Síndrome de Adán y Eva
Hace unas semanas
que asistí a un curso sobre logoterapia (la terapia del sentido de la vida, de
V.Frankl) y oí por primera vez el Síndrome de Adán y Eva. Según el
conferenciante consiste en querer tener todo… y eso produce la infelicidad.
Adán y Eva, que no tenían enfermedades, ni preocupaciones por la falta de
comida ni de casa, ni habían perdido el trabajo, ni tenían un hijo enfermo, por
poner solamente algunos ejemplos, lo perdieron todo por el hecho de dar un
sentido absoluto a un hecho relativo: comerse una manzana.
En
nuestra vida cotidiana también nos pasa lo mismo cuando al querer tener una
casa, un coche, mayor cultura, trabajo excelente, etc. lo revestimos de un
poder absoluto, y olvidamos lo que son los sentimientos (la solidaridad, el
respeto hacia el otro, la libertad, la compasión, etc.) y conseguimos lo contrario de lo que
intentamos: nos convertimos en esclavos de nuestras necesidades y entonces,
como en el paraíso, perdemos la dignidad y perdemos lo mucho o poco que
poseímos con amor.
Podemos
concluir que siempre que vivimos como un valor absoluto, totalitario y
definitivo los hechos de la vida cotidiana (una enfermedad, la pérdida de
trabajo, un suspenso, etc.) estamos contribuyendo a nuestra infelicidad; por el
contrario, cuando relativizamos el sufrimiento, el dolor e incluso la
incomprensión de los demás, posibilitamos que la angustia no nos invada y
podamos mirar a la vida con esperanza.
Fue
lo que les falto a Adán y Eva: mirar mas allá de sus narices y adaptarse a lo
ya poseían, que era mucho. Quiero pensar que si Adán y Eva, hubieran aceptado
en toda su plenitud su situación, el mundo sería otro mundo.
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra
ACEPTACION, ACEPTACION, ACEPTACION..........ante las vicisitudes que se nos presentan en la vida, y el paso siguiente RELATIVIZARLAS, el sufrimiento es mucho menor. Pepi
ResponderEliminarMe quedo con esta frase: "cuando relativizamos el sufrimiento, el dolor e incluso la incomprensión de los demás, posibilitamos que la angustia no nos invada y podamos mirar a la vida con esperanza".
ResponderEliminarBonita lección a la que nos ofrece hoy el psiquiatra, que aplicada a la vida nos hace sentirnos mejores. Ahí está el quid: saber que somos limitados, que las alegrías y las penas son relativas o limitadas, que no es para tanto, que aceptar nuestras limitaciones es lo que nos hace hendirnos en nuestra estructura de personas. Ahí está la felicidad. Norecic
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