La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
Hace muchos años –aún no había yo empezado a estudiar en la Universidad– escuché a una compañera decir, con total seguridad por su parte, que el “curso natural de las cosas” sería que a los 23 años acabaría la carrera, a los 24 encontraría trabajo y los 25 se casaría y formaría una familia. Aquello me quedó grabado significativamente (no sé si por eso del “curso natural de las cosas”)
Ha pasado el tiempo. La compañera tuvo que abandonar la carrera que había iniciado porque suspendió todas las asignaturas del primer curso. Encontró trabajo cerca de los 30. Y a día de hoy, que yo sepa, ni se ha casado ni tiene hijos.
Hace unos meses escuché a un compañero hablar en términos más o menos similares, asegurando lo que iba a pasar, dado “el curso natural”. Me recordó aquella historia y he seguido la evolución del “curso natural” de su asunto con cierto interés.
A meses vencidos nada tiene que ver el “curso natural” por él pronosticado con el curso real que ha tomado su historia.
Ello me ha demostrado una cosa: podemos hacer todos los planes que queramos –pensando que controlamos algo– que ya la vida se encargará de ir a su ritmo y por su camino. Si lo aceptamos y nos incorporamos a su devenir, bien. Y si no, a sufrir.
Así que cuando nos dé por programar según el “curso natural de las cosas”, pensemos que, en el fondo, programamos para pasar el rato y ocupar el tiempo. Lo que vaya a pasar es otra historia. Puede que coincida con nuestro concepto de curso natural. Y puede que no.
Y si no coincide diremos que la vida nos trata mal.
ResponderEliminarGran reflexión escribana
ResponderEliminarTiene gracia esto del curso natural de las cosas. Nunca había pensado en ello.
ResponderEliminarLa vida es una continua sorpresa. Por muy seguros que estemos con lo que tenemos, en cuestión de segundos puede cambiar todo y no nos queda más que reordenar de nuevo nuestra vida, no dramatizar ni culpabilzarnos y ACEPTAR LO QUE NOS VIENE.
ResponderEliminarJF
Entre el curso natural de las cosas y nuestra percepción de ellas, se llama rabia, frustración, impotencia , resistencia...
ResponderEliminarNos cuesta aceptar aquello con lo que no contábamos en nuestras vidas, si está de tu mano cambiarlo, lo puedes cambiar, sino hay que asumirlo con los brazos abiertos.
ResponderEliminarOXO
Cuando programemos algo por mucho interés que tengamos en ello, a la vez hay que tener presente que puede ser que no consigamos lo que queríamos,y por bien nuestro lo mejor es aceptarlo. Pepi
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