No quise
dormir sin sueños:
y elegí la
ilusión que me despierta,
el horizonte
que me espera,
el proyecto
que me llena,
y no la vida
vacía de quien no busca nada,
de quien no
desea nada más que sobrevivir cada día.
No quise
vivir en la angustia:
y elegí la
paz y la esperanza,
la luz,
el llanto
que desahoga, que libera,
y no el que
inspira lástima en vez de soluciones,
la queja que
denuncia, la que se grita,
y no la que
se murmura y no cambia nada.
No quise
vivir cansado:
Y elegí el
descanso del amigo y del abrazo,
el camino
sin prosas, compartido,
y no parar
nunca, no dormir nunca.
Elegí
avanzar despacio, durante más tiempo,
y llegar más
lejos,
habiendo
disfrutado del paisaje.
No quise
huir:
y elegí
mirar de frente,
levantar la
cabeza,
y
enfrentarme a los miedos y fantasmas
porque no
por darme la vuelta volarían.
No pude
olvidar mis fallos:
pero elegí
perdonarme, quererme,
llevar con
dignidad mis miserias
y descubrir
mis dones;
y no vivir
lamentándome
por aquello
que no pude cambiar,
que me
entristece, que me duele,
por el daño
que hice y el que me hicieron.
Elegí
aceptar el pasado.
No quise
vivir solo:
y elegí la
alegría de descubrir a otro,
de dar, de
compartir,
y no el
resentimiento sucio que encadena.
Elegí el
amor.
Y hubo
mil cosas que no elegí,
que me
llegaron de pronto
y me
transformaron la vida.
Cosas
buenas y malas que no buscaba,
caminos
por los que me perdí,
personas
que vinieron y se fueron,
una vida
que no esperaba.
Y elegí,
al menos, cómo vivirla.
Elegí los
sueños para decorarla,
la esperanza
para sostenerla,
la valentía
para afrontarla.
No quise
vivir muriendo:
y elegí la
vida.
Así podré
sonreír cuando llegue la muerte,
aunque no la
elija…
…porque
moriré viviendo.
Rudyard
Kipling
Nota.
Agradecemos a Fernando este hermoso poema que nos ha remitido a la redacción
Más vida. Fotografía Jesús Aguado |
Elegí la vida,
ResponderEliminarelegí la esperanza,
elegí el amor,
elegí la compañía, y la caria y la ternura
con todo ello elegí la vida.
Precioso poema en este día de la ilusión de los reyes Magos.
Norecic
Yo también elegí la vida.
ResponderEliminarMaría José
Maravilloso poema.
ResponderEliminarA Pepi a la vez le transmite la gran enseñanza como en el T. de la E., de enfrentarnos: a nuestros: miedos, angustias, soledades, limitaciones etc. etc y así elegimos la vida para vivirla estando conformes con nosotros mismos.
Morir cada día, eligiendo la vida. Precioso poema. Gracias.
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