El que da, no debe volver a acordarse;
pero el que recibe nunca debe olvidar
Blog
martes, 22 de abril de 2014

CONVERSACIONES CON MI MENTE


VUELVO A CASA

                        Es invierno, y avanzando entre la tiniebla de la última noche, vuelvo a mi hogar. A mi casa, donde el tiempo se detiene al calor del fuego de la chimenea.
                        Es invierno y un inmenso manto blanco cubre los campos, antaño verdes. No hay belleza posible. La tierra ha cerrado sus frutos y la soledad lo abraza todo. Con el cuerpo aterido y el corazón helado, camino de vuelta a casa, donde Dios es conmigo y me espera preparando la lumbre para quitarme el frío de los huesos. Se que me recibirá su abrazo más cálido, abrazo sanador que limpiará al instante el dolor de la ausencia.
                        Y es que en mi casa no hay invierno. En ella los campos son siempre verdes, colmados de exuberantes flores, cuyo aroma es capaz de curar mi alma perdida. Dentro de la calidez de mi hogar puedo entender que la gélida estación exterior es sólo pasajera, pues la tierra, como yo, reposa y repone sus fuerzas. Así, donde todo parece perdido, en realidad todo se está transformado, y a su debido tiempo, el calor regresará a mi espíritu y la primavera a mi mundo.
                        Mi casa, amplia y cómoda, es un templo de silencio. Al calor del hogar, mi corazón llora por los frutos perdidos bajo la nieve. Ya se que a penas nieva, ya se que el hielo que existe se va disolviendo. Ya siento llegar los nuevos tiempos, y en su momento, saldré fuera para recolectar nuevos frutos, más sabrosos y variados.
                        Trastabillando tras la última caída, atravieso de nuevo la puerta de mi hogar. A mi esencia me entrego sin armas, llorando cuanto deseo, mientras siento su cálido abrazo. ¡Abandoné mi hogar tantas veces sin saberlo! Ahora sólo quiero estar dentro, donde Dios es conmigo y me cura el frío de los huesos, fortaleciendo cada célula de mi cuerpo para que, en cuanto llegue la primavera, pueda volver a salir fuera, renovada y valiente, a gozar la vida.
                        Cultivaré mis terrenos, recogeré mis frutos y lo haré cantando porque conmigo siempre estará mi casa, el hogar que me permitirá reposar cada noche en su interior de silencio.
Mª José Calvo Brasa

Tenemos 3 comentarios , introduce el tuyo:

  1. Me han encantado el escrito y la foto.
    M.Elena

    ResponderEliminar
  2. Me ha gustado mucho esta reflexión y especialmente. ·"donde Dios es conmigo y me espera preparando la lumbre para quitarme el frío de los huesos".
    Enhorabuena Mª. José por esta reflexión

    ResponderEliminar
  3. El Volver a Casa para Pepi es encontrarse consigo misma.
    La fotografía le ha encantado, porque la casa es una preciosidad.

    ResponderEliminar