El sábado 19 de octubre el Teléfono de la Esperanza nos ofreció
un buen cocido. Fue en la Maragatería. El lugar, comarca o región donde ese
plato más se ofrece y más se degusta. El día tenía su dificultad. Habían dicho
los del tiempo que iba a llover. No sé si alguno dejó de ir o dudó. Pero el
autocar fue lleno. Y ahí fue donde Mª
José nos contó muchas cosas del “camino”, incluso que podía imponerse como castigo.
Los organizadores debían saber esto
porque no se conformaron con darnos la información de la etapa, esto es, la
carta de la comida, sino que nos hicieron pujar una piedra para ganarnos a
pulso el deseo que nos esperaba.
Esta fue la comida. Siguiendo el orden, -no podía
ser de otra manera-, de cómo se come este plato en esta maragatería.
Primer plato. Sopa de cocido. La hubo de dos clases:
de fideos y de pan. Allí en Astorga, comenzó la degustación. Sopa calentita y
muy sabrosa. Porque ahí iniciamos el camino que nos llevó, primero a Murias de
Rechivaldo y luego a Santa Catalina de Somoza. Íbamos a buen ritmo, conversando
y degustando lo que se nos iba ofreciendo. La sopa estaba en su punto.
Segundo plato.- Garbanzos. Allí por el Ganso, el tercer
pueblo que recorrimos, nos fueron sirviendo este segundo plato. Abundante. Era necesario
que cada cual tomase su ritmo, que se degustase poco a poco. Y así lo hicimos,
en compañía, solos o en grupo, diciéndonos lo que el paladar nos estaba
enseñando. Ya estamos fuertes. El camino nos enseñaba sus bellezas. Setas de
muchas clases. Tonalidades de algunos árboles para detenerse. Bien señalizado.
Sin aristas. Vamos comiendo el segundo plato. Y fue largo, porque era necesario
sacar todos sus sabores. Que son muchos y muy variados.
Tercer plato.- La ración. La carne. Lo más fuerte.
Lo que nos llena. Una multicolor relación de sabores. Para disfrutarlo nos
paremos. Fue en Rabanal. Chorizo, panceta, lacón, gallina, rabo, oreja, morro,
costillas y tocino. Hubo de todo. Lo iba anunciando el camino. Y se nos hizo
esperar. Pero, al fin llegamos, y los cocineros sabían que nos ofrecían
magnífico producto, bien cocinado y degustado, lentamente, en un buen salón.
Fue el momento de la parada. El de las risas. El de coger fuerzas para seguir
caminando. Todo estaba calentito y muy sabroso.
Cuarto plato.- Natillas.- Es un alimento que alivia
el estómago ante la fuerza del plato anterior. Y para que así fuese, la
organización, nos dispuso de dos en dos, mejor desconocidos que conocidos, para
que fuésemos compartiendo cómo estábamos sintiendo los platos ya comidos y los
que aun nos esperaban. Pero, ¿quién dijo
que comer las natillas era puro placer? Fue entonces cuando aparecieron las
cuestas y las conversaciones se hicieron más lentas. Pero, casi sin darnos cuenta,
fuimos dando cumplida cuenta a ese cuenco de natillas y preparando nuestros
deseos. Porque, de repente, Foncebadón se apareció dando abrazos por llegar a
sus tierras. Esos ánimos sirvieron para cubrir de adornos ese plato de cocido.
Quinto plato.- Café y chupito.- Y con el paladar a punto,
llegó la guinda. La cruz del Ferro, a unos dos kilómetros de Foncebadón y
subiendo. Piti piti, poco a poco llegamos al alto de los deseos. Y para que fuese
más valioso la lluvia quiso hacerse presente a modo de cuatro gotas como para
decirnos: ¡eh, que os he respetado!, ¡mirad al cielo! Así lo hicimos y cada uno
fuimos formulando nuestro deseo, en voz alta o en silencio, al mismo tiempo que
arrojábamos la piedra que desde Astorga veníamos pujando. Buen remate, sabroso
café, delicioso chupito. Hermosos deseos. Descarga de pesos.
Luego, en el autocar dio tiempo a decir, cantar y
agradecer. La segunda etapa ya se anunció: el 23 de noviembre, de Foncebadón a
Molinaseca, creo. ¿Y ahí que comemos?
Una aclaración: comer un cocido lleva su tiempo y
tiene sus consecuencias. Hacer el camino también. Nadie dijo que era fácil.
Todos sabíamos que 27 kilómetros hay que andarlos, que cuesta. Pero ¿y la satisfacción
de hacerlos? El camino, además tiene algo especial. El Teléfono de la esperanza
también. Encontrarse ambos nos ha hecho
disfrutar aún más. Porque el grupo sana.
Muchas enseñanzas. Aquí queda una:
Muchas enseñanzas. Aquí queda una:
"Todo lo que el camino te da, la vida te lo quita si no lo compartes"
H y MN
Felicito al redactor de esta primera etapa y en especial por estas palabras: " El camino, además tiene algo especial. El Teléfono de la esperanza también. Encontrarse ambos nos ha hecho disfrutar aún más. Porque el grupo sana".
ResponderEliminarRealmente fue un día agradable y el cielo se confabuló a nuestro favor.
Excelente reflexión que resume cuanto vivimos y sentimos el sábado. Fue un día de emociones, de encuentros con lo esencial de mí misma a través de la naturaleza y de esas personas con las que compartí tantas y tantas cosas condensadas en unas horas.
ResponderEliminarHubo cansancio, sobre todo en la subida a la cruz y queda el rastro de una leve agujeta, pero sobre todo vive la emoción, la alegría... ¡lo hice y llegué! Con mis fuerzas y con la mejor de las compañías...
¡Gracias a todos y hasta la próxima!
María José
Muy simpática y nutritiva la crónica del camino. Y muy recurrente la última frase.
ResponderEliminarM.Elena
"Te lo quieta" o "te lo quita", porque como estés quieto sí que te lo quitan. Ojo al dato! jueves veinticuatro: si nos estamos quietos nos lo quitan.
ResponderEliminarQué día tan extraordinario, todo se puso a nuestro favor para el comienzo del Camino.
ResponderEliminarElena.
¡Buen camino!
ResponderEliminarSois unos CAMPEONES, me alegro que no os lloviera y disfrutaseis de camino. Todo mi animo , apoyo y alegria que disfrutaseis. Un abrazo
ResponderEliminarFernando
Tú sí que eres un "campeón". Recibimos tu ánimo, tu cariño y tu buen humor en tus mensajes. Tú también caminaste ese día, y.. ¡de qué manera! abriendo el camino para que otros lo hicieran.
EliminarGentil caballero, reciba usted un abrazo en mi humilde posada.
Lourdes
Hola Bella Dama. Muchisimas gracias por sus gratificantes palabras hacia mi.
EliminarRuborizome ante gratitud no merecida,
Lo dicho Loreto del Canada....muchas gracias.
Fernando
Mucho esfuerzo físico hay en esta marcha y mucho descanso psíquico.
ResponderEliminar