El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
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martes, 30 de abril de 2019

Curso Conocerse para crecer

Patricia


¿Quién soy yo?  Así empezábamos este curso... ¡madre mía!, me dije a mi misma, qué vértigo, qué pregunta tan profunda, y sin pensar en más, de repente empezaron a pasar por mi cabeza miles de etiquetas, unas puestas y otras autoimpuestas, y casualmente, todas negativas. 
Después de esta primera toma de contacto, y con el miedo que yo llevaba, pensé en abandonar, el curso iba a ser muy duro y lo iba a pasar mal... Finalmente mi fortaleza y valentía, hizo que allí siguiera. Parece que ya estoy recogiendo sus frutos, fortaleza y valentía, y lo pienso sobre mí, ¡guau!
Según iba transcurriendo el curso, aquello, cada vez más me iba gustando, ya no había marcha atrás y yo tampoco quería cogerla. Como era lógico, sufrí muchos altibajos, pero Patricia, ¿qué ibas a esperar? Siempre evitando las emociones, nunca queriendo sentarte a pensar en ti, siempre huyendo haciendo mil tareas, pero ahora no tienes excusas, estás aquí, libre y voluntariamente. 
El sábado, en concreto, después de comer sentí la necesidad de huir, y además corriendo, era muy intenso, me sobrepasaba todo. Tras un pequeño paseo durante el descanso, volví a llenar mis depósitos de energía y valentía, gracias también, a la corta, pero muy valiosa visita de mi fiel amor, Víctor. 
Hasta entonces no había sido nada comparado con lo vivido la tarde del sábado, y yo me lo quería perder, ¡qué guasa! No tengo palabras para explicarlo, hay que estar ahí para hacerlo, vivirlo y sentirlo. Lo único que puedo manifestaros es que me entregué en cuerpo y alma, me sentí muy orgullosa de mí. Esa noche no dormí nada bien, estaba agotada pero tenía demasiada agitación emocional, y como ya sabéis, las emociones y yo nos llevamos francamente mal ...
El domingo fue la guinda final, toco profundizar sobre la aceptación, ¡mi gran talón de Aquiles!, no podía más, intentaba no estar presente y evadirme con mis cosas, pero gracias a Alfonso, nuestro "profe", me fue imposible no prestar atención a lo que allí se estaba hablando. Fabuloso nuevamente, creo que ya va siendo hora de plantarle cara a la bendita aceptación.
Quedaba poco del curso intenso del fin de semana, y pensé, ¡bien, reto superado! El curso concluía con la entrega de regalos a mis compañeros de grupo y recibir los míos. ¡Tenía nervios, expectación, parecía una niña pequeña, esperando los Reyes Magos! Vivimos momentos mágicos e irrepetibles, llenos de amor, ternura, comprensión, aceptación, ... Sin duda un final triunfal.
Esta experiencia marcará un antes y un después en mi vida, me fui con pena, dejando atrás la gran familia que construimos todos los que allí estuvimos. 
Mil gracias al Teléfono de la Esperanza, a sus voluntarios, a Alfonso, hacéis una labor y un trabajo excepcional, siempre os estaré agradecida.
Acabo el relato de mi experiencia en el curso, Conocerse para crecer, con una poesía que me regala mi gran amiga Beatriz, y que fue una de las pocas personas que me animo a que hiciera este curso, al que yo tanto miedo tenía.

Tengo una amiga en tránsito, 
buscando retazos de sí misma entre la niebla. 
Cuando me ve, sonríe 
y su risa revolotea
como la de una niña.
Tengo una amiga en lucha,
repasando los trazos del pasado
con tiza de colores.
Cuando me habla, llora
y su corazón pelea
como un delfín alado.
Tengo una amiga abrazada a mi esencia
y miramos como seres antiguos 
que anduvieron un sendero común 
en luminosa compañía.
La imagino corriendo en nuestros mares,
impregnando la sal su luz indómita.
Ella es libre por fin; 
su alma canta.

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Diste la mano al miedo porque tu anhelo de Ser es mayor * Aceptarás y serás Vida, y ella fluirá a través de ti * Enhorabuena, Patricia!

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  2. "Hace más el que quiere que el que puede". ¡Aplausos Patricia!. Ahora a seguir.Pepi

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  3. Gracias por vuestros comentarios 😄

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