de Santiago” Ventosa – Santo Domingo de la Calzada en dos etapas. ¡Qué puedo decir! Qué recibimiento, qué acogida por parte de todos, excelente no, lo siguiente. Compañeros del camino por dos días… detrás de cada ventana y puerta reconocí corazones disfrazados de historiadores, poetas, humoristas, cantantes, coplistas, repartidores de ilusión… todos allí, puestos al servicio de todos, así lo sentí yo, para que disfrutara y me enriqueciera con su presencia, su sabiduría y su saber estar.
El Camino, el paisaje, la magia y el magnetismo del silencio, compartir vivencias, las danzas. Hasta el disfrute de un SPA sanador. Menudo lujo. Así no hay quien se resista a repetir. Me habéis cautivado y me habéis hecho reír y llorar, me emociona todo. ILUSIÓN con flores, ilusión con personas, armonía, conexión, chistes, canciones, poesías, monasterios, catedrales y… no hacer nada, que es hacerlo todo.
Escucharé con atención, intención y sin juicio, daré abrazos cuando no sepa encontrar la palabra justa y actuaré y viviré aquí y ahora, porque “esperar, le da ventaja al diablo”. Tengo por delante una carrera de fondo que comienza ya.
Gracias a todos y cada uno de vosotros por guiarme y acompañarme en mi camino, por ser como sois y por salpicar con vuestra gracia a los que os rodean.
miércoles, 22 de junio de 2016
Caminando a Santiago:
De Ventosa
a Santo Domingo

martes, 21 de junio de 2016
Curso de
Autonomía afectiva

Este curso me estaba esperando, menudo descubrimiento ha sido conocer a personas que de manera altruista trabajan para mejorar la vida de otros.
lunes, 20 de junio de 2016
Abriendo horizontes
Estás presente en mí,
en mis pensamientos, que me dan alegría y sosiego,
en mi caminar, que me acerca más a ti,
en el aroma de una flor que inunda todo mi ser
llenándolo de espiritual sensibilidad liviana y refrescante
en la lluvia que cae suave y armoniosamente,
en el paseo de un atardecer que rompe en mil colores
Así, la vida toma otro sentido, otro rumbo, otro semblante;
¡Soy yo! Y me siento nuevo, lleno a rebosar de vida,
cada día toma un nuevo semblante,
estás en mí, y compartimos los dos un mismo yo.
domingo, 19 de junio de 2016
En la oscuridad
sábado, 18 de junio de 2016
Incoherencias
viernes, 17 de junio de 2016
Consecuencias
del miedo (2)
jueves, 16 de junio de 2016
El despertar
miércoles, 15 de junio de 2016
Tú eres hoy el optimista

martes, 14 de junio de 2016
El trabajo
lunes, 13 de junio de 2016
Hogar o casa
domingo, 12 de junio de 2016
Arropando encuentros
Lugar de encuentro
Ni creo en las casualidades, ni en el “porque sí”. Creo en la oportunidad, en la acogida y en el “para qué”. Y creo en el valor mágico y profundo de los encuentros, de cada encuentro.
Ningún encuentro es indiferente.
Detrás de cada uno de ellos se abre una nueva posibilidad, un aprendizaje, un “hasta aquí” o un “a partir de aquí”.
Los encuentros llegan para quedarse en nuestra historia personal, para cambiarnos la vida, para saber lo que queremos o rechazamos, para avanzar, para mostrarnos nuevas sendas vitales. Para crecer.
A los encuentros vamos abiertos o a la defensiva, desnudos de prejuicios o revestidos de mil miedos. Pueden ser buscados o inesperados, preparados o sostenidos en el momento sin imposturas ni apremios. Y nos dejan aprobación o sorpresa, dulzura o regusto amargo, serenidad o insomnio, pesadez o levedad, vida o heridas abiertas -fatalmente vendadas- que anuncian los plazos de una muerte inevitable.
Pero si tú me mientes o yo me oculto; si no utilizamos un mismo lenguaje porque preferimos jugar al despiste; si aparentamos lo que no somos; o si nos movemos en planos distintos, de nada habrá servido el encuentro físico. Nada habremos aprendido y el “para qué” quedará sin respuesta.
Acojamos los encuentros que nos presenta la vida. Celebrémoslos como la fiesta que son. Arropémoslos con la honestidad que da el dejarse fluir. Y dejemos que cobre forma en nosotros su fuerza transformadora.
Acoger, arropar y disfrutar encuentros es una buena forma de vivir. Palabra.
sábado, 11 de junio de 2016
Encuentro de voluntarios
Polideportivo Municipal LA VEGA en Vilecha.
Se ha encargado una gran paella para comer tod@s allí y disfrutar de la jornada.
Habrá una exposición y talleres de manualidades por la mañana y juegos tradicionales y un postre colaborativopor la tarde.
viernes, 10 de junio de 2016
Antídotos contra
el miedo (1)
jueves, 9 de junio de 2016
El Teléfono de la Esperanza de León escucha a los mayores

Piedad, Aurita y Begoña con Aurora, Concejala Servicios Sociales
Mayores, no estáis solos
El Ayuntamiento y el Teléfono de las Esperanza firman un convenio para ofrecer atención a través del hilo telefónico a los mayores de 65 años de la capital
El 31 por ciento de la población leonesa es mayor de 60 años. No es una cuestión baladí, y menos si se tiene en cuenta que un cuarto de los vecinos supera los 65.
Con estos datos por delante, el Ayuntamiento impulsa un convenio con el Teléfono de la Esperanza, una iniciativa que, si bien hasta ahora recibía las llamadas de los mayores, ahora descolgará el teléfono para mantener conversaciones de no más de veinte minutos, pero que reconforten a las personas de la tercera edad que más lo necesiten.
«Está abierto a todos aquellos que necesiten ser escuchados, para evitar su aislamiento y cubrir sus posibles necesidades», explicaba Aurora Baza, concejala de Familia y Servicios Sociales.
Con un año prorrogable de duración, el convenio supondrá cerca de 3.000 euros para el Teléfono de la Esperanza, fundamentales para su mantenimiento.
«Estamos con ganas de trabajar pero algo temerosos, porque el eco de la iniciativa ha sido grande», declaraba Piedad Pacho, presidenta del Teléfono de la Esperanza en León.
Según la necesidad de cada mayor, el Teléfono llamará a una lista de personas que lo necesiten, con «total confidencialidad y privacidad en los datos», como defendía Pacho.
Aurita Barrera y Begoña Cubillas, de la Asociación, apoyaron las palabras de ambas, asegurando que las demandas más comunes son las de personas «que se encuentran solas, sin una familia cercana o con poco contacto con las mismas».
La iniciativa comenzará después del verano, buscando que los mayores leones, que no son pocos, se sientan acompañados.
miércoles, 8 de junio de 2016
Entrevista al psicólogo Rafael Santandreu (II)
martes, 7 de junio de 2016
Entrevista al psicólogo Rafael Santandreu (I)
lunes, 6 de junio de 2016
El amor es así
domingo, 5 de junio de 2016
Me gustaría
Color en suspensión. Foto de Jesús Aguado
Me gustaría ver siempre flores a mi alrededor. Disfrutar de su fragancia y de su color, de la alegría de sus formas y de la serenidad que desprenden.
Me gustaría no despedirme nunca de aquellos a los que quiero. Que a algunas miradas no se les fuera ese brillo tan característico y otras sonrisas no perdieran su forma jamás.
Me gustaría ver más generosidad y menos tacañería en mi entorno cercano y en el general, menos “para mí” o “yo antes”. Crecer y no menguar. Abrir más y cerrar menos.
Me gustaría enseñar aquello que sé de forma que todos pudieran entender. Transmitir entusiasmo por la vida y curiosidad por lo nuevo. Hacer ver. Regalar capacidad de aceptación, de escucha y de agradecimiento.
Me gustaría que no hubiera dolor, ni resentimiento, ni injusticias, ni desgracias en ningún lugar del mundo. Que viviéramos en paz, en nuestro sitio, con lo que somos y lo que tenemos. Sin ambicionar ilimitadamente ni dejarnos llevar por la codicia y la envidia.
Me gustaría que cada nacimiento fuera una apuesta por una vida plena y por un mundo justo, aportando cada uno lo mejor de nosotros. Y que cada fallecimiento fuera una despedida feliz y serena.
Me gustaría parar el tiempo en determinados momentos felices y jugar a la eternidad. Pensar que la vida será siempre así (como en esos momentos) y que los frutos estarán maduros y disponibles en cualquier instante de cualquier época.
Me gustaría: primera persona del modo condicional del verbo gustar.