Hace cuatro meses mi estado era lamentable, emocionalmente hablando. La sonda con mis hijos era lo único que me conectaba con la vida. Así llegue al curso “Ayuda a crecer a tus hijos” en febrero de este año. ¡Quién me iba a decir a mí que se me iba a abrir todo un mundo de “viaje al centro de mi corazón” para poder así conectar conmigo misma y con la realidad!
Aprendí que tengo que aprender muchas cosas, que la responsabilidad es solo mía, tengo que aceptar las cosas como son, así todo está bien, las exigencias lo dinamitan todo. Mis hijos son mis maestros y mi espejo. Cada cosa que ellos hacen, la pienso y me la planteo y cuestiono como mía. Conflictos, normas, límites y un sinfín de cosas para trabajar y practicar a cada momento. Con todo se crece y se aprende.
Pasado el meridiano del curso, Carmen, mi sabia coordinadora me sugirió que hiciera el curso de “Autonomía afectiva”. Otra flecha en la diana. Salía de las sesiones y me imaginaba que había salido de una sesión de quimioterapia (tengo la suerte de no haberlo vivido en primera persona y no quiero que nadie se ofenda por el símil), salía maleada y magullada por todas partas, echa un trapo, así hasta la siguiente sesión.
Se acabaron los ciclos y he tenido que descansar y respirar y cuando las defensas me han subido me he apuntado al camino de la Esperanza o “Camino de Santiago” Ventosa – Santo Domingo de la Calzada en dos etapas. ¡Qué puedo decir! Qué recibimiento, qué acogida por parte de todos, excelente no, lo siguiente. Compañeros del camino por dos días… detrás de cada ventana y puerta reconocí corazones disfrazados de historiadores, poetas, humoristas, cantantes, coplistas, repartidores de ilusión… todos allí, puestos al servicio de todos, así lo sentí yo, para que disfrutara y me enriqueciera con su presencia, su sabiduría y su saber estar.
El Camino, el paisaje, la magia y el magnetismo del silencio, compartir vivencias, las danzas. Hasta el disfrute de un SPA sanador. Menudo lujo. Así no hay quien se resista a repetir. Me habéis cautivado y me habéis hecho reír y llorar, me emociona todo. ILUSIÓN con flores, ilusión con personas, armonía, conexión, chistes, canciones, poesías, monasterios, catedrales y… no hacer nada, que es hacerlo todo.
Escucharé con atención, intención y sin juicio, daré abrazos cuando no sepa encontrar la palabra justa y actuaré y viviré aquí y ahora, porque “esperar, le da ventaja al diablo”. Tengo por delante una carrera de fondo que comienza ya.
Gracias a todos y cada uno de vosotros por guiarme y acompañarme en mi camino, por ser como sois y por salpicar con vuestra gracia a los que os rodean.
Rosa,te conocí en el camino y me pareciste encantadora... Espero que digas disfrutando de ese viaje al centro de tu corazón!
ResponderEliminarMuchas Rosas necesita el Teléfono de la esperanza
ResponderEliminarRosa me alegro que el T. de la E. esté siendo para ti un resurgir en tu vida. Pepi.
ResponderEliminarHa sido un placer poder compartir contigo estos días en los que nos ofreciste tanta vitalidad, ilusión, simpatía,ganas de pasarlo bien...gracias por lo que nos has enriquecido.
ResponderEliminarJF
Me alegro mucho de que te sientas así, de que hayas descubierto este nuevo horizonte y estés llena de ilusión, espero compartir contigo este camino.
ResponderEliminarMarieli