El rincón del optimista
Juan
Permíteme que de nuevo me asome a este rincón para reivindicar las cosas de los pueblines. Y con más motivo en este 15 de mayo que, como bien sabes, se festeja San Isidro Labrador, patrón de los hombres, las mujeres y los niños del campo. Te cuento que el sábado 21 de abril, campanas de toda España y de muchas ciudades europeas se tañeron al mismo tiempo para llamar la atención sobre la preservación y valoración del toque de campanas manual y apoyar una idea de unidad cultural múltiple basada en un patrimonio cultural diverso: inmueble (campanario) mueble (campanas) e inmaterial (el toque manual por campaneros que interpretan diferentes lenguajes sonoros). La iniciativa partió de la Asociación Hispania Nostra con el objetivo de sostener la candidatura ante la UNESCO del reconocimiento del toque de campanas como Patrimonio Cultural de la Humanidad.
El argumento que maneja Hispana Nostra, que comparto plenamente, es que el toque manual de campanas constituye un patrimonio inmaterial valiosísimo por ser un lenguaje musical muy variado y rico, peculiar de cada pueblo, región y país formando parte de su identidad. También es un lenguaje asociado a las creencias religiosas y a la sociedad civil que sufragó campanas y campanarios y que se tocaban para comunicarse cuando no había teléfonos ni otros medios de difusión.
Como me niego a hablar en pasado y como el campanero de mi pueblo, Avelino, está ya muy mayor y pesado para subir al campanario, motivo por el que hace muchos años que no suenan las dos campanas que hay (sólo suena el pequeño esquilín para la llamada a misa accionado mediante una cadena desde el interior de la iglesia), me puse en modo PRESENTE, me armé de valor, subí al campanario y a las 12 en punto de la mañana de ese 21 de abril toqué las campanas como más o menos recordaba que lo hacía Avelino alguna vez que subí con él de acompañante curioso. No sé si lo hice bien o mal, pero lo hice. Me encantó revivir la experiencia. Alguna mujer se acercó a la plaza a ver qué pasaba y eso que estaba claro que no tocaba a ‘posa’ (muerto), arrebato o a ‘quema’ (fuego), que era el tañido habitual y alegre de los días de fiesta, cuando sale la procesión de San Isidro, en Pascua o cuando montan en las andas los patronos, San Facundo y San Primitivo. Cuando bajaba con cuidado las empinadas escaleras del campanario tuve la sensación de que esas campanas se iban a oír desde muy lejos, como así fue. Puse mi móvil a grabar la breve operación y colgué el vídeo en mi perfil de Facebook. De esta forma llegó la ‘hazaña’ a mucha gente. Se compartió la publicación en la red social para que esos sonidos volaran por el mundo adelante. Si quieres escuchar un poquitín cómo suenan las campanas de mi pueblo y te mueves por el ‘caralibro’, aquí te dejo la pequeña grabación del aprendiz de campanero ‘reserva’ de Villeza. Para cuando oigas campanas no te digan que no sabes dónde.
Ah, casi me olvido, feliz día de San Isidro, tanto si eres agricultor/a, ganadero/a como si no lo eres. Yo lo celebro.
Asín sea.
Que bonito el retoque de campañas en los pueblos!!
ResponderEliminarMe encanta como transmites muchas veces tus vivencias en el pueblo. Se nota que lo "amas" y estás integrado totalmente en sus raices, costumbres.....
ResponderEliminarHa estado genial la subida al campanario y su replique de campanas. Pepi
Qué recuerdos de niñez me ha producido el sonido de esas campanas.
ResponderEliminarElena