Ima Sanchís
La Contra, en La Vanguardia 2018
Juan Echegaray, doctor en Biología, especializado en biología celular y neuroanatomía
Tengo 72 años. Soy chileno. Casado con otra bióloga, tres hijos y tres nietos. He sido docente toda la vida, catedrático de la Universidad de Santiago de Chile, y todavía doy cursos. La gente debe cooperar, ayudarse, creo que caminamos hacia la unidad.
Todas las creencias son interpretaciones de lo mismo
Un biólogo espiritual
Hay que estar abierto, me insiste. Catedrático de Biología, tiene sus propias teorías sobre la evolución y ha escrito un par de libros al respecto, siempre desde una perspectiva trascendente: “Llevo más de 30 años estudiando, viviendo, las ciencias biológicas, lo que me ha llevado a adquirir un punto de vista especial sobre cómo y por qué estamos formados. Soy biólogo, científico, es cierto –me aclara–, pero no me encasillo en conceptos y libros; me maravillo día a día con cada enseñanza que se encuentra disponible para todos en la naturaleza, un conocimiento que va desde una célula que me enseña a actuar hasta el átomo que todo lo forma. Si la energía no es estática, ¿qué hago estudiándola sólo en los libros?”.
¿Qué le da que pensar?
La energía. Creo que es un concepto que revisar porque se ha quedado limitado. El diccionario la define como una fuerza que permite realizar un trabajo.
¿Es más?
Mucho más. La energía forma todas tus células, y las células de tu cuerpo son inteligentes.
¿Inteligentes?
Sí, saben actuar independientemente de tu cerebro. Hay una inteligencia extraordinaria, una sabiduría y un orden que permite a cada célula saber cuál es su misión, y tú ni te enteras. Estamos ante una energía inteligente que lo es todo.
¿Qué entiende por todo?
Para mí es la fuente creadora. La energía está en todas partes haciendo maravillas. Los átomos son capaces de unirse entre ellos para formar las moléculas, para formar todas las cosas.
De acuerdo.
Cuando entiendes lo que es la energía caes de rodillas. Hay que amar esa obra, tal como se muestra, sin críticas, porque somos aprendices de esa sabiduría.
La energía crea la vida, ¿pero tiene propósito?
Llevarte a la perfección, a la sabiduría total.
¿Qué es la sabiduría total?
Ser útil a esta obra actuando correctamente, es decir: en armonía con la energía. Si actúas con desamor vas en contra de esa energía, que tiene dos sentidos, uno fraterno, la unión de todo, y otro de perfección. Hay que trabajar los dos.
Mezcla usted biología y espiritualidad.
Piénselo, la causa de toda desarmonía en el planeta o de todo dolor es el desamor, y sólo lo puedes compensar amando. ¡Ojalá pudiera amar a toda la gente!
Ya.
La ley fraterna hará crecer a la humanidad hacia unos niveles que todavía no entendemos, pero el amor es la base de progreso.
¿...?
Uno crece dando, no recibiendo. No busques ser comprendido, comprende tú; eso es lo que te hará evolucionar. Si lo que consigues es que los otros te amen, ayudarás a crecer a los otros, pero tú no crecerás.
Treinta años contemplando la naturaleza, ¿qué le ha enseñado?
La naturaleza es un libro abierto en el que se puede aprender todo: la relación, la armonía, el equilibrio, la fuerza, el orden...
Cierto.
Y todo eso lo puede ver manifestado en su propio cuerpo, en cualquier manifestación de la energía. Todo está en la célula, un protozoo se nutre tal como nosotros, se reproduce y se relaciona con el ambiente tal como nosotros.
Somos más complejos.
Si aceptamos que todo lo que forma la energía es inteligente, nuestra percepción de la realidad se amplía, se ensancha.
¿A dónde quiere llegar?
¿Cuál es el sentido evolutivo? Para evolucionar, nosotros, que somos básicamente energía, debemos utilizar este cuerpo animalizado e irlo sublimando.
Supongamos que es así.
Entonces nuestro papel en esta vida es reaccionar menos, elevar nuestras percepciones, y comprender más. La energía tiene un sentido de perfección.
Dígame algo elemental que debamos comprender.
Que actuamos a través de un cuerpo cuyas percepciones son muy básicas. Debemos ir más allá de los sentidos. Todavía somos muy primitivos, siempre reaccionando.
Hay que domar a la bestia, cierto.
Para pasar del Homo sapiens al Homo habilis invertimos dos millones de años..., nos falta mucho. Nuestros cuerpos, antes muy grotescos, se han ido afinando a la vez que nuestra conciencia ha ido creciendo.
¿Esa es su teoría de la evolución?
Efectivamente. Acepte la posibilidad de que con el tiempo lleguemos a ser pura energía.
...
La evolución es cambio constante; si yo me encierro en ideas estáticas me detengo, pierdo, me quedo atrás. Hace falta un análisis incesante de las cosas, es un proceso continuo.
¿Dónde sitúa usted el amor dentro de la biología?
El amor es una energía que forma una naturaleza que te permite dar un ambiente adecuado a las células. Si miras con más amor y hablas con más amor, sientes con más amor; y tus células te lo agradecen y también las del vecino. Somos un todo.
¿Nuestra energía influye en el contexto?
Sí. Nos parece normal enfadarnos, pero no lo es, es de un nivel bajo y nos enferma.
¿Cómo luchar por un mundo mejor?
No hay que pelear contra nada, hay que amar.
¿Cuál ha sido su herramienta esencial?
La escucha. Estar dispuesto a revisar y desarmar mis ideas preconcebidas. La mente nos ha ido separando, encasillando... Tiene que haber una mecánica de la evolución que una a los seres, y creo que el amor es la herramienta de progreso.
Entiendo.
Bien, porque la única manera de que no te hagan daño es comprendiendo. No importa lo que haga o diga el otro, compréndelo. Si dejas que las ideas ajenas te dañen, te estás dañando; comprende, no pongas esa energía dentro de ti, no la integres como dolor, transfórmala.
Todavía no hay comentarios
Esperamos el tuyo