Era un día soleado. Nieto y abuelo se encontraban en el zoo frente a la jaula de los leones. Los animales rugían. Ante la mirada atónita de los presentes, el niño dice al abuelo: "vámonos, pues parece que tienes miedo". Es una forma defensiva ante el temor: no reconocerlo o atribuírselo a los otros. En este caso al abuelo. No tengamos miedo y... hablemos del miedo.
Angustia, miedo y pánico
En el lenguaje coloquial utilizamos indistintamente uno de esos vocablos. Así hablamos de "miedo al mundo" o de "la angustia a los sitios cerrados". Pero el miedo siempre se refiere a algo determinado y concreto; es algo objetivo y delimitado. Mientras que la angustia es un sentimiento difuso, sin concretar, sin motivo real donde apoyarse.
Antonio llega a la consulta con la cara desencajada. Entre titubeos nos dice: "Me siento raro y extraño. Es una vivencia que no puedo definir. De pronto, siento un malestar generalizado que me revuelve el vientre, me sube a la garganta y tengo la sensación de que voy a morir". Esto es la angustia. Un sentimiento global e insólito que uno no sabe explicar, solamente padecer. Es mas cuando se quiere poner palabras a esta sensación, se escapa, como el agua en una cesta. Antonio insiste: "creo que nadie me comprende. Solamente lo puede entender el que lo haya pasado". Esto es la angustia.
Por el contrario, el miedo se expresa de forma diferente: malestar a la oscuridad, a los ascensores, a los ratones o a las alturas. Todo tiene un denominador común: el objeto del miedo es algo (o alguien) real o fantaseado, pero concreto y determinado. Se puede describir y a veces tocar.
En la vida cotidiana nos encontramos con situaciones, objetos o animales que nos producen un sentido de malestar, con taquicardia incluida, hipersudoraciòn o sequedad de boca, etc. Esto es el miedo. Miedo a la oscuridad, a los perros, a ser enterrados vivos, a las cucarachas, etc. Es un sentimiento que a veces se confunde con el asco y que produce alejamiento de esas situaciones o al menos se intenta.
El pánico es un miedo "al por mayor". Se podría decir que es una ración doble o triple de miedo. Se produce como respuesta a una situación o hecho, que aparece de forma inesperada y que sobrepasa todas las expectativas del individuo: ejemplos: ante un terremoto, un incendio, el desbordamiento de un río o sentirse perdido en una tormenta de nieve. Esto es el pánico. Por la forma de presentación (repentina) y su intensidad (masiva) invade a toda la persona y a veces la paraliza o genera una reacción desproporcionada (tirarse por la ventana de un sexto piso por el pánico de quedar atrapado por las llamas).
Una explicación muy clara, concreta, y concisa, entre miedo, pánico y angustia. Pepi
ResponderEliminarQué bien se te entiende PSIQUIATRA
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