El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra
Es una frase que solemos decir ante la desgracia del vecino, de un amigo o de un familiar. Fue el psicólogo noteamericano Malvin J. Lerner (1975) el que formuló la “teoría de un mundo justo”.
Según este autor muchas personas tienen la necesidad de creer que viven en un mundo justo, donde cada uno recibe lo que se merece. Las personas buenas recibirían premios (posesiones, salud, bienestar, etc.) y las malas recibirían castigo (enfermedad, sufrimiento, violaciones, suicidio, etc.), aquí o en la otra vida. De esta forma se pretende dar una explicación a hechos que nos angustian: una violación, un suicidio, un cáncer…se producen porque el sujeto o la familia se lo han ganado a pulso. Es un pensamiento mágico (como en la infancia) que pretende calmar la angustia ante la tragedia y el sufrimiento.
Está concepción del mundo tranquiliza y da seguridad (una falsa seguridad) pues todo está determinado y se sacraliza el esfuerzo y el trabajo en un intento por conseguir algo y sentirse inmune ante la desgracia, la enfermedad o la pérdida de trabajo.
Pero la dura realidad es que el mundo es injusto: mueren diariamente miles de niños inocentes, muchas personas bondadosas sufren y miles de ancianos viven en la mas absoluta soledad, por poner solo algunos ejemplos. Y esto ocurre a pesar de su vida intachable y su buen comportamiento.
En este mundo injusto (el ser humano es vulnerable, imperfecto y finito) no siempre gana el mejor, ni el mas bondadoso, ni el mas trabajador. Tenemos que aprender, pues, que en “un mundo injusto” nada está determinado y existen acontecimientos que dependen de varias variables: una infección, un acto violento del vecino, un accidente de tráfico, etc. En ocasiones, pues, aparecerá la enfermedad, la muerte o la desgracia, aunque no se la merezca.
Es de verdad injusto?
ResponderEliminarPara Pepi no existe coordinación, entre; al título con lo expuesto.
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