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Tres palabras para un funeral de honor -
Andaba yo últimamente un poco descreída de la condición
humana cuando ha acaecido la muerte de Nelson Mandela. Muerte que se ha
convertido en danza, alegría, homenajes y culto a su figura durante más de una
semana. Días intensos de agradecimiento hacia lo que él supuso.
Hoy existen – al menos públicamente- pocos personajes como
Mandela. Su sonrisa, su dignidad y la serenidad que transmitía todo su ser han
sido un regalo para la humanidad y un ejemplo de esperanza a seguir para todos.
Desde que viera “Invictus”, la película que narra su vida, estas tres
características suyas siguen resonando en mi interior.
Algún famoso ha dicho por la red estos días que el mundo
echará de menos a Nelson Mandela. Me ha parecido lo mejor que se puede decir de
una persona. Todos lo echaremos de menos, aunque no le conociéramos
personalmente. Era (es) un referente para muchos de nosotros en los malos
momentos.
Aquellos que autojustifican su mal carácter o su mal obrar en
la terrible historia de su pasado, que miren la vida de este hombre y su
permanente sonrisa. Aquellos que se hunden porque las cosas les van torcidas,
que cuenten los momentos que suman treinta años de prisión injustificada en la
vida de un ser humano y que miren a los ojos de los demás con la serenidad que
él miraba. Aquellos que, desesperados, no encuentran agarraderos, que observen
la dignidad personal de quien se sabe dueño de sí mismo y sabe esperar.
Está claro, por lo que estamos viendo estos días, que
nuestro mundo necesita hombres así. Personas que, incluso muertas, invitan a la
reconciliación y a la alegría, a la esperanza y al amor. Que son capaces de
aglutinar a los máximos mandatarios del Planeta en un funeral de honor. Que nos
hacen de nuevo creer en la vida y en el ser humano.
Sonrisa, serenidad, dignidad. Estas tres palabras son
Mandela para mí. El hombre que murió el 5 de diciembre de 2013 y que vivirá
siempre en la memoria colectiva.
M.E.Valbuena
Me gustan esas tres palabras, pero voy a destacar una, la sonrisa. Porque si en la vida fuésemos con ella, las relaciones mejorarían. Muchas veces lo que vemos son caras largas y agresivas, que invitan a no mirar y a acorrer. Por eso vamos a intentar tomar de Mandela ese gesto que tanto le caracterizó; la sonrisa. Norecic
ResponderEliminar"La cara es el espejo del alma". Que agradable seria que todos fuésemos por la vida, como la que nos presentaba Nelson Mandela. Pepi.
ResponderEliminarLo escuché hoy en el telediario y me gustó: "hoy no hemos enterrado a un hombre sino una semilla". Maravilloso.
ResponderEliminarTres actitudes que cambiarían el mundo: sonrisa, serenidad, dignidad.
ResponderEliminarYo quiero ser Mandela...........es imposible, llegar a su nivel "son escogidos", como manejo el odio en Sudafrica (sin provocar una guerra), eso solo lo puede hacer Mandela.
ResponderEliminarUna sonrisa abre corazones y fue un visionario (el no tenia ni idea de futbol americano). Hizo de un pais lleno de odios, otro pais de unidad (con lo del Futbol), y su forma de entender, como gobernar, a gente que se odiaba. El mismo cuando iba por el pasillo, para salir de la carcel penso: ¿odio? o miramos hacia adelante.
Se olvido del odio. Gracias por dejar bellisimos gestos y grandes enseñanzas, sin querer enseñar............cuanto tenemos que aprender de ti. Gracias.
Fernando