En el mercado y en el claustro,
solo vi a Dios.
En el valle y en la montaña
solo vi a Dios.
Lo he visto detrás de mí
en la hora de la tribulación
y en los días del favor y la fortuna.
No vi alma ni cuerpo,
accidente ni sustancia,
causas ni cualidades:
solo vi a Dios.
Abrí mis ojos,
y gracias a la luz
de Su rostro circundándome,
descubrí en todas las miradas
al Amado.
Baba Kuhi, poeta sufí iraní del s. XI
Veo a Dios en la naturaleza
ResponderEliminarVeo en Dios en las acciones de cada día
Veo a Dios en las personas,
Sí, es ahí, en las personas, sobre todo ahí, donde veo a Dios.
Abrid los ojos del corazón,
solo con ello se ve a Dios
¡Qué belleza de mujeres! Una contempla al fotógrafo y la otra las maravillas de la fastuosa mezquita. Parece que han encontrado algo que admirar y es que cuando uno es capaz de contemplar también es capaz de admirarse con lo que contempla, de maravillarse y de sorprenderse. Es un buen ejercicio de interiorización, sencillo y al alcance de cualquiera. Para ver hay que mirar AAAA r. ¡Preciosas, guapas! ¡Arriba la mirada! y abajo y a la derecha y a la izquierda, sin perder detalle, hay que aprovecharlo todo, todo.
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