Marià Corbí
“¿Tu verdad?
No, la Verdad.
Y ven conmigo a buscarla.
La tuya guárdatela”
(Antonio Machado).
La verdad que condena no es verdad.
La verdad solo libera.
La verdad que somete no es verdad.
La verdad solo desata las cadenas.
La verdad que excluye no es verdad.
La verdad solo reúne.
La verdad que se pone por encima no es verdad.
La verdad solo sirve.
La verdad que desconoce la verdad de otros no es verdad.
La verdad es solo reconocimiento.
La verdad que no mira a los ojos a otras verdades no es verdad.
La verdad es solo acogimiento sin temor.
La verdad que engendra dureza no es verdad.
La verdad es solo amabilidad y ternura.
La verdad que desune no es verdad.
La verdad solo unifica.
La verdad que se liga a fórmulas, por escuetas que sean, no es verdad.
La verdad es solo libre de formas.
Si la verdad se liga a fórmulas,
tiene que condenar, excluir, desunir,
tiene que ponerse por encima,
dar por falsas otras verdades.
La verdad reside en formas, pero no se liga a ellas.
Por eso, en las nuevas sociedades globales, la espiritualidad no puede pasar por creencias que se proclaman exclusivas poseedoras de la verdad.
¿Qué difícil? ¿La verdad no es una? ¿Y otra cosa distinta es la expresión, comunicación o manifestación de esa verdad? Está bien, es bonito...pero ¿qué es la verdad? ¿Alguien me lo explica? Jairo
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