pero el que recibe nunca debe olvidar
jueves, 30 de noviembre de 2017
Todo pasa
miércoles, 29 de noviembre de 2017
Erling Kagge: Silencio

martes, 28 de noviembre de 2017
Saber decir NO
lunes, 27 de noviembre de 2017
“Me paso el día pensando...”

Para comprender la música hay que escucharla, pero mientras pensamos [Yo] estoy escuchando esta música, ya no la escuchamos de verdad. Alan Watts – “La sabiduría de la inseguridad”.
“Deja de pensar en la vida y resuélvete a vivirla”.
domingo, 26 de noviembre de 2017
Es lo que hay
Destacando. Foto Jesús Aguado
Así terminó Ara Malikian el último concierto al que yo asistí. Dijo más o menos que él y sus músicos habían puesto corazón, alma y ganas y eso era lo que había. Y lo que había, doy fe de ello, era mucho, mucho.
Cuando uno da de sí mismo lo máximo que puede dar, los demás –a poco que estiremos la sensibilidad- captamos su compromiso, su ilusión y sus ganas de compartir y nos dejamos contagiar por la energía arrolladora de quien se ofrece de esa forma. Nos esponjamos, nos ilusionamos con él y vivimos intensos momentos de felicidad.
“Es lo que hay” se utiliza muy a menudo en nuestras conversaciones cotidianas. La mayor parte de las veces con un sentido limitante del término. Algo así como “hasta aquí llegamos” o “no busquemos más” o “no esperemos otra cosa”.
En algún caso lo que hay es tan mínimo, tan raquítico… que me resisto a creer que detrás de esa expresión no haya nada más.
¿De verdad no hay más que pasar de puntillas por la vida sin exprimirla? ¿No hay más que dormitar, esperando a que pase el tiempo, sin metas ni objetivos ilusionantes? ¿No hay más que buscar la mejor forma de parapetarnos en nuestra zona de confort para no asumir ningún tipo de riesgo?
Sinceramente, no lo creo.
Creo que todos tenemos capacidad suficiente para hacer grandes obras y podemos hacerlas. Otra cosa es la actitud de creernos lo que somos y lo que podemos hacer.
Y, en fin, sólo cuando nos damos plenamente, podremos decir “es lo que hay”. En los demás casos, cuando estamos a medio gas, mejor nos callamos.
sábado, 25 de noviembre de 2017
viernes, 24 de noviembre de 2017
Descubren
por qué funciona
la meditación

Fuente: http://www.
jueves, 23 de noviembre de 2017
Pon alas a tu mochila
miércoles, 22 de noviembre de 2017
martes, 21 de noviembre de 2017
Es difícil decir no
lunes, 20 de noviembre de 2017
Instantes de felicidad






domingo, 19 de noviembre de 2017
El arte de escuchar
Fotografía de Jesús Aguado
Admiramos a pintores, escultores, arquitectos, poetas, creadores… y todo tipo de artistas, entendiendo por tales aquellos que muestran su talento y realizan, a través de él, obras de arte.
Existe otro arte –muy antiguo pero poco practicado– que es el arte de escuchar.
A través de él conseguimos sacar a la luz maravillas escondidas tras el manto de la vergüenza o de la timidez, tras el tabique del “no sé”, tras la pereza del inmovilismo crónico.
El arte de escuchar consiste en acoger, entender, explorar y reflejar aquello que el escuchado es y dice saber. Es abrir todos los sentidos a la escucha, prestar atención a los detalles mínimos, mirar más allá de lo aparente, enhebrar interioridades y guiar a veces, no siempre, a zonas de más luz.
Para practicar este arte son necesarios tiempo –del que todos andamos escasos- ganas –que tampoco abundan- disponibilidad –cada vez más reducida- silencio –tantas veces evitado- y una cierta preparación para no caer en el puro voluntarismo. Instrumentos, todos ellos, sin los cuales no obtendremos ninguna obra artística. Y, por supuesto, también conlleva un coste de desgaste personal, como la práctica de cualquier otra actividad.
Sin embargo, el resultado del ejercicio del arte de escuchar es tan valioso, tan hermoso, tan fantástico, que merece la pena todo coste y todo esfuerzo. Las obras son únicas e irrepetibles, sin posibilidad de plagio. Parten de una materia prima de buenísima calidad y son cinceladas adecuadamente por el artista de la escucha. Por ello, de este trabajo, sólo pueden brotar fuerza y luz en proporciones similares y a grandes dimensiones.
sábado, 18 de noviembre de 2017
Sonríe
Ahora en otoño, sonríe
El fin de semana, sonríe
Cada día, sonríe
Harás un mundo más feliz.
Vivirás una vida más completa.
viernes, 17 de noviembre de 2017
Camino del Salvador
De León a La Robla
Aprendiendo a decir SI.
Aprendiendo a decir NO.
jueves, 16 de noviembre de 2017
Entrevista a Thomas D´Ansembourg
miércoles, 15 de noviembre de 2017
Anónimo

martes, 14 de noviembre de 2017
Viajar

Siempre...me ha gustado viajar porlos paisajes de la lluviay robar el final ineludible.Estoy detenido en un olvido,y listo para desalojara la soledad.
Siempre...me ha gustado viajar,por la emoción del regresoy la tristeza de la partida.Pero hoy no tengo dudas,he venido para quedarme,seguramente hasta el final.
lunes, 13 de noviembre de 2017
Entrevista
a Claudio Naranjo

Claudio Naranjo, médico y doctor en Educación
Tengo 79 años. Nací en Valparaíso (Chile) y vivo viajando. Soy psiquiatra. Estoy viudo y tuve un hijo que falleció. Ojalá los políticos hubiesen sido educados amorosamente. No creo en la competencia entre religiones. Soy divulgador del eneagrama, un mapa de la personalidad
Qué es el eneagrama?
Una herramienta de autoconocimiento, la más completa.
¿En qué consiste?
Es un mapa de las nueve pasiones que conforman tu personalidad: te ayuda a conocerlas, y así identificar cuál de ellas te domina.
¿Cuáles son esas nueve pasiones?
Ira, orgullo, vanidad, envidia, avaricia, cobardía, gula, lujuria y pereza.
Suenan a los pecados capitales.
Los griegos ya enumeraron casi todas esas pasiones, llamadas luego pecados por el cristianismo, y que son a su vez los nueve eneatipos del eneagrama.
¿Y una de esas pasiones me domina?
Siempre hay una dominante sobre las demás: identifica cuál es la tuya, y así podrás trabajarte para equilibrarla con las demás.
¿Con qué fin?
Dejar de actuar reactivamente, con automatismos, como una máquina: ante cada situación serás capaz de actuar con conciencia.
¿Cuál es su pasión dominante?
La avaricia.
¿Sí?
He temido siempre quedarme sin nada: temeroso de la precariedad de mis recursos, me ha costado invertir en mis capacidades, he desconfiado de mí... Y eso me ha dejado en el filo del vivir, una vida por vivir.
¿No ha podido dominar esa avaricia?
Ya sí, pero ha sido difícil. Ya lo dijo Churchill: "El hombre se tropieza con la verdad..., pero se levanta y sigue su camino".
¿De dónde proviene el eneagrama?
De un esoterismo cristiano de Asia Central, que divulgó por Europa una especie de Sócrates ruso de principios del siglo XX, Gurdjieff. Y de él lo aprendió Óscar Ichazo, que me lo enseñó en el desierto de Arica.
¿Cómo fue usted a parar al desierto?
Era 1970, y yo pasaba el peor momento de mi vida... Y me retiré durante seis meses.
¿Qué le había sucedido?
Mi segunda esposa tuvo un accidente de automóvil y murió mi hijo de once años.
Sobreponerse debió de ser duro...
Yo tenía 37 años y me tendía en su camita y pasaba horas y horas llorando. Un día entendí que era llanto por lo que no había podido quererle. Sentí su presencia y dejé de llorar.
¿Y qué aprendió en el desierto?
Yo era médico psiquiatra. Vi que la medicina farmacológica abordaba síntomas, pero no la raíz del problema del paciente: la dejé para ejercer como psicoterapeuta.
¿Es muy malo que mande una pasión?
Lo malo es que en ese caso tu vida será más pequeña, automatizada, dilapidarás energías..., pudiendo vivir más plenamente.
¿Qué automatismo le hizo ser médico?
A los seis años vi la luna llena y le pregunté a mi madre qué era eso. Me dijo que era un cuerpo celeste, como lo eran las estrellas, los planetas..., y me habló de la gravedad... y experimenté un intenso placer ante ese vislumbre de conocimiento... Y ya busqué repetir ese gozo, y eso me llevó a la ciencia.
Pero luego dejó la ciencia.
Cuando sentí que la filosofía y la psicología afrontaban mejor el dolor de la infelicidad.
¿Cuál ha sido su momento más feliz?
A los 20 años tuve una relación erótica con una conocida de 40 años, y sentí tanta alegría... ¡El mundo era bello! Sentí la alegría normal del vivir, y ahí fui consciente de que yo no había estado vivo hasta entonces.
¿Ha llegado a conocerse perfectamente a sí mismo?
En el centro de la cebolla, si vas quitando capas y capas, no hay semilla, ¡no hay nada!
¿Qué significa esto?
Que lo único que hay son los demás. Antes yo me recluía en mi torre de marfil, pero hoy veo los problemas del mundo...
¿Cuáles son?
Todos derivan de una estructura patriarcal profunda, de modo que todos se diluirían si educásemos a los niños de otra manera.
¿Cómo, exactamente?
Integrando intelecto, cuerpo, emociones y espíritu, para ser más amorosos, más libres: más sabios. Pero para eso es decisivo primero que eduquemos a los educadores.
¿Tenemos una educación no amorosa?
Demasiado intelectual, institucional, individualista, patriarcal y poco humanística. Nuestra sociedad sigue siendo machista y depredadora. Ya decía Cicerón: "Cada senador es sabio..., pero el Senado es un idiota".
¿Solución?
Integrar intelecto, amor e instinto, nuestros tres cerebros. Abrazarlos a los tres de verdad: por ahora, el intelecto ha eclipsado el amor y ha demonizado el instinto.
¿Debo dejarme llevar por mi instinto?
Si te arrastra, no eres libre: se trata de aliarte con tu instinto.
¿Qué pasión domina hoy al mundo?
La vanidad. Se expresa en la pulsión por el éxito económico, la supremacía tecnológica, la confusión entre valor y precio...
¿Hacia dónde se encamina el mundo?
Muchos son los llamados..., pero muchos son también los sordos. Hay una pulsión de transformación cierta, pero pasa por encender la luz y ver en tu propia oscuridad.
Y si lograse encenderla, ¿qué veré?
Sabrás que todo es pulsátil, que todo late... Si buscas el yo, acabarás topándote con la ausencia de yo: lo transformador es sentir el ser. Si eso sucede, tendrás días peores o mejores..., pero recordarás el sabor del ser.
¿Un consejo definitivo?
Ocúpate del reino del corazón, y el resto te llegará por añadidura.
domingo, 12 de noviembre de 2017
Entre el cielo
y el infierno

sábado, 11 de noviembre de 2017
Entrevista
a Howard Gardner

viernes, 10 de noviembre de 2017
La metáfora
del anzuelo
jueves, 9 de noviembre de 2017
No eres un mendigo del amor
