Las dos ranas
Cuando
me proponía a escribir mi colaboración para este blog ha surgido la noticia de
la muerte del expresidente Adolfo Suárez, y
ha venido a mi mente la figura de su hijo dando la noticia de su
gravedad: sufriendo pero en paz. Y entonces he recordado este cuento de
Menapace. Dice así:
“Había una vez dos ranas que se cayeron en un recipiente de crema.
Inmediatamente sintieron que se hundían, era imposible nadar o flotar mucho
tiempo en ese líquido tan espeso. Al principio las dos patalearon en la crema
para llegar al borde del recipiente…pero era inútil, sólo conseguían chapotear
en el mismo lugar. Sentían que cada vez era más difícil salir de allí.
Una de ellas dijo en
voz alta: “No puedo más, es imposible salir de aquí y ya que voy a morir, no
veo para que prolongar este dolor. No entiendo que sentido tiene morir agotada
por un esfuerzo estéril”. Y dicho esto, dejó de patalear y se hundió con
rapidez, siendo literalmente tragada por el espeso líquido blanco.
La otra rana más
persistente y más tozuda, se dijo: “Nada se puede hacer para avanzar en esta
cosa. Sin embargo, ya que la muerte me llegará, prefiero luchar hasta el último
aliento. No quisiera morir un segundo antes que me llegue mi hora”. Y siguió
pataleando y chapoteando siempre en el mismo lugar, sin avanzar un centímetro.
¡Horas y horas ¡ Y de pronto… de tanto patalear y agitar sus patitas, la crema
se transformó en manteca. La rana sorprendida dio un salto y patinando llegó al
borde del recipiente. Desde allí,
solamente le quedaba ir croando alegremente de regreso a casa”.
Bellamente
el monje argentino Menapace nos muestra las dos actitudes más frecuentes ante
la adversidad en la vida: la primera rana
representa a las personas que sucumben ante la menor contrariedad:
problemas con los hijos, con la pareja, en el trabajo, problemas de salud,
etc. Este grupo está formado por los
quejosos (todo le sale mal), los conformistas (no tienen ninguna aspiración),
los pesimistas (todo lo ven negro), los envidiosos (lo que tienen los otros
siempre es lo mejor) y un largo etcétera. La segunda rana es la imagen de los
que luchan contra la adversidad: por ejemplo, esa madre que remueve “Roma con
Santiago” por la atención de su hijo que padece una enfermedad rara, o el
vecino o amigo que siempre presenta una sonrisa ante cualquier contrariedad o
el que siempre contempla la vida como “una botella medio llena”. Hoy se me
antoja pensar que también la familia de
Adolfo Suárez pertenece a este segundo
grupo por su adecuada actitud ante la adversidad: cáncer, muerte y Alzheimer.
Ellos han ofrecido: sufrimiento, paz, serenidad y una pizca de humor.
La
gran lección de este bello cuento nos muestra que ante la dificultad lo más
sano no es abandonar sino posibilitar que nos sirva para crecer y ser más
felices.
Alejandro Rocamora Bonilla
Psiquiatra
Gracias Alejandro: "La gran lección de este bello cuento nos muestra que ante la dificultad lo más sano no es abandonar sino posibilitar que nos sirva para crecer y ser más felices".
ResponderEliminarMagnífica exposición y lección. Pepi valora mucho a las personas que se enfrentan en su vida
ResponderEliminarante las adversidades. Considera que es una de las maneras para seguir avanzando en nuestro conocimiento y crecimiento personal.
Bella historia. La adversidad tomada como espoleta para luchar, no dejarse llevar por la adversidad, saber que las cosas pueden venir negras pero que yo soy capaz de valorarlas de otra manera, que estamos dotados de valentía y fuerza para no sucumbir a la primera ni a la segunda ni... vivir es echarle ganas, jolín. Norecic
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