Las posibilidades las tenemos, a veces están nubladas
Amigos del grupo, quiero llamaros hermanos, queridos hermanos, porque así os siento, porque os considero un grupo maravilloso, os tengo como hermanos, me siento integrada en este grupo como en una gran familia.
Digo familia porque cada martes, ya entrada la tarde, así os he considerado, una familia en la que me sentido escuchada, me habéis tranquilizado y me habéis dado ese calor familiar que cada uno de estos días me habéis brindado todos. Todos lo habéis hecho y así lo quiero compartir y manifestar. Por estos encuentros, por estas reuniones, por haberos conocido, solo por esto ya merece la pena vivir plácidamente. ¡Que otros no se lo pierdan! ¡Aquí se aprende a vivir!
También quiero agradecer a mi gran maestro del alma y digo del alma porque cada martes de 7 a 9 me escuchabas con paciencia, atento a mis inquietudes y malestares, en esa escucha activa que hemos practicado en varias sesiones. Po esto, muchas gracias. Gracias a todos los que, aquí y ahora, habéis hecho grupo conmigo, a mi psicóloga, al Teléfono de la Esperanza porque me ha dado esperanza, ganas de vivir en paz, sin culpabilizarme, sin machacarme cada día ni en cada decisión que tomo. Tengo que seguir trabajando mi autoestima, tengo que creerme, de verdad, que las enseñanzas de cada uno de esos martes puedo aplicarlas en mi vida, soy consciente que tengo un gran trabajo por delante, pero quiero seguir avanzando. A todos, gracias porque hoy estoy aquí, en este lugar que tanta paz me está dando.
Espero poder ayudar algún día a otras personas que como yo están sufriendo, darles un aliento y que sepan, que sepamos que se puede seguir adelante. Eso ya es mucho.
Mil gracias Herminio, mil gracias compañeros de grupo, mil gracias al Teléfono de la Esperanza. Y a todos los que dudan de acudir o no saben qué es el Teléfono, yo os puedo asegurar que aquí se ama. El Teléfono es una puerta abierta a todos los que quieran traspasarla: siempre está abierta.
Ana
Hay que buscar el punto adecuado y eso lleva esfuerzo y trabajo
No conocía el teléfono, ni sabía que existía, este verano en un mal momento de mi vida una buena amiga me dijo que si necesitaba ayuda era un buen sitio para ir a buscarla.
Fui. Llegue allí en un estado de ansiedad considerable, no recuerdo el nombre de la persona que me abrió la puerta, pero si recuerdo que sus palabras me reconfortaron en ese primer encuentro.
A partir de ese momento esa puerta se abría para mi todos los martes a las 7 de la tarde, durante 2 horas la vida era diferente, ese grupo de personas pasó a formar parte de mi vida, una parte importante y vital, con ellos he crecido emocionalmente durante estos meses.
A todos ellos pero en especial a nuestro coordinador quiero darles las gracias.
Muchas gracias Herminio por tu labor, por tus palabras, por hacer que hurgue en mis entrañas y hacerme ver lo que llevo dentro para poder poco a poco afrontarlo.
Por la puerta del teléfono entró una persona destrozada y en solo un par de meses esa persona es mucho más fuerte y segura, me queda mucho por hacer pero gracias a todos vosotros ya estoy en el camino.
Soraya
¡Qué hermoso escuchar hablar así a personas de nuestro entorno...!
ResponderEliminar¡Qué belleza para el alma!
Sin esperarlo este día tuve un gran regalo, compartir con vosotros la terminación del G.D.P. Autoestima.
ResponderEliminarMe encontré muy a gusto, percibí muy buenas vibraciones, y os habéis dado cuenta (entre otras muchas cosas), lo importante que es "darnos cuenta de las situaciones" y que "hay que seguir adelante y nunca darnos por vencidos".
Os animo a seguir con vuestro trabajo personal. Con cariño Marian.