La Escribana del Reino
M. E. Valbuena
A veces estoy tan cansada que me cuesta hablar y, sobre todo, me cuesta escuchar. Como si cada palabra supusiera una enorme carga que procesar y soportar, fluyendo en sonidos que van y vienen, golpeando la mente y los oídos, como martillos.
Otras veces estoy tan centrada y tan tranquila, que emitir palabras o escucharlas me descentra y me hace sentir fuera de la realidad, despistada.
Y también me ocurre que, en ocasiones, no sé qué decir, porque la situación me desborda y las palabras no llegan a expresar aquello que quiero transmitir. Así que recurro al silencio, a la mirada y a aquellos gestos que hablan sin necesidad de palabras.
Esto de lo que hablo –seguro– nos ha ocurrido a todos.
Y a la conclusión a la que he llegado es que las palabras no son tan importantes, ni tan trascendentes, ni tan precisas. Ni tan siquiera necesarias muchas veces. Estamos saturados de ellas. Nos rodean y nos aturden, nos envuelven, nos incomodan, nos inquietan… Creo que sobran muchas palabras.
¿Qué mecanismo interno nos lleva a hablar sin cesar? ¿El miedo al silencio? ¿La incomodidad ante el vacío de sonidos? ¿La falta de otros recursos?
Si echo la vista atrás me doy cuenta de que mis mejores momentos no han estado rodeados de palabras, no ha habido necesidad de hablar, ni de llenar vacíos con preguntas predecibles, ni de contestar sin ganas con respuestas aún más predecibles. En esos momentos he estado PRESENTE y he sentido a los que estaban conmigo. Nada más.
Entonces viene el silencio
ResponderEliminarReconozco que me abruman los silencios, necesito palabras en compañía y música cuando estoy en soledad.
ResponderEliminarCada vez aprecio más el silencio. Me aturden los ruidos a mí alrededor.
ResponderEliminarMuchas veces las palabras son ruido mental. Por eso me gusta el silencio de la noche y un buen fuego donde mirar. Gracias María Elena. Un besín.
ResponderEliminarPueden ser importantes las palabras, pero lo que realmente llena el corazón son esos pequeños gestos llenos de cariño y de amor: un beso, una sonrisa, una mirada, un abrazo, un apretón de manos...un saber estar junto a la otra persona.
ResponderEliminarJF
Observar para mi es muy importante, esa comunicación que no es verbal, la simple mirada, ya me dice mucho.
ResponderEliminarOXO
Las palabras no son suficiente....son solo un complemento.
ResponderEliminarPalabras y más palabras. Tienes razón, sobran muchas.
ResponderEliminarQue beneficioso me resulta estar en silencio. Hace años no veo la T.V. y escuchaba mucho la radio, pero hace tiempo que cada vez la escucho menos. Busco estar en silencio. Me reporta: paz, bienestar, felicidad serenidad..y me ayuda mucho a vivir el presente; aquí y ahora. Pepi
ResponderEliminarNi más ni menos que sentir a los otros en silencio. Guauuuuuuuuu!
ResponderEliminarUn abrazo enorme querida M.E.