Era un catalán tan tacaño, tan tacaño, tan tacaño… que estaba soñando que se tomaba un café y se despertó para no pagarlo.
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Y era otro catalán tan tacaño tan tacaño, tan tacaño… que veía la misa por la televisión, y cuando pasaban la canastilla hacía zaping.
Aplausos. Esta genial.señores directores del bloc. Pepi
ResponderEliminarBlog, no bloc. Pepi
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