El talón de Aquiles
Tomás
En 1798 un joven general francés de solo 28 años desembarcó en Egipto al mando de 30.000 hombres, se llamaba Napoleón Bonaparte y su objetivo era conquistar Egipto y Siria. Pretendía cortar el acceso de Inglaterra, con la que Francia estaba en guerra, a sus colonias de la India para ahogarla económicamente.
El Egipto que se encontraron los franceses, llevaba sumido en un estancamiento medieval desde hacía 1500 años, muy lejos del esplendor artístico y cultural de su pasado. Allí llegó Napoleón procedente de la Francia de la Ilustración, con un numeroso grupo de los investigadores más destacados de la época acompañando a su ejército, para estudiar la cultura egipcia que en ese momento volvía a causar fascinación en Europa. En cierta medida quería emular a los grandes conquistadores del Egipto de la antigüedad como Alejandro Magno y Julio César, de hecho, es famosa su arenga a las tropas antes de la Batalla de las Pirámides cuando dijo: “¡Soldados! ¡Desde lo alto de esas pirámides, cuarenta siglos os contemplan!”.
Unos meses después del comienzo de la conquista del país, unos soldados que estaban reforzando las defensas de una fortaleza junto al pueblo de Rosetta hallaron una piedra con inscripciones en tres idiomas. Fue llamada “La piedra de Rosetta” y contenía el mismo texto esculpido con jeroglíficos, en demótico egipcio y en griego.
El ejército francés perdió la guerra y la piedra acabó en manos de los ingleses, que la llevaron a Inglaterra, allí el científico Thomas Young dio el primer impulso para el entendimiento de los jeroglíficos pero no logró ir más allá de una primera aproximación. Sería el profesor francés Jean-François Champollion el que, en los años posteriores al hallazgo, conseguiría descifrar el lenguaje de los jeroglíficos y abrir la puerta al estudio y la comprensión del antiguo Egipto. Por fin se podían entender esos símbolos que habían sido un misterio durante cientos de años. Desde entonces la expresión: “la Piedra de Rosetta” en cualquier disciplina, es sinónimo de la clave que nos permite entender algo que hasta ese momento había sido incomprensible.
¿Qué ponía en la Piedra? Pues era un decreto de los sacerdotes egipcios adulando al faraón Ptolomeo V en el año 196 antes de Cristo, en el que ordenaban al pueblo que le diera culto.
La piedra Rosetta se puede contemplar desde 1802 en el British Museum y a principios de la década de 1970, los visitantes franceses del museo, se quejaron de que el retrato de Champollion era más pequeño que uno de Young en un panel informativo adyacente, mientras que los visitantes ingleses opinaban lo contrario. En realidad ambos retratos eran del mismo tamaño.
Gracias Tomás por la explicación de lo que significa La Piedra de Rosetta.Había oído la expresión, pero no conocía de donde procedía.
ResponderEliminarGracias Tomas...confio en poder verla algún día....su descubrimiento nos permitió un gran avance.
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