¡Baja el vaso!
Hace
unos días nuestro amigo y compañero Teo me mandó esta preciosa e ilustrativa
historia. Es una de tantas “perlas” que
me encuentro, cada mañana, al abrir el ordenador, por obra y gracia de su
atención. Dice así:
“El Profesor empezó su
clase sosteniendo un vaso de agua. Lo levantó y peguntó a la clase:
-
¿Cuánto creéis
que pesa este vaso? 50 gr., 100 gr., 150 gr.…Respondieron los estudiantes.
-
Realmente no
puedo saberlo hasta pesarlo- dijo el Profesor-. Pero mi pregunta es: ¿Qué puede
pasar si lo sostengo unos minutos?
-
¡Nada!,
contestaron los estudiantes.
-
OK, dijo el
Profesor. ¿Pero que podría pasar si lo sostengo una hora?
-
“Su brazo podría
dolerle”, dijo uno de los estudiantes.
-
De acuerdo, pero
¿qué pasaría si lo tengo todo el día?- preguntó el Profesor.
-
“Su brazo se
entumecería, quizás tenga estrés muscular y parálisis y seguro que tendría que
ir al hospital”, dijo otro estudiante y todos rieron.
-
“Muy bien”. Pero
en ese tiempo, ¿el peso del vaso cambió?- preguntó el Profesor.
-
¡No!, fue la
respuesta de los estudiantes.
-
Entonces, ¿qué
causa que el brazo duela y el músculo se estrese?
-
Los estudiantes
estaban sorprendidos.
-
Preguntó el
Profesor: ¿Qué debo hacer ahora para que se me quite el dolor?
-
Rápidamente un
estudiante contestó. ¡Baje el vaso!
-
¡Exactamente!,
dijo el Profesor”.
Los problemas
de la vida (incomprensión de la pareja, malestar con el jefe, “peleas” con los
amigos, u otras circunstancias más adversas: una enfermedad, el paro, etc.) son
como ese “vaso”: objetivamente son lo que son, pero a veces se hacen más graves
(pesados), porque mas que buscar soluciones, estamos rumiando días y días tomar
la mejor respuesta, pero no se toma ninguna salida. De la misma manera que si
tenemos una noria que no tiene agua, no por mucho que demos vueltas y más vueltas obtendremos el líquido
elemento.
Ante los
problemas de la vida cotidiana, si tardamos poco tiempo en resolverlos, nos
encontraremos bien; si los mantenemos largo tiempo comenzaremos a angustiarnos;
y si los mantenemos días y días pueden
llegar a destruirnos. En estas ocasiones- bajar el vaso- significa intentar
buscar soluciones a los problemas, no negándolos, ni aplazándolos; lo
importante de un problema no es su peso (como el vaso) sino la respuesta que le
demos. De momento, ¡baja el vaso! … hablaremos.
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra
Sabia reflexión: "bajar el vaso- significa intentar buscar soluciones a los problemas, no negándolos, ni aplazándolos"
ResponderEliminarLas mujeres buscan SOLUCIONES, los hombres buscan su lectura al revés. Ja, ja, ja.
EliminarMagnífica exposición: por su gráfico y significado. Ante un problema: "bajar el vaso".
ResponderEliminarSiempre debemos OCUPARNOS de resolver los problemas, no PREOCUPARNOS, es decir; cuanto antes enfrentamos a resolverlos e intentar dar una solución, y Pepi dice más: que a veces no puede ser la que a nosotros nos gustaría, y ahí entraría la ACEPTACION e INTEGRACION del mismo.
Y una vez hemos bajado el vaso, ¿qué hacemos con el agua? ¿Beberla, cambiarla? Si el continente está mal, el contenido también o ¿supongo lo que no está escrito? Esperemos que Teo sigue ilustrando un poco más.
ResponderEliminarMientras, me quedo con el dicho y me deshago del bicho: "Agua que no has de beber, déjala correr". Esto sí es una "perla", para que Steinbeck la tenga también en cuenta.