Ocurre a veces que iniciamos un camino nuevo y queremos saber cómo acaba antes incluso de dar un segundo paso. Nos puede la ansiedad de querer conocer. Nos metemos de lleno en el laberinto mental de imaginar una y mil cosas, sin ninguna consistencia y sin ningún tipo de base real. Y sacamos falsas conclusiones que sólo nos hacen daño (precisamente porque son falsas) y que nos conducen a decepciones que nosotros mismos provocamos.
Cuando algo nace hay que dejarlo crecer y desarrollarse al ritmo de los acontecimientos, no al que queremos imponer con nuestra impaciencia.
Lo bonito de los nacimientos es el montón de posibilidades y expectativas que el mismo hecho encierra, pero si nos empeñamos en querer obtenerlas de forma inmediata, probablemente ninguna de ellas nos compense.
Y si se trata de una relación personal… ¡para qué hablar! Imaginamos lo inimaginable, maquinamos mentalmente lo que no está escrito, ponemos en boca del otro y en sus actos lo que ni pasó por su mente y exigimos que los hechos se adecúen a nuestros desbaratados planes. ¿Para qué? Entre otras cosas, para sufrir de forma gratuita e inútil.
Cuando me veo inmersa en esta prisa por saber suelo recurrir a dos herramientas:
La primera, recordar que sólo existe el momento presente, el aquí y el ahora. Todo lo demás es entelequia mental. Así que me repito el mantra una y otra vez para dejar de elucubrar y vivir el momento.
La segunda, confiar en que lo que viene, conviene y tratar de descubrir aquello que el encuentro aporta a mi vida. Recibir y aceptar sin más.
Lúcida reflexión escribana
ResponderEliminarMe siento reflejada
ResponderEliminarSiempre deseamos de que las cosas sean distintas a como realmente son...es necesario aceptar las cosas como nos ha tocado vivirlas, ya que son un reto y un aprendizaje.
ResponderEliminarXD
Vivamos el aquí y el ahora.
ResponderEliminarPerdemos el tiempo tanto pensando en el "¿y si...?" del pasado, como en el "ojalá" del futuro.
Laura
Es un trabajo personal que cuesta, pero cuando lo consigo es reconfortante.
ResponderEliminarOXO
Cuando inicias un camino lo haces con toda la ilusión, saboreando y viviendo el momento, quedándote con los pequeños detalles, sin prisas, sin preocupaciones por lo que va a pasar.
ResponderEliminarVoy a disfrutar lo que ahora estoy viviendo.
JF
Reconozco esa prisa. Parece escrito para mí.
ResponderEliminarLucidez y sabios consejos querida Escribana, gracias!!!
ResponderEliminarDe nuevo, disfrutar del presente, del día a día, abrazando todo lo que nos llega, abrazando la vida.
ResponderEliminarElena
Esto es sabiduría, desde luego. Lo difícil es llevarlo a cabo.
ResponderEliminar1.- Unos días más que otros vivo el presente; el aquí y ahora, (porque sigo en éste aprendizaje), y cuando lo consigo, mi interior al finalizar el día, está rebosante de alegría.
ResponderEliminar2.- Cada vez que se me presenta un contratiempo en mi vida, trato de descubrir lo positivo, la enseñanza que me puede traer, y lo acepto mucho mejor.
Último comentario de Pepi.
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