Había una vez cuatro individuos que se llamaban Todo el mundo - Alguien - Cada uno - y Nadie...
Tenían un importante trabajo por hacer.
Se pidió a Todo el mundo que lo hiciera.
Todo el mundo estaba seguro que Alguien lo iba a hacer.
Cada uno podía haberlo hecho, pero en realidad Nadie lo hizo.
Alguien se enojó porque el trabajo era de Todo el mundo.
Todo el mundo pensó que Cada uno podía hacerlo.
Y Nadie no dudaba que Alguien lo haría.
Al fin de cuentas, Todo el mundo hizo reproches a Cada uno.
Porque Nadie había hecho lo que Alguien podía hacer.
MORALEJA
Si se quiere hacer reproches a Todo el mundo,
seria muy bueno que Cada uno haga lo que se debe de hacer
sin tener la esperanza que Alguien lo haga en su lugar.
Porque la experiencia muestra que:
cuando se espera a Alguien,
generalmente no se encuentra a Nadie.
CONCLUSIÓN
Voy a transferir ese mensaje a todo el mundo con el fin que cada uno pueda enviarlo a alguien sin olvidar a nadie.
Cada uno tiene que ser responsable de su vida, sus actos.., sin esperar que nadie lo haga en su nombre. Pepi
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