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miércoles, 12 de diciembre de 2018

Reflexiones sobre las características del cambio psicológico

El rincón del psiquiatra
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra


La metáfora del hombre en el pozo, de Kelly G. Wilson ilustra de cómo no se debe realizar el cambio. De forma sintética se puede describir así: “imagínese que está en un verde prado, saltando y corriendo, sintiéndose feliz. Lleva una mochila con  herramientas. Pero de pronto y sin esperarlo se cae en un pozo. Ante esta situación desesperada abre la mochila y ve una pala. Piensa que esto es su salvación y comienza a cavar y cavar…Pero, ¿qué consigue? No salir a la superficie sino hundirse cada vez un poco más y hacer el pozo más profundo. Lo que falla no es la pala, sino la forma de utilizarla. El error está en insistir en la misma solución y no buscar otras alternativas (vocear, lanzar una cuerda al exterior, etc.)
La moraleja de esta historia es evidente. A veces ocurre que en “el prado de nuestra vida” donde todo es alegría y bienestar no somos conscientes que la adversidad puede aparecer y no estamos preparados para ello: una enfermedad mortal, una pérdida, una ruptura, etc. Y el error es querer solucionarlo repitiendo y repitiendo la misma “solución”: ansiedad, depresión, desesperanza, etc. De esta manera lo único que conseguimos es profundizar más en nuestro malestar.
Soluciones
Para poder salir del “pozo del conflicto” y cambiar, he aquí algunas actitudes que pueden facilitar un cambio más profundo y existencial:
La creatividad: en definitiva crear es salir de uno mismo y dar forma a una idea, a una inspiración o a una fantasía. La creatividad es una capacidad de todos los seres racionales; los animales, por el contrario no crean, sino que repiten las conductas impresas en su código genético.
Para  desarrollar esta capacidad debemos educar al niño que encuentre las soluciones a sus pequeños conflictos y contrariedades y no que repita, como un loro, lo que los mayores le dictan. Para ello, debemos potenciar su capacidad de observación y fantasía, acompañada de una actitud flexible para aceptar los errores y potenciar los aciertos. En ese claro obscuro de la existencia es donde debe ir construyendo su personalidad. Lo negativo no es equivocarse sino el no reconocerlo y cambiar.
Un “nosotros” fuerte: es imprescindible, para conseguir lo anterior, que el niño viva en un ambiente acogedor y seguro donde se permita expresar sus sentimientos (positivos y negativos) y no reprimir sus emociones. El vínculo familiar y social cuanto más sano se desarrolle será un buen trampolín para superar cualquier caída en “el pozo de la vida”.
La esperanza: la esperanza es una vivencia constitutiva del ser humano, no solamente en los malos momentos (muerte de un familiar, suspenso en un examen, ruptura sentimental, etc.), sino también es imprescindible para progresar y crecer psicológicamente, y en definitiva, para ser felices. Esperar como señala Fromm (1971) es como estar alerta como el tigre que está quieto, hasta que salta  la oportunidad de captar a su presa.
El ser humano, tanto en el fracaso como en el éxito, debe estar atento para progresar, asumir los cambios, y en última instancia adaptarse a las nuevas realidades, que van surgiendo en su vida.

Tenemos 2 comentarios , introduce el tuyo:

  1. La más importante para Pepi:
    Que de pequeños hayamos vivido en un ambiente sano en todos los niveles, y así: "El ser humano, tanto en el fracaso como en el éxito, debe estar atento para progresar, asumir los cambios, y en última instancia adaptarse a las nuevas realidades, que van surgiendo en su vida".

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  2. Qué claro habla el psiquiatra. Se agradece

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