La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Hace unos días estuve en un paraje muy poblado por gaviotas. Se movían por allí igual que las palomas por la ciudad, sin miedo a las personas y con elevadas dosis de confianza, acercándose a la comida sin ser invitadas.
No me gustan especialmente las gaviotas, a pesar de la mitificación de “Juan Salvador Gaviota” que casi todos leímos en nuestra adolescencia. A mí me duró poco la atracción por esta ave. Su graznido y su vuelo bajo me resultan desagradables, al igual que la forma de su pico.
El caso es que estaba yo comiendo un melocotón, disfrutando del momento y agradecida por estar allí, cuando una gaviota se me puso justo al lado mirando fijamente (creo yo que al melocotón). Mi primera reacción fue espantarla, pero luego me dediqué a observarla con detalle, ya que nunca había tenido tal oportunidad.
Me llamó poderosamente la atención su ojo – de color amarillento y con una expresión tan fría que me dieron escalofríos-. Un ojo que parecía estar acechando el momento oportuno para hacerse con el melocotón. De hecho, así fue, porque, incomodada por su presencia, dejé la fruta a medio comer y la deposité en el suelo para ver su reacción. No hice más que posarla cuando el ave se lanzó por su presa con rapidez inusitada y se la llevó.
No he olvidado la expresión de ese ojo. He encontrado alguna vez, en determinadas personas, una mirada similar y se me ha encogido el corazón. Son miradas que parecen traspasarte, que buscan más allá sin verte, que transmiten frío y desconfianza.
Ahora pienso que, tal vez, la pobre gaviota sólo tenía apetito y yo vi en ella más fantasmas que otra cosa.
Cuidado con los fantasmas. Un abrazo . BlueBoy.
ResponderEliminarReflejos de lo que hay dentro,miedos no elaborados?
ResponderEliminarDetrás del frío puede haber una carencia de calor...Un abrazo
Y... ¿Quién no tiene miedo a ser devorado por seres gélidos q no hacen diferencias? Quizá.. tú... Tan valiente eres...o te crees? Buen día.
Eliminar¡Exacto!, ¿quién?
EliminarNunca me he fijado en los ojos de la gaviota. Me fijaré.
ResponderEliminarEllas hacen lo propio. Nosotros?
ResponderEliminarNo me puedo fiar nunca de las apariencias, porque nada es lo que parece, quizás días con las gaviotas acabamos descubriéndonos y descubriendo algo nuevo y será positivo y quizás negativo también
ResponderEliminarOXO
Eres, super observadora. Tus escritos a veces me sorprende como el presente. Te fijas en el ojo de la gaviota, le calificas de "OJO FRIO" y de ahí sacas un interesante artículo, que me pregunto. ¿Como estarias tú en ese momento?, ¿no crees que en otro le podrías ver diferente, no llegando al extremo de que a tí te den escalofríos?..... Pepi
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