El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra
La escena se repite con cierta frecuencia en la consulta del psiquiatra. En esta ocasión es Antonio, un hombre de veinte años, que con los ojos clavados en el suelo susurra un ¡tengo miedo! , que su interlocutor no acaba de oír. Tras un breve silencio continúa: " tengo miedo a montar en el metro y en el autobús". Y respira hondo y profundo como si hubiera dejado un gran bulto. Se percibe cierto alivio en su rostro y todo su cuerpo parece como si se relajase. En ciertas ocasiones tener miedo es una vergüenza y ¡un signo de debilidad!
LLaves para salir de esa prisión
En la "cárcel del miedo", donde se encuentra toda persona que padece una fobia, es necesario respetar algunas reglas básicas:
* Principio básico: el miedo es consustancial al ser humano. Tenemos miedo porque somos limitados. No podemos, pues, desterrar totalmente el miedo de nuestra existencia. Incluso podemos afirmar que un "cuanto" de miedo es necesario para poder vivir. Un miedo patológico nos paraliza, pero la ausencia total de esta vivencia nos llevaría a la insensatez y al riesgo permanente.
* Debemos recordar que los miedos no responden a la razón. Es posible que sean ridículos para los demás, pero para la persona que los sufre son reales y auténticos. La voluntad para vencerlos puede ayudar, pero no es el camino más adecuado.
* Se deben evitar los comentarios jocosos o irónicos sobre la situación de miedo y, por contra, hay que crear un clima de confianza para que el sujeto pueda expresar todos su miedos sin caer en el ridículo. Incluso durante la infancia hay que enseñar al niño que tener miedo no es algo negativo, sino que expresa nuestra sensibilidad ante un hecho, animal o cosa. En este sentido, los padres no deben ocultar su miedo cuando alguna situación lo produzca. Esto es señal de franqueza, no de debilidad. Es un error, además, querer que los niños se porten bien amenazándoles con brujas o con "el hombre del saco".
* Lo contrario del miedo, podemos decir, que es el gozo. Por lo tanto un clima de bienestar será los mas apropiado para poder neutralizar la fobia. Es una experiencia clínica cotidiana que este tipo de personas se encuentran mejor acompañadas que solas (el elemento contrafóbico es como un pararrayo contra el miedo: "cuando estoy acompañado- suelen decir- no me importa ir a los grandes almacenes").
Existe, no obstante, una "llave maestra" para salir de esta "cárcel”: construir una escalera. Es una escalera muy especial. Consiste en ir peldaño a peldaño dominando el miedo. Así como no podemos subir una escalera de golpe, saltando del primero al último escalón, también la situación fóbica se vence paso a paso. Es lo que Wolpe llamó la desensibilización sistemática.
Esta técnica consiste en lo siguiente: en una situación de relajación y de tranquilidad se debe evocar la situación (lugar, objeto, animal, etc.) que provoca el miedo; primero situándolo en la lejanía, lo que menos nos produce miedo (ver una fotografía del objeto fóbico, estando acompañado, etc.), hasta la representación del elemento mas angustioso (estar solo en la situación fóbica, etc.). El "último peldaño de la escalera” será cuando el sujeto pueda realizar "in situ" su confrontación con el miedo: montar en coche, ir a los grandes almacenes, ir al hospital, etc.
En ocasiones cuando las fobias son muy invalidantes será necesario la ayuda de un profesional (psicólogo, psiquiatra, etc.) para salir de la "prisión del miedo".
Nuestro mensaje final, pues, es que la "prisión del miedo" no es eterna; por un procedimiento u otro, podemos conseguir abrir sus puertas y disfrutar, con un "cuanto" de miedo posiblemente, de la propia historia. Todo es posible si no nos resignamos al pánico de nuestros miedos.
"Existe, no obstante, una "llave maestra" para salir de esta "cárcel”: construir una escalera. Es una escalera muy especial. Consiste en ir peldaño a peldaño dominando el miedo. Así como no podemos subir una escalera de golpe, saltando del primero al último escalón, también la situación fóbica se vence paso a paso. Es lo que Wolpe llamó la desensibilización sistemática".
ResponderEliminarBuena enseñanza para enfrentarnos a los miedos; pero para Pepi la persona tiene que tener: fuerza de voluntad, valentia y coraje. Pepi
Gracias Psiquiatra por lo bien que te expresas
ResponderEliminar